30 de mayo de 2012

Las desvantajas del Tiempo Fuera (time-out)

 
Hace unos cuantos días encontré un articulo que me gusto mucho sobre las desventajas del time-out que, desafortunadamente, es tan usado hoy en día en hogares y escuelas. No ha sido posible conseguir permiso para publicarlo directamente aquí por lo que me gustaría recomendaros que os pasases por este link para leer y rumiar sobre este tema con este articulo de Aretha Solter.


Por cierto, que si teneis un ratito, la pagina web donde esta este texto (http://www.awareparenting.com) tiene mucha información la mar de interesante sobre crianza.

28 de mayo de 2012

El trabajo interior de la paternidad



"El mejor regalo que podemos hacer a nuestros niños es el nuestra propia presencia", escriben los autores. "Para estar en pleno contacto con nuestras vidas, hay que aprender a desconectar el piloto automático y aterrizar en el momento presente, vivir intencionalmente en el ahora, practicar lo que llamamos la "paternidad atenta". De la paternidad a la catástrofe no hay más que un paso. Ninguna otra experiencia en la vida provoca tal cúmulo de sensaciones contradictorias: de la ternura a flor de piel a la irritación permanente, de la lucidez repentina a la "locura" transitoria, del delirio vital al precipicio de las obligaciones que no cesan, los choques frontales con la pareja, la fatiga crónica, la desorientación total. "¿Entonces, por qué tenemos hijos?", se preguntan al unísono John y Myla Kabat-Zinn, autores de "El trabajo interior de la paternidad. "Tal vez lo hacemos por los besos y los abrazos... O tal vez con la intención de enriquecer nuestras vidas, pensando que saldremos fortalecidos en el intento".
Sea cual sea la razón, John y Myla Kabat-Zinn, padres de tres vástagos, nos sugieren que aprovechemos los nueve impagables meses de embarazo para trabajar interiormente, conocernos mejor a nosotros mismos y llegar con la primera lección aprendida al que será nuestro inseparable oficio durante el resto de nuestros días.
"El mejor regalo que podemos hacer a nuestros niños es el nuestra propia presencia", escriben los autores. "Para estar en pleno contacto con nuestras vidas, hay que aprender a desconectar el piloto automático y aterrizar en el momento presente, vivir intencionalmente en el ahora, practicar lo que llamamos la "paternidad atenta". La "paternidad atenta" no es sólo un antídoto contra el estrés, sino un modo de enriquecer desde dentro la experiencia de ser padre. ¿Cómo? Poniéndonos más frecuentemente a la altura de nuestros hijos. Aprendiendo de ellos todos los días. Observándolos calladamente. Fijándoles ciertos límites, pero sin controlarles en todo momento. Introduciendo pequeños ritos cotidianos que refuercen los lazos familiares. Regalándoles nuestro tiempo y no estando siempre con la cabeza -o con el móvil-en otra parte...
Lo que proponen John y Myla Kabat-Zinn es, ni más ni menos, que acometer la paternidad como una suerte de "meditación en acción" que repercuta en nuestro bienestar y en el de los propios hijos: "Es increíble comprobar cómo cambia radicalmente la actitud de los niños en cuanto perciben que estamos con ellos con nuestros cinco sentidos. La relación padre-hijo se convierte entonces en un flujo constante: las tensiones desaparecen y se alcanza una mágica sensación de gratitud y equilibrio".

Por Carlos Fresneda

26 de mayo de 2012

Once frases sobre la educación infantil


  1. Todos los niñ@s nacen con el deseo y la capacidad de aprender.
  2. Los niñ@s aprenden mejor cuando su aprendizaje nace de su propia curiosidad e interés, en vez de impuesto por alguien.
  3. Los niñ@s aprenden mejor con actividades manuales y con la experiencia de su propio descubrimiento, más que con las instrucciones dirigidas por otros. La formación de los conceptos llega de forma natural a través de las experiencias concretas.
  4. El juego es la forma primaria de aprender durante los primeros ocho a diez años, y tiene tres funciones importantes:
    • ayuda a los niñ@s a adquirir habilidades físicas, sociales e intelectuales
    • ayuda a los niñ@s a entender y asimilar información
    • ayuda a los niñ@s a resolver las experiencias traumáticas.
  5. La estimulación apropiada es importante. Un ambiente rico en materiales diversos fáciles de manipular propicia el aprendizaje de los niñ@s. Los niñ@s también se benefician cuando están expuestos a historias, libros, gente, lugares, ideas, música, juegos y actividades de la vida real.
  6. Los mejores juguetes son los que inspiran a los niñ@s a imaginar, construir, crear y pensar.
  7. Desarrollarse primero no es necesariamente mejor. Lo mejor es que cada niñ@ se desarrolle a su propio ritmo.
  8. Al igual que los niñ@s son diferentes también tienen diversos estilos para aprender.
  9. Demasiada televisión y vídeo puede interferir con el proceso de aprendizaje, sofocando la imaginación, creando miedos, promoviendo la pasividad, y malgastando un valioso tiempo de juego.
  10. Los niñ@s aprenden mejor cuando sus vidas están libres de estrés. El estrés interfiere con el proceso de aprendizaje, porque los sentimientos dolorosos pueden conducir a la confusión crónica, la ansiedad, la falta de confianza en sí mism@ y la inhabilidad para concentrarse. El proceso de aprendizaje se realza cuando se permite a los niñ@s expresar sensaciones dolorosas a través del llanto y las rabietas.
  11. La capacidad de aprender se ve afectada por la relación entre los padres y los hij@s. La capacidad intelectual se realza cuando:
    • Los hij@s se sientes queridos y aceptados, y reciben atención cualitativa. 
    • Se da ánimo a los hij@s, en vez de juzgarlos, criticarlos o corregirlos. 
    • Los padres tienen expectativas realistas sobre sus hij@s (ni tanto ni tan poco). 
    • La disciplina se consigue con un tratamiento sin castigos.
    • Se anima a los hij@s a que hagan preguntas y piensen con independencia. f. Los padres permiten la autonomía, y ayudan solamente cuando es necesario o cuando sus hij@s lo solicitan.
De Aletha Solter.
Imagen de la web de Unicef

24 de mayo de 2012

Los mellizos de Cleopatra y Marco Antonio

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El Consejo Nacional de Investigación Italiano (CNR) anunció hoy el hallazgo en un grupo escultórico conservado en el Museo de El Cairo de la única representación de los mellizos, niño y niña, fruto de la relación que tuvieron la reina egipcia Cleopatra VII y el general Marco Antonio.

El hallazgo lleva la firma de la egiptóloga italiana Giuseppina Capriotti, quien trabaja para el CNR, y que, en declaraciones a EFE, explicó que se trata de la única imagen que se ha encontrado hasta ahora de los gemelos, Cleopatra Selene II y Alejandro Helios.

Caprioti explicó cómo después de varios años de investigación ha podido publicar un estudio en el que se prueba que los dos niños que aparecen en este grupo escultórico, abrazados y con el sol y la luna sobre sus cabezas son los mellizos que tuvo Cleopatra y que Marco Antonio reconoció como sus hijos.

La escultura que representa a los gemelos desnudos, mide cerca un metro y fue encontrada en un templo dedicado a la diosa Hathor en la ciudad de Dendera y en ellas se puede observar a un niño con el pelo rizado corto y una trenza lateral típica de los pequeños egipcios de la época, mientras que la niña lleva un recogido con un moño que recuerda al peinado con el que se representa a Cleopatra.

La profesora basa sus investigaciones tanto en consideraciones del tipo iconográfico, ya que la escultura puede ser fechada en el periodo del reinado de Cleopatra VII por los detalles estilísticos que aparecen, como desde el punto de vista simbólico. Sobre la niña aparece el símbolo de la luna, que se identifica con el nombre que la pusieron sus padres, Cleopatra Selene, mientras que sobre el niño aparece un sol, que representa su nombre, Alejandro Helios.

"En Egipto, la luna era un símbolo para los varones, y el sol para las mujeres, pero hay que tener en cuenta la contaminación cultural griega en la relación de Cleopatra con Marco Antonio", destacó Capriotti. La profesora explicó además cómo "lo nombres se dieron a los dos niños cuando Cleopatra viajó a Antioquia a ver a Marco Antonio y este les reconoció como sus hijos, porque habían nacido antes del matrimonio, y en ese periodo hubo un eclipse que pudo inspirar el nombre de los niños y de ahí también que se representen abrazados".

Del amor entre Cleopatra y el triunviro romano en el 40 a.C, nacieron tres niños, primero los mellizos y después Tolomeo Filadelfo, pero la única imagen que se tenía de todos ellos era la del rostro de Selene, que fue casada con el rey africano Juba II de Numidia, en Roma, en una moneda y en una escultura.

Sin embargo, de sus hermanos no existía ninguna representación y tras el suicidio de sus padres, tanto Alejanddro Helios como Tolomeo "seguramente tuvieron un triste destino", apuntó la egiptóloga del CNR, que recordó como las posteriores dinastías pudieron acabar con todas las representaciones iconográficas de los herederos de Cleopatra.

22 de mayo de 2012

Lactancia múltiple: aquí comienza el camino



Mi aventura en la lactancia materna comienza en la sala de nidos del Hospital Viamed de Zaragoza, con mis niños en la incubadora porque llegaron al mundo un mes antes de lo previsto y con un peso muy por debajo de lo que podíamos esperar (Alaia-1.560 & Alejandro-1.780)

Sinceramente, durante el embarazo yo era de las que pensaban que si conseguía instaurar la lactancia materna de una manera cómoda para todos así lo haría, pero si, por el contrario, me iba a suponer un agobio o muchos quebraderos de cabeza, optaríamos por la leche de fórmula. La verdad es que la sociedad e instituciones en ningún momento me hicieron sentir que era posible una lactancia natural en un parto múltiple, sino mas bien todo lo contrario y yo me dejaba llevar por los comentarios, así que no estaba muy animada en este sentido pero...¡¡UNA MIRADA LO CAMBIÓ TODO!!!

En aquellos duros momentos mis propios hijos me pidieron con sus mirada lo que deseaban de mí:
Alaia me decía "No te preocupes mamá, que vamos a salir de aquí, soy una luchadora y en unos días estaremos en casa los 4"
Alejandro, por el contrario decía: "Ayúdame porque esto me supera, la leche que me dan no me gusta, necesito que luches en mi nombre"
Así que puse todos mis esfuerzos en Alejandro (en cuanto pudiera recompensaría a mi niña) y puse todo mi empeño para que me subiera la leche a pesar de las dificultades (bebes prematuros, en incubadora, parto por cesárea, estimulación vía saca leches..), al principio sólo me salían una gotitas de amor blanco que mi marido me ayudaba a recoger con una jeringuilla, pero con los días cada vez recogíamos mas jeringuillas hasta que... ¡¡llenamos el primer biberón!! ¡¡Lo habíamos conseguido entre los 4!! Habían pasado 6 días desde que nacieron pero la vuelta a casa cada vez estaba más cerca, ya que con mi leche empezaron a engordar milagrosamente y por fin Alejandro dejó de devolver.

Los días que siguieron fueron bastante duros, pero fuimos bastante afortunados porque en la clínica nos cedieron una habitación para que estuviéramos lo mas cerca posible de los niños, así evitábamos los viajes casa-hospital y podíamos dedicar todo el tiempo a estar con los niños y a coger fuerzas cuando ellos dormían, así, nuestros días transcurrían en tramos de 3 horas: sacaleches, bibe, método canguro, incubadora-descansar o comer... fue agotador pero veíamos a los niños felices y para nosotros eso era lo mas importante, en todo momento tuvimos el apoyo de las enfermeras y auxiliares de nidos a las que estaremos eternamente agradecidos.

Llegó el día en que nos dieron la buena noticia de que Alejandro había llegado a 1.800 gr. y ya podíamos sacarlo de la incubadora, lo podríamos tener en la habitación hasta que alcanzara 2.000-2.100 gr., a mí me invadió un sentimiento de felicidad momentáneo porque enseguida me pregunté ¿Y Alaia?, entonces mi marido, como si fuese el portavoz de mis pensamientos preguntó al pediatra "¿Podemos llevarnos a los dos?" y la respuesta fue SI, SI SI, SI.... ¡¡¡POR FIN ESTARÍAMOS LOS 4 JUNTOS!!!

Estuvimos 5 o 6 días más en la habitación hasta que llegaron al peso mínimo para poder llevárnoslos a casa, una mañana pasó el pediatra y nos dio el alta, en 5 minutos habíamos hecho las maletas (después de 3 semanas ingresados) y en 10 minutos ya estábamos los 4 en el coche camino de nuestra casa, hacía un sol espectacular y estábamos MUY, MUY FELICES.

Al llegar a casa entramos por la puerta cada uno con un niño en brazos, había un cartel en el que decía "BIENVENIDOS", Alejandro y Alaia lo miraban todo con curiosidad, se les veía felices, parecía que ellos también estaban deseando llegar a casa y después se quedaron dormidos y durmieron durante horas y horas por fin los dos juntos en la cuna que con tanto amor habíamos preparado para ellos, por la tarde seguía haciendo un sol de justicia así que salimos a dar nuestro primer paseo, orgullosos, como si por fin subiésemos conseguido nuestro premio en la vida: NUESTROS HIJOS

Publicado con permiso de Una mamá para dos.

20 de mayo de 2012

La paternidad

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Aviso: Este mensaje está escrito a modo de sarcasmo, es mi manera de escribir y con la que más disfruto cuando quiero hacer llegar un mensaje, para entenderlo completamente (y por tanto entender mi visión de lo que estoy hablando) hay que leerlo completo.

La paternidad, ese maravilloso suceso, ese sentimiento de tener a alguien que es parte de ti, que nace del amor con tu pareja, que...bien, no hace falta seguir, todos somos padres, madres o hijos, así que sabemos de que hablo. Tener hijos es algo muy bonito, pero es muy duro...Nosotros tenemos dos hijos. Un niño y una niña (qué bien, la parejita!!!).

El niño es el mayor, tiene 6 años y es lo que se suele decir, un diablillo. La verdad es que lo estamos pasando mal con él, ya desde pequeño lloraba mucho en la cuna para que lo cogiéramos y hasta que no lo hacíamos no se calmaba. Se dormía, lo poníamos de nuevo en la cuna y al rato volvía a llorar para que lo cogiéramos de nuevo. Esto era un continuo (para que luego digan que los niños no son listos!), siempre era así, nos tomaba el pelo a todas horas, si mi mujer le daba el pecho se dormía y teníamos que despertarle, porque todo el mundo sabe que cuando se tiene que comer, se tiene que comer y no dormir. El momento de dormir es en la cuna, cuando toque, no cuando se come. Yo creo que por eso se despertaba en la cuna llorando, porque como se dormía mamando, luego no tenía sueño y aguantaba muy poco. Le dijimos a la pediatra que no podía ser, que le daba de mamar cada tres horas, pero el niño se quejaba de hambre antes de llegar a las tres horas, por lo que seguro que tenía poca leche, o que no alimentaba suficiente. Menos mal que se lo dijimos. Nos dio unas muestras de leche artificial para probar, y BINGO!! El niño mamaba y después le dábamos biberón y así aguantaba nuestras preciadas tres horas.

En fin, a lo que iba, con 5 meses empezamos a darle fruta, el tío no la quería, sólo quería biberón (ya no le dábamos leche materna porque ya no le alimentaba) y nosotros que no...que necesitas vitaminas, venga, come...se la dábamos como podíamos. Muchas veces vomitaba para hacernos sentir mal, menos mal que no nos dejábamos engañar y seguíamos dándole. Esto mismo pasaba por la noche, el problema de dormir no se solucionaba, todo lo contrario, ahora se despertaba todavía más, con ganas de juerga y todo...El mamón (lo digo cariñosamente) hacía siestas de día y luego por la noche no tenía sueño y se dormía tarde y luego se despertaba cada dos por tres. Hambre no podía ser, porque le dábamos muchos cereales para dormir, como nos dijo la pediatra así que era pura marranería. Suerte que su habitación queda un poco alejada de la nuestra y casi no le oíamos. Cualquiera duerme con esos berridos. Sé que puede sonar mal dicho así, pero claro, imagínate que vamos y le cogemos: pues la has cagao bacalao!!! Se ha salido con la suya, ahora siempre que llore esperará que le cojas y llorará aún más si no lo haces. Nosotros no bajamos la guardia en ningún momento, y poco a poco la situación fue a mejor, pasados unos días no lloraba tanto y empezó a dormir bien. Papás:1 Bebé: 0.

Así fue pasando el tiempo, cumplió un año y empezó a andar. Lo tocaba todo, abría mis cajones, me los desordenaba y yo: NO, NO y NO!!! Eso no se toca!!! Fijáos lo malo que era, que me miraba, se reía y seguía tocándolo. Llegaba un momento que hasta que no le daba un cachete en el culo (en el pañal, que no hace daño) no entendía (o no quería entender) y eso que ya llevaba 6 meses en la guardería, que de ahí salen muy preparados. A veces le reñíamos y como no le gustaba lo que le decíamos nos pegaba (veis como es un diablo?). Suerte que teníamos las cosas claras y que decidimos que eso era una falta de respeto. Eso de pegar en esta casa no. A los papás no se les pega.

Tiene que saber quienes son sus padres, así que cuando nos soltaba la mano le dábamos un cachete a él para que viera lo que es y le castigábamos en una habitación en la que no hay juguetes durante un par de minutos. A veces salía muy calmado, pero otras veces lloraba como un poseso, así que lo dejábamos un rato más.

Os explico todo esto para que veáis lo duro que es ser padre, pero si seguís un poco estos consejos veréis que al final te respetan, porque todo esto lo hicimos porque le queremos, por su propio bien.

Sigo...Llegaron los dos años, las rabietas, se tiraba en el suelo llorando y moviéndose como un loco. Si lo hacía en medio de la calle caminábamos unos metros más y lo dejábamos ahí, en el suelo, hasta que se le pasaba y venía. La gente nos miraba y le miraban a él, a ver cómo acababa la cosa. Por suerte siempre bien. No dejábamos que se saliera con la suya. Imagínate que se echa al suelo por la razón que sea y lo coges. Pues te ha ganado, se ha salido con la suya. Cada vez que quiera algo, al suelo a llorar. Con la comida otro tanto. En la guardería nos decían que comía bastante bien, pero en casa un suplicio!!! No quiero, no me gusta, cerraba la boca con todo. Peleas todos los días para comer, nada le gustaba. No sé porqué les cuesta tanto entender a los niños que lo haces por su bien. Pues nada, le poníamos la verdura para comer, si no la quería otra vez para merendar, para cenar. Al final se la comía, con malas caras, pero se las comía. Gracias Estivill por esos sabios consejos...

Qué vergüenza pasaba yo cuando venían las visitas a casa. El niño corriendo por todas partes, molestando, haciendo ruido: Portate bien!!! No podemos ni hablar!!! y el tío seguía. En serio, se portaba muy mal. Yo le decía a mi mujer que donde leches había aprendido el niño a ser así, si venía de su familia o qué...o que si en esa guardería no lo estaban educando bien quizá habría que cambiarlo a otra. Mis padres, por supuesto, me daban la razón: el niño se portaba muy mal. Esos días se solía ganar algún castigo. Parecía que esperaba a que hubiera gente para sacar sus juguetes al salón, desordenarlo todo y molestar. Llegó un punto que mi mujer y yo estábamos tan cansados del tema, que decidimos hacer un viaje, a ver si así se arreglaban un poco las cosas y al menos cargábamos las pilas. Nos fuimos una semana a París, es precioso, si no habéis estado os lo recomiendo. Lo pasamos genial... La pena es que al volver todo seguía igual o peor...Sí, volvimos como nuevos, pero nuestro niño se tiró una semana o más casi sin hablarnos por haberle dejado con la abuela. Con lo que la abuela le quiere!!! Además tiene que entender que lo hicimos porque lo necesitábamos. Estando tan saturados no puedes cuidar bien de un niño.

Así entró en el cole, peleas con sus amigos, peleas en casa para hacer los deberes, peleas con la comida, peleas para ir a dormir y discusiones continuamente. Menos mal que nos recomendaron que el niño hiciera actividades con las que se desfogara, que liberara toda esa tensión acumulada (yo pienso que hasta debe tener un principio de hiperactividad) y lo apuntamos a natación y a fútbol, así puede quemar todas esas calorías que necesita quemar y luego en casa se porta mejor. A veces está tan cansado que es cenar y el pobre cae rendido en la cama. Mano de santo!!!!!

Viendo que las cosas iban mejor, mi mujer y yo lo hablamos y fuimos a por la niña. No nos costó mucho. Vino rápido. Con ella todo ha sido diferente. Siempre ha comido de buen grado lo que le hemos dado, siempre ha dicho que está bueno. Se puede decir que nos pedía ir a dormir. La poníamos, cerraba los ojos y se dormía, ni lloros, ni pedir brazos, sólo la cogíamos algún ratillo durante el día y se puede decir que lo hacíamos más porque la echábamos de menos que porque ella nos lo pidiera. No hace ruido, no molesta, se porta fenomenal. Vienen las visitas y no se percatan de que está, porque es supereducada. No se queja si le cambias de ropa, de pañal (si hasta hace una caca superfácil de limpiar), si la bañas. De verdad, una auténtica maravilla de niña que nos ha hecho ser totalmente felices. Se puede decir que todo lo que aprendimos y todo lo mal que lo pasamos con el primero ha hecho que nos veamos recompensados con esta segunda hija. Con ella es todo tan fácil....

No hemos ido nunca al pediatra con ella, y eso que siempre le hemos dado biberones, pero es que no se pone mala nunca. Nos vamos a trabajar y la dejamos en casa (el niño en el cole), volvemos y nunca tiene malas palabras para nosotros. Imagino que ha entendido rápido que nosotros somos los papás, que nosotros somos los que mandamos en casa y que todo se hace por el bien de ella, del niño y de la familia. Este año tenemos pensado viajar de nuevo. Hemos decidido llevarnos a uno de los dos, el que se porte mejor...La verdad es que esto lo hemos dicho para no hacer sentir mal al niño, pero está de sobra decidido que será la niña a la que nos llevaremos. Se lo ha ganado con creces.

¿El niño? Pues con sus 6 años sigue a la suya, desafiándonos a todas horas, superceloso de su hermana, tanto que un día le sacó un brazo de la pelea que tuvieron. Ese día le tuve que pegar ya en serio. Me dolió a mi más que a él, pero fue la única manera de hacerle ver que eso no se hace.

Nos cuesta mucho educarlo, pero sé que al final del camino, cuando sea adulto, nos dará las gracias por todo lo que estamos haciendo por él. Ahora ya no hace natación, pero sigue con el fútbol y le hemos apuntado a clases de repaso, porque la maestra dice que va bastante flojo (quizá tenga un déficit de atención...).

Sobre la niña, somos tan felices con ella que casi estamos pensando ir a por otra. A todos nuestros amigos les recomendamos también que vayan a buscar una.

Sobretodo ahora, en esta época, después de las Navidades, que las tienen a mitad de precio.

Pulsad aquí para ver una foto de nuestra niña.

Conclusión: Si quieres un niño que se porte bien, que no llore, que no haga ruido, que no moleste, que no...cómprate un muñeco. Los niños viven, comen, lloran, juegan, aman, saltan, corren, exploran, rompen, y todo eso lo hacen porque están aprendiendo a vivir y a conocer el mundo en que viven y a sus propios padres. Lo hacen porque son niños.

No hacen las cosas para molestar. No hacen las cosas para probar hasta donde puede llegar tu paciencia. Todo lo que hacen es porque están aprendiendo y para ello necesitan el apoyo de sus papás, para sentirse seguros en cada nuevo aprendizaje. Saben que solos estarían indefensos, por eso te llaman, por eso piden insistentemente si es preciso que estés con ellos, porque tú, papá o mamá, eres su alimento, eres sus pies, sus piernas, sus ojos, sus manos, eres su abrigo y eres su protector. Necesitan de ti para aprender qué es lo que le rodea hasta que crezca y lo pueda investigar por si mism@. No lloran por la noche para engañarte, llora porque te necesita, porque tiene miedo y se siente inseguro, porque está enfermo y necesita atención, porque tiene hambre y necesita alimento.

Si un niño llora porque tiene hambre, no tardas en darle su alimento.
Si un niño llora porque tiene el pañal sucio, no tardas en cambiarlo.
Si un niño llora porque tiene sueño, lo duermes.
Si un niño llora porque está enfermo, lo cuidas.
Si un niño llora porque necesita cariño y compañía, te está tomando el pelo.

No me cuesta entender el porqué de que se hayan multiplicado las consultas a los servicios de Salud Mental. En pleno s.XXI, cuando más importancia se le está dando a los factores psicológicos en la vida de los personas, cuando la Depresión, el Estrés y la Ansiedad son habituales compañeras de viaje en nuestras vidas o en las de algún familiar o amigo, me cuesta entender que se siga sin entender (valga la redundancia) que las necesidades de amor, de respeto y de cariño de un niño no sean subsanadas. Al contrario de lo que muchos piensan (y nos quieren hacer creer) hacer pasar a un niño por situaciones de sufrimiento es contraproducente. La mente humana no es como un callo, que si sigues frotando se hace duro. La mente humana necesita unas bases adecuadas para poder afrontar en el futuro reacciones adversas. Si ya de pequeños basamos su crecimiento en sufrimientos (para que se acostumbre y se endurezca como persona) lo que estamos haciendo es permitir sufrimiento a una persona que no sabe gestionarlo, que no sabe huir de él y que piensa que eso es lo normal, sufrir, es decir: ha venido al mundo a sufrir. Todos hemos leído alguna vez los casos del orfanato en el que no se procuraba ningún tipo de contacto a los niños, ni caricias, ni brazos, lo mínimo para que se alimentaran y tuvieran cubiertas sus necesidades básicas (comer, dormir, mear, cagar). Sorprendió ver que lejos de convertirse en niños más independientes, más duros y con una mente a prueba de bombas, los niños morían, sí, sí, lo he dicho bien, morían. Los niños se mueren si nadie les muestra afecto, si nadie les da cariño, si nadie considera el alimentar la mente como una necesidad básica.

Referente a que los niños buenos son aquellos bien educados, de padres autoritarios, que se sientan cuando le dices que lo hagan, que se quedan sentados y callados para no molestar a las visitas y que no hacen ruido, es necesario comentar lo siguiente: Antiguamente los niños se pasaban las horas jugando con sus amigos en el parque, en la calle, en mil y un sitios en los que desarrollaban sus facultades físicas y psíquicas. Ahora los niños no pueden estar en la calle, el temor a un atropello, a un secuestro, a un accidente es demasiado fuerte para dejarlos a sus anchas. Entonces sólo hay dos posibles soluciones. O los padres juegan con ellos en la calle o los niños juegan en casa. Si elegimos la segunda, tenemos que entender que los niños necesitan jugar, pues es su manera de aprender.

Sobre la alimentación comentada en el artículo, es otro cantar. Los pediatras dan a menudo indicaciones "pasadas de moda". Dar el pecho o el biberón cada tres horas es una bonita manera de estropear la alimentación de los niños. Sobretodo si es leche materna que se digiere mejor y por tanto necesitan de más tomas (es lo ideal). Tener a un niño pasando hambre "porque todavía no te toca" es como no cenar nosotros cuando tenemos hambre sino a las 22 en punto, aunque nos estemos muriendo de hambre.

He dejado abiertos muchos temas a los que no he dado respuesta:
...los niños salen muy preparados de las guarderías...
...le di un cachete en el culo...en esta casa no se pega...
...las rabietas...
...le castigamos en un cuarto sin juguetes hasta que se calmaba...
Supongo que imaginaréis que no estoy de acuerdo con ellos (o con la visión que se tiene de ellos), pero por no extenderme más, serán temas que trataré en otro momento.

Del blog de Armandillo

18 de mayo de 2012

Trillizos bisiestos


Olivia, Sofía y Gonzalo hablan con 'un año', andan con 'un año' y hace tiempo que van al colegio cuando aún no han cumplido ni 'una primavera'. Saben distinguir los números y colores, chapurrean palabrejas en inglés y juegan ya a sus cosas pese a que hasta hoy mismo no soplarán al fin la tarta con su 'primera vela'. Pero Olivia, Sofía y Gonzalo no son niños prodigio. Son los tres trillizos bisiestos, un caso único en el mundo y para el que no hay comparación documentada. Son tres niños nacidos en año bisiesto. Los tres.

Y claro, sus padres, los sufridos y a la vez pletóricos Abel Peris y Lorena Soler (ambos 38 años) se ríen desde Valencia de aquello de 'año bisiesto, año siniestro'. O de lo otro de 'año bisiesto, ni casa, ni viña, ni huerto, ni puerto'. «Ellos van a ser toda la vida menores de edad», es el lema irónico predilecto por la familia de los trillizos valencianos. O «jóvenes eternamente», como puntualiza uno de sus abuelos.

Hoy será la primera vez que puedan celebrar su cumpleaños cuando realmente toca. Cuatro 'reales' y uno bisiesto. Hasta ahora lo hacían el 9 de marzo, el día del 'cumple' de Carlota, la mayor de la casa a punto de los seis añitos y «la princesa destronada» del hogar, explica Abel, el pagado padre y director de una academia de inglés. «Lo ha pasado muy mal. Hasta ahora solo hemos tenido tiempo para los trillizos», añade con pena y dulzura Lorena, dueña de 'dos guarderías': la que tiene en casa y la que dirige en el centro de Valencia, donde también corretean sus retoños. Por casa hace además de las suyas 'Nuc', el Yorkshire con el que Carlota ha sido premiada por encajar ya su papel de hermana mayor.

A Gonzalo y Olivia les rodeó la alegría nada más asomar la nariz con solo dos minutos de diferencia en el hospital 9 de Octubre de la capital del Turia. Las fuertes contracciones de Lorena decidieron la fecha: parto programado para el 29 de febrero. Y con solo unas horas de vida, los trillizos se hicieron famosos. «Otra chica que estaba ingresada por un parto llamó a la tele al saber que iba a ser madre en bisiesto. Pero al llegar los cámaras al hospital y enterarse de nuestros tres niños, ¡se vinieron todos a nuestra habitación», recuerda Lorena sonriendo.

La casa de los Peris Soler ya olía ayer a celebración. Dos televisiones rogaron a la familia que simulara un cumpleaños por todo lo alto para emitirlo coincidiendo hoy con la bisiesta fecha. Con guirnaldas, tarta, abuelos y jolgorio para el 'primer' cumpleaños. Aunque el primero real, el de 2009, de hecho ni lo celebraron. «Al principio fue una locura. ¡Nos habría hecho falta un reloj bisiesto!», rememoran los padres.

Publicado en el diario "El comercio" 

14 de mayo de 2012

Los deberes son cosa de niños

criandomultiples.blogspot.com hacer deberes responsabilidad


Desde el primer año de enseñanza primaria, las actitudes de los padres deben comunicar que los deberes son estrictamente responsabilidad del niño y la maestra. Los padres no deben dar la lata a los niños sobre los deberes. No deben supervisar ni verificar los deberes, excepto por invitación de los niños. (Esta política puede ser contraria a los deseos de la maestra.) Cuando los padres asumen responsabilidades en cuanto a los deberes, los niños se lo permiten, y los padres nunca más se libran de esa esclavitud. En manos del niño, los deberes pueden convertirse en un arma para castigar, chantajear y aprovecharse de los padres. Se podría evitar mucho sufrimiento, y añadir mucha alegría a la vida de la familia, silos padres mostraran menos interés en los detalles insignificantes de los trabajos del niño y en cambio comunicaran sin dejar lugar a dudas que: los deberes son tu responsabilidad. Los deberes son para ti lo que el trabajo es para nosotros.

En muchas y muy buenas escuelas no se ponen deberes a los niños más pequeños, y los alumnos parecen adquirir tanta sabiduría como aquellos que luchan con deberes a las edades de seis y siete años. El valor principal de los deberes es que proporcionar a los niños la experiencia de trabajar solos. Para que tengan este valor, sin embargo, los deberes deben ajustarse a la capacidad del niño, para que pueda trabajar independientemente con poca ayuda de otros. Las a directas pueden solo comunicar al niño que no puede hacer nada sin la participación de los padres. Las ayudas indirectas, sin embargo, pueden ser útiles. Por ejemplo, nos podríamos asegurar de que el niño tiene intimidad, un escritorio apropiado, libros de referencia y acceso a un ordenador. También podríamos ayudar al niño a decidir el momento más adecuado para hacer los deberes, de acuerdo con las estaciones. En las tardes apacibles de primavera y otoño, probablemente el niño preferirá jugar primero y luego hacer los deberes. En los días fríos de invierno, los deberes deben hacerse primero si después quieren ver la televisión.

A algunos niños les gusta estar cerca de adulto mientras trabajan. Necesitan que se le escuche cuando analizan un problema o intenta entender un pasaje de un libro. Quizá sea posible que utilicen la mesa de la cocina o del comedor. Sin embargo, no se debe hacer ningún comentario sobre formas de sentarse, pulcritud personal o trato del mobiliario.

Algunos niños trabajan mejor cuando puede morder un lápiz, rascarse la cabeza, mecer una silla o incluso escuchar música. Nuestros comentarios y restricciones aumentan la frustración e interfieren en su trabajo mental. Los niños se resisten menos cuando nuestras demandas comunican respeto y protegen la autonomía.

Los deberes del niño no deben interrumpidos con preguntas y recados que pueden esperar. Debemos permanecer en segundo plano dando consuelo y apoyo en lugar de instrucciones De vez en cuando, si el niño nos lo pide, podemos aclarar un punto o explicar una frase. Sin embargo deberíamos evitar comentarios como: «Si no ras tan atolondrado, recordarías lo que tienes hacer» y «Si escucharas al profesor, sabrías lo que tienes que hacer” y “si escucharas al profesor sabrías los deberes que tienes».

Debemos ayudar con moderación pero también con comprensión. Escuchar en lugar de lecciones. Mostrar el camino, pero esperar que el viajero llegue a su destino por su propio pie.

La escena siguiente ilustra la habilidad de una madre en impedir que un problema de deberes acabe en una acalorada discusión: Elena, de once años, se levantó de su mesa y desafió a su madre:

«No quiero hacer los deberes. Estoy demasiado cansada».

Una respuesta común habría sido: « que no quieres hacer los deberes? Nunca estás demasiado cansada para jugar. Solo te cansan los deberes. ¡Ya verás cuando traigas malas notas a casa!».

En cambio, la madre reconoció el punto de vista de su hija: «Veo que estás cansada. Has estado trabajando mucho. Vuelve a tus libros cuando estés lista».

La actitud de un padre hacia la escuela y el profesor puede influir en la actitud de un niño hacia los deberes. Si un padre habitualmente habla mal de la escuela y menosprecia a la maestra, el niño sacará las conclusiones obvias. Los padres deben reforzar la posición del profesor y apoyar sus decisiones sobre los deberes. Cuando el maestro es estricto, el padre tiene una oportunidad maravillosa para ser comprensivo:

«No está siendo un curso fácil…, ¡tanto trabajo!»

«Es duro este curso.»

«Sí que es estricta tu maestra.»

«Me han dicho que exige mucho.»

«Dicen que es especialmente dura sobre los deberes. Supongo que tendrás mucho trabajo este curso.»

Es importante evitar riñas diarias sobre los deberes, como: «Mira, Aurora, de hoy en adelante vas a trabajar la ortografia todos los días por la tarde, incluyendo sábados y domingos. Se acabó el jugar y la televisión también» o «iRoberto! Estoy harta de recordarte los deberes. Papá va a encargarse de que te centres en tu trabajo. Si no lo haces, te arrepentirás».

Las amenazas y las críticas son frecuentes por que hacen creer al padre que está haciendo algo para cambiar la situación. En realidad tales advertencias son más que inútiles. Sólo producen una atmósfera cargada, un padre irritado y un hilo enfadado.

Llegó una carta de la escuela. Iván, de catorce años, iba atrasado en sus estudios. La primera reacción de su padre fue llamar a su hijo, darle una paliza verbal y castigarlo: «Escucha, hijo, de hoy en adelante vas a hacer los deberes todos los días, incluso fines de semana y fiestas. Ni películas, ni tele, ni juegos de vídeo, ni ir a casa de tus amigos. Me voy a asegurar personalmente de que te pongas a trabajar en serio».

Este discurso se había dado muchas veces y siempre conducía a un padre furioso y un hijo desafiante. El aumento de presión solo aumentaba la resistencia de Iván. Se convirtió en experto en evasión y ocultación.

Esta vez, en lugar de recurrir a amenazas y castigos, el padre apeló al amor propio de su hijo. Le mostró la carta del profesor y dijo: «Hijo, nosotros contamos con que mejores para estar mejor informado y tener más conocimientos. El mundo necesita personas capaces. Todavía hay muchísimos problemas que necesitan soluciones. Tú podrias ayudar». A Iván las palabras y el tono de voz de su padre le gustaron tanto que dijo: «Prometo tomarme mi trabajo más en serio».

Muchos niños capaces se retrasan en sus deberes y rinden menos de lo que pueden como rebelión inconsciente contra las ambiciones de sus padres. Para crecer y madurar, necesitan alcanzar un sentido de individualidad y autonomía. Cuando los padres están demasiado pendientes emocionalmente del expediente escolar, la autonomía del niño está en peligro. Si los deberes y las buenas notas se convierten en la joya de la corona de los padres, el niño puede inconscientemente preferir traer a casa una corona de hierbajos que por lo menos sea suya. Al no alcanzar las metas de sus padres, el joven rebelde logra un sentido de independencia, por lo que la necesidad de individualidad singularidad puede empujar a un niño hacia el fracaso, a pesar de la presión y el castigo paternos. Como dijo un joven: «Me pueden quitar la televisión y la paga, pero no me pueden quitar mis suspensos».

Por supuesto que la resistencia a estudiar no es un problema sencillo que se pueda resolver siendo severo o indulgente con los niños. El exceso de presión puede aumentar la resistencia del niño, mientras que una actitud de laissez-faire puede comunicar la aceptación de la inmadurez y la irresponsabilidad. La solución no es ni fácil ni rápida. Algunos niños pueden necesitar psicoterapia para resolver su forcejeo con sus padres y para adquirir el sentimiento de satisfacción por el buen rendimiento, en lugar del bajo rendimiento.

Otros pueden necesitar una tutoría con una persona psicológicamente orientada, como un consejero escolar o un profesor sensible. Es fundamental que no sean los padres los que se encarguen de la tutoría. Nuestra meta es comunicar a los niños que son individuos, independientes de nosotros, y responsables de sus propios éxitos y fracasos. Cuando al niño se le permite experimentar el yo como un individuo con necesidades y metas autoengendradas, empieza a asumir la responsabilidad hacia su propia vida y las exigencias que presenta.

Del libro: entre padres e hijos, de Haim Ginott.
Extraído del blog de entrecomadres

12 de mayo de 2012

Ayudas por parto múltiple: Castilla-La Mancha

Ayudas por parto múltiple Castilla-La Mancha http:\\criandomultiples.blogpost.com


Requisitos exigidos:
  • Que el nacimiento de dos o más hijos en un mismo parto o la adopción múltiple haya tenido lugar en un periodo de tiempo no superior a los doce meses anteriores a la fecha de la solicitud.
  • Estar empadronado y residir de manera efectiva en el territorio de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha con un año de antelación o ser emigrante retornado.
Importes:
  • Partos o adopciones de dos hijos: 285 euros al trimestre durante dos años.
  • Partos o adopciones de tres hijos: 570 euros al trimestre durante tres años.
  • Partos o adopciones de cuatro hijos: 960 euros al trimestre durante cuatro años.
  • Partos o adopciones de cinco o más hijos: el importe del punto anterior se aumentará en 190 euros trimestre por cada hijo alumbrado a partir del cuarto.
  • En los casos previstos en las letras c) y d), antes de la finalización del periodo de la ayuda prevista, la familia podrá solicitar una nueva ayuda, que tendrá una duración máxima de un año prorrogable por otro, atendiendo a las circunstancias familiares que concurran; dichas circunstancias serán avaladas por un Informe Social elaborado por los Servicios Sociales de Base
Documentación a aportar:
  • Solicitud, que podrá presentarse por internet, llamando al teléfono único de información 012 (902267090 para llamadas desde fuera de Castilla-La Mancha), o por fax.
  • Fotocopia compulsada del Libro de Familia.
  • La adopción múltiple se probará a través de auto o sentencia firme de adopción, debidamente inscrita en el Registro Civil.
  • Certificado del padrón municipal en el que conste el tiempo de residencia y empadronamiento del interesado y sus convivientes.
  • En el caso de solicitantes extranjeros, permiso de residencia en vigor.
  • Acreditación de no estar incurso en prohibiciones para obtener la condición de beneficiario se podrá realizar mediante declaración responsable
En caso de no presentarse dicha documentación junto con la solicitud, y en caso de ser ésta estimada, se requerirá al interesado por correo postal para que presente la misma.

Lugar de presentación (además de por internet)

Las solicitudes podrán presentarse: en los registros de los órganos administrativos de la Administración General del Estado, de las Administraciones de las Comunidades Autónomas, de las Diputaciones Provinciales, Cabildos y Consejos Insulares, de los Ayuntamientos de los Municipios del artículo 121 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, o del resto de las entidades de la Administración Local, en este caso, si se hubiese suscrito convenio, en las oficinas de correos, o en cualquier otra forma prevista.

Foto de Brooke Schwab

10 de mayo de 2012

Multilacta abre un nuevo grupo de apoyo en Toledo


Multilacta Lactancia Materna tiene el placer de comunicaros la apertura de un nuevo Grupo de Madres en Toledo, que se inaugurará el viernes, 11 de mayo de 2012 a las 16:30 h. en la Sala Polivalente del Centro Cívico Valparaíso, sito en la Avenida del Madroño s/n, en la urbanización Valparaíso.
En el grupo serán bienvenidas todas las madres con bebés/niños lactantes, embarazadas o interesadas en la lactancia y la crianza, tanto de múltiples como de un solo bebé.
Tenemos la suerte de contar con una sala amplia donde los niños podrán jugar mientras se celebra la reunión, en el transcurso de la cual se podrán tratar todos los temas de interés para las madres asistentes, así como dudas o problemas con la lactancia de los pequeños.
Multilacta quiere agradecer al Centro Cívico y a la Asociación de Vecinos Río Chico que lo gestiona, así como al Ayuntamiento de Toledo, la cesión de este espacio que va a permitir la creación de un Grupo de Apoyo a Madres que no existe actualmente en Toledo ciudad.
Multilacta Lactancia Materna es una asociación sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es el de informar y apoyar a las madres para que su lactancia resulte lo más exitosa posible. Además:
  • Promovemos y protegemos la lactancia materna como un derecho de la madre y de los niños.
  • Colaboramos en la normalización de la lactancia materna tras el deterioro causado por la introducción de los sucedáneos de leche materna (leche artificial no humana).
  • Mediamos y colaboramos con entidades afines para que se lleven a cabo los cambios legislativos, administrativos y socio culturales necesarios que nos permitan recuperar el bien bio socio cultural de la lactancia materna y optimizar la salud materno infantil.
Más información:
Raquel Lozano
Asesora de Multilacta Lactancia Materna
Teléfono: 652 46 89 90.
 

8 de mayo de 2012

Ayudas por nacimiento: Extremadura

Ayudas por nacimiento y parto múltiple Extremadura http:\\criandomultiples.blogspot.com

AYUDAS ECONÓMICAS A LAS FAMILIAS COMO MEDIDA DE CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL Y FOMENTO DE LA NATALIDAD

En caso de parto múltiple, adopción o acogimiento preadoptivo o situación equivalente en el caso de adopción internacional de dos o más menores, se concederá una ayuda por cada menor.

Requisitos:

a) Ser padre o madre por naturaleza o adopción y ostentar la guarda y custodia del menor a cuyo favor se solicita la ayuda o en el caso del acogimiento preadoptivo o situación equivalente, la persona o personas que ostenten la guarda y custodia del mismo.

b) Que la renta anual disponible en el hogar no supere los siguientes límites económicos anuales considerados en doce mensualidades:

— Familias hasta dos hijos: 3,5 veces del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM).
— Familias con tres hijos: 4 veces el IPREM.
— Familias con cuatro hijos: 4,5 veces el IPREM.
— Familias con cinco o más hijos: 5 veces IPREM.

En todos los casos se entenderá incluido el hijo causante de la ayuda.

c) Residir de forma legal en España en caso de solicitantes extranjeros/as.

d) Que el/la solicitante figure empadronado y residida de manera efectiva en cualquier municipio de la Comunidad Autónoma de Extremadura con al menos un año de antelación inmediatamente anterior a la fecha de presentación de la solicitud.
También podrá ser beneficiario de la ayuda quien, no pudiendo acreditar la antigüedad en el padrón fijada en el párrafo anterior, sí pueda acreditar al menos cinco años continuados de residencia legal y empadronamiento en la Comunidad Autónoma de Extremadura a lo largo de los últimos diez años, siempre y cuando resida y figure en el Padrón de cualquier municipio de la Comunidad Autónoma de Extremadura en el momento de presentar la solicitud.
Excepcionalmente, podrá ser beneficiario de la ayuda, quien no encontrándose en ninguna de las situaciones descritas en los dos párrafos anteriores en el momento de presentar la solicitud, figure en el padrón de habitantes de cualquier municipio de Extremadura y pueda acreditar una antigüedad de al menos un año de residencia legal y efectiva, inmediatamente anterior a la fecha de la solicitud mediante cualquier documento válido en derecho.

Cuantía:

1. La ayuda consistirá en el abono de una cuantía total de 1.200 euros por el nacimiento, adopción o acogimiento de cada hijo, siempre que las rentas del hogar no superen los límites económicos fijados y se hará efectivo en dos pagos: un primer abono de 600 euros pagaderos dentro de los seis meses naturales siguientes a la solicitud y un segundo pago de 600 euros que se hará efectivo en el ejercicio presupuestario siguiente al del abono del primer pago previa comprobación por el órgano gestor de la ayuda de que el solicitante y/o beneficiario de la misma cumple los requisitos aquí establecidos.

2. El tercer año de la ayuda, se garantiza plaza gratuita en Centros de Educación Infantil Públicos dependientes de la Junta de Extremadura, en la localidad de residencia del/la beneficiario/a o localidad más próxima, previa opción manifestada en la solicitud y siempre que éste/a continúen cumpliendo los requisitos de renta que se establecen en el apartado b) del artículo 4.1 del Decreto 130/2010, de 11 de junio. Dicha exención del pago del precio público en dichos Centros, se acoge a lo dispuesto en el apartado 6 del artículo 4 del Decreto 98/2000, de 2 de mayo, por el que se regulan las exenciones y reducciones de los precios públicos en Centros de Educación infantil dependientes de la Consejería de Bienestar Social, actualmente Consejería de Igualdad y Empleo.

3. En el caso de partos, acogimientos preadoptivos o situaciones equivalentes en caso de adopción internacional y adopciones múltiples, cada uno de los abonos señalados en el número anterior se incrementará en 100 euros por año respecto a cada menor nacido, acogido preadoptivamente o adoptado, a cuyo favor se conceda la ayuda.
A estos efectos, se considerarán como múltiples las adopciones y los acogimientos preadoptivos o situaciones equivalentes en el caso de adopción internacional, que se formalicen en un intervalo igual o inferior a seis meses.

4. Con el objeto de conciliar la vida familiar y laboral en el ámbito de la región extremeña, se establece igualmente la siguiente medida que será efectiva a partir del curso 2012/2013, garantizándose a tales efectos, plaza en Centros de Educación Infantil Públicos dependientes de la Junta de Extremadura para todos los niños/as de 2 a 3 años, en el caso de que sus progenitor/es no hubieran sido beneficiarios de esta ayuda e independientemente del nivel de renta de la unidad familiar.

Documentación a presentar:

Para solicitar las ayudas reguladas en el presente decreto deberá aportarse la siguiente documentación:

a) Impreso de solicitud en el modelo oficial que figura en el Anexo I.

b) Copia del DNI, o autorización para que el órgano instructor del procedimiento compruebe de oficio sus datos de identidad

c) Certificación literal de la inscripción del nacimiento en el Registro Civil de los hijos del/la solicitante, o en su defecto, copia compulsada del Libro o Libros de Familia en el que figuren los mismos.

d) Certificado actualizado de empadronamiento, en el que figure la antigüedad de inscripción en el padrón, o autorización al órgano instructor para que compruebe de oficio sus datos de empadronamiento.

e) Copia compulsada de la declaración de la Renta de las Personas Físicas del último ejercicio o, en el caso de no realizarla, certificado de imputaciones expedido por la Administración Tributaria, del progenitor o los progenitores. Si éstos no convivieren, se deberá aportar la declaración de la renta del/la solicitante de la ayuda.

f) En el supuesto de adopción, copia compulsada de la resolución judicial o documento análogo constitutivo de la misma.

g) En el supuesto de acogimiento preadoptivo o situación equivalente en el caso de adopción internacional, copia compulsada de la resolución administrativa, judicial o documento análogo constitutivo del mismo.

h) Si los progenitores no convivieren, se deberá aportar, en su caso, copia de la resolución judicial que establezca el régimen de alimentos respecto del menor causante de la ayuda. Asimismo, en el supuesto de guarda y custodia compartida establecida en resolución judicial de los hijos/as que originan la ayuda, acuerdo suscrito por ambos progenitores en el que se haga constar cuál de ellos será el solicitante de la ayuda.

i) Alta de terceros en la que conste la titularidad de la cuenta de ahorro o cuenta bancaria en la que se desee que la ayuda sea abonada.

j) Certificación administrativa positiva expedida por el órgano competente de la Consejería de Administración Pública y Hacienda, acreditativa de hallarse al corriente de sus obligaciones tributarias frente a la Hacienda de la Comunidad Autónoma con carácter previo a la propuesta de resolución de concesión de la ayuda y, en su caso, al pago de la misma. No obstante, no será necesario presentar la citada certificación cuando el interesado, en su solicitud, autorice expresamente al órgano gestor para que de oficio pueda obtener por medios telemáticos la citada información, conforme a lo establecido en el artículo 9 del Decreto 125/2005, de 24 de mayo, por el que se aprueban medidas para la mejora de la tramitación administrativa y simplificación documental asociada a los procedimientos de la Junta de Extremadura.

k) Declaración responsable de no estar incurso en prohibición para obtener la condición de beneficiario de la ayuda, a tenor del artículo 13 de la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones. No será necesaria su presentación cuando el interesado cumplimente en el modelo de solicitud la casilla correspondiente a la declaración responsable.

Solicitudes:

Se pueden descargar en este enlace.
Se pueden presentar en cualquier registro oficial.

Plazo:

Tres meses a partir del día siguiente a aquél en que tenga lugar el nacimiento, o a aquél en que se produzca la notificación de la correspondiente resolución administrativa y/o judicial de adopción, acogimiento preadoptivo o situación equivalente en el caso de adopción internacional.

Más información: Web de la Junta de Extremadura
Foto del álbum web de Tralousan

6 de mayo de 2012

Crecimiento y desarrollo de los niños de seis a ocho años

http:\\criandomultiples.blogspot.com Niños de siete años

A partir de los seis años el niño comienza a vivir experiencias nuevas. El paso de infantil a primaria es fundamental en esta nueva etapa. Al entrar en contacto con un nuevo mundo social se intesifica aún más la relación con la realidad. Es así como el niño empieza a desprenderse de su "mundo de fantasía".

Desde el cuarto año de vida se agudiza en el niño la capacidad de razonar y realizar procesos lógicos. Este cambio se manifiesta de manera gradual. "Es por este motivo que el trato y la educación tienen que ir dirigidos ya a la inteligencia, razonando de manera elemental los argumentos que les demos, las razones de un mandato o los motivos de una exigencia", explica el Licenciado en Ciencias de la Educación, Ramón Moix Segura.

A continuación te contamos algunos de los cambios que vive el niño entre los 6 y los 8 años de edad.

Características físicas
  • Desaparecen los dientes de leche. Emergen los primeros molares permanentes.
  • Puede sufrir de oídos: otitis.
  • Puede tener problemas con la nariz y con la garganta: anginas, faringitis.
  • Propensión a enfermedades infecciosas.
  • Suele adelgazar; lo importantes es que coma bien y esté activo.
  • Reacciona con su cuerpo: atraviesa todas las emociones y pasa del llanto a la risa, de la serenidad a la violencia, del cariño a la indiferencia con mucha facilidad.
  • Suele ser muy activo. Necesita saltar, correr, resbalarse, caerse, mancharse y romperse la ropa.
Características intelectuales
  • No posee una visión global de la realidad ni relaciona las partes con el todo.
  • Sus ideas se basan en experiencias tangibles y en hechos concretos.
  • Aprende palabras nuevas, lo que le permite ir abriéndose al pensamiento abstracto.
  • Observa e investiga todo lo que lo rodea.
  • Las rabietas son sustituidas por discusiones, comienza a entender por qué no tiene que hacer lo “prohibido”.
  • Suele mezclar ideas imaginarias con datos de la realidad, pero poco a poco se va aclarando: el ratón Pérez ya no es tan ratón Pérez... y los Reyes magos se parecen más a mamá y papá...
Características afectivas
  • Entre los 6 y 7 años nace la intimidad. Respeta sus lugares, esconde tesoros, tiene sus pertenencias.
  • Hay un mayor asentamiento de su personalidad: en esta edad se observa al adulto del mañana.
  • Se despiertan los sentimientos de adaptación al entorno: le da importancia a quienes le manifiestan cariño o interés por sus actividades.
  • Imita a las personas que le demuestran afecto. Juega a cumplir con los roles que admira: mamá, papá, el doctor, la señorita...
  • El varón asume su masculinidad antes de la mujer su feminidad. Esto se ve claro en las diversiones. Los varones nunca se disfrazan de princesas o enfermeras, en cambio las mujeres juegan a la pelota o representan sin problemas el papel de un superhéroe.
  • Para el varón es importante el papel del padre para acentuar las características de su masculinidad.
Desarrollo social
  • La escuela desarrolla la vida social: genera otros vínculos ajenos a la familia.
  • Se despierta la necesidad de tener amigos: no se queja tanto de los demás, comparte sus pertenencias y es más leal con el grupo.
  • Es la edad típica e las comparaciones (especialmente, con sus hermanos o con sus amigos). El niño no se fija en lo alto que es él sino en quién es el más alto de la clase.
Madurez
  • Primer paso de madurez: adquieren mucha fuerza las relaciones que establecen fuera del hogar.
  • Toma conciencia de los buenos y los malos amigos.
  • Controla más su cuerpo, sus sentimientos y su conducta.
  • Es más independiente.
  • Se da cuenta de que en casa no hace falta aparentar ya que lo quieren como es.
Fuente: http://www.materna.com.ar

4 de mayo de 2012

¿Se acaba el apego en la crianza a los tres años?


Como psicóloga y colaboradora en asociaciones de familia y en grupos de apoyo a la maternidad, observo frecuentemente que a medida que la edad de los hijos crece, disminuye la predisposición en las mamás (o personas más cercanas al niño) a mantener una crianza desde el enfoque del respeto. Por supuesto, el amor a los hijos permanece intacto, pero suelen aparecer dudas serias acerca de “si lo estamos haciendo bien” o si quizás haber elegido otras formas de crianza hubiera favorecido descansar más, tener más tiempo para la vida personal o tener niños “más educados”. De pronto, parece que las familias no son tan sensibles a la necesidad de encontrar espacios y tiempos respetuosos con los niños, que es lícito (o menos grave) usar estrategias de amenaza o chantaje en ocasiones puntuales o que ya no es tan necesario ser tan estrictas respecto a su alimentación (por poner algunos ejemplos).

¿Por qué sucede esto? ¿qué pasa cuando los niños crecen y se tiene la sensación de que lo que hacíamos hasta ahora “ya no funciona”? Y sobre todo ¿qué hay de nuevo en el desarrollo evolutivo de un niño que complica tanto esta etapa?

Hay tantos motivos como niños, madres y familias; pero yo encuentro tres grandes grupos que engloban la mayoría de estas circunstancias: factores personales de la madre/padre, razones ambientales de la familia y el entorno y la consecución de nuevos hitos evolutivos del niño.

a) Los factores personales que afectan a la madre (o a la persona que cuida preferentemente al niño) tienen mucho que ver con la situación emocional en la que se encuentra. Con un bebé es frecuente tener la sensibilidad a flor de piel: bien exultante de alegría y con necesidad de compartir, bien con agotamiento o tristeza. Ambos extremos facilitan que la madre acuda a grupos de apoyo a la lactancia, asociaciones familiares, grupos de ayuda maternales, que consulte foros, que lea mucha documentación... la madre suele disfrutar de dieciséis semanas de permiso de maternidad (escasas) con lo que cuenta con algo de tiempo libre adicional para trabajar sus emociones, sus miedos y sus anhelos. Suele estar receptiva, buscar ayuda, aceptarla, valorar distintas opciones y elegir la que más se adecue a sus necesidades. La madre es muy visible en esos momentos en las esferas maternales.

A medida que pasa el tiempo, las emociones se relajan, todo se tranquiliza. Aparece la necesidad de dedicarse más tiempo a una misma, a recuperar actividades aparcadas. Quizá venga un siguiente hijo, y ya no se dispone de tanto tiempo para compartir sentimientos. O incluso, acaba la pausa laboral que algunas madres deciden hacer: se acaban las excedencias y con ello aparece la necesidad de reincorporarse a jornadas laborales muchas veces extenuantes. Por todas estas cosas y muchas más, la mujer deja de asistir a los grupos o está centrada en otras actividades (como por ejemplo la escolarización). Ya no es tan fácil compartir las ideas, el qué, el cómo hacer. No existen tantas oportunidades para observar a otras madres en circunstancias similares: salvo en los parques o en los centros comerciales, apenas hay momentos para contemplar a una madre y a un hijo que ya no es bebé en transacciones respetuosas. En estos casos, la crianza con apego apenas se ve en público a partir de cierta edad.

b) Existen otra serie de factores, de corte si se quiere más “ambiental” que comienzan a pesar mucho al crecer los niños. Está, por ejemplo, la incorporación a las aulas. Muchas madres deciden quedarse en casa con los pequeños hasta que éstos cumplen tres años, pero al llegar esta edad sienten una fuerte presión social por escolarizarlos o desconfianza en su propia capacidad para instruirles en casa. O como comentábamos más arriba, muchas no pueden/quieren estirar la excedencia y la alternativa es la escuela. En lo que respecta a la escuela, la realidad es que en España no hay, en estos momentos, una buena red de escuelas respetuosas. Sí existen cada vez más proyectos interesantes, pero todavía, por distancia o por precio, no llegan a la mayoría de la población. Si a eso le juntamos las jornadas laborales de los padres y la dispersión de las familias, nos encontramos con que la única posibilidad para muchos padres es el colegio que “toque”, por cercanía o por puntos, sin posibilidad de elegir ni de valorar los proyectos educativos o curriculares. Muchos niños que se incorporan al colegio no se sienten ni felices ni acompañados, y si bien su potencial de adaptación favorece que salgan adelante, frecuentemente la asistencia a las aulas genera comportamientos disruptivos como peleas o rabietas en casa, dónde se sienten libres y protegidos, pero que afectan negativamente (si no se manejan con cautela) al clima familiar.

Existe otro importante condicionante que impone una violencia muy sutil. Cuando los niños ya son mayorcitos son arrastrados hacia la dinámica de las comparaciones por parte de los adultos: hablamos y etiquetamos lo listos, lo guapos y lo simpáticos que son. O lo bien o mal que se portan, lo que lloran o dejan de llorar, lo que gritan o no... Las familias suelen sentir que se las juzga en función de lo que sus hijos hacen o dejan de hacer, y normalmente este juicio es en negativo. De ahí que muchos padres empiecen a sopesar a estas edades la necesidad de establecer “tiempos fuera”, condiciones o chantajes. Se escudriña la realidad para comprobar si los demás niños se portan igual de “bien” o “mal” que los propios, o cómo reaccionan a estímulos similares. Si alguna situación resulta violenta o los padres se ven con dificultades de afrontarla, ya no se percibe tanto como una etapa del crecimiento y se achaca más al hecho de que quizás no estén del todo “bien educados” o tengan “buenos hábitos”. Y no quiero decir con esto que no sea correcto reflexionar sobre las propias prácticas, pero ha de hacerse en momentos de tranquilidad y movidos por un deseo de mejora, no a través de comparaciones puntuales. Cuando sucede esto, la crianza desde el respeto se censura.

c) El último de los grupos abarca todo lo relacionado con la propia historia de desarrollo de los niños. Si durante las primeras etapas era suficiente con acompañar el llanto, ofrecer calor y seguridad, alimentar y nutrir física y afectivamente, ahora estas herramientas se quedan escasas ante los argumentos o berrinches de un niño que ya no lo es tanto, al que ya no le podemos dar tanto “cobijo físico”. ¿Qué sucede cuando el niño crece?

Pues por un lado sucede lo que poco tiempo atrás las familias pensaban que nunca llegaría: la “independencia”. Y con la independencia llega la elaboración de las propias normas y a través de éstas, los primeros enfrentamientos “serios”. Es en este momento cuándo los padres se enfrentan a un dilema importante: ¿acabamos una conversación “porque sí” o intentamos razonar? Hasta ahora se podía explicar y el niño podía aceptar con cierta facilidad, o se dejaba distraer. Ahora, el pequeño rebate todos los argumentos, defiende su terreno y sus intereses, y cuando agota sus recursos, acaba cayendo en el enfado. Cómo actuar en este momento daría para un artículo completo por sí mismo, pero considero que hay dos cuestiones principales que se deben tener un presente:
• La primera de ellas es que es conveniente alejarse de las soluciones que “funcionen”. La mayoría de padres desean que sus hijos sean capaces de valerse por sí mismos en el futuro, de defender sus derechos y hacerlo de forma asertiva y para llegar a ese punto es necesario entrenarse, no sirve obedecer “porque sí”, y además debemos ver ejemplos de cómo se hace, así que los adultos deberían tener alternativas en casi cada momento. La crianza respetuosa sólo tiene sentido en la distancia, el “aquí y ahora” son relativos. Los adultos no deberían tener miedo a las rabietas.
• La segunda cuestión es que se debería intentar en lo posible enseñar a manejar al niño esa frustración y aprovechar un estado emocional tan intenso para hacerle reflexionar e identificar las sensaciones, lo que significan y lo que provocan tanto en ellos mismos como en los demás, así como las emociones posteriores, tanto las agradables relacionadas con la liberación como las desagradables relacionadas con la tristeza o remordimientos.

Además de la independencia y sus consecuencias, hay que considerar también las limitaciones cognitivas que este pequeño cerebro pensante todavía no puede superar y que suelen ser las causantes de algunos problemas “domésticos”. Algunas mamás dicen que sus hijos cambian tanto que se vuelven unos desconocidos ¿qué sucede? El niño se encuentra ahora en la etapa pre-operatoria, con lo que transforma su inteligencia práctica (que puede organizar en actividades reales, como rutinas) en una capacidad de ejecución mucho más fina, más elaborada, que es capaz de ir más allá del momento inmediato. Aparecen los símbolos, los conceptos abstractos y una imaginación desbordante, así como un impulso por realizar las cosas por sí mismo. Además, existen una serie de características de pensamiento muy especiales en esta etapa, que conllevan malentendidos o enfados que seguro resultan muy familiares para los que tengan cerca de niños de estas edades; las más llamativas son:

• La centración, o la incapacidad para considerar distintas dimensiones de una situación, lo que altera el razonamiento. Por ejemplo, cuando un niño no entiende que su mamá es a la vez hija de su abuela y mamá de un hermano. El tan traído y llevado “mi mamá es mía” y las ganas de hacerle rabiar de algunos adultos que frecuentemente acaba en llanto se explicaría por este fenómeno.
• Dificultades con la reversibilidad: en ocasiones no son capaces de comprender que no hay vuelta atrás (por ejemplo con el tema de la muerte) y en otras no pueden imaginar una acción que se deshace. Se le une a este fenómeno el estatismo o la dificultad para entender las transformaciones. Es muy típica por ejemplo la discusión por una galleta que se cae y se rompe y el niño no la quiere ya, porque la desea redonda y entera, para desesperación del adulto que lo considera un capricho sin más.
• Sigue habiendo un punto de vista muy egocéntrico que se manifiesta en dificultades para separar su propio pensamiento del de los demás o del mundo exterior. Muy habitual cuando aparecen hermanos pequeños: “es que quiere que juguemos a la pelota ahora”.
• El animismo o la percepción de las cosas como seres conscientes (una muñeca o una piedra, fuera del momento de juego).

Es decir, a causa de estos cambios, la crianza respetuosa se ve resentida porque es mucho más difícil.

¿Y qué tendrían que hacer los adultos que perciban que quizá su estilo de crianza, elegido, buscado y trabajado se empieza a difuminar? Quizá lo mismo que se hacía cuando los niños eran más pequeños: analizar el propio comportamiento, el estado de ánimo, la disposición y la paciencia; y seguir compartiendo con otras familias, aprendiendo y ofreciendo alternativas, pues el ejemplo y la transmisión de valores es el camino correcto hacia una sociedad más sana.

Beatriz Coronas C.
Fuente: http://www.educarpetas.blogspot.com, un blog muy recomendable
Foto: http://parenting.amuchbetterway.com


2 de mayo de 2012

Soledad (Acerca de la Maternidad Múltiple)

Desde el blog de http://reflexionesmadrepsicologa.blogspot.com, una reflexión sobre un bien que las madres de múltiples tienen poco cuando los peques son bebitos....soledad. Si no conoceis el blog de Natalia, echadle un vistazo. Es un lujo.


Soy una de esas personas que disfrutan la soledad. Es más, muchas veces la busco porque realmente la necesito. Me gusta el silencio, me agrada ese tiempo conmigo misma para hacer cualquier cosa o, simplemente, para no hacer nada. Siempre he creído que la de saber estar sola es una habilidad, algo por lo que sentirme afortunada. No tengo la necesidad de buscar compañía, como les ocurre a otras personas.

Sin embargo, ser madre de múltiple es la antítesis a la soledad. Es el caos, el ruido, el movimiento, la invasión de los espacios. Es estar acompañada, apurada, demandada y colapsada, al menos durante los primeros años.

Luego, viene un tiempo en que la familia múltiple se transforma en algo parecido a lo que podría ser una "familia normal", una en la que cada uno puede exigir sus espacios, aunque sea por un lapsus de tiempo cortito, aunque a veces a los hijos se les olvide respetar el silencio que la mamá pidió para sí misma y toquen la puerta mil veces para contarle algo que les pasó hoy en el colegio o para preguntar si pueden comer cereales.

El comienzo de este período de "normalización" fue extraño para mí. Deseaba tanto recobrar algo de tiempo para estar sola y sentir el silencio... Sin embargo, cuando mis niños tuvieron la edad suficiente como para que mi madre se atreviera a dar el paso de venir a buscarlos para pasar la tarde sola con ellos, sentí que la soledad me sobraba. Ya no sabía qué hacer con ella, ya no recordaba bien qué hacía "la otra Natalia" cuando estaba sola. Habían pasado muchos años y me había acostumbrado al ruido y el movimiento constante. A mi manera, me había enamorado de un estilo de vida caótico que, invariablemente, se adopta al ser mamá de múltiples guaguas al mismo tiempo. Mis hijos y mi madre se iban, y se producía un vacío tan fuerte como el ruido más agudo. Recorría la casa sin saber qué hacer. Recogía y guardaba algunos juguetes u objetos olvidados en algún rincón. Me sentía como cuando estás en compañía de alguien con el que te sientes incómodo y no sabes cómo actuar frente a él.

Ahora, dos o tres años después, he vuelto a acostumbrarme a la soledad que amo. Y lo mejor es que puedo adaptarme a una y otra situación y disfrutar ambas. Ya no estoy deseando tanto estar sola (aunque todavía a veces me ocurre, y con mucha intensidad) y cuando lo estoy, puedo disfrutarlo tanto como antes de ser mamá. Como en todo, en este tema he vivido procesos largos y no siempre fáciles. Pero todo llega, a veces tarda en llegar, pero llega. Lo escribo pensando en las madres múltiples de niños muy pequeños que deben tener esa sensación de agobio que tuve yo en algún momento: la idea de que nunca más tendría un minuto para dedicarlo a mí.

No es así: la vida no se detiene, los hijos crecen y finalmente las noches de insomnio, los días de agotamiento absoluto y la sensación de agobio por tanto trabajo y tanta demanda van cediendo.

Al final, nada permanece, ni lo que amamos ni lo que queremos cambiar o eliminar de nuestras vidas. Siempre todo cambia.

Si tuviera consciencia de esto todo el tiempo, seguro que aprovecharía el día a día mucho más de lo que lo hago. Sin embargo, nos hemos convertido en una familia tan "normal", que hasta su madre olvida, a ratos, las premisas que aprendió a punta de cansancio y sacrificio y que creyó que jamás olvidaría. Supongo que son los costos del paso del tiempo.