30 de diciembre de 2012

Charlas


En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:

- ¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto.
El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella ahora?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...

28 de diciembre de 2012

Decir “NO”: una herramienta esencial en la educación infantil

CRIANDO MULTIPLES, gemelos, mellizos, crianza, carros gemelares

La tarea educativa de los padres hacia sus hijos es compleja, larga y ancha como la infancia, y aún más allá. Abarca muchos temas y muy variados. Y en cada etapa hay retos nuevos y diferentes que afrontar:
  • Enseñar lo que es saludable y lo peligroso.
  • Mostrar lo que debe hacerse y lo que no es apropiado.
  • Qué y cómo comer.
  • La higiene, la seguridad, el deber, la responsabilidad, el respeto a los otros …
Durante los tres primeros años, no sirve de mucho dar explicaciones. Aunque se pueden dar, han de ser frases sencillas y claras. En esa etapa, los padres dicen a menudo la palabra NO ¿Es útil, necesaria o apropiada?

Es necesaria para establecer los límites entre lo permitido y lo que no puede o debe hacerse. Así, un bebé que comienza a desplazarse debe ser frenado en seco con un ¡NO! (alto y claro) si se dirige a la escalera o al borde de una piscina o quiere tocar la puerta del horno. Es decir, si está en peligro. De forma que el NO es una herramienta fundamental para la SEGURIDAD.

Pero la palabra NO puede “desgastarse” si se utiliza en exceso.

Cuando parece que todo está prohibido y se encuentra en el comienzo de todas las frases. “No hagas eso, no te subas ahí, no toques aquello….” El niño se hace insensible o sordo a la palabra NO, pues, por lo general, es imposible evitar que haga tantas cosas; muchas de ellas, quizá, no tengan importancia.

Cuando se intenta cambiar muchas cosas a la vez. Es imposible lograr demasiadas metas al mismo tiempo. Es como lanzar varios dardos juntos hacia la diana: casi ninguno dará en el blanco. Es mejor coger uno cada vez y apuntar bien. Y, en cada etapa de la infancia, debe haber unos objetivos. Es mejor que el NO se reserve para asuntos verdaderamente serios: las agresiones o los que suponen riesgo para el propio menor.

El NO también puede ser “desactivado” y tampoco funciona cuando no se acompaña de un límite real. Por ejemplo, si un crío está saltando en el sofá y continúa haciéndolo después de decir dos veces que se detenga. No hay que gastar más munición. Basta con cogerlo en brazos, bajarlo del sofá y alejarlo un poco o dejarlo junto a sus juguetes mientras se repite el mensaje por tercera vez. Alto y claro: “no se salta en el sofá”. No hay que esperar a la “enésima vez”, que es cuando se da un alarido y se suelta un sermón (que tampoco servirá de mucho a esta edad).
Cuando es una incongruencia, por ejemplo, si se da un cachete al tiempo que se dice “no se pega”.

Otra situación en que el NO deja de funcionar es cuando, involuntariamente, se sonríe al decirlo. Esto ocurre a menudo. Y es que esos “locos bajitos” tienen su gracia y sus trucos, como poner unas caritas irresistibles cuando van a tocar lo que acabamos de prohibirles. Depende del riesgo, claro. Y lo mejor es, una vez más, alejarlos del lugar y la tentación y distraerlos de la idea de tocar los botones de la tele (o lo que quiera que sea).

Y, si el tema es importante, pues entraña riesgo, aguantar el tipo y no reírse bajo ningún concepto.

A medida que crecen los hijos, los retos serán otros y los padres deben adaptarse. Cambiar de estrategia.

A veces se confunde firmeza con autoritarismo. No educan mejor los padres que imponen una larga lista de prohibiciones a sus hijos. Conviene recordar que, si son excesivas, probablemente sean imposibles de mantener.

No se trata de “imponer” nuestro criterio, ni unas normas rígidas. Algunas reglas deben ir cambiando con la edad de los hijos (horarios, tareas, responsabilidades…). Solo las que tienen que ver con la seguridad del menor y con el respeto hacia los demás deben ser bien firmes.

Por otra parte, la progresiva madurez del hijo o la hija exige desarrollar más habilidades de negociación. Y es mejor darse un tiempo para planificar la mejor estrategia para resolver con ellos cada una de las situaciones. Un NO apresurado suele lamentarse. Aunque es la salida más rápida ante una petición cuando los padres están ocupados haciendo algo. Es mejor respuesta decir “espera a que termine esto y hablamos de ello” o bien “lo tengo que pensar”. Con la cabeza fría se podrá analizar la cuestión, comprender los deseos del hijo, analizar todos los aspectos y negociar los permisos o limitaciones.

Porque lo que más cuesta es mantenerse firmes. Y cuando se dice NO, pero luego no se evita lo prohibido, no se mantiene la norma o no hay consecuencias por saltársela, llega el fracaso educativo, el caos, la inseguridad, las discusiones…

Recuerden:

La palabra NO sirve para poner límites. Es una valla de seguridad para proteger al niño de los peligros.

La autoridad materna o paterna debe apoyarse en unas pocas normas, pero han de ser firmes y congruentes.

El NO debe significar “NO se puede hacer eso”. Pero debe haber pocas cosas realmente prohibidas.

De nada sirve decir muchas veces NO si no se acompaña de un límite real.

Un NO junto a una sonrisa equivale a un SÍ.

Antes de responder un NO impulsivo ante una petición, conviene analizarla. Es mejor respuesta “lo tengo que pensar” o “ahora hablamos, en cuanto termine esto”.

Ana Martínez Rubio. Pediatra de Atención primaria

26 de diciembre de 2012

Que sean niños los niños

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Que sean niños los niños.

Que sean niños, y no clientes de las compañías de móviles, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.

Niños, no limpiacristales en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en el metro.

Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.

Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.

Que sean niños los niños, y no un target.

Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.

Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.

Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.

Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.

Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.

Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.

Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.

Que sean niños los niños.

Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.

Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.

Que sean niños, no "el repetidor" o "el conflictivo" o "el que nunca trae los deberes".

Niños, y no los que empujan el carro con cartones.

Que sean niños los niños, simplemente.

Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.

Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.

Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.

Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.

Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.

Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado

Mex Urtizberea

22 de diciembre de 2012

Celebrar la Navidad con menos recursos económicos


La antigua costumbre de festejar las buenas noticias -compartiendo tradicionalmente buena comida y buena bebida- se ha ido transformando en una exagerada carrera por comprar objetos y regalos de todo tipo. Muchos de nosotros somos víctimas de una modalidad instalada de la que no sabemos cómo escapar. Compramos porque todos esperan recibir, porque corresponde, porque somos buenos padres, buenos hermanos, buenos hijos o buenos yernos. Compramos y nos endeudamos y dedicamos días enteros tratando de satisfacer posibles deseos ajenos. Paradójicamente, las crisis económicas como las que estamos viviendo, pueden acercarnos un lado positivo. Es verdad que la primera sensación es de escasez y limitaciones incómodas. Sin embargo, podemos convertir esta situación externa en una experiencia con matices interesantes. Si este año no hay tanta disponibilidad de dinero, no es necesariamente algo malo: Los encuentros entre seres queridos son gratuitos. La meditación o las propuestas para vivir entre adultos y niños alguna experiencia enriquecedora en términos espirituales, también son gratuitas. Conversar entre todos sobre nuestra realidad emocional, familiar, económica o financiera para decidir en conjunto cómo celebraremos las fiestas, nos puede ofrecer un grado de intimidad y acercamiento desconocido hasta entonces.

Todo lo que el dinero y el consumo tapa, la falta de dinero deja al descubierto. Es verdad que pueden aparecer miserias y egoísmos pasados, pero también podemos poner sobre la mesa las buenas intenciones para mejorar los vínculos. En estos casos, los niños serán los principales beneficiados. Porque no es verdad que los niños esperan juguetes. Los niños esperan ser amados. Si eso sucede, pueden comprender que esta vez no habrá regalos o que serán pocos, si en compensación recibirán propuestas afectivas diferentes.

Cuando nosotros fuimos niños, había menos consumo y menos disponibilidad de dinero que en la actualidad; y aún así recordamos momentos colmados de magia. Si pudiéramos relatar a los niños cómo vivíamos las fiestas, podremos lograr que los encuentros entre los seres queridos valgan la pena.

Por eso, en lugar de lamentarnos por todo lo que no podemos comprar en este momento, o bien si sentimos el hartazgo por tanto ruido y estrés; aprovechemos la oportunidad. Conversemos con los niños y escuchemos cómo imaginan ellos pasar las fiestas sin gastar dinero. Nos sorprenderemos de la creatividad y buena voluntad que los niños tienen para derrochar.


Laura Gutman.

20 de diciembre de 2012

El impacto de la muerte de un gemelo en el otro

Los gemelos nos ayudan a entender muchas cosas de la personalidad humana, gracias a los estudios realizados sobre ellos. Y no sólo respecto a nuestra vida como adultos, sino también sobre la vida intrauterina y las vivencias del feto. Gracias a los testimonios de gemelos que perdieron a su hermano gemelo durante el embarazo o poco después de nacer, hoy en día sabemos que el bebé no-nato aprende, tiene memoria y un rudimentario sentido del ‘yo’. Si el bebé empieza su vida como gemelo, él es consciente de esta condición y percibe la presencia del otro. Aunque el tiempo que hayan estado juntos, haya sido relativamente corto, la muerte del gemelo siempre causa un impacto profundo en el otro, como demuestra el siguiente testimonio de un hombre (51 años):

“Soy el más pequeño de cuatro hermanos. Cuando era niño, solía jugar a que tenía una hermana gemela. Le hablaba, le daba órdenes, me enfadaba y me reconciliaba con ella. Era mi fiel acompañante. Insistía a mis padres en que yo tenía una hermana gemela. Mis padres no entendían mi fantasía y me contestaban que había nacido solo. Hace unos años mi madre tuvo que ser operada por un problema ginecológico y le quitaron el útero. Después de la intervención el ginecólogo le dijo que había encontrado restos de un bebé momificado en su útero. Había llevado gemelos en su último embarazo, de los que uno (mi hermana) se murió. Mi juego de niño no fue una fantasía, sino la realidad en los primeros meses de mi vida prenatal’.

El bebé no nacido es consciente de su entorno, mucho más de lo que hasta ahora se suponía. Los estudios de la psicología pre-y perinatal (investiga la vida intrauterina y en torno al nacimiento) lo ponen en evidencia y demuestran que el bebé en el útero almacena experiencias, memoriza, aprende y es consciente de lo que ocurre a su alrededor. Lo que vive en la fase prenatal, influye en su posterior vida. Y por los vídeos, hechos a los gemelos y trillizos conocemos hoy en día más profundamente su relación: se tocan, se chupan el dedo del otro, se empujan o se acurrucan el uno contra el otro. Mientras comparten el mismo espacio, escuchan los mismos ruidos, y perciben las mismas emociones maternas, se va tejiendo entre ellos una relación muy íntima. Es probable que ya tengan una remota idea de sí mismo (el sentido del ‘yo’) y del otro, aunque será, sin duda, una sensación confusa. Y cuando de repente uno deja de respirar y dar señales de vida, el otro queda desconcertado, sin entender lo que está sucediendo. No hay duda de que viva una sensación de pérdida y vacío. Según el psicólogo Bowlby, que estudió la importancia del vínculo entre madre e hijo (la llamada teoría del apego), los gemelos son el uno para el otro personas de apego. Por lo tanto, su vínculo es emocionalmente tan importante (o quizás más) que el que desarrollan con sus papás. Desarrollarse y crecer juntos en el útero crea un lazo íntimo, una responsabilidad y un espíritu de compartir. También crea sentimientos negativos, como conflicto de intereses (¿quién ocupa el mejor sitio?), envidia y empujones. Pero todo aquello forma parte de la íntima relación que cada uno vive con el otro. El hijo, que viene solo, se relaciona con su madre durante su vida prenatal y también con su padre (en menor medida), pero la relación intrauterina entre los gemelos es mucho más intensa. Por ello el otro es parte de su ‘sentido del yo’; cuando desaparece, durante el embarazo o más tarde en su vida, el gemelo superviviente siente desconcierto, tristeza y una sensación de no ser completo. Y esa sensación se adueña de su ‘sentido del yo’ y causa, a un nivel inconsciente, la búsqueda por el otro. Todos los gemelos, que han perdido a su hermano gemelar, conocen muy bien los sentimientos, como soledad, la sensación de ser distinto e incompleto, aislamiento y tener emociones que nadie entiende. Gran parte de la información de la que hoy en día disponemos sobre el impacto de la pérdida de un gemelo, proviene de testimonios de gemelos supervivientes, ya adultos. Muchos de ellos se enteraron de la existencia de su hermano-gemelo a mayor edad. Y con ella entendían por fin por qué siempre se habían sentido tan profundamente solos. Saber de la existencia del hermano-gemelo significaba para todos encontrar una pieza importante del puzzle de su vida: ahora se entendían mejor a sí mismos; por fin tenían una explicación para sus sensaciones incomprensibles hasta el momento.

Testimonio de Toni, 19 años: “Soy trillizo; mis hermanas y yo nacimos juntos, pero ellas fallecieron poco después. Según me contaron, nos pusieron los tres juntos y ninguno de nosotros lloró. Cuando ellas a las cuatro horas de nacer murieron, nadie estaba allí con nosotros, pero yo empecé a llorar desconsoladamente y los médicos vinieron corriendo y vieron que yo lloré al mismo tiempo que murieron ellas. Se quedaron perplejos. Mis padres me contaron cuando tenía siete años que yo era trillizo. Aún me acuerdo exactamente todo detalle de esta situación, de la ropa que llevaba puesta, de las palabras de mi padre y del lugar de la casa donde estábamos. Me quedé sin poder reaccionar, unos sudores fríos recorrieron mi cuerpo, me sentí supermal. Concluí que ser trillizo era muy malo, ellas murieron y yo vivía. Mi madre al ver mi cara, dijo a mi padre que se callara. Nunca más hablamos del tema; fue un tema tabú y aquella experiencia fue un trauma. No se lo reprocho, creo que la situación les desbordó y tampoco tuvieron ninguna información de que esto pudiera afectarme. Pero antes de que me lo contaran, yo ya sabía que algo me pasaba, por lo menos lo intuía. Sentía una tristeza que siempre me acompañaba; no era una tristeza de estar deprimido y no tener ilusión por nada; estaba triste en el sentido de que había algo dentro de mí que me faltaba, algo que me apenaba y me hacía sentir mal. Y este sentimiento me sobrevenía en muchas situaciones como por ejemplo en un día en la playa en el que estaba disfrutando muchísimo. Éramos muchos, mis hermanos, primos, padres, tíos y todos disfrutábamos. Pero de repente me retiré y me tumbé en la arena, alejado de mis familiares, porque me sobrevinieron unas tremendas ganas de llorar; era una sensación de profunda tristeza, que no entendí. Pensaba que era un “blandengue” o un cobarde. Incluso mis padres a veces me llamaban el “cobardica” porque no me atrevía ir solo a los sitios. Fui un niño miedoso e inseguro; siempre necesitaba que alguien me acompañara, si no, no iba a ningún lado. Con alguien junto a mí me sentía fuerte. En realidad durante años no me entendí a mí mismo y me sentí diferente a los demás, como un bicho raro. Hace dos meses de repente pensé que así no podía seguir; no sé muy bien por qué, quizás toqué fondo. Me pregunté a mí mismo por qué no podía hacer ciertas cosas yo solo. Esto me hizo sentir muy mal conmigo mismo. No quise seguir así y me dije que tenía que afrontar mis sentimientos. Fue difícil, porque tenía todo lo relacionado con ser trillizo bien guardado en mi interior, como una caja bajo llave. Destaparla fue duro. Tenía miedo por mis propios sentimientos, pero la abrí: empecé a leer todo lo que pude en Internet sobre gemelos y trillizos y hablé con ellos que tienen sus hermanos del nacimiento a su lado. Les conté mis sentimientos y ¡me entendían! Lo pasé fatal las primeras dos semanas, sentí mucha vergüenza por lo que les escribía, por si les parecía raro, pero no fue así. ¡Al contrario!

Gracias al contacto con ellos me di cuenta de que muchos de mis sentimientos tenían que ver con lo que pasó al nacer. Mis hermanas Ana y Beatriz, Bea para mí, no viven, pero forman parte de mí, están siempre presentes en mí y esto ha sido así toda mi vida. No lo puedo negar. Desde que lo veo así y no me escondo ante este hecho vital, me siento más feliz, más enérgico; soy incluso más decidido y valiente. Hago cosas que antes era incapaz de realizar. Es increíble, pero me siento otro. Ya no pienso que ser trillizo es algo malo; al contrario: me siento orgulloso de ello y quiero que la gente, que es importante para mí, lo sepa. Todavía no he podido hablar con mis padres; no quiero hacerles daño. Pero espero poder hacerlo una vez. Sigo pensando en ellas siempre, pero ahora es de otra manera. Desde que me levanto hasta que me acuesto Ana y Bea hacen que tenga muchas sensaciones nuevas. Ser trillizo es algo muy bonito, ellas son mi apoyo y se merecen ser recordadas y queridas, aunque sea sólo por mí. A partir de ahora siempre haré algo especial en el día de sus Santos”.

Este testimonio demuestra lo importante que es contar siempre a tu hijo su origen: debe saber desde pequeño que con él crecía otro bebé (o bebés) y que empezó su vida como uno de dos (o tres). El niño lleva este recuerdo consigo, pero no sabe explicarlo. Poder hablar sobre su gemelo, la vida en común que ha perdido, le ayuda a superar lo ocurrido y a entenderse a sí mismo. También le ayuda a formar un nuevo sentido del ‘yo’ y establecer su identidad. Esto es de vital importancia. Lo es para todos los gemelos que crecen juntos, pero también lo es para ellos que pierden a su hermano gemelo. Su origen biológico es distinto a la situación que vive a partir de cierto momento de su vida. El siguiente testimonio de una mujer de 30 años, cuyo hermano murió en el nacimiento, lo explica muy bien:

‘He sido toda mi vida gemela, aunque mi hermano murió a las pocas horas de nacer. Ser parte de dos es parte de mi conciencia y su significado siempre ha sido impactante. No me acuerdo cuándo me contaron sobre mi hermano gemelo, pero cuando era una niña, me importaba que otros lo supieran. Sentía intuitivamente que era distinta a los otros niños y necesitaba que los otros reconocieran esta diferencia. El es mi compañero de por vida. Como niña me sentía a menudo muy triste. Me gustaba leer libros con un relato triste y así lloraba horas y horas, hasta que mis padres me prohibieron la lectura. Desde que conozco a ‘The Lone Twin Network’ conozco a más gemelos que han quedado solos. Ellos me entienden y gracias a estos contactos ya no tengo que negar que perder a un gemelo causa un impacto profundo’.

Sugerencias para los padres que sufren la pérdida de uno de sus hijos en un parto múltiple:

- Comenta a tu hijo la existencia de su hermano gemelo en sus primeros años. Una madre, que perdió a uno de sus gemelos en el momento del parto, solía hablarle a su bebé durante el baño: ‘Eres un gemelo. Tenías un hermano que nació contigo. Pasaste muchas horas con él en mi vientre. Os tocasteis y jugasteis. Pero sin que yo ni tú pudiéramos hacer nada, él murió. Por esto estoy triste. Pero estoy muy feliz contigo y te quiero mucho’. De este modo ella pudo explicarle sus dobles sentimientos: su amor y felicidad con él y su aflicción por el otro. Un bebé siempre percibe las emociones maternas y su honestidad le ayuda a entender la situación (no comprenderá las palabras de su madre, pero sí su tono).

- Cuando el niño empiece a preguntar sobre su nacimiento, es un buen momento para enseñarle unas fotos, algún recuerdo de su hermano y, si usted quiere, visitar con él su tumba. Saber su origen biológico le ayudará a entenderse a sí mismo y formar su identidad.

- Es importante averiguar la causa de la muerte. Así podrá explicar a su hijo lo ocurrido y evita que en su seno familiar circulen rumores como ‘Juan no dejó sitio a su hermano’ o ‘Ana se lo comió todo’. Estos comentarios pueden causar profundos sentimientos de culpabilidad en el hermano superviviente.

- Intenta averiguar la zigosidad de tus bebés (saber si eran idénticos o no). Cuando lo pides en un momento temprano, el ginecólogo lo puede determinar mediante la placenta. Esta información no sólo es importante para tu, sino también más adelante para tu hijo.

- El gemelo superviviente echa en falta el contacto físico con su hermano. Puede ser la causa de sus llantos en el primer tiempo posterior a la muerte del gemelo. Tenerlo cerca de ti en la cama y llevártelo a menudo en el marsupio, le ayudará a sentirse mejor.

- Es muy probable que el gemelo superviviente viva momentos de tristeza, ansiedad y conductas difíciles. Envolverle con mimos y atención extra es muy importante para él.

Fuente: ‘El Gran libro de los Gemelos’ Coks Feenstra, Ediciones Médici
Web de Coks Feenstra: http://www.coksfeenstra.info

18 de diciembre de 2012

Los riesgos en el embarazo múltiple (I)

Una de las causas que llevan a definir un embarazo múltiple, ya sea de dos o más fetos, como un “embarazo de riesgo” es la posibilidad de tener un parto prematuro. Esto significa un nacimiento adelantado de los niños que, no sólo tienen un peso menor, y en ocasiones límite, sino que nacen con una inmadurez en su desarrollo. Esto dificulta su evolución a corto y medio plazo, aumentando el riesgo de complicaciones. Por ello es IMPRESCINDIBLE que la embarazada de dos o más fetos, sepa perfectamente cuales son los síntomas que pueden significar una amenaza de parto
prematuro. Así podrá avisar a su ginecólogo inmediatamente y éste comenzará el tratamiento adecuado lo antes posible. Por ello, recomendamos a TODA mujer con un embarazo múltiple, que busque una información detallada sobre las sensaciones que puede tener en su tripa durante todo el embarazo, lo antes posible.

Hoy vamos a contemplar uno de los dos conceptos más importantes para la detección de riesgo de parto prematuro: contracciones en el embarazo (el otro, la hipertonía uterina leve, lo veremos otro día).

Contracciones en el embarazo

Lo primero que debemos saber es que TODA mujer embarazada tiene contracciones a lo largo de su embarazo.

Las contracciones se producen en el embarazo porque en el útero, al crecer de tamaño, hay un aumento de fibras musculares además de una, cada vez mayor, distensión de las mismas. Para que estas fibras estén listas para trabajar eficazmente el día del parto tiene que “entrenar”; aunque el nacimiento de los niños vaya a ser por cesárea, el útero “no se entera” y se prepara para un parto vaginal. Este entrenamiento se realiza mediante contracciones, producidas a lo largo de todo el embarazo, por el influjo hormonal de los estrógenos. De modo que, podemos decir que las contracciones en el embarazo no sólo son normales, sino que son NECESARIAS y TODA embarazada las tiene.

Pero en los embarazos múltiples existe un factor añadido. La mayor dimensión de las fibras musculares del útero por su mayor contenido (niños, líquido amniótico, placentas, etc.) provocan una reacción exagerada, especialmente en el último trimestre, produciendo un número excesivo de contracciones que pueden ocasionar el parto prematuro.

El secreto radica en saber qué es una contracción y cuantas son normales. Así la embarazada no se preocupará aunque note alguna contracción a lo largo del día, pero tendrá la información suficiente para avisar A TIEMPO a su médico en el caso de que su número sea excesivo.

¿Qué es una contracción?

Se dice que una mujer tiene una contracción cuando se tiene la tripa dura durante unos segundos.
  • Tripa dura: Al presionar el abdomen, lo encuentras francamente duro, no puedes hundir los dedos. Es evidente que hay que tocar la parte del abdomen dónde está el útero en cada momento del embarazo. El fondo uterino llega a la altura del ombligo, aproximadamente hacia el cuarto mes en un embarazo gemelar y a los tres y medio en un triple. Si a partir de ese momento, presionas entre el ombligo y el vello del pubis, estarás tocando, a través de la piel y la pared abdominal, SÓLO útero. Si tocas más arriba, y estás de pocos meses, te podrías confundir, ya que estarás tocando el intestino y, por tanto, lo encontrarás siempre blando.
  • Toda la tripa dura: Si notas sólo una parte de la tripa dura, como una pelota, puede ser uno de los niños, no una contracción. Presiona ligeramente pero SIN miedo. El niño se moverá y el bulto desaparecerá.
  • Duran segundos: En el embarazo es raro que sean más largas de 30-40 segundos, aunque si alguna dura más no te inquietes.
  • Son irregulares: Puedes tener 2 ó 3 seguidas y luego no sentir ninguna en horas.
  • La gran mayoría de las contracciones en el embarazo no duelen. Si antes de terminar la semana 37 de gestación notas contracciones con RITMO aunque no duelan, puede significar una amenaza de parto prematuro.
  • En definitiva, cuando notes “algo” en la tripa (tensión, presión etc.) y quieras saber si es una contracción, aprieta ligeramente dos o tres dedos por encima del vello del pubis. Si está duro será efectivamente una contracción. Si puedes hundir los dedos, será cualquier otra cosa, pero no una contracción.

¿Cuándo aparecen las contracciones del embarazo?

Las contracciones aparecen durante TODO el embarazo, recuerda que el útero es un músculo que se mueve incluso fuera de la gestación, por ejemplo en la regla.

Los 2 ó 3 primeros meses pueden pasarte desapercibidas (son escasas, cortas y muy suaves), pero a medida que el útero crece, las podrás percibir claramente. Si ya has tenido otro niño, puedes sentir las contracciones antes y con más nitidez.

¿Cuántas son normales?

Los seis primeros meses, especialmente a partir del tercero, es normal notar hasta 8 contracciones por día.

En el último trimestre, puedes sentir 12-14 contracciones diarias aproximadamente, y algo más si ya tienes otro niño.

Por supuesto, no debes obsesionarte con el número de contracciones que notas al cabo del día ni estar tocándote la tripa continuamente. Calcula su número y su duración sólo en el caso de que su frecuencia te llame la atención.

¿Qué puede producir un exceso de contracciones?

Se admite que hay tres causas diferentes que pueden producir un mayor número de contracciones:
  1. Estímulos físicos: Hoy en día, la denominada “vida normal” conlleva una actividad física considerable en la mayoría de las mujeres. Trabajo, compra, casa, todo ello con prisa y agobio. Si además de todo ya se tiene otro niño en casa, la actividad diaria de una mujer puede ser incalculable.
    No hay una regla ni límite fijo para determinar la actividad que puede realizar la mujer embarazada de múltiples. Hay embarazadas que tienen una actividad física intensa y su útero no reacciona con un exceso de contracciones y otras, en cambio, ante un mínimo esfuerzo, desencadenan una mayor actividad uterina. Pero, salvo raras excepciones, en estos embarazos se recomienda a la mujer que, especialmente a partir del 4º-5º mes de gestación, baje el ritmo de vida como precaución, y en ocasiones, algunas semanas antes en el caso de los de trillizos. Si tienes muchas contracciones, debido a la actividad física que estás realizando o has realizado en las horas anteriores, procura ir a casa o por lo menos descansar, a ser posible, tumbada del lado izquierdo.
    En pocas horas tu útero se relajará y las contracciones desaparecerán. Y aprende lo que TU útero “no te deja hacer” para no volver a repetir ese ritmo de actividad.
    A veces es preferible “bajar algo el ritmo” y poder seguir con tu actividad habitual por más tiempo, a querer hacerlo todo y terminar en reposo en la cama.
  2. Estímulos psíquicos: el estrés, el exceso de preocupaciones en el trabajo, una discusión con tu pareja, un familiar enfermo o un problema puntual, pueden desencadenar tantas o más contracciones que los estímulos físicos.
    En ocasiones, si el problema es alguna preocupación leve, puede ser suficiente con distraerte leyendo algo ameno, viendo un rato la televisión, charlando, etc. Pero si la causa es importante y seria, esta solución puede ser claramente insuficiente.
  3. Otros estímulos: Infecciones urinarias, vaginales y otras patologías pueden, así mismo, producir un exceso de contracciones.
Debes avisar al ginecólogo o ir a un servicio de urgencia:
  • Si a lo largo de tu gestación antes de llegar a la 36 semana notas contracciones con RITMO aunque no duelan. Puede significar una amenaza de parto prematuro.
  • Si tienes más de 15 contracciones al día, claras y largas (más de 40-50 segundos), aunque sean sin ritmo, pero que no desaparecen con el descanso.
  • Si con un mínimo esfuerzo (peinarte, andar poco, ducharte...) tienes contracciones repetidas.
El ginecólogo será quien valorará la actividad uterina que presentas y, en último caso, la necesidad de medicarte.

16 de diciembre de 2012

Juegos populares, la cultura autóctona del juego

mellizos trillizos gemelos múltples juegos populares

Muchos niños ya no juegan, sino que “consumen” productos manufacturados de entretenimiento (tele, videojuegos…), una solución fácil con que llenar sus horas de ocio. Es la globalización del entretenimiento.

Desaparecida la calle como espacio de encuentro, las ciudades se han convertido en un lugar inadecuado para los niños, y los parques a partir de cierta edad resultan poco interesantes para jugar. Eso hace que el juego libre en espacios abiertos sea poco menos que misión imposible. Si a eso unimos las largas jornadas escolares, las actividades extraescolares, lo reducido de las familias, y la invasión de los productos de ocio “de consumo”, lo cierto es que jugar, lo que se dice jugar, hoy en día se juega poco. Las consecuencias son ya patentes: obesidad, aislamiento, tele-adicción, hiperactividad o indolencia, conductas anti-sociales, caída del rendimiento escolar…

Muchos niños ya no juegan, sino que “consumen” productos manufacturados de entretenimiento (tele, videojuegos…), una solución fácil con que llenar sus horas de ocio. Es la globalización del entretenimiento. Pero como afirma Victoriano Yagüe, profesor de educación secundaria y autor de varios libros sobre los juegos populares “El juego es el mejor vehículo para el desarrollo de la creatividad y un excelente antídoto contra la educación en exceso tecnificada”.

La rica tradición de los juegos populares
Victoriano Yagüe es profesor de educación secundaria y un apasionado de los juegos populares, pasión que le ha llevado a recopilar esta rica tradición popular en varias obras, como “Juegos para la escuela” o “66 juegos para educar” “El juego es el mejor vehículo para el desarrollo de la creatividad y un excelente antídoto contra la educación en exceso tecnificada”, afirma Victoriano.

Victoriano forma parte de un movimiento actual de expertos en juegos que se han propuesto rescatar del olvido y llevar a las escuelas este aspecto esencial de nuestra cultura autóctona. Y es que antes de existir la práctica del deporte reglado, los niños realizaban un intenso ejercicio físico espontáneo en la calle, simplemente jugando a los muchos y diferentes juegos de la tradición popular. Estos han sido un medio de desarrollo psicofísico y de socialización que ha proporcionado deleite a innumerables generaciones de niños, antes de que el coche ocupara las calles, y la televisión su tiempo.

Victoriano Yagüe lamenta la inexistencia de espacios físicos apropiado para jugar “en los parques no hay ni donde esconderse”, y la pérdida cultural que supone la total sustitución del juego por el deporte: “El deporte, visto actualmente de una forma fría con respecto al juego tradicional, se muestra como un elemento fagocitador de nuestra tradición en lo que a cultura física se refiere, y se extiende por todos los lugares llevando modelos de actividad que no le son propios. Las normas rígidas y los controles estrictos de los deportes de masas empobrecen el espacio de las manifestaciones lúdicas populares y tradicionales donde la riqueza de variantes y matices son ese encanto propio del tiempo de la infancia”.

Siendo en todos los aspectos beneficiosos para el desarrollo de los niños, asistimos a un creciente interés por parte de padres y educadores por rescatar esa tradición, habiendo incluso quien propone que sean enseñados en los colegios, como una asignatura más, y en los campamentos de verano. Y en cualquier caso, son la alternativa a la presión del entretenimiento globalizado de consumo.

Los juegos de siempre
Muchos padres todavía recordamos de nuestra infancia divertidos juegos que casi han dejado de practicarse pero que sin duda harían las delicias de nuestros hijos. Este puede ser el verano para rescatar esas actividades, y lo que es más importante, contagiarnos del espíritu lúdico de aquellos años.

Muchos de esos juegos son colectivos, lo que los hace muy convenientes para los niños de ahora, y muy especialmente para quienes pasan horas solos jugando a los videojuegos. Al contrario que en los juegos virtuales, muchos de ellos violentos y en los que todo está (virtualmente) permitido, los juegos tradicionales colectivos son un interesante medio de socialización, ya que se rigen por reglas que todos deben asumir para poder jugar. Son una forma activa y tradicional de educación para la convivencia, en la que el espíritu competitivo queda matizado por la pertenencia al grupo y estimula el desarrollo de la capacidad de negociación y adaptación. Es también una extraordinaria forma de integrar mente, emociones y cuerpo y de hacer ejercicio de manera que el esfuerzo es inmediatamente premiado por la gratificación que produce jugar.

Pero además, el ejercicio que se practica jugando y no por “hacer ejercicio” requiere mucho menos esfuerzo real, porque nos produce una gratificación inmediata. Decía Ortega y Gasset “El juego es un esfuerzo, pero que no siendo provocado por el premioso utilitarismo que inspira el esfuerzo impuesto por una circunstancia del trabajo, va reposando en sí mismo, sin ese desasosiego, que infiltra en el trabajo la necesidad de conseguir a toda costa un fin”.

Isabel F. del Castillo

14 de diciembre de 2012

Desarrollo y necesidades físicas etapa 0-3 años

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Es una fase de desarrollo físico acelerado: se triplica el peso de nacimiento, se duplica la talla y el perímetro cefálico alcanza el 50% del de adulto.

La alimentación
La alimentación ocupa un papel principal en la vida del recién nacido. La succión, además de un instinto natural para la satisfacción alimenticia, es una fuente de placer y de descarga de tensiones internas.
  • La leche materna es por sí solo el mejor alimento y bebida que puede darse a un bebé menor de seis meses de edad, no precisa ningún otro alimento o bebida, durante ese periodo. Contribuye a proteger a bebés y niños pequeños frente a enfermedades y reforzar el vínculo entre madre-hijo, favoreciendo la salud de la mujer y el distanciamiento de los embarazos, en determinadas condiciones. Para iniciar la lactancia natural conviene iniciarla en la 1ª hora tras el parto y los recién nacidos deben estar cerca de sus madres. Casi todas las mujeres pueden amamantar a sus bebés, sólo precisan de un adecuado sostén de profesionales capacitados y del medio familiar y social, pudiendo continuarla junto con otros alimentos adecuados a la edad todo el tiempo que madre e hijo deseen.
  • La alimentación con leche artificial, para aquellas mujeres que opten por ella, debe realizarse en condiciones higiénicas y los sucedáneos deben ser los adecuados para la edad y salud del bebé, teniendo muy presente las recomendaciones médicas en este sentido.
  • A partir de los 6 meses se introducen lenta y paulatinamente otros alimentos adecuados para su edad, favoreciendo la actitud de tocar y coger los alimentos con la mano.
  • El apetito disminuye al final del primer año y de forma progresiva en los dos años siguientes: el peso aumenta en dos kilos y medio aproximadamente en el segundo año, dos kilos el tercer año y unos 17 centímetros en estos últimos. Se favorece una adecuada alimentación en esta etapa, si se respetan las necesidades individuales de cada niño, no forzando la ingesta y ofreciendo una dieta variada que evite las golosinas, bollería y zumos. Como medida de apoyo institucional en este terreno están desarrollados la atención pediátrica hospitalaria y el Programa de Atención al Niño Sano, que se realiza en los centros de salud.
El sueño
El sueño en esta etapa es distinto del de la vida adulta, al contrario que éste el 80 % del sueño es ligero, de ahí los frecuentes despertares nocturnos, además de la necesidad de siestas diurnas.
  • Los problemas que muchos padres plantean sobre el sueño de sus hijos en sus primeros años, derivan en mayor medida de un problema de expectativas poco realistas sobre sus hábitos y la dificultad de armonizarlos con los restantes miembros de la familia incorporados al ritmo de vida social y productivo. Las razones culturales parecen pesar en determinadas recomendaciones que invitan a forzar la adquisición de hábitos de sueño “adulto” en niños de temprana edad, así como a no satisfacer sus necesidades de compañía si las hubiera, pudiendo resultar en un conflicto de sentimientos niños-padres.
  • Para prevenir el Síndrome de Muerte Súbita en el Lactante (en los primeros seis meses de vida), muerte atribuida cuando no existe accidente ni enfermedad diagnosticada que la justifique y generalmente atribuible a un fallo respiratorio, se recomienda dormir cerca del bebé, no arroparle excesivamente, si es posible amamantarlo y no exponerlo a humo.
La higiene
La higiene incluye varios conceptos.
  • La ropa y calzado deben permitir la libertad de movimientos, evitando el abrigo excesivo y siendo respetuoso con su desarrollo psicomotor.
  • La higiene corporal depende básicamente de los cuidadores principales aunque entre el primer y el segundo año se pueden favorecer lavarse las manos, dientes de forma autónoma y aprovechando su natural imitación a los adultos que les rodean.
  • La higiene de la vivienda y entorno deben favorecer ambientes exentos de suciedad, gérmenes, parásitos, roedores...., esto incluye los espacios de juego en el medio urbano o rural y los de guarderías o escuelas infantiles.
La actividad física
La actividad física y la necesidad de ejercicio evoluciona enormemente a lo largo de esta etapa, pasando de la ausencia de movimientos voluntarios al total dominio de la marcha antes de los tres años.
  • Los primeros 6 meses desde la total/parcial ausencia de movimientos voluntarios, se favorecerá el intercambio amoroso en los cuidados al bebé; sin apuros ni imposiciones respetando sus necesidades y favoreciendo el descubrimiento de las partes y límites de su cuerpo: manos, pies,...
  • Con la aparición de los movimientos voluntarios se puede favorecer el desarrollo de los grandes movimientos motores, evitando la intervención del adulto y proporcionando libertad de movimientos en el espacio, mediante: acostar boca arriba sobre manta en el piso, favoreciendo el volteo, después el arrastre y progresivamente la posición semisentada con la posibilidad de manipulación de objetos, hasta lograr el gateo y deseo de incorporarse.
  • Posteriormente y entre los 12-15 meses comienzan los primeros pasos por su propia iniciativa, primero unos pocos pero tras 1-2 semanas adquieren la marcha segura.
  • Entre el 1er y 2º año se muestran muy activos en la conquista de su autonomía, surgiendo la necesidad de espacios libres y el contacto con elementos naturales: agua, tierra, plantas, animales,....
La necesidad de protección
La necesidad de protección incluye importantes medidas de prevención:
  • Organización doméstica que facilite el cuidado del bebé los primeros meses y adecuada a la seguridad en las fases de exploración y autonomía (eliminando muebles, agentes tóxicos,...).
  • Dispositivos adecuados y presencia de adultos en el traslado en vehículos familiares o de guarderías y colegios.
  • Espacios verdes y de juego libres de peligrosidad y basuras.

Helena Herrero, Mª Etelvina Suárez, Mª Eugenia Vigil

10 de diciembre de 2012

Síndrome de Muerte Súbita del Lactante y nacimientos múltiples

Desde la web de Center for loss in multiple birth, compartimos hoy con vosotros un interesante documento sobre la muerte súbita y los múltiples. Nos gustaría aclarar que si estáis interesados en alguno de los servicios, documentos...que se ofrecen al final del documento, contecteis directamente con CLMB. Su e-mail es climb@pobox.alaska.net (hay miembros que hablan español, así que podéis mandar vuestra petición directamente en español). Muchas gracias. Síndrome de Muerte Súbita del Lactante y Nacimientos Múltiples

8 de diciembre de 2012

Fotografías de gemelos de María Zarazúa


María Zarazúa es fotógrafa y coleccionista de gemelos a tiempo parcial. Desde hace varios años se ha concentrado en localizarlos y convencerlos para que posen ante su cámara. Estos datos los cuenta Alejandro Castellote, otro gran fotógrafo, al presentar la colección "Parte de ti" de María Zarauza, en la que la fotógrafa expone sus retratos de gemelos, radicalmente distintos a los que estamos habituados a ver. Es un proyecto fotográfico que trata sobre los límites de la identidad entre personas que tienen entre sí un conocimiento íntimo. Son dípticos en los que aparecen los gemelos en dos poses distintas: a la izquierda, en plano americano y a la derecha, sentados. Con unos fondos muy peculiares y atractivos, las fotos llaman poderosamente la atención.
Emilio y Juan
María cuenta que le interesan los microuniversos de dos seres diferentes que parecen uno, como si uno fuese la imagen del otro, no sólo por su parecido sino por la relación que se establece entre ellos.
Lucía y Almudena
"Parte de ti" es un trabajo en proceso que se vio interrumpido por la maternidad de María, que ahora quiere retomarlo. 
Miriam y Sandra
Así que si tienes un gemelo o tus hijos lo son, y estás interesado en el trabajo de María, puedes mandarle un email a mzarazu@ya.com y ella se pondrá en contacto contigo. Da igual la edad o el sexo de los gemelos.

Éste es el catálogo de la exposición:

Podéis ver la colección completa en la web de María Zarazúa.
Publicado con permiso de la autora.

6 de diciembre de 2012

Las cosas que una madre tiene que oir

pelos de punta gemelos mellizos criando multiples criandomultiples

Hoy traemos el comentario más estúpido que una madre de mellizos haya oído. Directamente de la web de Twinpossible.

La mamá de Twinpossible estaba en la piscina, con sus dos mellis trepándole, mientras esperaba al papá Twinpossible, que había ido a por la comida. 

Llega un señor y le pregunta a la mamá: "¿Son mellizos?". Hasta aquí nada raro. Ella contesta que sí. Él continúa, "¿son iguales?" y ella contesta que no, que no se parecen en nada. ¿Pues no ven que son mellizos y no gemelos? ¿Por qué habrían de parecerse? piensa la mamá.

El señor continúa. "Pues es verdad, no se parecen en nada... ¡qué raro!" Y continúa. "¿Sabes? Vi en la tele el otro día lo de esa madre que ha tenido mellizos cada uno de un padre. Al parecer, si tienes relaciones sexuales con dos hombres distintos en un tiempo cercano, puede suceder". Ella le contestó que sí, que eso puede suceder. Y él prosiguió "Tal vez es lo que te pasó a ti. ¿Tengo razón?".

La mamá Twimpossible se quedó tan estupefacta que no se enteró de si el señor siguió haciendo comentarios o no. Y no es para menos. 

¿Y a ti? ¿Cual ha sido el comentario más absurdo que te han hecho?

4 de diciembre de 2012

Yo no vi mi leche

Este era mi paisaje habitual: Los dos dormidos, pero J. no soltaba el pecho (Imagen de la autora)
¡Es verdad! yo no vi mi leche. Vi algo de leche aguada los primeros días, pero gotas. Y luego nada hasta que tenían 3 meses.

Estaba a punto de abandonar. Llevaba desde el principio con mixta al 50%, intentando relactar, peleando por aumentar la cantidad de lactancia materna que recibían, casi cada cm3 extra de leche. Pero no veía mi leche. No, nunca. Las tomas duraban horas. Se me quedaban dormidos mamando, y despertaban mamando.

Una tarde me enfadé y dije "Ya está bien, lleva ya una hora, está dormido, de ahí ya no puede estar saliendo nada ¡va a ser verdad que me usa de chupete!". Y le quite del pecho con un poco de brusquedad... Y vi volar un chorrillo de leche. Lo flipé. Lo flipé porque yo a esas alturas creía que lo de las madres que echan chorrillos era un mito, y porque después de una hora mamando, ¡mucho menos! Mis tetas debían estar exprimidas ¿no? Pues no. Chica, no funciona así.

A partir de ese día relacté de golpe y tomaron lactancia materna prácticamente en exclusiva hasta los 5 meses. Y después no lo dejaron, tuvimos una lactancia prolongada hasta más allá de los 3 años.

Eso sí, nunca más volví a ver un chorrillo de leche, ni unas gotas. Me limitaba a confiar en que, si no se quejaban, si estaban bien, debían estar comiendo.

Por eso yo soy muy pasota con todos los mitos de la lactancia, incluyendo las complicadas maniobras que recomiendan algunos grupos de lactancia para relactar. No hace falta ir "subiendo la producción" poco a poco, ni tomar cerveza, ni estimular con el sacaleches.

El pecho no funciona así, segrega la leche que le hace falta a tus bebés, cuando a ellos les hace falta. Es capaz de duplicar y hasta triplicar la cantidad de leche de un día para otro sin que tú hagas nada para estimular ese cambio. Porque no tienes una fábrica de producción de leche a la que hay que pasar órdenes de trabajo, programar la maquinaria, y contratar nueva gente si quieres aumentar la producción. No. El pecho segrega lo que le pidas, si lo dejas tranquilo. Y dejarlo tranquilo, entre otras cosas, es no intentar evaluar cuánto estás segregando. Esa duda te crea un estado de estrés, tus tetas se ofenden, no les gusta que las mires con desconfianza. En cambio si te relajas, confías en ellas y las dejas trabajar, pueden segregar litros y litros.

Carmina de T., madre de mellizos de 5 años

2 de diciembre de 2012

Cañizares espera trillizos

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Santiago Cañizares no espera mellizos como en un primer momento se esperaba, sino trillizos. El futbolista y su mujer Mayte García verán como su familia crece considerablemente a principios del año que viene.
Una noticia inesperada, que ha cambiado el horizonte del matrimonio y les ha hecho tener que plantearse un futuro muy distinto. Sin embargo, los papás están contentos, y afirman que si la vida ha decidido mandarles tres niños de golpe, sólo cabe alegrarse y disfrutarlo.

Cañizares ha contado que se siente muy a gusto con su nueva vida familiar. Piensa que a sus cuarenta y tres años está más preparado para ser padre, y disfrutarlo, que cuando era más joven.

En cuanto a la futura mamá, asegura que por el momento no ha notado ninguna diferencia respecto a su embarazo anterior. Se confiesa emocionada y un poco asustada, y cuenta que se siente especial: gestar trillizos de forma natural sólo le ocurre a una mujer entre un millón y medio.

Sobre el sexo, por ahora sólo se sabe que hay tanto niños como niñas, pero aún no se ha confirmado cuántos vienen de cada uno. Mayte ha asegurado que uno de los niños se llamará Santiago.

Así, la hasta ahora pequeña familia del deportista ha pasado a ser muy numerosa. Estos trillizos se suman a la pequeña Sofía, de tres años, que ya tenía la pareja. Y junto a los tres hijos que tuvo Cañizares con su anterior esposa, cuentan la considerable cifra de siete retoños, que para un padre de cuarenta y tres años, no está nada mal.