El triple screening es una analítica de sangre en la que se miden tres componentes de la sangre de la madre: la alfafetoproteína, la gonadotropina y el estriol. En el caso de embarazo múltiple puede ser que no se realice esta prueba, ya que puede dar valores alterados, por la presencia de más de un feto.
La presencia de alfafetoproteína (AFP) varía según la edad gestacional, por lo que hay que conocerla con precisión para poder obtener información válida en su estudio. Si se detecta un aumento de AFP existe un aumento del riesgo de que el feto tenga espina bífida. Se recomienda en tal caso hacer una ecografía en busca de posibles espinas bífidas y alteraciones en la cabeza. La AFP también aumenta cuando existe un embarazo múltiple (gemelar o mas fetos). Un aumento de AFP también indica un posible riesgo de que la tensión arterial suba en los meses posteriores. Si los valores de AFP son bajos para la edad gestacional hay más riesgo de que el feto tenga el síndrome de Down u otra alteración cromosómica.
La gonadotropina es una hormona producida por la placenta, cuyo niveles tienden a estar aumentados cuando los fetos padecen el síndrome de Down. El estriol es una hormona producida por el feto y la placenta en colaboración mútua, cuyo niveles se reducen si existe un síndrome de Down. Algunos laboratorios miden un cuarto parámetro: la inhibina.
Este triple análisis de sangre se realiza de forma rutinaria en el primer trimestre del embarazo y además de detectar el síndrome de Down, sirve para detectar otras muchas anomalías fetales. Su nivel de fiabilidad es de un 60% y es muy frecuente que haya que repetirlo pues sus concusiones son muy diferentes de una semana a otra del embarazo. No es una prueba concluyente, aporta pistas o sospechas de malformación cromosómica, pero no certeza absoluta.
Si el triple screening da un riesgo significativo se debe proceder a hacer una ecografía buscando signos ultrasónicos de síndrome de Down y pensar en practicar una amniocentesis en caso de duda.
La presencia de alfafetoproteína (AFP) varía según la edad gestacional, por lo que hay que conocerla con precisión para poder obtener información válida en su estudio. Si se detecta un aumento de AFP existe un aumento del riesgo de que el feto tenga espina bífida. Se recomienda en tal caso hacer una ecografía en busca de posibles espinas bífidas y alteraciones en la cabeza. La AFP también aumenta cuando existe un embarazo múltiple (gemelar o mas fetos). Un aumento de AFP también indica un posible riesgo de que la tensión arterial suba en los meses posteriores. Si los valores de AFP son bajos para la edad gestacional hay más riesgo de que el feto tenga el síndrome de Down u otra alteración cromosómica.
La gonadotropina es una hormona producida por la placenta, cuyo niveles tienden a estar aumentados cuando los fetos padecen el síndrome de Down. El estriol es una hormona producida por el feto y la placenta en colaboración mútua, cuyo niveles se reducen si existe un síndrome de Down. Algunos laboratorios miden un cuarto parámetro: la inhibina.
Este triple análisis de sangre se realiza de forma rutinaria en el primer trimestre del embarazo y además de detectar el síndrome de Down, sirve para detectar otras muchas anomalías fetales. Su nivel de fiabilidad es de un 60% y es muy frecuente que haya que repetirlo pues sus concusiones son muy diferentes de una semana a otra del embarazo. No es una prueba concluyente, aporta pistas o sospechas de malformación cromosómica, pero no certeza absoluta.
Si el triple screening da un riesgo significativo se debe proceder a hacer una ecografía buscando signos ultrasónicos de síndrome de Down y pensar en practicar una amniocentesis en caso de duda.
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