31 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (11)

Antes de leer esta entrada, lee las anteriores:
Cronología de la lactancia materna (7): Cuatro meses
Cronología de la lactancia materna (8): Cinco a seis meses
Cronología de la lactancia materna (9): de siete a ocho meses
Cronología de la lactancia materna (10): de nueve a diez meses


Un año
Muchos de los beneficios para la salud que le has proporcionado a tu hijo con este año de lactancia materna  van a durar toda la vida. Su sistema inmunológico es más fuerte y será mucho menos probable que necesite ortodoncia o logopedia.
La Academia Americana de Pediatría recomienda la lactancia durante al menos un año, para ayudar a asegurar una nutrición normal y una buena salud de tu bebé.
Como le has dado el pecho durante un año, el contenido de grasa y la energía de la leche materna ha aumentado significativamente en comparación con la leche materna de las mujeres que dieron pecho menos tiempo (Mandel. D et al).
Muchos bebés maman poco a esta edad, sólo una o dos veces al día. Otros pueden desear comer más a menudo por comodidad.
El hecho de que la mayoría de los bebés pueden tolerar la leche de vaca después de un año no significa que la leche de vaca deba sustituir necesariamente la leche materna. La leche de vaca no contiene las vitaminas biodisponibles y los anticuerpos que se encuentran en la leche materna. También está bien documentado que cuanto más tarde se introduzca la leche de vaca (un alergeno común) en la dieta de un bebé, menos probabilidad habrá de reacciones alérgicas (Ponzone. A).
Al haber tomado pecho por lo menos durante un año tu hijo tiene más probabilidades de mostrar un mejor ajuste social cuando comience la escuela (Kneidel. S). Además, tiene menos riesgo de tener sobrepeso o enfermedades cardíacasen la edad adulta. Ah, y te habrás ahorrado más de 500€ en leche de fórmula (NCT).

Dieciséis meses
Has seguido proporcionando una nutrición normal y una protección contra las enfermedades a tu bebé en un momento en que las enfermedades son más comunes en los otros bebés. Tu bebé seguirá recibiendo  beneficios inmunológicos importantes durante el tiempo que sigas amamantándole.
Se ha demostrado que los niños amamantados entre los 16 y los 30 meses tienen menos enfermedades y más cortas que los niños que no amamantan, necesitando por tanto menor atención médica. (Gulick. E).

Algunos de los factores inmunológicos en la leche materna aumentarán su concentración durante el segundo año (Goldman. A et al).

29 de julio de 2013

Aprendiendo a no interferir

gemelos mellizos crianza respeto trillizos carros gemelares

Mi marido y yo estamos siempre halagando la conducta y modales de nuestros hijos. La gente cree que los disciplinamos. No es así. Nos disciplinamos a nosotros mismos.

Satisfacemos las necesidades de nuestros hijos, les proporcionamos protección, y los exponemos a las posibilidades de la vida. Sin embargo, nosotros no interferimos en su juego, su aprendizaje, su creatividad, o cualquier otro tipo de crecimiento. Nosotros los amamos, alimentamos, compartimos, escuchamos, respondemos, y participamos cuando nos lo piden. Aun así, debemos mantener a nuestros hijos libres de manipulación o insultos como resultado de comentarios o ideas "útiles, amables"- influencias sobre las cuales los niños son tan sensibles en su estado de dependencia.

Auto-Disciplina Maternal/Paternal

Este tipo de disciplina no es fácil. Nuestra sociedad no solo no la avala, sino que la tentación de quebrar las "reglas" vive dentro de nosotros. La necesidad/instinto de intervenir en la actividad de los niños está enraizada en cómo fuimos criados en nuestra cultura.

Para mí, el desafío más difícil de sobrellevar ha sido el impulso narcisista de "mostrar" a mis hijos. Un día, cuando nuestro hijo mayor tenía dos años, tocó un tipo de escala (suave) en el piano. Estaba asombrada, y aun así me contuve en mi norma/regla y no interferí. Libre de tocar por propio interés y amor, y no para complacerme a mí, continuó mejorando sus escalas con gran alegría y concentración por un largo tiempo. Cuando mi marido llegó a casa caí en la trampa. Siendo incapaz de esperar a que repitiese su desempeño a su tiempo, encubiertamente traté de dirigir a mi hijo al piano para que haga su "truco".

Sin haber sido "entrenado a hacer" para satisfacer, no fue ningún tonto. Sintió el engaño y se rehusó a tocar. Pasaron varias semanas antes de que nuevamente se sumerja a tocar esa escala en el piano. El niño ama hacer cosas por los demás, les encanta ayudar y servir, pero aún así; cuando hace algo fuera de su propio interés, así es como debería ser mantenido.

A pesar que la auto-disciplina de un/a padre/madre es un desafío, se convierte en natural (como una segunda naturaleza) con el tiempo y la experiencia. Para mí, este tipo de disciplina se desarrolla gradualmente, empezando con "reconocimiento descriptivo" y finalizando/culminando en sin interferir unos años después. Mis mejores aliados han sido mis realizaciones como madre y educadora, el libro de Daniel Greenberg "Free at Last" y entrevistas/charlas con Jean Liedloff, autora de "The Continuum Concept", sobre dejar a los niños ser ellos mismos.

Al principio creía que reconocer, comentar y elogiar a los niños por sus logros expresaba amor y construía autoestima. Con el tiempo, me di cuenta que estas intervenciones bien intencionadas hacen justamente lo opuesto: promueven la dependencia en la validación externa y disminuyen la auto-confianza que poseen los niños. Aquellos niños que están sometidos a comentarios, elogios y reconocimientos interminables eventualmente aprenden a hacer cosas no para ellos mismos, sino para complacer a terceros. Complacer a otros rápidamente se convierte en su principal motivación, reemplazando impulsos provenientes del auténtico y verdadero SER y llevando a su propia perdida.

Al contrario de lo que frecuentemente se cree, los niños se sienten más amados y seguros de sí mismos cuando no interferimos en sus actividades. No solo permanecen seguros de nuestro amor y sostén cuando nos abstenemos de participar, pero ellos necesitan que los protejamos de las intrusiones, que pueden interferir con su progreso, auto-confianza y salud emocional.

Cuando intervenimos con elogios, deseos, sugerencias y premios, las dudas aparecen y sacuden la auto-confianza de los niños y la confianza en nosotros. Sensibles e inteligentes, ellos perciben que tenemos una agenda- que los estamos manipulando hacia un "mejor" o deseado resultado. Esta conciencia los pone a pensar: "a lo mejor lo que yo estoy tratando de lograr no está bien- no puedo confiar en mí mismo para elegir o saber qué puedo hacer", o "mamá y papá tienen una agenda que yo debo llevar a cabo y completar para tener su aprobación y amor".

Gradualmente un cambio ocurre. Niños que antes hacían las cosas por placer personal o comprendían que lo hacían para complacer a un tercero; ya no confían en sus acciones, como tampoco confían en nosotros, porque la realidad es que no estamos de su lado. Junto con el cambio a complacernos también aparece el miedo a no complacernos. Dependencia intelectual y emocional, bajo auto-estima, y falta de auto-confianza invariantemente aparecen.

Aún cuando interferimos con comentarios aislados en el juego imaginativo de nuestros hijos, las dudas aparecen. Lo que los niños están experimentando internamente en estos momentos es tan remoto/desconectado de nuestras "enseñadas" suposiciones que rápidamente nuestra confusión se convierte en auto- negación y duda. Además, los niños perciben los comentarios/observaciones falsos, autoritarios y condescendientes de lo que son, y pueden concluir que está bien no ser sincero y pretencioso

Del Elogio a la Observación

Es difícil inhibir los elogios. Por un lado, estamos encadenados a nuestro propio condicionamiento y por el otro, somos fácilmente engañados: en el elogio por cada logro el niño pareciera como un niño con alta auto-estima, exitoso y alegre. En realidad, ese tipo de niño ha cambiado al modo de complacencia, llevado al éxito no por curiosidad o interés personal, sino por el deseo de obedecernos y vivir de nuestras expectativas. Como educador, John Holt ha dicho sobre los niños, "ellos tienen miedo, por sobre toda las cosas, de fracasar, de decepcionar o no complacer a los ansiosos adultos que los rodean, de quienes sus esperanzas y expectativas ilimitadas de sí mismos cuelgan sobre sus cabezas como una nube". En resumen, la estima que observamos no es auto-estima, debido a que la misma ha sido perdida en los primeros años por este tipo de condicionamiento. La alegría que observamos no es placer, sino alivio de que otro acto complaciente ha sido logrado, asegurando la aprobación de papa y mama (supervivencia emocional) y ocultando un sentimiento de profunda confusión.

Los niños, también, pueden ser engañados/as para creer que estas son conductas de complacencia originados internamente y que tiene que ver totalmente con quienes son ellos. La decepción más grande es cuando son criados para ser adultos aparentemente alegres y exitosos. La psicoanalista Alice Miller, en su libro "The Drama of the Gifted Child", expresa la siguiente lamentable convicción: "sin estos logros, dotes, nunca podría ser amado… sin estas cualidades, que tengo, una persona no vale nada" Miller continua explicando por qué los logros basados en la complacencia niega la auto-comprensión y, al realizarlo, conlleva a depresión, a sentimientos de "que nunca alcanza", y otras alteraciones emocionales frecuentemente en las personas más exitosas.

Para "seguir a nuestro propio ritmo", una persona necesita ejercitar los músculos de libre elección y auto-aprendizaje desde el comienzo. La dificultad que tenemos para confiar en la capacidad de flexibilidad nuestros/as hijos/as proviene de nuestra propia experiencia al no haber confiado en nosotros. Confiar, es sencillamente/simplemente, no natural para nosotros. Solo cuando realizamos un esfuerzo consciente para salir- y no interferir en el camino de nuestros hijos descubrimos la maravillosa verdad: la magia ya está presente en nuestros/as hijos/as, preparado para desarrollarse/desplegarse a su propia forma/manera y en su propio tiempo.

Aproximadamente la mayoría de los niños vienen a esta vida equipados con un YO/SER que es capaz de florecer a capacidad. Sin interferir, entorpecer su crecimiento, este SER guiará al niño hacia capacidades y aprendizajes, y, en el proceso, auto-realización. No tenemos ningún derecho de querer controlar la dirección de este crecimiento. En vez de entrenar a nuestros hijos en varios formas de intervenciones para que encajen en nuestra visión/percepción de ellos, debemos entrenarnos a nosotros mismos para respetar la creación de la naturaleza y protegerla su florecer autentico en su totalidad.

Es más, el resultado final que estamos buscando- un ser humano capaz, con alta auto-estima, creativo, curioso y responsable- ya se puede observar en un niño de 2 años. Si permitimos poner estos dotes en uso de una manera auto-dirigida y con auto-confianza, el niño desarrollará capacidades mientras que aumenta estas deseadas cualidades. Maduración luego sucederá como una expresión autentica del SER, más que contemporizar (Acomodarse al gusto o dictamen ajeno por algún respeto o fin particular) la autoridad paternal/maternal y otros formas de dominación.

No interferir nos da la oportunidad de convertirnos en observadores curiosos. Al mismo tiempo, nos libera de las peleas de poder y comenzamos a aproximarnos a una maternidad/paternidad que es mucho más placentera y plena. No conozco "entretenimiento" en la vida más interesante, atrapante, fascinante y glorioso que observar a los/as niños/as desarrollarse libremente.

Naomi Aldort

27 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (10)

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Nueve meses
A estas alturas ya has visto el desarrollo tan enorme que ha tenido tu bebé tanto físicamente como en su cerebro, comiendo una comida que fue diseñada sólo para él, la leche materna. Incluso puedes haberte dado cuenta de que los bebés amamantados son más activos y están más despiertos que los alimentados con fórmula.
Algunos bebés muestran menor interés en la teta en esta época. Esto puede deberse a una alteración del gusto provocado por los cambios hormonales durante la menstruación (si ya te ha venido) o por una pérdida temporal del apetito debido a un resfriado o a la dentición. Se recomienda la perseverancia suave. Trate de darle el pecho en un entorno tranquilo o cuando el bebé tenga sueño. Si todo esto falla, prueba a sacarte leche y a dársela a tu hijo en un vaso, pero no dejes de ofrecerle el pecho.
Tu bebé todavía debe tomar pecho unas cuatro o cinco veces al día (Fredregill 2004).
En esta edad, tu bebé puede ser capaz de beber en un vaso de aprendizaje, lo que podría conducir a la pérdida de interés por la lactancia.

Diez meses
La movilidad de tu bebé aumenta hasta velocidad de crucero, gateando o arrastrando el culo, y esto puede conllevar que los horarios de lactancia se vuelvan erráticos. Puede que algunos días casi se olvide de mamar porque está muy "ocupado". En esos días, ofrécele periódicamente el pecho, incluso aunque no parezca estar interesado en el tema. En otro momento, cuando se canse de explorar, puede que quiera mamar casi constantemente.
A pesar de que tu bebé está comiendo alimentos sólidos, la leche materna sigue siendo la parte más importante de su dieta, y continúa proporcionándole una inmunización importante en un momento en que gatea y se arrastra por todas partes y todo se lo lleva a la boca.

La imagen es de Santiago Fernández

25 de julio de 2013

Cesárea respetada: el parto de Tuty


Tuve un embarazo fantástico...
Se supone que en un embarazo múltiple los síntomas se multiplican, aunque mi opinión es que cada mujer y cada embarazo es un mundo. No tuve ni una sóla nausea, ni un sólo vómito... Sólo el malestar habitual de llevar una gran barriga, sobre todo al final del embarazo, ya que llegamos a término. Disfruté de cada movimiento, de cada momento, de cada patada... La experiencia de sentir dos corazones en tu interior me ha cambiado la vida, ha sido como una revolución interna...

Durante los nueve meses de gestación los nenes estuvieron colocados de la misma forma. Daniel de cabeza y Martín de nalgas. En un principio mi "gine" me comentó que lo más seguro es que tuvieran que hacerme una cesárea. Eso nos asustó, pero había que esperar.

Antes incluso de estar embarazada nos informamos sobre todas las posibilidades que existen para dar a luz, buscando la que se adecuara más a nuestra idea de lo que es un parto respetuoso... Buscamos otro ginecólogo y dimos con lo que queríamos...

En la semana 38, Martín encajó su culete antes que la cabeza de su hermano y todas las esperanzas que teníamos puestas en un parto natural se fueron al garete. La verdad es que algunas posturas de yoga ayudaron anteriormente a que Martín se subiera un poco y Daniel bajara, de tal forma que estuvieron más de un mes colocados a la par, pujando para ver quién salía primero. Martín fue el ganador...

El día que Regina (mi fantástica ginecóloga) vio en la eco que el culete estaba el primero, sentí una desilusión tremenda. Habíamos preparado hasta camisetas para el parto y de repente, todo se desmoronó. La cesárea estaba ahí, a pesar del yoga, de la acupuntura... Pero decidí tomármelo como vino y hablando con Regina, tomé la decisión de pasar por todo el proceso del parto hasta estar dilatada. Ella me habló de los beneficios que eso conlleva para los nenes y para mí (no en el momento porque las contracciones duelen, pero sí a largo plazo) y entonces no programó cesárea. Se aseguró con los monitores de que todo estaba bien y lo único que quedaba era esperar a que ellos decidieran salir.

En uno de esos monitores unos días después observaron alguna contracción y al explorarme Regina me dijo que había dilatado 2 cm. Me fui a casa y pasamos una noche tranquila, yo no sentía contracciones.

A la mañana siguiente fuimos a consulta y allí mismo rompí aguas. La clínica donde di a luz está al lado de la consulta de Regina, asi que esperamos a que llegara la matrona y con ella nos trasladamos al hospital. Mientras venía, nos fuimos a tomar algo, yo estaba realmente tranquila para la sorpresa de todos. Creo que mentalmente me había preparado tanto para aquel momento, que lo único que quería era poder disfrutar de cada proceso del parto.

Sobre las dos de la tarde ingresé y fuimos directamente a la "habitación naranja". Es un lugar especial para dar a luz, decorada con mimo y con todas las facilidades para la parturienta: bañera para relajarte, pelota para relajar la espalda, además de monitores sin cable que te permiten moverte con tranquilidad por toda la habitación, incluso dentro de la bañera. Tiene un salón para familiares y en este lugar te sientes como en casa... Yo no tenía contracciones (bueno, las tenía pero apenas las sentía) cuando ingresé... Colocamos nuestra vela con dos llamas (una por cada bebé), pusimos nuestra música especialmente preparada para el parto (los nenes la escucharon durante todo el embarazo) y
encendimos mi incienso favorito...Además todos los que estábamos allí nos pusimos las camisetas con una foto impresa dando la bienvenida a los nenes... Jose con la cámara de vídeo iba reflejando cada momento. El ambiente era excelente con Raquel, una matrona con una sensibilidad especial, pendiente de mí en cada momento; Regina, muy cercana y tranquila, Sonia ayudando en lo posible y mi madre y mi marido... Era como estar pariendo en casa...

Estuve haciendo yoga, y puedo deciros que conseguí posturas que ya al final del embarazo no podía hacer a pesar de ser profesora de yoga... Creo que la oxitocina que desprendía, unida a la relajación y el buen ambiente ayudaron a ello... Me di un baño relajante, ya cuando las contracciones eran más continuas... Las sentía y dolían, pero era un dolor gratificante... Cada vez que pasaba una decía, "una menos" y seguía charlando tranquilamente... Volvería a pasar mil veces por ese maravilloso dolor, antes que tener que someterme a una cesárea (ojalá se pudiera elegir).

En un principio todos pensamos que estaría varias horas dilatando pero no fue así. En una de las exploraciones que me hizo Regina ya estaba casi completamente dilatada y el pie de Martín, el primero de los mellizos, estaba metido en la pelvis. Fue entonces el momento en el que Regina decidió pasar a quirófano para la cesárea... He de confesar que ese fue el peor momento de todos. De un ambiente familiar y tranquilo me vi en una camilla camino de quirófano... Tan sólo fueron unos segundos, pero al no ver a nadie conocido cerca durante el traslado me sentí sóla y rompí a llorar... Las contracciones eran muy seguidas pero ya casi no las sentía. Sólo pensaba en que no podía parir como yo hubiese querido y me sentí mal, muy mal... Afortunadamente en cuanto entré a quirófano vi la cara de Raquel y de Sonia y después a Regina y en ese momento entendí que no estaba sóla, que estaba en las mejores manos y que todo saldría muy bien... Me pusieron la epidural y en unos minutos ya estaba saliendo Martín... No sé cómo explicar la sensación de ver esa carita maravillosa. Lloré, lloré mucho...Tres minutos más tarde nació Daniel. Me miró con unos ojos muy grandes y también lloré de emoción. Fueron los momentos más intensos y más felices en 32 años que tengo. Martín nació a las 17.00 y Daniel a las 17.03 de la tarde. Mientras terminaba la operación, el pediatra se acercó para decirme que tenía dos niños muy sanos: Martín pesó 2,975 gramos y midió 50 cm y Daniel pesó 3,100 gramos y midió 49 cm.

En menos de 20 minutos me vi en la camilla camino de la habitación. En el recorrido hacia la habitación, Raquel llevaba a un bebé y Jose al otro. No nos separamos, todos estábamos estupendamente y no necesitamos asistencia médica ni nada de nada... Así que enseguida estuvimos todos juntos disfrutando de unos momentos mágicos. Mi madre, que esperaba en la habitación, se sorprendió muchísimo al ver que ya estábamos allí... Todo fue muy rápido y muy bonito, a pesar de estar presente una operación. El hecho de estar con profesionales que te dan confianza, para mi lo fue todo. No me vi perdida, me sentí respetada y muy mujer, muy madre. Eso gracias a Regina y a su equipo, a su gran respeto por la mujer que está de parto y a su cercanía como ginecóloga y como persona.

Desde aquí debo dar las gracias a todos los profesionales que me he encontrado en esta etapa de mi vida. En mi caso, una cesárea fue médicamente lo que tenía que ser, pero no supuso un trauma para mí por haber elegido a las personas y lugar adecuados. Me considero muy afortunada por ello. Soy consciente de que no siempre se puede elegir como yo lo hice.

Ánimo a todas las que estéis esperando y sabed que un parto múltiple puede llevar complicaciones, pero que cada mujer y embarazo es un mundo y no podemos nunca generalizar. Se puede tener un parto "normal" aunque se espere más de un bebé.

Mercedes

23 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (9)

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De siete a ocho meses
Las distracciones al pecho pueden continuar. No te dejes engañar por la creencia de que la falta temporal de interés de tu hijo por el pecho es una señal de que está listo para el destete. Es extremadamente raro que un niño se auto-destete antes del año de edad.
Te darás cuenta de que tu hijo querrá menos leche en la medida en que tome más sólidos. Los bebés a menudo dejan una o dos tomas en el momento en que tienen bien establecidas tres comidas sólidas al día, aunque se debe seguir ofreciendo el pecho primero.
Tu bebé todavía tiene que tomar el pecho de cinco a siete veces al día (Fredregill 2004).
A tu bebé probablemente le están saliendo los dientes en serio en esta época. En realidad, hay dos tipos de dentición: dentición crónica y dentición aguda. La dentición crónica está en marcha. Te darás cuenta de que tu bebé babea muchísimo, se mete cualquier cosa que le quepa en la boca y se muerde o chupetea los dedos o las manos, pero seguirá comiendo y bebiendo con normalidad. Durante la dentición aguda, los dientes cortan la encía en un proceso muy doloroso para la mayoría de los niños. Cuando a los bebés les está saliendo un diente en este proceso de dentición aguda, suelen estar menos interesados en el pecho o en los sólidos, ya que les molestan las encías y les duelen al succionar o comer. Por suerte, la dentición aguda sólo dura unos pocos días cada la vez.
Los bebés amamantados entre siete y nueve meses tienen mayor inteligencia que los amamantados durante menos de siete meses (Johnson).

21 de julio de 2013

Carros gemelares - Uppa Baby


Uppa Baby tiene a nuestra disposición el carro gemelar Vista, aunque no puede ser usado desde el nacimiento, pues el asiento posterior sólo es utilizable a partir de los tres meses y hasta los 15,9 kilos. El asiento superior admite capazo y portabebé. El asiento es reclinable hasta quedar completamente plano y se puede poner mirando a mamá o a la calle. Además tiene una posición completamente vertical para que valga como trona en caso de salir a comer fuera. Las ruedas delanteras tienen 20 cm. de diámetro y las traseras 28 cm, y son de goma y espuma, no se pueden pinchar.

Tanto la capota como el manillar son regulables en altura, lo que no está nada mal, sobre todo la capota, porque oye, parece que no, pero los niños crecen. Los textiles son extraíbles y lavables. El carro se pliega con un sólo movimiento. La cesta inferior es gigantesca para meter todas esas cosas que llevas cuando llevas niños.

Incluye: silla y capazo, burbuja de lluvia y mosquitera para ambos, cesta y barra delantera de seguridad.

Dimensiones:
  • Abierto 63.5 x 111.75 x 89 cm
  • Plegado con asiento: 63.5 x 45.7 x 81.3 cm
  • Plegado sin asiento: 63.5 x 30.5 x 81.3 cm
Carga máxima:
  • Silla: homologada para niños hasta 22,7 kg
  • Rumble seat (segundo asiento): homologado para niños hasta 15,9 kg
  • PiggyBack (patinete): homolgado para niños hasta 22,7 kg
  • Total admisible: (uso simultáneo de silla, rumble seat y piggyback): 61,3 kg.
Peso
  • Chasis con asiento: 11.5 kg
  • Chasis: 8.4 kg
  • Asiento: 3.1 kg
  • Capazo: 4.3 kg

19 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (8)

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Cinco a seis meses

Has reducido en gran medida el riesgo de que tu bebé desarrolle alergias al esperar hasta ahora para introducir sólidos, especialmente si existen antecedentes familiares.
Una vez que tu bebé esté tomando dos o tres 'comidas' sólidas al día (aunque estas comidas pueden consistir en mini porciones de comida) felizmente, es posible que ya no esté tomando tanto pecho como antes. Por lo general, las tetadas de primera hora de la mañana y la de antes de acostarse suelen ser como antes, pero durante el día el bebé puede amamantar un poco menos. A pesar de eso, es posible que todavía tome pecho entre seis y ocho veces al día (Fredregill 2004).
Alrededor de los seis meses tu bebé tendrá otro pico de crecimiento. Aunque ya coma sólidos, recuerda que la alimentación complementaria es complementaria al pecho, por lo que se le debe ofrecer en primera opción el pecho, ya que la leche materna es más nutritiva. Si tu bebé ya dormía toda la noche es posible que empiece a despertar a media noche para tomar el pecho durante esta etapa de crecimiento.
Después de los primeros seis meses, los bebés alimentados con leche materna tienden a ser más delgados. En comparación con sus amigos alimentados con fórmula, los bebés amamantados aumentan un promedio de medio kilo menos durante los primeros doce meses. El peso extra en los lactantes alimentados con fórmula se piensa que es debido al exceso de retención de agua y una composición diferente de la grasa corporal. (Dewey. K). Espera que tu bebé amamantado gane una media de 500 gramos al mes desde los seis meses hasta que cumpla un año.
Tu bebé crecerá algo más de un centímetro al mes a partir de ahora y hasta el año.
Vigila la ingesta de líquidos de tu bebé. Si se sustituyen demasiadas tomas de pecho con dieta sólida de forma demasiado rápida, puede no estar recibiendo suficiente cantidad de líquido, lo que puede conducir al estreñimiento (evidente porque sus deposiciones comenzarán a ser como bolitas). Poner a tu bebé al pecho con frecuencia debería aliviar el problema.
Una gran cantidad de manuales de puericultura establecen que el bebé debería haber duplicado su peso de nacimiento a estas alturas, pero recuerda que cada bebé es único. Al evaluar el patrón general de crecimiento de tu bebé, hay que tener en cuenta su peso y su altura al nacer, la edad gestacional y el tamaño de los padres. Se ha señalado que, "en el momento en que estánn listos para tomar sólidos, los bebés alimentados con leche materna a menudo ganan menos peso de lo que muchas de las tablas de crecimiento dicen que debería" (lim. P). La compleja naturaleza de una relación armoniosa con la lactancia materna no se puede pesar, medir o trazar con datos científicos sobre un gráfico. Si tu pediatra te da mucho la lata con este tema, enséñales el artículo "Look at the baby, not the scale".
Gracias a que has amamantado a tu bebé durante seis meses, le has protegido significativamente contra el eczema durante sus primeros 3 años (Chandra et al).
¡Ahora estás entre ese 1% de las madres que han amamantado durante tanto tiempo! ¡Bravo! (BBC 2012).
También has proporcionado a tu bebé un 19% de posibilidades menos de padecer leucemia linfocítica aguda infantil y un 15% menos de padecer leucemia mieloide aguda (Tufts-New England Medical Center Evidence-Based Practice Center).

La imagen es de http://somethingswong.wordpress.com

17 de julio de 2013

Por qué no hay que aplicar el método Estivill


Muchas veces, en alguna reunión social o en alguna conversación entre padres en el parque, surge el tema Estivill. Sigo sorprendiéndome de la naturalidad con la que comentan su eficacia quienes lo han aplicado. Por eso hace tiempo que tengo pendiente escribir este post. Pero antes, hablemos de este señor, Estivill, y lo que propone para hacer dormir a los niños.

No todo el mundo sabe que lo que ha hecho este pediatra es copiarse un método ideado por el estadounidense Ferber, que consiste en aumentar progresivamente el tiempo que se deja llorar al bebé en la cuna por las noches, hasta que deja de llorar del todo (total, nadie va a acudir). De manera que Estivill no ha hecho nada original.

¿Y funciona? Pues sí: los niños acaban durmiendo. Con este argumento, los padres que defienden el método justifican su decisión. Pero, en la crianza (y en la vida), el fin nunca justifica los medios.

Estas son algunas de las razones por las que no hay que aplicar el Estivill:
  1. Los niños no llegan a dormir como los adultos hasta cumplidos los 6 años. Es decir, hasta esa edad, los despertares nocturnos son normales. No hay nada de malo en un bebé que se despierta por las noches. El problema lo tienes tú, no tu bebé.
  2. Tú sabes que tu bebé está perfectamente a salvo en su cuna. Pero tu bebé no sabe que está a salvo. Para él, la mayor amenaza es no tenerte cerca. Gracias a este instinto, que está escrito en su código genético desde que existe la especie humana, es que hemos podido sobrevivir. Imagina a un bebé abandonado a su suerte en una pradera prehistórica, presa fácil de cualquier depredador. Sin el instinto de llorar al sentirse en peligro, y así alertar a su madre, sus minutos están contados. Tu bebé, en el siglo XXI, comparte el mismo código genético que ese bebé prehistórico. Para él, la amenaza de estar a oscuras, solo en una cuna, sigue siendo tan real como la del bebé expuesto a ser devorado por las fieras.
  3. Los bebés no piden lo que no necesitan. No está tratando de manipularte, ni de salirse con la suya: eso lo hacemos los adultos. La necesidad de contacto para un bebé es tan importante y vital como la necesidad de alimento. Pretender que un bebé se quede tranquilito en su cuna sin chistar y que duerma toda la noche es un sinsentido. De acuerdo con Rosa Jové, sólo un 10 o un 15% de los bebés son capaces de dormir 10 o 12 horas de un tirón a la edad de 7 meses.
  4. Un bebé espera ser atendido cuando llora. Si nadie acude, comprenderá que de nada sirve hacerlo, que él no es importante: que no es amado. Y arrastrará este condicionamiento (y la consecuente falta de autoestima) hasta la vida adulta. Aprenderá que no vale la pena luchar, que la batalla está perdida de antemano. Lamentablemente, son demasiados los adultos hoy en día que ven la vida de esta forma. Y esto es algo trágico.
  5. Un niño es un ser humano y merece el mismo respeto que un adulto. Esto incluye el respeto a sus propios procesos naturales. ¿Le negarías atención a un adulto que sufre, sólo para que «aprenda»?
  6. Un niño que siente miedo y cuyo llanto no es atendido, segrega adrenalina y otras sustancias que hacen que en todo su organismo se active un estado de alerta (igual que te ocurre a ti en situaciones de peligro). Llega un momento en que la amígdala, una parte del cerebro emocional, se colapsa. Entonces el organismo empieza a segregar nuevas sustancias (endorfinas, serotonina) para combatir ese estado de alerta, pues no se puede mantener por demasiado tiempo. Es entonces cuando el niño, drogado por su propio organismo, se duerme. ¿Ha aprendido a dormir? No. Se ha autodrogado (Dormir sin Lágrimas, Rosa Jové). En esto es que se basa el Estivill. Cuanto más pequeño es el niño, mayor es el estado de shock al que se le somete.
  7. Una exposición prolongada a la adrenalina y otras hormonas del estrés trae muchas secuelas negativas, como el daño de células cerebrales y una «desregulación duradera de la bioquímica cerebral» (Jové), con consecuencias como depresión, trastornos del apego, indefensión aprendida, ansiedad, hiperactividad…
  8. Si no te hubiesen convencido de que el método Estivill es sano, no lo harías. No conozco una sola madre que no haya tenido la más mínima duda de estar haciendo lo correcto al escuchar llorar a su bebé y no acudir. Pon la mano en tu corazón y pregúntate si realmente quieres hacer esto. ¿A que no? ¿A que todo tu cuerpo te está pidiendo que acudas de inmediato y cojas en brazos a tu hijo, y le cantes y arrulles hasta que este dormido? Pues eso es exactamente lo que tienes que hacer, lo que la naturaleza te ha programado para que hagas. ¿Por qué vas a dar más crédito a un médico que le pone su nombre a un método que inventó otro que a tu propio corazón? ¿Quién es quién para decirte que es malo coger a tu hijo y cantarle?
  9. Existen otras alternativas. Si tu bebé se despierta cada hora y media (como lo hacía el mío), si estás agotada y no puedes más, existen formas respetuosas de ayudar a tu bebé a conciliar el sueño más rápidamente, y a volver a dormirse sin ayuda cuando se despierte por la noche. Te recomiendo el libro El Sueño del Bebé Sin Lágrimas de Elizabeth Pantley, que puedes conseguir en Amazon entrando aquí. A mí me cambió la vida, y sin derramar ni una sola lágrima. Ninguno de los dos.
Por Vivian Watson, de Nace una mamá

15 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (7)

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Cuatro meses
Haber dado el pecho en exclusiva a tu bebé estos cuatro meses le ha proporcionado una gran protección  contra las infecciones de oído y de las vías respiratorias durante todo un año (Academia Americana de Pediatría; Tufts-New Medical Center Inglaterra Evidence-Based Practice Center; Duncan.B et al) y habrás reducido el riesgo de que tu bebé muera de muerte súbita del lactante.
A estas alturas ya habéis superado los primeros obstáculos, tales como obstrucciones, pezones doloridos y  la maratón de mamar a todas horas. La lactancia se está convirtiendo en algo mucho más fácil que dar biberones.
En esta época la dentición puede causar que tu bebé comience a babear, chuparse los dedos o morder objetos. Esta necesidad de chupar o morder cosas pueden ser fácilmente mal interpretado como una señal de que tu bebé se queda con hambre después de una toma y está listo para el destete. Además, ten en cuenta que el hecho de coger la comida no significa que la esté pidiendo. Los bebés se interesan por todo, y les gusta imitar, así que hacer movimientos de la boca no significa que pueda comer sólidos. Del mismo modo, algunos de sus amigos, los fabricantes de alimentos para bebés e incluso profesionales de la salud te pueden sugerir que introduzcas alimentos sólidos en este momento. El Departamento de Salud del Reino Unido, la OMS y Unicef, todos recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses (es decir, sólo leche materna). Esto se debe a que el sistema digestivo de tu bebé es poco probable que esté lo suficientemente desarrollado como para hacer frente a los sólidos antes de esa fecha. También en contra de lo que algunos comerciales de la salud pueden decir, comenzar con los alimentos sólidos antes de los seis meses de edad no va a aumentar la ingesta de calorías de su bebé o ni mejorar su salud. La leche materna tiene mayor concentración de grasa y otros nutrientes esenciales que cualquier alimento sólido.
Desde ahora y hasta los siete meses de edad, tu bebé debe amamantarse por lo menos cinco veces al día (24 horas). Una de esas tomas será probablemente nocturna.
Algunos bebés quieren alimentarse con más frecuencia durante la dentición, mientras que otros pueden mamar con menor frecuencia, llegando algunos incluso a no querer tomar pecho, lo que a veces se señala como una huelga de lactancia. Si esto sucede, trata de aplicar algún tipo gel para la dentición infantil. Tu bebé podría aceptar el pecho con mayor facilidad si no le duelen tanto las encías. Si tu bebé aún rechaza el pecho, tendrás que extraerte leche con frecuencia para evitar que los conductos se obstruyan y para mantener la producción. Una huelga de lactancia suele durar entre dos y cinco días, aunque puede durar más tiempo.
Puedes notar una disminución adicional de aumento de peso de tu bebé en este momento. Entre los cuatro y los seis meses, los bebés alimentados con leche materna tienden a aumentar de peso más lentamente que sus pares alimentados con fórmula, aunque el crecimiento en longitud y circunferencia de la cabeza es similar en ambos grupos (Moody et al). "Aumento de peso gradual, aunque esto no es necesariamente uniforme, y una caída de despegue de la ganancia de peso no debe ser tomado de forma aislada para sugerir que la alimentación no va bien" (Johnson).
Algunos bebés se alimentan muy rápidamente a esta edad (3-5 minutos) y puede distraerse en el pecho, incluso tirando de la mama después de sólo unas pocas succiones. La alimentación en un entorno tranquilo puede ayudar. Noche de vigilia puede comenzar de nuevo o ser más frecuentes a medida que su bebé trata de compensar las calorías perdidas durante el día (leer más sobre despertares repentinos noche a los 4 meses aquí).
Por la lactancia materna durante 4 meses de haber dado a su hijo un menor riesgo de desarrollar eczema y asma (NCT).
A los 4 meses, los bebés han entrado en un hito cognitivo significativo, sus cerebros están pasando por una enorme aceleración del crecimiento, que representa la totalidad del aumento en la vigilancia y la distracción. Un bebé que se utiliza para alimentar con atención ahora se desprenderá y en el pecho, se volvió a mirar cuando la hermana de papá o grande entra en la habitación, o si un ruido le llama la atención.
Es posible que se prepara para volver al trabajo, y un montón de madres que amamantan a tomar la decisión de cambiar la fórmula en esta etapa. Sin embargo, esto no tiene por qué ser el caso. La leche puede ser expresado para que su bebé tenga mientras estás en el trabajo. Usted puede encontrar una colección de recursos para el trabajo y el bombeo de las madres aquí. Si no es posible expresar, pruebe con un banco de leche o como último recurso, usted podría dejar de depender en su fórmula durante el día y mantener su mañana y la noche va amamanta.

13 de julio de 2013

Mi niño no me habla


Últimamente leo y escucho algo que me temía desde hace tiempo y que supongo que terminará convirtiéndose en moda también: cómo enseñar a tu bebé a hablar.

Confundimos estimulación con métodos y nos lanzamos a adiestrar a nuestros hijos en hechos que suceden sin más intervención que la interacción natural padres-hijos-ambiente.

¿A qué se debe esta sobreactuación sobre todos y cada uno de los hechos del desarrollo? Me inquieta de verdad.

Ya he comentado en algunas ocasiones que los padres de hoy mantienen un afán malsano (para el niño) de ponerse todas las medallas que, en realidad, le corresponden al pequeño. Los niños “nos comen” bien, mal o regular. “Le quitamos” el chupete, el bibe y el pañal (y con llenos de orgullo lo decimos, mientras el niño nos mira como si no tuviera él nada que ver en el asunto) y “conseguimos que duerma del tirón” o “le enseñamos a dormir” para que nos deje tranquilitos 12 de las 24 horas que vive a nuestro lado (esto es un decir, porque de las 12 restantes es posible que sólo estemos realmente juntos 2 o 3).

Sea como fuere, hechos tan sencillos y naturales como comer, dormir, succionar o controlar los propios esfínteres ya no les pertenecen a los niños, sino a sus orgullosos padres, que se han leído un libro o, en el peor de los casos, han seguido la “metodología popular”. Me pregunto si tras la necesidad de atribuirnos los logros ajenos (los de nuestros hijos) no se esconderá una obsesiva necesidad de control... o quizá la propia infancia robada, la propia necesidad de aprobación, de visibilidad, de hacer las cosas bien.
Son necesidades muy lícitas, todos las tenemos, pero no a costa de la invisibilidad de nuestros hijos, por favor.

En cualquier caso, temas como los anteriores llevamos años debatiéndolos, posicionándonos, probando y errando (o acertando). Hace meses hacía un repaso mental de los pocos logros que le quedan al niño por reclamar para sí mismo y así a priori se me ocurrían dos: el lenguaje y caminar.

Pues bien, ya comienzan a aparecer inquietudes al respecto: madres y padres que se inquietan (y mucho) porque la maestra de turno les sugiere una visita al logopeda ya que su hijo/a de tres años no pronuncia bien o no habla como “es de esperar”. Familias que sospechan un retraso en el desarrollo del lenguaje porque su pequeño, de dos, no habla igual que lo hizo su hermanito. Estas familias ignora que el lenguaje es mucho más que palabras: no saben que el lenguaje infantil es un código la mayor parte de las veces no verbal, que sólo se puede descifrar permaneciendo en conexión con el niño.

Comenzamos a leer técnicas para “estimular el lenguaje”, ejercicios para tonificar el aparato fonador, y métodos varios para que nuestros pequeños hablen y pronuncien “como es debido” y a las edades que hemos establecido para ello (a los dos años ya deberían hablar como loros). Queremos que nuestros hijos sean como nos dicen que son los niños. Y queremos que sean siempre “como los demás”.

Si supiéramos lo peligroso e irresponsable que resulta la tendencia a la “normalización” y la “uniformidad” a la que estamos asistiendo en estos años, nos lo pensaríamos dos veces antes de evitar fóbicamente todo aquello que represente la individualidad, la unicidad, la particularidad o el ritmo personal del niño en crecimiento.

Las diferencias nos enriquecen y fortalecen nuestra propia estima, lo contrario nos aborrega y nos supedita a entrar en unos estándares sólo compartidos por unos pocos: la uniformidad condena a las personas (a los niños) al fracaso personal, a la etiqueta, a la pobre valoración y, lo que es peor, a la renuncia expresa a lo que uno es en realidad y cómo es en realidad.

Para que todos ustedes lo sepan: los niños no necesitan que les enseñemos a hablar, necesitan que seamos nosotros los que les hablemos…. y que les escuchemos. Que pasemos tiempo con ellos, que les leamos cuentos, les cantemos canciones, les susurremos al oído, les hagamos pedorretas. Que le pongamos palabras a sus sentimientos y a los nuestros: amor, cariño, enfado, rabia. Que nos enternezcamos con sus errores y caigamos rendidos ante sus logros.
Porque las palabras que salen de su boca, ya sean muchas o pocas, escriben el libro de su vida, no de la nuestra.

Y permitanme la ironía, pero cuando pase la moda de “enseñarles a hablar”, de una cosa estoy segura: cientos de padres (los mismos que se preocuparon porque el niño no hablaba) acudirán nerviosos a las librerías y a las consultas preguntando : “y ahora, ¿cómo le hago callar?”.

Violeta Alcocer.
Publicado en el blog Atraviesa el espejo

11 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (6)

Antes de leer esta entrada, lee las anteriores:


Dos meses
Tu bebé aún tendrá que alimentarse cada dos horas o dos y media, aunque puede llegar a las tres horas. Lo normal es que se alimente de ocho a doce veces en veinticuatro horas (West 2010).
Tu bebé ahora puede tardar menos tiempo en cada tetada porque se ha vuelto más eficiente al pecho y por lo tanto requiere menos tiempo de mamar para obtener la misma cantidad de leche de manera efectiva. También es posible que sólo necesite mamar de un pecho cada vez, en lugar de los dos que necesitaba antes. Siempre le ofrecemos el segundo pecho, pero no te preocupes si tu bebé no parece quererlo o necesitarlo.
En este punto, la mayoría de los bebés, ya sean de pecho o alimentados con fórmula, todavía necesitan alimentarse una o dos veces durante la noche.
"A los dos meses la boca del bebé es mucho más grande por lo que le resulta más fácil prenderse" (Cave y Fertleman 2012). En consecuencia, es posible que cualquier problema de exceso de producción o de obstrucciones se comiencen a corregir de forma natural en este momento.
Desde ahora y hasta los cuatro meses, tu bebé debe tomar el pecho por lo menos seis veces en cada período de 24 horas.
Dar el pecho a tu bebé cuando le ponen las vacunas le proporcionará a tu hijo un "anestésico" único que disminuirá su nivel de dolor (Tansky.C y Lindberg. CE).
Con la lactancia materna exclusiva durante dos meses, tu hijo ahora tiene un menor riesgo de alergia a los alimentos a los tres años (NCT).

Tres meses
Nos encontramos con otro brote de crecimiento en puertas. No cedas a la tentación de dar fórmula (o peor aún, sólidos) para calmar el apetito de tu bebé, ya que una disminución en la frecuencia de la lactancia podría reducir tu producción de leche, que es exactamente lo contrario de lo que tu bebé está pidiendo.
Incluso después de haber pasado este brote de crecimiento, un bebé de entre tres y cuatro meses de edad debe alimentarse al menos cada cuatro horas durante el día.
Si tu bebé está empezando a dejar su alimentación nocturna, verás que sus tetadas durante el día son más prolongadas.
El bebé alimentado con leche materna tiende a eructar menos a estas alturas.
Probablemente has escuchado ese delicioso hecho de que la lactancia materna utiliza las reservas de grasa que has creado en el embarazo. La mayor pérdida de peso se observa en el período de tres a seis meses (Moody et al). Estás en el inicio de este período de súper-quema de grasa.
Es posible que tu bebé se distraiga mientras mama. Esto se debe a que su vista se ha desarrollado y puede ver lo que hay a su alrededor. Cuando tu bebé parezca distraído, ten cuidado de que esto no marque el inicio de un hábito de desarrollo en el que tu bebé se alimenta cada vez menos durante el día, y luego lo compensa por la noche.
Por haber dado el pecho durante al menos tres meses le proporcionas a tu hijo una reducción del 27% en el riesgo de padecer asma si no se tienen antecedentes familiares y una reducción del 40 por ciento si tiene antecedentes familiares (Tufts-New England Medical Center Evidence-Based Practice Center).
Si has amamantado de forma exclusiva durante este tiempo, tu bebé tendrá un mayor desarrollo en partes clave del cerebro en comparación con otros niños que fueron alimentados con fórmula o con una combinación de fórmula y leche materna (Dean et al).
A estas alturas has proporcionado a tu hijo una reducción entre el 19 y el 27% en la incidencia de diabetes tipo 1 infantil (Tufts-New England Medical Center Evidence-Based Practice Center).

La imagen es de Mama bird diaries

9 de julio de 2013

Mi hijo grita, no habla

El escuchar a los niños correr, reír y gritar en el parque es algo que a todos nos agrada y llena de alegría porque demuestran que son felices y lo manifiestan de esa manera, pero que ocurre cuando esto misma forma de comunicarse se repite en casa, en ese espacio donde buscamos calma para descansar y relajarnos de las largas jornadas de trabajo, entonces ya no nos parece tan agradable ¿verdad?

Es normal que esto suceda si hablamos de niños menores de 2 años ya que a esta edad aún no son capaces de comunicar sus deseos y necesidades haciendo uso de la palabra de forma clara, pero pasada esta etapa debe ir dándose cuenta que puede conseguir las cosas sin necesidad de gritar o llorar, para entonces ya será capaz de usar algunas palabras o sonidos para llamar a las cosas.

A los dos años, los niños pasan por una fase en la que quieren llamar la atención y como han descubierto que gritando o llorando pueden conseguir lo que quieren, pues es natural que sigan usando estas formas después del año. Sin embargo, el niño no ha descubierto esa estrategia porque sea así como debe de ser sino porque los padres o personas a su cuidado han hecho que sea de esa manera.

Los niños actúan de acuerdo a nuestras reacciones, por lo tanto, si cada vez que lloran o gritan les damos lo que quieren pues tenga por seguro que seguirá haciéndolo, pero si en vez de ello les decimos que así no les entendemos y esperamos a que se calmen o bajen el tono de la voz para que nos lo pidan, ellos sabrán que sólo así le tomarán atención y no será necesario que grite.

Ahora, los niños también aprenden por imitación, entonces tenemos que si en casa todos hablan con tonos de voz elevados no será novedad que el niño también lo haga porque para él será algo normal, pero si por el contrario tratamos de usar un tono de voz suave sobretodo nos encontramos frente a ellos, seremos mejores modelos y los niños repetirán esta conducta.

También es importante, cuando se observa que esta conducta continúa en los niños, realizarles una evaluación auditiva (audiometría) ya que puede deberse a que sus niveles de audición están bajos, como ellos no se escuchan piensan que los demás tampoco los escuchan y levantan el tono de la voz. Cuanto antes este problema sea detectado será más sencillo tratarlo.

Acciones a tener en cuenta:
  • Aunque el niño grite, tú no debes hacerlo.
  • Mantener un tono de voz suave, esto le servirá de modelo a imitar.
  • Evitar hablarles a cada rato del tema, esto sólo logrará reforzar la conducta y continuará haciéndolo.
  • Dar forma a sus gritos diciéndole lo que debe decir, ejemplo: “di dame”.
  • Cuando grite no molestarse, de esa forma no se logra nada.
  • Decirle que cuando grita no le entiende y estar atentos para cuando cambia su tono de voz para escucharlo.
  • Evitar decirle cosas como “eres un gritón”, “estoy harto de tus gritos”, etc.
Es importante mantener la paciencia, el proceso de cambio no se da de un día para otro, la solución se verá a largo plazo. Los niños deberán ir conociendo el camino de cómo usar mejor su lenguaje para hacer sus requerimientos y expresar sus deseos con ayuda de sus padres, quienes le enseñarán poco a poco.

Juvitza Panez Salazar
Especialista en Evaluación y Tratamiento de los Problemas de Lenguaje

7 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (5)

Antes de leer esta entrada, lee las anteriores:
  • "Alrededor de las cuatro semanas tu bebé tardará unos 40 minutos en mamar, en lugar de una hora" (Cave y Fertleman 2012).
  • La ganancia de peso de tu bebé comenzará a frenarse un poco en relación con el periodo anterior. Tu bebé engordará de medio a un kilo al mes desde ahora y hasta los seis meses.
  • Tu bebé crecerá aproximadamente de dos a tres centímetros al mes hasta los 6 meses.
  • A medida que los bebés crecen, no sólo engordan más lentamente, sino también de forma más irregular. La dentición o cualquier enfermedad pueden dejarle sin ganas de comer varias semanas y puede que no engorde absolutamente nada. Pero en cuanto se sienta mejor, su apetito revive y se pondrá al día en cuanto a peso (Spock 2004).
  • Además, el bebé alimentado con leche materna puede no ensuciar muchos pañales en este momento. Algunos sólo harán caca una o dos veces a la semana. Otros bebés alimentados con leche materna pueden hacer varias al día. Depende mucho de cada persona. Que no haga caca todos los días no quiere decir que esté estreñido. Las heces duras, difíciles de echar, sí. El estreñimiento es muy raro en los bebés alimentados con leche materna.
  • Haber amamantado en exclusiva durante al menos un mes le proporciona a tu bebé una protección significativa contra las alergias a los alimentos a los tres años de edad, y también contra el asma a los 17 años de edad (Saarinen. UM y Kajosaari. M).
Sexta semana:
  • La segunda etapa de crecimiento de tu bebé se producirá hacia esta semana.
  • En este momento, puedes empezar a notar que tu pecho deja de molestarte antes de cada tetada, y se queda mucho más blando, pero no temas, en realidad está produciendo más y más leche para tu bebé en crecimiento. No asumas que se te está acabando la leche sólo porque el pecho está más blando entre tetadas: simplemente es que tu cuerpo es cada vez más eficiente. Es lamentable que este cambio coincida a menudo con el pico de crecimiento de las seis semanas lo que lleva, naturalmente, a las madres a estar innecesariamente preocupadas por su producción de leche. "Un bebé puede obtener 180 ml o más de un pecho que a la madre no le parezca en absoluto "lleno"" (Spock 2004).
  • Es común que en este momento te des cuenta de que un pecho produce más leche que el otro, o que a tu bebé le resulta más fácil prenderse a uno en concreto.
  • Es probable que las fugas de leche hayan disminuido o cesado por completo ahora, aunque algunas madres experimentan más pérdidas que otras.
  • Ya no puedes sentir la bajada de la leche o lo sientes de forma muy leve. Algunas madres no sienten esa "bajada" nunca, pero pueden decir que baja al ver cómo su bebé mama y traga cuando la leche baja.
  • No se recomienda que empieces a extraerte leche hasta que hayas tenido la oportunidad de conseguir una buena producción de leche. Esto suele ocurrir en alrededor de las seis semanas. Si decides iniciar la extracción de leche, te en cuenta que extraerse poca cantidad no significa que tengas poca leche.
  • Del mismo modo, ahora puedes empezar a utilizar el chupete, aunque es preferible no hacerlo.
  • A estas alturas ya habrás facilitado la vida a tu bebé en la parte más crítica de su infancia. Los recién nacidos que no son amamantados son mucho más propensos a enfermarse o ser hospitalizados, y tienen muchos más problemas digestivos que los bebés alimentados con leche materna. Dar el pecho durante seis semanas también hará que tu hijo tenga menos riesgo de infecciones pulmonares hasta los 7 años de edad (NCT).
La imagen es de Je suis une seinte

5 de julio de 2013

Sueño feliz


Escribo esta entrada mientras mi hijo de 3 años y 3 meses, Julián, me muestra claras señales de que quiere dormir. Me fue a buscar al escritorio y me dijo: “Quiero que me acompañezzz”. “Claro, amor”. Desenchufo el computador y me voy a la cama con él y con el computador. En estos momentos su mano izquierda está agarrando mi oreja. Tocar sus orejas o las orejas de otros de confianza (yo, su papá y la señora que por algunas horas lo cuida) es señal de deseo de compañía. Si no respondo luego a esa señal, pronto puede que se active, irrite, no sepa bien lo que quiere y surja una pataleta. Acá estamos los dos, en la cama. Él agarra mi oreja y yo escribo.
Escribo para mí, para ustedes y para los futuros niños del planeta, continuando un círculo de protección que muchas mujeres y hombres hemos comenzado con el objetivo de Un Sueño Feliz.
Desde que nació, mi hijo duerme con nosotros. Tiene una cuna grande pegada a mi cama, sin barrotes. Es una prolongación de nuestra cama. Debo decir que nunca he tenido que mecerlo para dormir, lo que hacemos es que me acuesto junto a él y, dependiendo de su edad, ha manifestado distintas conductas hacia mí. Al comienzo (hasta más o menos 1 año 6 meses) era rápido, un poco de pecho y listo, dormido. Luego me acostaba y él subía y bajaba de la cama, saltaba sobre mí, hasta que pronto caía profundo…
Y así, simplemente ofrecerle mi calor, cuerpo, pechos y olor lo iba calmando, y una vez seguro, comenzaba a dormir.
Como me gusta leer, esta forma de acompañarlo a dormir me acomodaba también a mí, muchas veces pude continuar mis lecturas. A veces le canté canciones de cuna, las mismas que me cantó mi abuelita Nana. Ya hemos visto que las historias se repiten.
Cuando era más chiquitito, despertaba por la noche y bastaba una manito para el lado, a su cama colecho, para tocarlo, asegurarlo y se volvía a dormir. Antes le daba pecho, los dos medio dormidos, incluso dormidos. Hoy, algunas veces quiere hacer pipí, así que nos despertamos, vamos al baño y volvemos a dormir. Nunca ha tenido que llorar para conseguir el sueño. Y solo alguna noche de fiebre he dormido mal y peor él.
Compartir la cama con mi hijo ha permitido que todos tengamos un buen sueño.
Me enteré del Método Estivill y su libro “Duérmete Niño” por una amiga que comentó que lo aplicaba con su hija. Mientras iba relatando en qué consistía “el método”, se me iba cayendo la boca y abriendo los ojos. Alguien me dio una patadita para que cerrara la boca. Le pregunté, ingenua: “¿No te duele el corazón escucharla llorar?”. “Sí” me dijo, “pero no se acordará”.
Volví a casa a averiguar.
¡Qué dolor! ¡Estivill No! Simplemente no, porque no. Porque eso no se hace.
Le doy besos a mi hijo porque sí, porque me nace. No lo dejo llorando y le ofrezco mi seguridad porque sí, porque me nace. Eso ha dicho mi instinto, mi saber materno, el de mi hermana y el de millones y millones de mujeres y hombres por el mundo. No lo hago porque alguien me dijo que eso era lo correcto o incorrecto, me nace. No me nace natural dejarlo llorar. ¡Soy su madre! Si no cuenta con nosotros, sus adultos cercanos, en sus primeras necesidades de seguridad ¿quién lo va a ayudar?
Ese método duele. Duele el corazón, el estómago, el cuello, duele todo…
Ahora bien, como se nos ha adormecido el corazón y se nos ha ido atrofiando la capacidad de amar, muchas veces necesitamos ciertas explicaciones científicas y datos “duros”. Esto simplemente se trata de humanidad, de buenos tratos.
Ahora bien, como se nos ha ido atrofiando la capacidad de amar, muchas veces necesitamos ciertas explicaciones científicas y datos “duros”, cuando esto, simplemente se trata de humanidad, de buenos tratos.
Va una explicación:
El cerebro humano contiene muchas estructuras. Una de ellas es el neocórtex que se ubica por delante del cerebro, por nuestra frente. Esa estructura se encarga del pensamiento, la atención, la vigilia, etc. Necesita desconectarse del mundo para poder entregarse a los brazos de Morfeo. La manera que tiene el neocórtex de desconectarse es relajándose y para eso debe sentirse seguro, plácido, tranquilo. Si está alerta y asustado, sólo cortisol y adrenalina (hormonas del estrés) se adueñan del cerebro. Los más pequeños lloran y lloran, los más grandes caminan en busca de apego y calma para poder desconectarse y descansar.
Algunos adultos usan benzodiacepinas, alcohol, música clásica, hacen el amor y consiguen autoaliviarse y lograr dormir. Bien o mal, pero duermen. Los adultos de alguna manera podemos autogestionar nuestro estrés. Los niños, NO cuentan con esa capacidad.
Los bebés, nuestros hijos, luego de llorar y llorar, transpirar afirmándose con fuerza de los barrotes de la cuna, en plena oscuridad y a solas, se duermen. ¡Santo Estivill! Hemos conseguido que el “tiranito” se duerma. Por fin, quien nos vino a desarmar nuestra rutina está en silencio… ha dejado de llorar. Y comprendió además, nuestras palabras: “hijo, tranquilo, te amo, es hora de dormir”. Falso. Un niño menor de 4 años no tiene la capacidad de lenguaje desarrollada. La cercanía corporal es clave para su tranquilidad.
Cuerpo, cuerpo, cuerpo.
¿Saben por qué un niño entrenado deja de llorar y se duerme?
Porque es inteligente y se adapta. Su cerebro se liberó del estrés secretando opiáceos naturales y se durmió.
Cayó rendido. Dormido entre sollozos.
Aprendió que en la oscuridad no cuenta con nadie, mientras memoria implícita almacena sus angustias.
Leslie Power
Psicóloga Clínica
Pd. Escribí esto en 25 minutos. Mi hijo duerme y ya soltó mi oreja.
La crianza puede ser tanto más simple si somos más naturales, más mamíferos humanos que humanos mamíferos llenos de métodos.
¡AVISO!
Madres blogueras, profesionales, dueñas de casa, hombres nuevos, jóvenes sin hijos pero con ética y amor: hemos decretado para este viernes 29 de junio el Día Mundial del Sueño Feliz. Están todos los mamíferos humanos invitados a desmontar a Estivill.
En Twitter: #desmontandoaestivill para conseguir sea TT (trending topic).
En Facebook pueden unirse al grupo y seguir estos enlaces para difundir en sus muros, siempre usando “Desmontando a Estivill” NO al Duérmete Niño.
Encontrarán excelentes links sobre sueño feliz para sus hijos y para ustedes.

Publicado originalmente en Revolución del amor

3 de julio de 2013

Cronología de la lactancia materna (4)

Antes de leer esta entrada, lee las anteriores:
Cronología de la lactancia materna (1): desde el nacimiento y los dos primeros días
Cronología de la lactancia materna (3): del quinto día a la semana


Dos semanas:
  • La mayoría de los bebés han recuperado su peso de nacimiento a esta edad. Si éste es el caso, la frecuencia con que pesas al bebé debe ser menor. Ten en cuenta que no es obligatorio pesar al bebé. El gobierno del Reino Unido establece en sus directrices de salud que hay que pesar al bebé sólo si lo desean los padres o si si existe una preocupación profesional.
  • Si tu bebé todavía tiene que recuperar su peso al nacer, trata de no preocuparte, puede tardar hasta tres semanas (La Leche League). Anima a tu recién nacido a amamantar con frecuencia tanto durante el día como durante la noche. Además, espera hasta que tu bebé haya terminado de alimentarse del primer pecho antes de ofrecerle el segundo. De esta manera te aseguras de que tu bebé está recibiendo la leche del final, más rica en grasa.
  • Es probable que notes también la primera etapa de crecimiento de tu bebé en este periodo. Esto significa que tu bebé va a pedir activamente el pecho muchas veces de manera que parece que está todo el tiempo mamando. Por lo general, este patrón se produce durante la tarde o tarde. Estos picos de crecimiento generalmente duran dos o tres días, pero para unas pocas madres pueden durar una semana o más. Esto es normal, es un comportamiento saludable y no una señal de que tienes una producción inadecuada de leche.
  • Ahora al menos un pañal por día debe estar completamente empapado.
  • A pesar de que la succión es un reflejo del recién nacido, prenderse al pecho de manera efectiva no lo es. Por lo general, llevará un par de semanas, y a veces más, para que tanto madres como bebés sean unos "profesionales" de la lactancia.
Tres semanas:
  • Has llegado a la etapa en la que tu bebé probablemente tendrá un poco de control del cuello y una prendida al pecho decente que hace que este sea el momento perfecto para practicar la lactancia materna tumbada. Una vez dominada esta postura, será de gran ayuda en la alimentación nocturna, pues podrás dormitar mientras tu bebé mama.
  • Tus pezones se fortalecen tras dos o tres semanas (Cave y Fertleman 2012).

1 de julio de 2013

Los hábitos que adquieren los niños a los dos años

criando mútliples gemelos mellizos trillizos crianza carros gemelares

A partir de los 2 años, es importante que empieces a crear hábitos en tus niños. Los hábitos los puedes crear con rutinas y a través de tu ejemplo. No puedes pretender que tu niño lave sus manos antes de comer si en casa no lo hacen así. Recuerda que los niños imitan lo bueno y lo malo. Frecuentemente tenemos consultas de los padres, que quieren enseñar a sus niños a ordenar o a limpiar, pero a los 5 o 6 años, cuando sus niños se acostumbraron a dejar sus juguetes tirados y que sea el personal de servicio, los padres o los abuelos los encargados de recogerlos.

Lo que separa a un bebé de un niño es la autonomía, que aproximadamente a los 2 años empiezan a tener. Ya tienen un lenguaje que les permite manifestar incluso de manera sencilla lo que les agrada y lo que no, y entienden muy bien los mensajes de sus padres.

Los hábitos también pueden lograrse con canciones, o haciéndolo ver un juego. Es indispensable que repitas esto todos los días.

Si tu niño se enferma o viaja, es probable que debas volver a empezar de nuevo, debido a que está en el proceso de aprender.

A continuación te brindamos algunos hábitos que tu niño logrará a sus 2 años, si se dan las condiciones adecuadas:
  • Comida: Aprenderá a comer a la misma hora todos los días. Logrará sentarse en su silla, e intentará comer empleando la cuchara, sin tirar la comida, o ver televisión.
  • Aseo: Logrará lavar sus manos solo y secarlas antes y después de comer, luego de ir al baño, aprenderá a cepillar sus dientes.
  • Orden: Enséñale a no rodearse de juguetes, brindándole el que desea, y ayudándole a guardar (dale el ejemplo y luego le pides que lo haga solito). Si desea otro juguete, que guarde el que tenía y saque el nuevo. Y que cada cosa tiene su lugar.
  • Sueño: Ya desde antes del primer año es que debes acostumbrar a tu bebé a dormir a ciertas horas, para ello debes tener algunas condiciones como bajar todos los sonidos, televisión, radio, computadora, atenuar las luces, y seguir una rutina de baño. Evita jugar con él si despierta de madrugada.
  • Autonomía: A esta edad logra coger la cuchara para empezar a comer, se desviste y viste solito, colabora cuando lo bañan, se lava las manos, cara y dientes sin dificultad.
  • Socialización: Enséñale con tu ejemplo a decir "por favor" y "gracias", cuando necesite algo, que las cosas no se piden gritando, que se habla pero no se grita. También puedes emplear títeres, cuentos o aprovechar algún episodio en la Tv de sus personajes favoritos.
Consejos para los padres:
  • No usar el "no".
  • Animar a su niño.
  • Emplear frases como "tú puedes", "eres un campeón".
  • Ayudarlo y acompañarlo pero no hacer las cosas por él.
  • No subestimarlo ni sobreprotegerlo.