26 de junio de 2011

Lactancia en gemelos de bajo peso



Mis nietos Benjamín y Joaquina nacieron por cesárea, a partir de un embarazo múltiple.

De los tres bebés concebidos, uno murió intraútero en la semana 35 de gestación.

Benjamín nació con un peso de 2.080kg, Joaquina con 1.650 kg. El dolor por la pérdida de Manuel y la angustia por la salud de los bebés no impidieron a sus padres poner en marcha una verdadera lucha y un enorme esfuerzo para salvaguardar la lactancia materna. Durante el embarazo, Sofía y Roberto los nuevos padres, se habían informado sobre los enormes beneficios que la Lactancia Materna significaba para los bebés prematuros; por esta razón, cuando sobrevino la muerte de un bebé y la cesárea de urgencia, ya muchos recursos estaban pensados.

Ambos bebés fueron internados en neonatología y Benjamín recibió una transfusión de sangre. Sofía inmersa en su dolor de madre, encontró las fuerzas para comenzar una intensa rutina de estímulo y extracción. Comenzamos con una bomba manual durante un día y medio. Gracias a Dios, pronto llegó una bomba eléctrica de bombeo doble, porque no sé realmente cómo lo hubiéramos conseguido con la bomba manual, el tiempo cierto de 24 horas es poco para el gran trabajo a realizar. Mi conclusión sobre este punto es que es muy importante que la madre cuente con la posibilidad de acceder a una bomba eléctrica y de bombeo doble, ante la posibilidad de que ese embarazo múltiple termine en un parto prematuro.

Con la ayuda de su esposo, sus hermanas, una de las cuales ya había pasado por la experiencia de tener un bebé prematuro, y toda la familia, Sofía estimuló sus pechos doce veces y a veces más en 24 horas, estableciendo la producción de leche materna y aumentándola día a día.

Seis días después del nacimiento Benjamín llego a sus brazos. Sofía tuvo que dialogar con el equipo de salud, para que se permitiera al bebé estar en la habitación con su madre, la indicación era que lo amamantara en la sala de cuidados especiales y que el niño permaneciera en este lugar, en cuna.

Benjamín necesitaba la presencia y el amor de sus padres de forma constante, además de alguna forma de alimentación, ya que no se prendía al pecho.

Comenzamos a alimentarlo con cucharita día y noche, llevando un registro riguroso de las cantidades de leche materna que el bebé recibía. Somos una familia numerosa, todos nos unimos en esta situación y por turnos apoyábamos a los padres, convencidos todos que la Lactancia Materna significaba muchísimo para los bebés.

A los nueve días, mamá y bebé con un peso de 1.950 kg partieron a casa, con la angustia de dejar a Joaquina en la incubadora.

A partir de entonces comenzó para Sofía otro desafío, el tiempo no le alcanzaba para atender a Benjamín que seguía sin mamar, estimular sus pechos, extraerse leche para los dos, almacenar la leche para llevar a su beba, ir al hospital a sostenerla en sus brazos.

Su estado de ánimo era de mucha angustia, fue entonces cuando otro recurso se puso en marcha. Su hermana mayor Carolina estaba amamantando a su hijo Lorenzo de 2 años y cuatro meses. Tiempo antes del parto de los trillizos, Carolina se había hecho los análisis de HIV y Hepatitis B, y habíamos guardado su leche en el freezer para darle más tranquilidad a Sofía. Ambas hermanas decidieron comenzar a utilizar leche de Carolina pero recién extraída. Sabíamos que en estos casos los factores inmunológicos son importantes y la leche recién extraída es más segura, Sofía y Carolina estaban mucho juntas, estando en contacto con los mismos gérmenes y además la leche de Carolina era especialmente grasosa, ya que alimentaba un niño grande. Carolina comenzó entonces a utilizar la bomba eléctrica tres veces por día, teniendo que ingeniarnos para que Lorenzo su hijo nos permitiera el trabajo de extracción. Carolina extraía su leche por la mañana antes de que Lorenzo despertara, cuando rato después Lorenzo se amamantaba, ponía una nota de humor a tanto esfuerzo, expresando su sorpresa a su madre al no encontrar los pechos rebosantes que él acostumbraba a mamar por la mañana. Sofía tenia una producción abundante y podía alimentar a dos bebés, pero al tener que adelantar tomas de leche extraída para alimentar un bebé con cucharita y otro con sonda, no llegaba con el tiempo. Utilizar leche donada por su hermana trajo tranquilidad a Sofía. Era un espectáculo singular ver a ambas preparar recipientes con ambas leches cuidando todos los detalles. Es muy importante la leche de la madre de los bebés nacidos prematuros por sus factores especiales, así que todo debía tenerse en cuenta. En esos días Sofía comenzó también a desechar en algunas extracciones parte de la primera leche, para dar a sus bebés uno con cucharita otro con sonda, leche con más contenido graso. En ese momento los pediatras a cargo de los bebés sugirieron la posibilidad de dar fórmula, pero Sofía se negó con amabilidad. Al cumplirse los quince días desde el nacimiento Joaquina vino a su hogar con un peso de 1.800. Imposible alimentar dos bebés con cucharita día y noche, todo se complicaba. Ninguno de los dos bebés mamaba del pecho de su madre; utilizábamos recursos como poner la bomba eléctrica en un pecho y en el otro el bebé, la bomba bajaba le leche y el bebé sin succionar reciba leche del otro pecho, Sofía decidió entonces comenzar con el vasito. Utilizamos los vasitos que vienen con los medicamentos pediátricos. Los alimentábamos con vasito en un tiempo de diez minutos, sabíamos las cantidades diarias de leche materna que por su peso debían recibir, anotábamos, en un cuaderno las extracciones de Sofía, las cantidades extraídas y los horarios, en otro cuaderno horarios y cantidades de cada bebé, pañales mojados y con caca.



Sofía sufría por que el tiempo no le alcanzaba para tener en brazos todo lo que ella deseaba a sus bebés, pero su afán por la Lactancia Materna era enorme, los bebés estaban siempre a Upa papá, tíos, y abuelos los sosteníamos día y noche.


Los bebés comenzaron a aumentar de peso y la paz comenzó a llegar a Sofía y su esposo. Un día decidieron no dar más vasitos de noche, ya que ambos bebs comenzaron a mostrar entusiasmo por mamar, en pocos días sólo tomaban tres vasitos por día, y los pañales mostraban una buena transferencia de leche.

Y así en unos días los esforzados padres y el resto de la familia comenzamos a disfrutar de la Lactancia Materna exclusiva.

Los recursos para la lactancia de múltiples prematuros como la bomba eléctrica y la almohada para amamantar mellizos son invalorables, además de otros recursos que las ingeniosas madres de múltiples inventan. Sofía dormía con sus bebés, pero siendo tan pequeños ella estaba siempre temiendo que se deslizaran de sus brazos, así que se ponía a la noche un strapless o top de puro algodón y metía un bebé de cada lado, así si el sueño la vencía ellos quedaban adheridos a su cuerpo y además podían seguir mamando. Desde el comienzo utilizó el portabebé tipo kepina y como ellos eran tan pequeños los ponía juntos, más adelante llevaba un bebé en cada portabebé colgando de cada lado. Hoy Benjamín y Joaquina tienen 2 años y tres meses, ambos amamantan.

Extraído de dardemamar. Foto y vídeo inclusive.

Post scriptum: solicitamos permiso, como solemos hacer, para publicar este relato a la web dardemamar, que se puso en contacto con Etel Conti, la abuela de los bebés y autora del relato, quien a su vez nos respondió autorizándonos y contándonos una parte más de la historia:

(...) Por mi parte la razón de escribir esta historia en el que el dolor por la pérdida de uno de mis nietos se entremezclaba con la felicidad de tener los otros dos bebés, la angustia por sacarlos adelante, el esfuerzo por que recibieran la leche de mi hija y el acomodarnos todo el tiempo a diferentes circunstancias, fue el enorme deseo de apoyar a otras madres, con información y la experiencia que como familia habíamos atesorado.

Benjamín y Joaquina se amamantaron hasta los cinco años y un mes, y estoy segura que los beneficios del esfuerzo y el compromiso puestos en marcha por sus padres acompañados por toda la familia serán para toda la vida.

Es un honor para nosotros los padres abuelos y tíos de Benja y Joaqui saber que hay personas como vos que piensan que esto ayudará a otros padres.

Si es posible, desearía que al nombrarme incluyas con mi nombre Etel Conti, que soy madre de siete hijos y abuela de 8 nietos con un nieto más en camino. mi maternidad y mi abuelidad son las grandes riquezas de mi vida. (...)

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