La vulvovaginitis representa el problema ginecológico más común de las niñas y las adolescentes. La irritación de la vulva (genitales externos) y/o la vagina tiene relación con la falta de vello púbico y la almohadilla grasa de los labios mayores, ya que éstos protegen los genitales externos.
Además, cuando las niñas se sientan en cuclillas, los labios menores se abren y los tejidos más sensibles del interior del anillo del himen quedan expuestos quedando solamente la ropa interior entre la vulva y el suelo.
Un factor que predispone a las infecciones en las niñas, es la proximidad del ano a la vagina, permitiendo que las bacterias fecales lleguen a la zona de la vulva y la vagina. Sobre todo cuando las niñas ya van solas al baño y no hay algún adulto supervisando, pueden llevar a cabo medidas higiénicas inadecuadas como limpiarse de atrás para adelante, trayendo restos fecales a la vulva.
Además, las niñas suelen retrasar la emisión de orina por estar en otras actividades como jugando o viendo televisión; lo cual puede ocasionar que haya salida de orina y esto mantenga húmeda su ropa interior. Hay ciertos materiales como el nylon que guardan más la humedad, por lo que se recomienda favorecer el uso de ropa interior de materiales como el algodón. En consecuencia, la humedad y los malos hábitos de higiene favorecen la proliferación de bacterias procedentes del ano, en la región vulvar y consecuentemente la presencia de flujo amarillo-verdoso.
Las principales manifestaciones clínicas, en orden de frecuencia que suelen presentar las niñas con vulvovaginitis son: secreción vaginal, enrojecimiento y comezón en el área genital, lo que provoca que la niña se rasque y se inflamen sus labios.
La secreción se puede encontrar solamente entre sus labios mayores y menores y la vulva se puede observar un poco más roja que de costumbre y en ocasiones algo inflamada, en este caso se trata solamente de una vulvitis, pero cuando la secreción sale de la vagina, se denomina vulvovaginitis. Se debe observar el color, el olor y la duración de la secreción vaginal. Aunque existen diferentes causas de vulvovaginitis en las niñas, las más frecuentes son la higiene deficiente, la infección por un hongo llamado Cándida y la presencia de cuerpos extraños.
Las niñas con higiene deficiente suelen presentar una vulvovaginitis inespecífica (en la cual no se logra aislar el microorganismo responsable de la infección), la secreción en estos casos es color marrón o verdosa y con un olor fétido, en más de un 70% estas infecciones son producidas por bacterias coliformes secundarias a contaminación fecal. La ropa, diversos productos químicos y cosméticos, así como los detergentes y jabones que se utilizan para el baño o para el lavado de la ropa también pueden producir una irritación que origina una vulvovaginitis inespecífica.
También se han relacionado con este problema, el uso de ropa muy ajustada como los vaqueros, los leotardos y las medias. El tratamiento adecuado de la vulvovaginitis inespecífica consiste en enseñar a las niñas a tener una higiene adecuada, eliminar el uso de ropa interior demasiado ajustada y emplear baños de asiento con jabones suaves y el secado de la vulva al aire.
Aunque la vulvovaginitis por cándida es rara en las niñas, hay que sospecharla cuando exista mucha comezón en el área genital y se presente una secreción vaginal blanca y espesa.
Otra causa muy frecuente de vulvovaginitis en las niñas menores de diez años de edad, es la presencia de un cuerpo extraño; esto provoca una secreción amarillo-verdosa, con mal olor y si el objeto permanece mucho tiempo puede llegar a producir una secreción café rojiza, uno de los objetos encontrados más comúnmente es el papel higiénico, sobre todo cuando las niñas empiezan a limpiarse solas.
Es frecuente que los niños introduzcan diversos objetos en sus orificios naturales, y las niñas en particular pueden llevar hasta su vulva objetos que condicionen el desarrollo de una vulvitis.
Las niñas pueden contaminarse con oxiuros (lombrices de toda la vida), parásitos que producen una patología llamada enterobiasis. Estos parásitos producen diversos síntomas, pero uno muy característico es la comezón en la región anal, sobretodo por las noches, lo cual condiciona que la niña se rasque involuntariamente y de esta forma llevar en sus uñas los huevecillos del parásito y de aquí pasar a la vulva.
Siempre que tu hija presente secreción vaginal, manchas en su ropa interior o bien que notes que se rasca mucho sus genitales es conveniente que la revise su pediatra para detectar a tiempo una probable vulvovaginitis e iniciar un tratamiento oportuno.
¿Cómo podemos evitar este tipo de infecciones?
Además, cuando las niñas se sientan en cuclillas, los labios menores se abren y los tejidos más sensibles del interior del anillo del himen quedan expuestos quedando solamente la ropa interior entre la vulva y el suelo.
Un factor que predispone a las infecciones en las niñas, es la proximidad del ano a la vagina, permitiendo que las bacterias fecales lleguen a la zona de la vulva y la vagina. Sobre todo cuando las niñas ya van solas al baño y no hay algún adulto supervisando, pueden llevar a cabo medidas higiénicas inadecuadas como limpiarse de atrás para adelante, trayendo restos fecales a la vulva.
Además, las niñas suelen retrasar la emisión de orina por estar en otras actividades como jugando o viendo televisión; lo cual puede ocasionar que haya salida de orina y esto mantenga húmeda su ropa interior. Hay ciertos materiales como el nylon que guardan más la humedad, por lo que se recomienda favorecer el uso de ropa interior de materiales como el algodón. En consecuencia, la humedad y los malos hábitos de higiene favorecen la proliferación de bacterias procedentes del ano, en la región vulvar y consecuentemente la presencia de flujo amarillo-verdoso.
Las principales manifestaciones clínicas, en orden de frecuencia que suelen presentar las niñas con vulvovaginitis son: secreción vaginal, enrojecimiento y comezón en el área genital, lo que provoca que la niña se rasque y se inflamen sus labios.
La secreción se puede encontrar solamente entre sus labios mayores y menores y la vulva se puede observar un poco más roja que de costumbre y en ocasiones algo inflamada, en este caso se trata solamente de una vulvitis, pero cuando la secreción sale de la vagina, se denomina vulvovaginitis. Se debe observar el color, el olor y la duración de la secreción vaginal. Aunque existen diferentes causas de vulvovaginitis en las niñas, las más frecuentes son la higiene deficiente, la infección por un hongo llamado Cándida y la presencia de cuerpos extraños.
Las niñas con higiene deficiente suelen presentar una vulvovaginitis inespecífica (en la cual no se logra aislar el microorganismo responsable de la infección), la secreción en estos casos es color marrón o verdosa y con un olor fétido, en más de un 70% estas infecciones son producidas por bacterias coliformes secundarias a contaminación fecal. La ropa, diversos productos químicos y cosméticos, así como los detergentes y jabones que se utilizan para el baño o para el lavado de la ropa también pueden producir una irritación que origina una vulvovaginitis inespecífica.
También se han relacionado con este problema, el uso de ropa muy ajustada como los vaqueros, los leotardos y las medias. El tratamiento adecuado de la vulvovaginitis inespecífica consiste en enseñar a las niñas a tener una higiene adecuada, eliminar el uso de ropa interior demasiado ajustada y emplear baños de asiento con jabones suaves y el secado de la vulva al aire.
Aunque la vulvovaginitis por cándida es rara en las niñas, hay que sospecharla cuando exista mucha comezón en el área genital y se presente una secreción vaginal blanca y espesa.
Otra causa muy frecuente de vulvovaginitis en las niñas menores de diez años de edad, es la presencia de un cuerpo extraño; esto provoca una secreción amarillo-verdosa, con mal olor y si el objeto permanece mucho tiempo puede llegar a producir una secreción café rojiza, uno de los objetos encontrados más comúnmente es el papel higiénico, sobre todo cuando las niñas empiezan a limpiarse solas.
Es frecuente que los niños introduzcan diversos objetos en sus orificios naturales, y las niñas en particular pueden llevar hasta su vulva objetos que condicionen el desarrollo de una vulvitis.
Las niñas pueden contaminarse con oxiuros (lombrices de toda la vida), parásitos que producen una patología llamada enterobiasis. Estos parásitos producen diversos síntomas, pero uno muy característico es la comezón en la región anal, sobretodo por las noches, lo cual condiciona que la niña se rasque involuntariamente y de esta forma llevar en sus uñas los huevecillos del parásito y de aquí pasar a la vulva.
Siempre que tu hija presente secreción vaginal, manchas en su ropa interior o bien que notes que se rasca mucho sus genitales es conveniente que la revise su pediatra para detectar a tiempo una probable vulvovaginitis e iniciar un tratamiento oportuno.
¿Cómo podemos evitar este tipo de infecciones?
- Es importante enseñarle a las niñas ciertas reglas en cuanto a su higiene personal en cuanto empiezan a ir solas al baño, como que deben limpiarse siempre de adelante hacia atrás.
- Cuando son muy pequeñas no está demás supervisarlas de vez en cuando para estar seguros que lo están haciendo bien.
- La ropa interior no debe quedar muy ajustada y debe ser de un material como el algodón.
- Tampoco es recomendable usar los jeans muy ajustados.
- No usar talco, ya que éste puede ocasionar irritación de la vulva.
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