31 de octubre de 2011

Halloween gemelo ;)

No se si será por la cantidad de libros de terror que devoré cuando era adolescente o porque fui bruja en una vida anterior ;) me encanta Halloween. Pero claro, aburriros con comida terrorífica, calabazas, disfraces y esas cosas, no tendría mucha gracia para un blog sobre crianza de múltiples...hasta que encontré esto....jejeje!



Qué paséis un terrorífico Halloween ;)

Foto: http://www.inspireyourwalls.com




30 de octubre de 2011

La disciplina es innata y natural


"Los niños nacen con el impulso de adquirir la disciplina porque la autodisciplina es una habilidad para la sobrevivencia, instintiva y solamente el castigo persistente puede impedir su maduración.

Un bebé empieza a adquirir disciplina desde el momento de su nacimiento y quizas antes, porque es así como aprenden acerca de cómo funciona el mundo. Los bebés y niños pequeños seguirán naturalmente los mismos pasos que utilizan los científicos para descubrir nuevas verdades: ellos examinan el objeto, le hacen algo y observan qué sucede y si no obtienen resultados satisfactorios, intentarán algo diferente hasta que descubran la respuesta que produzca los resultados que están buscando.

Llega un momento en el que sienten la necesidad de hacer una diferencia positiva en su mundo ya que en ese proceso, profundizan su conocimiento acerca del mundo y de cómo se comporta.

La disciplina es aprendida. Es la tendencia natural del niño a crecer y madurar tan rápidamente como cada uno pueda hacerlo. La disciplina significa desarrollar las habilidades requeridas para alcanzar las metas. Significa trabajar para obtener lo que quieren y llegar a donde quieran llegar.

Los niños responden facilmente a la disciplina de tipo de trabajo de equipo. Incluso en un partido casual hay una estructura disciplinada y cuando no hay reglas de juego, se ponen de acuerdo en el momento.

La aversión a la disciplina no es algo innato, ni pecado ni maldad. Lo que sí es innato es la resistencia a la fuerza y a ser despojado del derecho a la libertad. La tendencia natural del niño es el adquirir la disciplina necesaria para ser libre y feliz.

A los adultos les gusta ver un progreso ordenado, que puedan medir, evaluar y controlar. Pero la disciplina natural no funciona de esa manera, empieza como algo interno que progresa en etapas, en saltos y descansos, en zig-zag o de manera espiritual.

Pero los adultos se engañan a sí mismos al querer creer que no se puede aprender nada, a menos de que sea enseñado y comprobado a cada paso. Piensan que están "enseñando" por medio de "reforzar"- a traves de calificaciones, medallas de oro, halagos y castigos como los regaños, humillaciones, ridiculizaciones y golpes. A esto hay que añadir la creencia ciega de que de que debe ser enseñado por una autoridad acreditada o de lo contrario no será aprendido adecuadamente.

Los niños encarcelados en las escuelas necesitan escapar desesperadamente de una vida compulsiva. Hay millones de niños que están involucrados en actividades fuera de la escuela, o en disciplinas de fin de semana, que les han dicho en la escuela que no pueden lograr por carecer de lecciones oficiales o por falta de disciplina. Simplemente observe las docenas de juegos y habilidades en las que están metidos millones de niños, desde acrobacias en patines, bandas de rock, escalar piedras y coleccionar piedras y la lista es interminable. (Ahora existe el clamor de tomar control sobre estas actividades informales fuera de las escuelas tambien, con la teoría de que el limitar la libertad, reducirá el crimen.)

La autodisciplina crece al complacerse a uno mismo al buscar la propia felicidad. Los padres y maestros autoritarios matan la disciplina y destruyen el espíritu de libertad y luego se quejan acerca de que hay algo malo dentro del niño, de que no está "motivado", de que "sufre de un problema de comportamiento", o de la corriente favorita: "que tiene problemas de atención", pero estos problemas desaparecen en el momento en que está fuera de la escuela.


La disciplina interior es auto-elegida y se desarrolla por eleccion propia. De esta manera un niño de 6, 7 u 8 años, elige los rigores del ballet porque ama su belleza, o a la maestra de ballet, a su madre bailarina. Un niño o niña pueden escoger la disciplina del karate por sus propias razones. Es una cuestión de quien hace la elección y se puede esperar muy poco éxito cuando esta es impuesta "por tu propio bien."

Lo que se necesita de parte del mundo del adulto, es CONFIANZA en la bondad fundamental del niño, quien, a menos que sea castigado, avergonzado y no-respetado, no te decepcionará. Si se le da un modelo de ejemplo aceptable, él o ella crecerán para convertirse en personas genuinas y auténticas. Exigir otra cosa es una ofensa a su integridad.

Para que se pueda desarrollar la disciplina, no debe haber miedo, pues sólo puede crecer en la libertad. La disciplina nos lleva a niveles de excelencia que no se pueden realizar en ningún otro lado. La disciplina es la puerta a la experiencia gozosa de vivir. Cuando vemos esto nos deleitamos en nuestra práctica, nuestra dirección está bien y estamos en nuestro camino, el camino que NOSOTROS hemos escogido. Podemos aprender de nuestros errores, pero no de ser cazados y apaleados.

Todo castigo es dañino. Incluso el aparentemente inocuo "tiempo fuera" produce serios efectos en el sentido de identidad, las emociones, los sentimientos de seguridad y de aceptación del niño pequeño.

Auto-disciplina para Padres
Los padres, los maestros y los tipos que odian la vida tratan de moldear a los niños para convertirlos en seres inferiores, inhibidos, temerosos y obedientes, que dediquen su vida al deber y que "no nos causen problemas". La disciplina estricta es odio a uno mismo, proyectado a través de los fracasos propios al tratar de obtener el éxito.

Los "disciplinarios" le roban al niño la responsabilidad de desarrollar su auto-disciplina, ya que él ó ella se adueña del trabajo de disciplina y obliga al niño a bailar al son de la autoridad, dejando en él una experiencia desagradable y una visión negativa acerca de la "disciplina."

Es muy trágico para cualquier niño el que se le niegue la oportunidad de que desarrolle su auto-disciplina y hay millones que padecen ésto por causa de padres y maestros brutales y estúpidos. El resultado de que nuestra sociedad se apoye en el castigo por parte de la fuerza superior, es una sociedad que ahora se tambalea en el borde del caos anárquico".

Fuente: http://www.nopunish.net
Foto: http://parenting-skill-info.com

29 de octubre de 2011

Los adultos secuestramos la niñez : Entrevista a Carl Honoré


- Su libro no es un manual para padres, sino una denuncia de la sobreestimulación a la que están sometidos los niños hoy. Sí. Los adultos secuestramos la niñez de forma nunca vista a lo largo de la historia y, desde el instinto de intentar hacer lo mejor para nuestros hijos, hemos caído en el exceso, lo que provoca un efecto negativo, tragicómico. Porque aún queriendo lo mejor, la forma en que educamos a nuestros les provoca problemas de salud mental, física…
- Tal vez lo que se intenta es prepararlos de la mejor manera posible para que puedan sobrevivir en una sociedad muy competitiva. Trasladamos a nuestros hijos la filosofía laboral ¿Cómo lo hago para mejorar algo, en este caso a nuestros hijos? Aplicamos la cultura del perfeccionismo, que tiene que ver con la del consumo, la que nos vende la idea de que todo tiene que ser perfecto, la casa, el cuerpo, las vacaciones, nuestros hijos… La cultura del managemet contagia toda nuestra vida, y todo acaba reducido a objetivos y metas. Tenemos miedo, pero no somos capaces de darnos cuenta de que las incertidumbres y las dudas son ingredientes básicos de la tarea de educar a los hijos.
- También sucede que los padres proyectan en sus hijos sus propias frustraciones. Muchos padres viven a través de sus hijos. Sus éxitos son los nuestros y sus fracasos también. Estamos demasiado involucrados en la vida de nuestros hijos. En cierto modo los chicos han pasado a ser mi mismo yo, un proyecto de vanidad. La línea entre padres e hijos se borra, la familia se democratiza, y eso está muy bien pero, a la vez, desaparece la línea que divide el papel de cada uno. Cuando eso pasa, algo tan importante como la disciplina, las reglas, el saber decir “no”, lo tiramos por la ventana. Los niños necesitan límites para sentirse seguros y también para desenvolverse en la sociedad y para relacionarse con los otros.
- Puede ser que los padres se preocupen por sus hijos en lugar de ocuparse de ellos. Esta es mi tesis. Los niños no están con los padres. Los padres despreciamos lo pequeño, lo simple, lo barato, y los niños lo que más necesitan es nuestra presencia, atención, que estemos. Esta es una línea fácil de cruzar. La mayor expresión del amor hacia nuestros hijos es estar con ellos. Cuando la paternidad acaba siendo un cruce entre el desarrollo de un producto, un proyecto laboral, y el deporte de competición todos salimos perjudicados, padres e hijos, porque nos estamos negando los principales placeres, como compartir, estar, reír…
- ¿Conocerse? Sí, conocerse. La paternidad es un viaje hacia el descubrimiento y como todos los viajes comporta incertidumbres, dudas, errores. La gente que acepta eso transforma la paternidad y la maternidad en una aventura muy rica, mucho más interesante eso que fabricar un producto. El resultado entonces son niños más completos y más sanos.
- Los docentes se quejan de que no pueden con los niños porque llegan sobreprotegidos de casa. No sólo eso. Los niños no aceptan las normas pero tampoco las críticas. Estamos en un cambio cultural muy amplio, que es el de la cultura del no envejecer nunca, la glorificación de la juventud, del “peterpanismo”. Es bueno salir de esa idea de que el mero hecho de ser padres nos limita la vida, pero nos olvidamos o tiramos por la ventana la de que padres e hijos tienen papeles diferentes. Los profesores están en una especie de callejón sin salida. Los niños no saben comportarse y los padres no saben lo que quieren, siempre están preocupados. Tenemos muchas señales de que hemos perdido la brújula y el control en la crianza de nuestros hijos. Lo veo en el entorno social de Londres. Los padres siempre están vigilando el colegio con lupa, pendientes de que la maestra se equivoque. Siempre están como helicópteros sobrevolando el colegio, y eso a los chicos les hace daño, les perjudica y les preocupa. Tienen miedo, por ejemplo, de que su padre les mire los deberes. El empeño en darles lo mejor, hacer de ellos los mejores, es lógico, pero les estamos negando algo muy importante, y es que aprendan a zafarse de situaciones complejas y difíciles, en las que no serán los mejores. Con nuestra actitud les impedimos a que aprendan a desenvolverse bien en la vida.
- ¿A usted le enseñaron a ello? Yo tuve una educación bastante buena en Canadá, y aunque también me vi inmerso en alguna situación que no me gustaba, mis padres no intervinieron, dejaron que me espabilara. En los últimos años de bachillerato tuve un profesor de Biología al que odiaba, pero tenía que seguir estudiando la asignatura para acabar el bachillerato. De esa experiencia aprendí muchas cosas, entre ellas a llevarme bien con alguien que no me gustaba. Si a nuestros hijos siempre les damos las circunstancias perfectas no les preparamos para el mundo real.
- ¿Nos preocupamos en exceso la formación académica y deportiva de nuestros hijos y nos olvidamos de la emocional? Es que lo académico y lo deportivo es más fácil y el saldo es más visible. La empatía, la generosidad, la solidaridad no las puedes poner en un currículum. Educar en esos valores es más difícil y costoso. Uno de los resultados de obsesionarse con la hiperactividad de los hijos es que refuerza el egoísmo y se ve al otro como un rival, como alguien que le puede quitar el puesto en la universidad, en el equipo de fútbol… Estamos creando consumidores egoístas y eso debemos cambiarlo. El mercado pide personas creativas, que sepan trabajar en equipo y nosotros estamos educando chicos que no saben hacer eso. El futuro está en la creatividad y ni nuestro sistema escolar ni nuestra sociedad los forma para ello, al contrario. Son chicos que siempre tienen la respuesta correcta, no saben crear, sólo aprenden la receta que les enseñamos. Hay que tirar la receta y darles espacio para ser creativos.
- Los padres no ponemos límites pero buscamos “súper nanis” para que los pongan por nosotros o nos enseñen a ponerlos. ¿Tenemos miedo a enfrentarnos con nuestros hijos? Hemos llegado al punto de contratar a consultores en paternidad. Volvemos al miedo, que está en la raíz de este momento cultural. Hemos perdido la confianza en ser padres. Cuando los niños nacen ya nos hemos leído 50 libros sobre la paternidad, hemos ido a clases, nos hemos empapado de artículos sobre ello. Este bombardeo de consejos, a veces contradictorios, hace que nuestra confianza sea mucho más vulnerable. Se supone que el objetivo de toda esta industria es dar más confianza, pero paradójicamente hemos perdido la capacidad de buscar la voz interior que todos llevamos dentro. Conocemos mejor a nuestros hijos que nadie, sin embargo los educamos como si nos hiciera falta leer un manual de instrucciones o mirando lo que hace el vecino. Nos dejamos llevar por la corriente de pánico y perdemos esa voz interior. El libro lo escribí para recuperar la confianza en mi mismo como padre.
- ¿La ha recuperado? Sí.
- ¿Ha mejorado la relación con sus dos hijos? Sí. Me siento más relajado con ellos, no estoy tan apurado. No estoy siempre atento, les dejo más a su aire y la verdad es que tienen pasión por lo que hacen. Mi hija, por ejemplo, baila flamenco. Le encanta y disfruta.
- ¿También hacen actividades extra escolares? Sí, pero las que les gustan. Con frecuencia los chicos hacen las actividades extra escolares que sus padres quieren o, en el caso de los adolescentes, para armar un currículum impecable.
- ¿Los niños son más felices ahora que antes? Es muy difícil responder a eso. Hay muchos indicios de que no, y eso se ve en el aumento de los problemas psicológicos y la enorme cantidad de chicos que reciben medicamentos para controlar su estado de ánimo. Eso es muy mala señal. Hay una gran felicidad falsa, tanto entre adultos como entre niños, que es un producto del consumismo. Compramos un ipod nuevo o la última minifalda de Prada para ser felices, pero ¿eso genera felicidad? No. Es una felicidad artificial, poco profunda, no duradera. Espero que la crisis financiera nos ayude a resituar este materialismo sin límites al que hemos llegado y nos haga reflexionar. Despreciamos lo sencillo, lo cómodo, lo simple, ese palito con el que nuestro hijo puede jugar durante horas. Nos sentimos mal si nuestro hijo no tiene un juguete electrónico de 85 euros, no sólo porque lo el tiene el hijo del vecino, sino porque en la caja nos dice que es muy útil para su mayor desarrollo cognitivo. El mercado manipula nuestros miedos, nuestras angustias para vender más y más. ¿Qué pasará ahora cuando la gente deje de tener tanto dinero? Con un poco de suerte recuperaremos el palito y nos daremos cuenta de que eso sí tiene un efecto sobre el desarrollo cognitivo del niño.
- Entre esa actitud excesiva y el pasar de los niños, no hacer nada, ¿dónde esta el punto intermedio? Esta pregunta es incontestable. El punto de equilibrio es distinto en cada caso. No hay una actitud perfecta. Ahora estamos en el exceso y de lo que se trata es de trasladar el péndulo hacia el equilibrio. Yo no puedo decir a la gente lo que tiene que hacer, pero sí apuntar los indicios que indican cuando no se está en la buena dirección. Cuando los niños no hablan de las actividades extraescolares, cuando tienen ojeras, problemas de salud, duermen mal o se duermen en el coche entre actividad y actividad, es que algo no va. Hay que poner límites a la presión social y tratar de ubicar la brújula personal de cada uno para que tu hijo haga lo que más le convenga a él y no al vecino o a tu compañera de oficina. Hay que aplicar el sentido común.
- Ese sentido común no siempre se encuentra. Ser padre es difícil, duro y agobiante. No es un sueño de vacaciones. El problema es que en lugar de pensar y aceptar que todo saldrá bien, invertimos en el lugar equivocado.

28 de octubre de 2011

Múltiples famosos: Los Bee Gees



Bueno para ser exactos, dos de ellos... Robin y Maurice eran mellizos. Los Bee Gees nacieron el la isla de Man (Inglaterra) en los años 40, mundandose en los 50 a Australia donde empezaron su exitosa carrera.
El sonido de los Bee Gees conoce dos etapas. En los 60 y al principio de los 70 eran un grupo de pop mientras que a finales de los 70 se convirtieron los reyes del disco siendo el falsetto de Barry y sus close harmony a tres voces, su firma particular. Este cambio se debió a su participación el la banda sonora de una de las películas que mas marcó la música y el look de esa época haciendo que la música disco subiera a la fama......si, seguro que ya sabes cual es..."Fiebre del sábado noche". Curiosamente, los Bee Gees, entraron en contacto con la película cuando esta ya había sido grabada y solo habían leído un guión, antes de componer, en un fin de semana, una de las bandas sonoras las exitosas de la historia.

En el 2003 falleció inesperadamente Maurice, lo que llevo a Barry y a Robin a decidir cerrar la carrera de los Bee Gees tras mas de 45 años de éxitos. En 2009 se volvieron a reunir para dar un par de conciertos, pero sin Maurice, los Bee Gees ya no eran lo mismo.

Aunque mucha gente cree que el nombre del grupo son las siglas de su nombre "Brothers Gibb" ; "B G" ; "Bee Gees", este tiene otro origen. Los hermanos comenzaron tocando con el nombre de "Rattlesnakes" para convertise luego en "Wee Johnny Hayes and the Bluecats". Bajo este nombre fueron presentados en la radio por el DJ Bill Gates (no el de Microsoft ;). Bill Goode, un conocido del DJ, los había visto actuando y se los presento. El DJ pensó que el nombre que tenia el grupo no vendería mucho y se le ocurrió uno nuevo "Bee Gees", las iniciales suyas y de Bill Goode que los descubrió (BG). Cuando a finales de los años 60, el grupo comenzó a hacerse famoso, mucha gente pensó que su nombre eran las siglas de Brothers Gibb.
Durante toda sus carrera, los hermanos compusieron todos sus hits juntos y también fueron productores para otros muchos grupos. Vendieron mas de 220 millones de discos durante toda su carrera. Sus canciones han sido versionadas por mas de 2500 cantantes siendo la mas popular su super exito “How deep is your love”, con mas de 400 versiones.

Fotos: http://www.flickr.com/photos/40873051@N02/6177370483/in/photostream y www.dailytelegraph.com.au


27 de octubre de 2011

Todos los niños pueden ser Einstein si los motivas bien


¿Todos los niños pueden ser Einstein?

Tus hijos pueden alcanzar cualquier logro intelectual.

Pero Einstein... ¡eso es picar muy alto!
Einstein fue carne de fracaso escolar hasta los 15 años. "Mortalmente lerdo", diagnosticó de él una profesora. "No está preparado para aprender, no llegará a nada", dijo otro.

¿Tan desastroso era? Su propia madre decía que era retrasado mental. Hasta los nueve años no habló bien.

¿Qué le pasó para pasar a ser genial? Lo que puede pasarle a cualquiera: motivación y método. Motivación: pese a haber suspendido, un profesor le invitó a asistir gratis a sus clases. Por primera vez, sintió que le valoraban, que creían en él. ¡Sintió cariño!

¿Asistió Einstein a esa clase? Tuvo que irse a otra escuela. Pero allí un profesor de historia hizo lo que nadie antes: pedirle opinión sobre las cosas.

¿Esto motivó a Einstein? Sí. Si sientes que confían en ti, ¡te creces, para ser merecedor!

¿Y qué es eso del método? Usó el hemisferio derecho para resolver problemas del izquierdo. Visualizaba una solución, y su esposa le ayudaba a formularla matemáticamente. Pero era el hemisferio derecho, el intuitivo y creativo, el que resolvía, no el izquierdo, el matemático.

Yo lo pasé fatal con las matemáticas. Tus profesores no valoraron el uso de tu hemisferio derecho: podrías haber acabado encontrando la solución, pero no te dieron tiempo. Todos los escolares pueden ser motivados y todos pueden triunfar.

Cada uno nace con su inteligencia... El cociente de inteligencia es innato, permanece inalterable... y no sirve para nada. ¡Lo determinante es la motivación!

¿Cómo motiva usted a sus alumnos? Les digo que todos pueden sacar un 10 conmigo. A partir de ahí, ¡un 5 les parece poco!

¿Tan fácil? La escuela pone el foco en la sanción, fomenta el miedo al error. Debería ponerlo en el acierto. Y en la creatividad. Pregunté a mis alumnos: "De ocho caracoles de una cesta, salen tres, ¿cuántos quedan?".

Cinco, le dirían. "Ocho –respondió uno–, porque han salido del caparazón, ¡pero no de la cesta!". ¡Es una respuesta que no debería ser penalizada!

Entre tanto, 30% de fracaso escolar. Nuestra escuela parece reñida con la inteligencia. ¡Es imposible que haya un 30% de tontos! Desconfiamos de los alumnos, los educamos para evitar el fracaso y no para tener éxito. ¡Aprendamos a jugar al éxito!

¿A usted le funciona? Desde 1993 sólo he tenido que suspender a dos alumnos. Me han reñido por aprobar tanto. ¿Por qué? ¿No está bien lograr estimular a los alumnos para que triunfen?

Pues aconseje a sus colegas profesores. Sabed ser el jefe de la camada. Alguien a quien los alumnos quieran seguir. Que noten que tú les ayudarás a mejorar.

¿Algo más? Sí: no olvidéis la grandeza de este oficio. Centraos en los por qué y para qué más que en los cómo. Y usad lo que hoy se sabe acerca del aprendizaje.

¿Qué se sabe? Que somos animales emocionales, y que una simple mirada aprobatoria de un profesor... estimulará al alumno. ¡Sólo educa quien quiere a alguien! Si queréis a vuestros alumnos, educaréis. Si no, no.

Nada estimula más a un alumno que el afecto, me quiere decir. Es así. Sonríe... y exige. Si tu hijo detecta que confías en él, querrá superarse. A los niños les atrae el reto, la heroicidad.

Los padres, ¿debemos ayudarles o no a hacer los deberes? Si tu niño puede abrocharse el abrigo, no se lo abroches tú. Oriéntale en los deberes, pero dile que sabes que él los resolverá. Si se los resuelves tú, le enseñas a ser incapaz.

Si pudiera imponer una sola reforma escolar, ¿cuál sería? Dedicaría toda la primaria a una sola y única cosa: ¡aprender bien a leer y escribir!

¿Y nada más?¡Nada hay más decisivo! Si están bien avezados en la lectura, podrán estudiar lo que quieran: se abren la puerta a todos los conocimientos. Y cuantas más cosas aprendan leyendo, ¡más inteligentes serán!

¿No es al revés? "El aprendizaje es experiencia, el resto es información", dijo Einstein. No aprendes cosas porque eres inteligente: aprender cosas te hace inteligente.

¿Y feliz? Si de verdad eres inteligente, serás feliz.

¿Ah , sí? La inteligencia consiste en resolver problemas, y el problema más difícil es ser feliz.

¿Puedo enseñarles a mis hijos cómo vivir felices? Enséñales a superar obstáculos. A ver lo extraordinario en lo ordinario. A que todo acto tiene consecuencias. Y a amar de verdad.

¿Cómo se ama de verdad? Sin esperar nada a cambio. Nada reporta tanta felicidad como hacer feliz al otro sin que siquiera se entere.

¿Haciendo eso nuestros hijos sean inteligentes y felices? Dependerán menos de los azares y serán capaces de lo que se propongan. Y lo inteligente podría ser proponerse no estudiar una carrera.

¡Ocho hijos! Algo sabrá de crianza y educación este hombre: "A partir del cuarto hijo todo es fácil, pues entre ellos lo hacen todo: ponen la mesa, se hacen la cama, los mayores bañan a los pequeños...", me explica. Llega acompañado de su hija mayor (en la foto), "cuya inteligencia es normal, pero lee en 15 segundos una página de un libro". Alberca supo motivarla: "Los niños quieren leer desde los dos años... pero los frenan hasta los seis años. ¡Qué pena! Yo los incito, se sienten gratificados... y hoy leen mucho". Seguro que la chica ya ha leído Todos los niños pueden ser Einstein (Toromitico), libro en que Alberca aboga por el afecto en vez de la amenaza y la sanción para acabar con el fracaso escolar.
Entrevista publicada en La Vanguardia http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110927/54221476661/todos-los-ninos-pueden-ser-einstein-si-los-motivas-bien.html

26 de octubre de 2011

Carros cuádruples y más: Angeles

La marca americana Angeles, está especializada en carros y otros artículos fundamentalmente para guarderías donde una persona debe poder fácilmente transportar a más de un peque. Nos parece interesante también incluir esta marca en nuestro blog ya que puede ser una opción a considerar para padres de cuatrillizos y de sextillizos, que pocos hay pero haberlos haylos y nosotros no nos olvidamos de ellos :)

El Sure Stop Bye Bye stroller (4 passengers) es un carro para cuatrillizos que se puede usar desde que los bebés se sientan, bien ya que los respaldos no se pueden inclinar totalmente. Tiene un freno en el manillar, lo que puede ser bastante útil en las cuestas que con cuatro peques dentro, un carro se tiene que embalar mucho.

- Dimensiones abierto (largo x ancho x alto): 94 x 84 x 91.4 cm
- Peso: 35kg
Este carro también esta a la venta para seis pasajeros, Sure Stop Bye Bye stroller (6 passengers). Al igual que el de cuatro, sólo podemos usarlo desde que los peques se sienten bien y tiene un freno en el manillar.
- Dimensiones abierto (largo x ancho x alto): 45 x 84 cm x 103 cm
- Peso: 43.1 kg

Angeles nos ofrece otras dos opciones para cuatrillizos y sextillizos, el Bye Bye Buggy en dos versiones. El Bye Bye Buggy Slim tire con ruedas sin cámara y el Bye Bye Buggy Fat tire con ruedas con cámara.
Slim tire Bye Bye Buggy
Ambos modelos están disponibles en la versión de 4 y de 6 pasajeros. Lo que más me gusta de este carro es que cada "planta" esta a una altura diferente con lo que los peques tienen muy buena visibilidad.


Fat tire Bye Bye Buggy
Estos dos carros sólo se pueden utilizar cuando los peques se sientan bien y tienen un freno de pie. Se puede adquirir también un toldo para poner encima de cada asiento y un juego de ruedas con cámara.

Mas informacion: http://www.angelesstore.com

25 de octubre de 2011

Ya circula el primer “camión-teta”, una unidad móvil de lactancia para que las madres puedan amamantar en la calle

Cerca de 12.000 mujeres son arrestadas cada año en EE.UU. por amamantar a sus bebés en público, aunque dar el pecho sea un acto perfectamente legal por las leyes nacionales.

Ahora las mojigatas normas sobre indecencia vigentes en varios estados norteamericanos, que meten la lactancia natural en el mismo saco de, por ejemplo, el topless festivo, (y que llegan a censurar hasta los helados de leche materna) tendrán un némesis de cuatro ruedas que, como los camiones de la leche antiguos, hará sonar su campanilla por las calles en busca de madres que necesiten dar el pecho allí donde se encuentren.

La primera ciudad que ha visto circular este “camión de la leche 2.0” es Pittsburgh, Pennsylvania, gracias al buen hacer de Jill Miller, una profesora en la Escuela de Arte de la Universidad Carnegie Mellon que, gracias a las donaciones recibidas en Kickstarter, ha creado el vehículo con inteligencia, ironía y con la esperanza de iniciar un debate acerca de los derechos de las madres de dar el pecho donde les plazca.

El interior de la camioneta ofrece los instrumentos necesarios para realizar con comodidad el acto alimenticio, mientras que el exterior está pintado simulando un camión de los helados y coronado con una soberana teta que deje bien claro (para la mayoría) su función.

El vehículo operará por ahora en la ciudad durante la Bienal de Pittsburgh, desde el 17 de septiembre a mediados de diciembre, y servirá a las madres lactantes a partir de lo que han llamado como “partes de enfermería”: si una mujer es molestada o recriminada por dar de mamar en público, puede mandar un SMS, un tweet o llamar por teléfono al camión de la leche, que acudirá raudo al lugar donde la mujer ha sido vilipendiada, poniéndose delante de los extrañados ojos de los acusadores, para que la madre pueda dar de mamar en ese mismo lugar.

Así la mujer alimenta a su bebé con la comodidad de un acogedora silla de diseño, mientras descansa sus pies en una suave alfombra y un dosel le da sombra; y el dueño del restaurante, el vecino del parque o el guardia de seguridad de turno se quedan reflexionando sobre el sentido de hacer que una mujer se sienta incómoda por hacer algo tan simple como es alimentar a su bebé.

La misión principal de este vehículo es ayudar a los niños hambrientos a comer, creando un entorno favorable para ello. Sin embargo, el camión de la leche también realiza rondas periódicas sobre una “ruta de bombeo”, para ofrecer un espacio privado y limpio a esas madres trabajadoras condenadas durante meses al yugo del saca-leches, para que puedan aliviarse con la extracción de leche materna en el trabajo.

Además, y debido a la demanda popular, el camión de la leche visitará las empresas con personal femenino que así se lo requieran, como el camión de Pascual que visita las granjas para traer todos los días a los niños la leche fresca que los hará crecer sanos y fuertes. Y en libertad.


Más info y para solicitar asistencia: The Milk Truck

Fuente: http://blogs.lainformacion.com, autor Daniel Civantos

24 de octubre de 2011

Reclamación a un centro de salud por una mejor atención ante la lactancia materna

Desde el blog de Bebesymas una interesante entrada de Armando que, desafortunadamente, seguro que le podrá ser útil a más de una mamá.


"Somos muchos los profesionales que nos sentamos día a día en una consulta de atención primaria con nuestra bata blanca para tratar de ofrecer a las madres nuestros conocimientos y nuestros consejos para que den a sus hijos lo que se considera mejor para ellos y su salud y muchos los que nos formamos e informamos para que nuestros conocimientos estén actualizados y sean acordes con lo que la ciencia ha demostrado (o está demostrando en ese momento concreto).
Sin embargo son muchos también los profesionales que se sientan igualmente con su bata blanca a dar consejos que en su día eran válidos pero que ahora han quedado desfasados, chocando en muchas ocasiones con los conocimientos de muchas madres, más actualizados que los de estos profesionales.
En casos así no hay mucho problema, porque a estas madres y padres que navegan por Internet y que leen y estudian libros que a veces ni los mismos profesionales leemos difícilmente se les puede convencer de que sigan un consejo contradictorio, sin embargo hay muchas otras madres que confían plenamente en el profesional que tienen delante y que pueden salir perjudicadas si hacen caso a los consejos que se les ofrece y por esa razón, cuando vemos que algo está muy fuera de lugar, deberíamos hacer algo.
Esto es lo que ha hecho Mar, una mamá que hace cosa de un mes contactó conmigo para explicarme lo que le había sucedido y preguntándome cuál era mi opinión al respecto.
Según me explicó, en la revisión de los cuatro meses la enfermera que le atendió le recomendó que empezara a darle frutas y zumos. Ante esto ella le comentó que quería seguir dando el pecho hasta los seis meses de manera exclusiva, como se recomienda, y la enfermera le dijo que sí, que la leche materna es lo mejor, pero que hay que darles fruta para que crezcan y para que les aporte los nutrientes que necesitan.
También le dijo que tendría problemas para darle los cereales porque “claro, si no le has dado nunca biberón”, pero la misma enfermera le ofreció la solución de mezclarlos con la fruta.
Preguntando sobre las tomas de leche materna que hacía, Mar le dijo que le daba a demanda, a lo que la enfermera preguntó: “A demanda pero nunca antes de dos horas, ¿no?”.
Ante esta y otras preguntas, esta madre decidió dejar de argumentar a su favor y escuchar lo que la enfermera le decía mientras observaba que en las estanterías de la consulta había muestras de leche artificial a la vista de cualquier madre (algo que, como ya hemos dicho en otras ocasiones, es ilegal).
Todo ello hizo que se planteara presentar una queja al centro, ya no por ella, que tenía muy claro cómo iba a actuar, sino por todas aquellas madres que vendrán después que ella y que a los cuatro meses empezarán a dar fruta, cereales en biberón y teta a demanda pero nunca antes de las dos horas.

La reclamación de Mar

Cuando la tuvo redactada, Mar me envió la reclamación para que la leyera, por si había que añadir algo, e hizo lo mismo con la asesora de lactancia con la que más confianza tiene, Nohemí del blog Mimos y Teta.
Como me gustó el escrito y como creo que podría servirle a otras madres que se encuentren en una situación parecida os dejo la reclamación a continuación, con el permiso de Mar (las referencias a la enfermera y al centro de salud se han omitido):
El miércoles 27 de julio de 2011 acudí a una cita con la enfermera de pediatría xxxx en la consulta xxxx del Centro de Salud xxxx, para la visita de los cuatro meses y vacunación de mi hijo.
Valoro la labor profesional de todo el personal sanitario, agradezco el buen trato del personal del centro de salud y su esfuerzo en atendernos lo mejor posible y velar por la salud de nuestros hijos.
Como recomiendan las principales autoridades sanitarias como la OMS, AAP, AEPED, UNICEF y el Gobierno de nuestra Comunidad Autónoma desde su programa de alimentación infantil, lo ideal es alimentar al recién nacido con leche materna: “La lactancia materna exclusiva es el alimento idóneo durante los 6 primeros meses de la vida y se debe continuar con ella hasta los doce meses de edad, al tiempo que se introduce la alimentación complementaria. Posteriormente se debe prolongar todo el tiempo que la madre y el niño deseen (recomendación A)”.
Por lo tanto en cada visita debería fomentarse la lactancia materna exclusiva esos primeros seis meses de vida, además la lactancia debe ser a demanda, esto significa cada vez que el niño quiera, sin horarios.
A lo largo de las sucesivas visitas a la enfermera he ido comprobando que no sigue estas recomendaciones, pues me recomienda dar el pecho cada tres horas, darle agua desde los dos meses (la leche materna contiene el agua que necesita), a los cuatro meses me dice que comience con la fruta y los cereales sin gluten para aportarle los nutrientes que necesita. En ningún momento me he visto apoyada en mi decisión de dar lactancia materna en exclusiva hasta los seis meses, ni he visto que fomente la lactancia materna.
Además durante la visita pude observar que en una estantería había muestras comerciales de leche artificial. Existen dos normativas *(1,2) que prohíben la distribución de muestras de leche artificial en los centros de salud, en especial de leches de inicio.
Siento que todo esto puede afectar a otras madres que quieren amamantar pero no reciben las indicaciones ni el apoyo adecuado de los profesionales en los que depositan toda su confianza. La matrona del centro hace una gran labor promoviendo la lactancia materna exclusiva a demanda durante los seis primeros meses e informando sobre todos sus beneficios desde las clases de educación maternal para embarazadas, es una pena que todo su trabajo no sirva de nada si cuando llegas con tu bebé a la consulta de la enfermera te indica que debes darle cada tres horas, darle agua y comenzar con la alimentación complementaria a los cuatro meses.
Espero que tomen las medidas necesarias para que todo su personal esté actualizado sobre las recomendaciones de las autoridades sanitarias: OMS, AAP, AEPED, UNICEF y el Gobierno de Canarias y fomenten la lactancia materna.
Saluda atentamente:
  • (1)· Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna. OMS/UNICEF, 1981.

Artículo 6.2 del Código Internacional: “Ninguna instalación de un sistema de atención de salud debe utilizarse para la promoción de preparaciones para lactantes u otros productos comprendidos en las disposiciones del presente Código….”.
La distribución de muestras gratis, cupones o folletos de promoción por parte de los fabricantes de fórmula está prohibida por dicho código y las posteriores resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud.
El Código Internacional tiene por objetivo eliminar toda presión comercial a favor de la fórmula infantil y proteger a mujeres embarazadas y madres recientes contra la distribución de información sesgada.
  • (2) · Real Decreto 72/1998, de 23 de enero (BOE 4 de febrero de 1998, núm. 30/1998 [pág. 3772] ).

Este Real Decreto establece que:
Artículo 6. Publicidad.
1. La publicidad de los preparados para lactantes se limitará a las publicaciones especializadas en la asistencia infantil y a las publicaciones científicas.
2. Los anuncios de los preparados para lactantes cumplirán las condiciones establecidas en los apartados 3.2; 4.c; 4.1; 4.2, 4.3 y 6.b del artículo 5 y contendrán únicamente información objetiva de carácter científico.
Tal información no deberá insinuar ni hacer creer que la alimentación con biberón es equivalente o superior a la lactancia materna.
3. Se prohíbe la publicidad en los lugares de venta, la distribución de muestras o el recurso a cualquier otro medio de propaganda, dirigido a fomentar las ventas de preparados para lactantes directamente al consumidor en los establecimientos minoristas, como exhibiciones especiales, cupones de descuento, primas, ventas especiales, ventas de promoción o ventas acopladas.
4. Se prohíbe a los fabricantes o distribuidores de preparados para lactantes proporcionar al público en general, a las mujeres embarazadas, madres o miembros de sus familias, productos por debajo del precio de coste o por precio simbólico, muestras ni ningún otro obsequio de promoción, ya sea directa o indirectamente a través de los servicios sanitarios o del personal sanitario.
Artículo 7. Información.
1. Las Administraciones sanitarias velarán para que la información sobre alimentación de lactantes y niños de corta edad en materia de planificación, suministro, concepción y difusión de información, así como de control, que se suministre a las familias y personas relacionadas con la nutrición de los mismos, sea objetiva y coherente.
2. Las Administraciones sanitarias velarán para que el material informativo y educativo, escrito o audiovisual, relativo a la alimentación de los lactantes y destinado a las mujeres embarazadas y a las madres de lactantes y de niños de corta edad, incluya informaciones claras sobre los puntos siguientes:
  • Ventajas y superioridad de la lactancia materna.
  • Nutrición materna y forma de prepararse para la lactancia y continuación de la misma.
  • Posible efecto negativo de la alimentación parcial con biberón sobre la lactancia materna.
  • Dificultad de rectificar la decisión de no amamantar.
  • En su caso, el empleo adecuado de los preparados para lactantes, ya sean de fabricación industrial o de preparación casera.
Cuando dichos materiales contengan informaciones sobre el empleo de preparados para lactantes incluirán las consecuencias sociales y financieras de su empleo; los riesgos para la salud derivados de alimentos inadecuados o de métodos de alimentación y, en particular, los riesgos para la salud derivados del inadecuado empleo de los preparados para lactantes. Tales materiales no utilizarán ninguna imagen que pueda idealizar el empleo de los preparados para lactantes.
Los preparados que se mencionan indican que la publicidad de preparados para lactantes:
  • (Debe contener) una indicación relativa a la superioridad de la lactancia materna y la recomendación de que el producto ha de utilizarse únicamente por consejo de personas independientes cualificadas en medicina, nutrición o farmacia, o de otros profesionales encargados de la asistencia materna e infantil, precedidas de la mención «Aviso importante» u otra equivalente. (art.5. 4. c)
  • No se incluirán imágenes de niños ni otras ilustraciones o textos que puedan idealizar el uso del producto. (art. 5. 4. 3.º)
Y aquí acaba la reclamación de esta madre. Ya sabéis, si alguna vez os sentís mal o si creéis que no están ofreciendo una información correcta reclamad. Es la vía lógica de expresar nuestro descontento con algo y la manera de que sea tenido en cuenta por los responsables del centro, pues leen las reclamaciones y las responden y además deben dejar constancia de las reclamaciones recibidas en la memoria del centro."

23 de octubre de 2011

Más juego, menos actividades extraescolares


La obsesión por tener unos hijos preparadísimos y detectar sus talentos llena su agenda de extraescolares y les deja sin tiempo para jugar. Sin embargo, dicen los expertos que un niño que no juega no aprende, ni desarrolla habilidades emocionales y sociales básicas para el mundo laboral.

Hace algunas décadas, los niños salían de la escuela, pasaban por casa a recoger la merienda y se marchaban a jugar a la calle con amigos y vecinos hasta la hora de hacer los deberes y cenar. Hoy, salen de clase y meriendan raudos mientras se cambian de ropa (muchas veces sobre la marcha, en el coche) o de mochila en función de si les toca ir a hacer deporte, a aprender inglés o a tocar un instrumento. “Para que pierdan el tiempo en casa, jugando o viendo la tele, mejor que aprendan algo o que hagan deporte”, defienden muchos padres. Pero jugar, según enfatizan los expertos, no es perder el tiempo. Muy al contrario, es un tiempo fundamental para el aprendizaje, una inversión de futuro, y la carencia de tiempo de juego tiene consecuencias indeseables. No es sólo que una agenda repleta actividades organizadas de 8 o 9 de la mañana a 8 de la tarde, de lunes a viernes y con extensiones el fin de semana (partidos, exhibiciones, etcétera) esté teniendo como resultado niños estresados, empachados de información y actividad, con dificultades para concentrarse o para la lectura, incapaces de disfrutar del momento y siempre preocupados por la siguiente actividad, por la próxima novedad… Es también que unos chavales absolutamente planificados y dirigidos por adultos no saben qué hacer y se aburren si alguien no les organiza el tiempo o el juego, tienen poca capacidad de decisión, escasa creatividad y nula propensión a inventar o descubrir, y les resulta difícil relacionarse, negociar con sus iguales, trabajar en grupo, autorregularse o resolver sus problemas solos.

“Cuando jugabas en la calle libremente, con otros niños y niñas, aprendías de forma natural a superar la frustración sin derivarla en agresividad –por ejemplo, cuando corrías poco y no te querían para jugar al rescate–, a dilatar la gratificación ¬no podías saltar a la comba hasta que te tocaba–, a relacionarte sin que los demás se plieguen siempre a tus caprichos… Si los niños juegan con sus padres, puede que estos les dejen ganar, jueguen a lo que ellos quieren o según sus intereses; pero en el juego entre chavales, si no sigues las normas te dejan fuera; si no te comportas bien o eres agresivo te quedas al margen…y así aprendes a integrarte”, explica Petra M. Pérez, catedrática de Teoría de la Educación de la Universitat de València. Y añade que cuando los niños jugaban más entre ellos de forma espontánea había menos problemas en el colegio porque fuera ya habían aprendido las reglas de interacción, el autocontrol y a dilatar la gratificación.

Claro que hoy los niños también comparten juegos con sus amigos en la escuela y en las actividades extraescolares. De hecho, muchos piden a sus padres que les apunten a extraescolares para ir con sus amigos, sobre todo cuando la alternativa es estar solos en casa. Pero la socialización que se desarrolla en estos entornos reglados, dirigidos, es distinta. Cuando hay profesores y monitores de por medio, “las normas vienen desde fuera, las actividades están regladas y dejan poco espacio a la creatividad y a la relación espontánea, y los niños no pueden aprender igual las consecuencias de lo que hacen o deciden”, apunta Petra M. Pérez. En su opinión, hoy que la mentalidad es preparar a los hijos para el futuro y la deseabilidad social es tener unos hijos exitosos y con estudios, “los padres deben saber que, más que aprender muchas cosas, sus hijos deben jugar, porque eso les proporciona aprendizajes básicos para el desarrollo de la personalidad, de su creatividad y de su capacidad de innovar y de buscar soluciones a los problemas”, que son habilidades imprescindibles para que luego triunfen a nivel profesional.

Purificación Sierra, profesora de Psicología del Desarrollo de la UNED, enfatiza que el juego espontáneo entre niños es un ensayo para la vida adulta y permite desarrollar las habilidades relacionales y emocionales que facilitan una vida social sana al hacerse mayor. Y por si alguien cree que ser más o menos sociable es baladí, Petra M. Pérez remarca que la falta de relación social durante la infancia está complicando ya a la vida a algunos jóvenes. “Hay muchos chavales, en especial hijos únicos, que de pequeños no han tenido relaciones de complicidad y de enfrentamiento con amigos y hermanos, y que al crecer recurren al botellón o se refugian desde los 13 años en una relación de pareja por miedo escénico a los iguales; lo veo también en algunos becarios universitarios con los que trabajo: jóvenes que se han centrado mucho en sus estudios pero no se han relacionado y no saben compartir ni desarrollar propuestas en equipo”, comenta.

Pero los argumentos de educadores y psicólogos en favor del juego no acaban ahí. Para quienes creen que lo importante son los conocimientos y que lo que prima hoy en la sociedad es estar preparadísimo, acumular muchos conocimientos y que los niños aprendan cuanto antes, más y mejor idiomas, música, ajedrez, informática, etcétera, puede resultar chocante leer Einstein nunca memorizó, aprendió jugando. En realidad es el título de un libro en el que las especialistas en psicología infantil Kathty Hirsh-Pasek y Roberta Michnick Golinfkoff echan mano de sus investigaciones para asegurar que jugar es igual a aprender, y que jugando se aprende de todo: desde a resolver problemas de forma creativa hasta capacidades matemáticas y habilidades lectoras.

Joan Doménech, director de la escuela Fructuós Gelabert de Barcelona y autor de Elogio de una educación lenta (Graó), advierte que, en educación, más no es sinónimo de mejor. “La capacidad de aprendizaje es limitada, y aprender es un proceso lento, que requiere sus tiempos: un tiempo de hacer, un tiempo de conversar o deliberar, y un tiempo de no hacer nada, de reflexionar; y ese último es el tiempo de juego”. Imma Marín, pedagoga y directora de la consultora especializada en juego y educación Marinva, lo llama tiempo de digestión: “Los niños de hoy reciben mucha información y muchos estímulos, es decir, comen mucho; pero tienen poco tiempo de relax para hacer la digestión y se empachan de exceso de actividad; porque para asimilar los aprendizajes y las experiencias, para que sirvan de nutriente, hace falta tiempo, y ese tiempo de digestión nos lo proporciona el juego: mientras juega, el niño puede interiorizar, poner en práctica y relacionar lo vivido durante el día y los conocimientos recibidos”. Y pone un ejemplo: “la ley de la gravedad te la explican en la escuela, pero la aprendes haciendo torres y construcciones de bloques que se caen”.

Doménech es tajante: “Los niños que no juegan no aprenden”. Y precisa que cuando habla de juego no se refiere a juegos didácticos o educativos, sino al juego lúdico, sin más. “Estamos colonizando el tiempo de los niños; su agenda es un reflejo de cómo ocupamos los adultos el tiempo, y queremos que todo sea organizado, que todas sus actividades sean desarrolladas con personal cualificado, siguiendo el modelo escolar; pero el aprendizaje más efectivo se hace fuera de la escuela, jugando, sin límites horarios, sin reglas…”, afirma el director de la escuela Fructuós Gelabert.

La psicóloga Purificación Sierra apunta que las actividades extraescolares han convertido un tiempo de ocio en una obligación infantil más porque tienen una finalidad, unos objetivos cuantificables y no son un mero disfrute en sí mismo. En este sentido, Imma Marín señala que “el juego es importante en la medida en que sea juego libre, en que los niños tengan un tiempo y un espacio psicológico en el que exista margen de error, donde no se sientan juzgados y sean libres de probar y experimentar; eso es fundamental, porque no se puede crear e innovar sin pasar por el error, pero la escuela y la sociedad castigan el error, y el único marco en el que puedes probar y probar, y pasar por fracasos sin que ocurra nada es el juego; porque el juego prima el proceso, como por ejemplo cuando un niño, sin ayuda de nadie, persevera una y otra vez para intentar bailar la peonza o hacer el pino”.

Tampoco es que los niños se hayan de pasar el día jugando a sus anchas con sus amiguitos; ni que el juego espontáneo y las extraescolares sean actividades excluyentes. Se trata de compatibilizar. “Lo importante es no sobresaturar a los niños con extraescolares para que tengan tiempo de juego espontáneo, en el parque o en casa, sobre todo hasta los diez años”, indica el psicólogo Benjamí Montenegro, del Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu. El problema, según coinciden todos los expertos consultados, es que con frecuencia la elección de las extraescolares no responde a una necesidad o a un interés del niño, sino de la familia, ya sea para cubrir las jornadas laborales de los padres o sus expectativas culturales, deportivas, artísticas… Incluso los pediatras han intervenido en este debate instando públicamente a los padres a que “piensen en su hijo y con la cabeza” a la hora de pedirles un esfuerzo extra en idiomas, deportes o lo que sea. “Los padres no se deben plantear el desarrollo de estas actividades como una carrera contra reloj; deben pensar que los niños necesitan tiempo para descansar y para jugar y no sobrecargarles de obligaciones”, asegura una nota conjunta de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Montenegro defiende la necesidad de organizarse para que alguien pueda recoger siempre a los niños a la salida del colegio para llevarlos a casa, al parque o donde sea, y así no elegir las extraescolares en función de que el horario vaya bien a los padres. Su criterio es que, hasta quinto de Primaria, lo mejor es una actividad de carácter deportivo, no competitiva, y, como mucho, otra intelectual (siempre que el niño no tenga problemas de aprendizaje en la escuela). Y, a partir de la ESO, su receta es una hora semanal de conversación en inglés y, como máximo, una extraescolar más –sea deportiva o intelectual– para dejar tiempo para el estudio y que vayan aprendiendo a estar solos en casa y a organizarse por sí mismos.

Imma Marín aconseja escoger extraescolares lo más lúdicas posibles, que no resulten competitivas ni se esperen de ellas resultados, y al mismo tiempo montar una red con familia, amigos, vecinos u otros papás para que, al menos una tarde a la semana, los críos puedan jugar con uno o dos de sus amiguitos en casa de uno o de otro.

En realidad, irse a jugar a casa de fulanito o de menganito era algo habitual, que surgía de forma espontánea y natural, hace unas cuantas décadas. A la vuelta del cole uno llegaba a casa acompañado y decía “mamá, que viene María a merendar”, y listo. Pero hoy, las jornadas laborales de padres y madres, los hábitos de vida, el urbanismo de las ciudades e incluso la tipología de las viviendas lo complica bastante más y obliga a organizar estas citas infantiles de antemano. En Estados Unidos se han puesto de moda, con el nombre de play day, y muchos padres y madres se organizan en su trabajo para, un día a la semana o cada quince días, acabar antes la jornada y poder recibir en casa a algún amiguito de su hijo o hija acompañado de su papá o su mamá. “En París algunas familias también celebran ya el play day: mientras los hijos juegan, los padres charlan y se toman algo”, confirma Marín. Es más que probable que esta vuelta a las viejas tardes caseras de juegos no sea ajena a la fuerte crisis económica que aqueja a los hogares. Pero, a la vista de los argumentos de los expertos, los beneficios que de ellas cabe esperar van mucho más allá de un menor gasto familiar. Si la práctica se extiende, quizá permita también contrarrestar el claro descenso del juego familiar y escolar que ponen de manifiesto los datos del Observatorio del Juego Infantil en España y que se atribuye, además de a la escasez de tiempo de los padres y al aumento de las extraescolares, al mayor consumo de televisión e internet ya que la compra de juguetes está muy limitada a los regalos de Navidad y Reyes.

Jugar, una necesidad vital y mucho más

Psicólogos y pedagogos no dejan lugar a dudas: el juego es una necesidad vital de la infancia, como respirar o comer. En las culturas primitivas ha sido siempre el principal instrumento educativo: jugando los niños aprendían de forma natural los valores, normas y formas de vida de los adultos, a controlar sus sentidos, sus movimientos y sus incipientes sentimientos, a explorar el mundo. Hoy, respecto a épocas anteriores, el juego es un bien escaso, a pesar de que nunca como ahora han estado estudiados y loados sus beneficios y contribuciones al desarrollo infantil.

Mejora la autoestima. Poder organizarse de forma autónoma, superar retos, ganar una carrera… y todo sin ayuda de adultos eleva la moral y enseña a resolver situaciones inesperadas.

Transmite valores. Insistir una y otra vez hasta dominar el yo-yo implica perseverancia. Jugar con otros exige compartir, ya sean ideas o propiedades.Y obliga a negociar, a pactar y a veces supeditar los propios intereses. También facilita el posicionamiento moral.

Da agilidad. Los juegos infantiles contribuyen a desarrollar actividades psicomotrices de todo tipo y muchos de ellos también trabajan la agilidad mental.

Socializa. Jugar supone aceptar las normas –ya sean las de una partida de chapas o las de una persecución de policías y ladrones–, acordar quién regulará las trampas, saber resolver conflictos, tomar decisiones en función de ciertos liderazgos o de la mayoría… Se aprende a interactuar con otros: a escuchar, a discutir, a pelearse, a reconciliarse.

Fomenta el autocontrol. Jugar con otros niños obliga a aceptar los límites que los demás imponen y a canalizar la frustración sin agresividad, porque si no aceptas las reglas o no te comportas de forma adecuada, los otros te dan de lado y no juegan contigo.

Fija los aprendizajes. Jugar permite a los niños asimilar y poner en práctica los conocimientos adquiridos, experimentar por sí mismos lo que en la escuela o en casa les cuentan y descubrir cosas nuevas.

Desestresa. Jugar es una fuente de placer y satisfacción, favorece la descarga de tensiones y da la oportunidad de expresar sentimientos y emociones. Jugando uno puede equivocarse sin miedo al castigo, sin presión por un posible error.

Es creativo. El juego permite el error, admite lo irreal, las incongruencias… Admite inventar personajes, construcciones o lugares inexistentes. Potencia la imaginación, la creatividad, la innovación.

Favorece la comunicación. Mientras los niños hablan de a qué jugarán, piensan y comentan la historia, reparten los papeles y se organizan para poner en marcha el juego, aprenden a expresarse y trabajan el lenguaje.

Enseña. El juego es un ensayo para la vida adulta. Y no sólo el juego simbólico, es decir, cuando se juega a cambiar de ropa a las muñecas, a comprar y vender, a médicos o a bomberos. También cuando se pactan los límites para el escondite, se discute porque alguien hace trampas con las cartas o se reparten tareas para hacer un castillo de arena se están ensayando recursos que serán fundamentales al crecer.



22 de octubre de 2011

Las madres de mellizos tienden a tener bebés únicos más saludables

mellizas crianza natural http://criandomultiples.blogspot.com salud

El hallazgo científico podría ser clave para entender por qué se producen gemelos, a pesar de que estos bebés son usualmente más pequeños, más vulnerables a las enfermedades y a la desnutrición.

A lo anterior, se puede agregar que las madres tienen más complicaciones a la hora del parto. La pregunta que se impone, entonces, es, ¿por qué la producción de mellizos es un rasgo evolutivo?

Un nuevo estudio llevado a cabo en Gambia indica que las mujeres que tienen mellizos también tienden a tener bebés únicos que son más pesados que el promedio al momento de nacer, lo que les da más probabilidades de sobrevivir.

Los datos en que se basa el estudio habían venido siendo recolectados desde los años 50, a través del Consejo Británico de Investigación Médica.

Justo lo que necesitaba el experto en biología evolutiva de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, Ian Rickard, quien vio en estos datos una oportunidad para conocer no sólo el peso al nacer de unos 1.900 bebés, nacidos de unas 700 madres, sino también el número de mellizos.

Dos hechos le llamaron la atención a Rickard. Primero, que los hijos únicos que nacían de madre que habían tenido mellizos pesaban 226 gramos más -en promedio- que los hijos únicos de madres no multíparas. Esto no es tanto motivo de sorpresa ya que el embarazo múltiple aumenta el flujo sanguíneo al útero y lo prepara para hijos posteriores, permitiéndoles recibir más fácilmente los nutrientes.

Lo verderamente sorprendente fue el segundo hecho: que en el caso de madres multíparas que habían tenido hijos únicos antes que los mellizos, aquellos también pesaban unos 134 gramos más que el promedio.

Equilibrio natural
Lo que sugieren ambos hallazgos es que las desventajas de tener mellizos se recuperan cuando una madre da a luz a hijos únicos, los que tienden a ser más grandes y saludables -como promedio- que los niños nacidos de madres que no son multíparas.

Rickard y sus colegas argumentan que una proteína llamada IGF-1 podría subyacer a los beneficios de concebir mellizos. La proteína, que circula en la sangre, puede llevar a los ovarios a segregar mútiples óvulos, con lo que aumentan las posibilidades de parto múltiple. La proteína también determina el tamaño del feto durante el desarrollo.
La corresponsal de salud de la BBC, Jennifer Carpenter, afirma que, en todo el mundo sólo 13 de cada 1.000 bebés tienen un hermano mellizo, aunque esta tasa es mayor en los países en desarrollo.
El informe aparece en la revista Biology Letters.

Publicado en http://www.bbc.co.uk

21 de octubre de 2011

La leyenda de Margarethe von Henneberg

Hace unas semanas, buscando por la red, encontré este grabado de 1620 en el que se puede ver a una cortesana hablando con una mendiga que lleva unos gemelos en los brazos. Y me intrigó. Me puse a buscar que era, y todo lo que encontré fue que era un grabado que representaba la leyenda de Margarethe von Henneberg. Como soy muy curiosa, me puse a buscar y a buscar hasta que encontré cual era la leyenda de esta señora y como es una historia bastante curiosa y es sobre múltiples ;), me gustaría compartirla con vosotros.
Margaretha von Henneberg, también conocida como Margaretha van Holland vivió en el siglo XIII a caballo entre Alemania y Holanda. Casada con el Conde de Henneberg tuvo tres hijos con su marido. La Condesa paso a los anales de la historia fundamentalmente por la leyenda que cuenta que fue madre de 365 hijos. Esta leyenda es conocida en diferentes formas por Europa Central.

La leyenda cuenta que un Viernes Santo llamó a la puerta de la casa von Henneberg una mendiga que venia pidiendo una limosna para ella y para sus gemelos que llevaba consigo en brazos. La condesa, que en aquel momento salía a la iglesia, le negó cualquier tipo de ayuda por ser una mujer promiscua. En la Edad Media era creencia popular que la mujer que tenía múltiples era porque había compartido su lecho con más de un hombre. La mendiga, muy dolida, rezó para que la Condesa tuviera en un mismo embarazo tantos hijos como días había en el año. La Condesa quedo en aquel mismo momento embarazada y dio a luz al día siguiente a 365 bebés. La madre y los bebés fallecieron a las pocas horas del parto. Todos los niños fueron bautizados con el nombre de Jan y las niñas con el nombre de Elisabeth y fueron enterrados con su madre en la iglesia de Loosduinen en Holanda. Otras versiones de la leyenda cuentan que, tanto los 365 bebés como su madre sobrevivieron.

Investigando cual podría ser el origen de esta leyenda tan cruel, encontré dos explicaciones. El condado de Holanda usaba desde 1256 el calendario de pascua, coincidiendo el primer día del año con el Domingo de Resurrección. Desde el Viernes Santo que la mendiga apareció en la casa, hasta el Domingo de Resurrección, hay dos días (viernes y sábado). Lo que la mendiga le deseo fue simplemente que ojalá la Condesa pasase por lo mismo que ella; tener que oír que eres promiscua por ser madre de gemelos. Es decir que la Condesa tuviera un hijo por cada día que quedaba del año, dos, unos gemelos.

Otra explicación es puramente médica. Margaretha podía haber muerto debido a un embarazo molar. En un embarazo molar un óvulo fertilizado crece de forma anormal, convirtiéndose en una masa de quistes con la forma de un racimo de uvas. Estos embarazos no llegan a término ya que el embrión no se llega a formar o se forma mal. La vida de la madre corre peligro si no es detectado a tiempo. En el siglo XIII no es muy difícil de imaginarse que este hubiera sido el caso y que si Margaretha hubiera muerto debido a un embarazo molar, los quistes habrían sido confundidos con bebés en desarrollo.

Foto: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Beschimpfung_der_Bettlerin.jpg

20 de octubre de 2011

El niño normal


Pesa 3,800 Kg. al nacer. Duerme siempre plácidamente, despertándose únicamente seis veces al día para tomar el pecho. Toma cinco minutos del derecho y cinco minutos del izquierdo, engordando exactamente 10 gramos el primer día, 20 el segundo día y así sucesivamente, hasta llegar a tomar exactamente 180 gramos de leche en cada una de sus comidas.
Sorbe vorazmente y sin interrupción e inmediatamente hace un pequeño eructo, durmiéndose felizmente a continuación. Nunca está ni enfermo, ni nervioso, ni es caprichoso y no ha tenido ni siquiera un granito. Crece exactamente 200 gramos por semana, cada semana, durante el primer año de vida. Pasa sin esfuerzo del pecho, al chupete, al biberón de manzanilla, según la voluntad de sus padres y del pediatra.

Hace regularmente (pero no demasiada) caca y pis en el pañal, nunca por la noche.

Duerme seis horas seguidas por la noche desde que nació.

Ríe cuando se le coge en brazos, pero no protesta ni llora cuando se le deja solo en su habitación. Se duerme solo en su cuna, sin llorar o revolverse, abrazando tiernamente a su osito de peluche (u otro “objeto transicional”, el cual habrá sido recomendado por el experto de turno).

En el coche, se deja abrochar alegremente a su sillita sin retorcerse y sin protestar, quedándose dormido casi de inmediato.

Al llegar el cuarto mes de forma espontánea reduce el número de tomas a cinco comidas al día. A los cinco meses pasa, sin ningún problema, del pecho a la papilla hecha con caldo de verduras y, luego, a la papilla a base de cereales abriendo la boca como un pajarito sentado tranquilamente en su trona. A los 7 meses se ha destetado completamente y está listo para ir a la guardería, en la cual se integrará sin sufrir ningún tipo de crisis.

¿Lo reconocen? Ésta es la descripción del Niño Normal. Ese oscuro objeto del deseo con el cual cada madre y cada padre, conscientemente o no, comparan a su hijo, sin jamás encontrar equivalencia. Es el niño de los verbos condicionales: «debería ser así…». Un OGM (Organismo Genéticamente Modificado), el hijo de la Publicidad y de las estadísticas.

¿Alguna vez te has encontrado con él? Lo dudo, porque existe sólo en el imaginario colectivo. El Niño Normal es siempre el hijo de otros, jamás el propio. Los niños reales, comparándolo con él, salen forzosamente perdiendo. Siempre tienen unos gramos de más o algunos gramos de menos, quieren mamar mucho más y mucho más tiempo de lo que está establecido por los “expertos”, quieren estar despiertos para que los mimemos y juguemos con ellos en lugar de estar tranquilos en su cochecito mirando al techo, lloran en un modo totalmente incomprensible a pesar de haberlos sometido a todos los tratamientos que recomiendan las mejores revistas del mercado. No quieren dormirse solos en su cuna, ni esperar plácidamente a que el sueño retorne si se despiertan durante la noche. Escupen sin pudor las carísimas papillas con todo tipo de vitaminas y minerales,  hacen la caca en el momento menos adecuado o se abstienen durante varios días sin dar ninguna explicación. Y, sobre todo, pretenden estar día y noche con su mamá, la cual no deja de preguntarse que cosa ha hecho mal para que su hijo no sea un Niño Normal.

Sí, porque detrás de cada niño “equivocado”(es decir, todos los niños reales) existe una madre igualmente “equivocada”. Así como el niño tiene que vérselas con el Niño Normal, cada madre tiene que hacer frente a la Madre Perfecta: esa que siempre tiene sus pechos repletos de leche, pero que, al mismo tiempo, pasadas un par de semanas del parto, luce un look de eterna adolescente, haciéndose cargo del bebé tan fácilmente como si bebiera un vaso de agua, y se “organiza” sin olvidar a su marido, la vida social y la vida laboral.

El cuerpo de la madre después del parto, este organismo misterioso, con sus hormonas completamente trastornadas, las pérdidas, la leche que gotea, los senos que cambian constante de volumen, los cambios de humor, el sueño interrumpido… es una imagen completamente diferente a la que nos enseña, una vez más, la publicidad o los libros y revistas para las madres. Ninguna madre nos podemos comparar con esa Madre Perfecta, al igual que no podemos equiparar a nuestros hijos con el modelo propuesto por los mass media.  

Sin embargo, los millones de niños que nacen en todo el mundo, que viven y que crecen como seres auténticos, con sus infinitas necesidades, tan únicos, tan diferentes entre sí, son una bendición para sus padres. ¿Por qué entonces desear un Niño normal, un ser totalmente abstracto, cuando un niño real y genuino está frente a nosotros? Si existiese de verdad el Niño Normal, si de la noche a la mañana apareciera en nuestra casa, estoy segura de que su presencia sería inquietante.

Abracemos fuerte a nuestro hijo, que puede que no encaje con las definiciones, las normas, las tablas, los esquemas, los juicios de los “expertos”… Dejemos que sea él a enseñarnos lo que efectivamente necesita, que es aquello que le hace sentirse bien… y esperemos que siga creciendo “equivocadamente”, y que conserve, pasando los años, eso que de único, nuevo y diferente tiene que enseñar al mundo.

Artículo extraído del blog http://bebeeconomico.wordpress.com y traducido libremente por ellos del italiano, de www.promiseland.it, donde fue publicado originalmente.

19 de octubre de 2011

Multi-arte: Las gemelas Macrae


Creo que ningún pintor ha sabido reflejar tan bien como Elmer Livingston MacRae, esa paz que tienen los gemelos cuando duermen uno junto al otro. Quizás supo porque era el padre de unas gemelas que fueron, junto con su mujer, las musas de este impresionista americano de principios del siglo XX. Me encanta :)


"Las gemelas MacRae"
1906
Oleo sobre lienzo
Elmer Livingstion MacRae

Foto: http://www.allpaintings.org

18 de octubre de 2011

Los niños que muerden


Morder es una conducta que algunos niños en edades comprendidas de 1 a 3 años presentan. Existen diferentes razones de porque lo hacen, pero en cualquier caso es necesario enseñarles desde el primer momento las consecuencias que acarrea el morder. Para poder comprender este problema debemos entender porqué los niños muerden.

Los bebés emplean su boca para explorar, aprender y también para relacionarse. Es una de las partes de su cuerpo que se encuentran más desarrollada. En ocasiones con la dentición necesitan calmar sus encías con lo cual muchas veces muerden porque carecen de autodominio y actúan impulsivamente.

En el caso de niños de 1 a 3 años las razones son diferentes. A esta edad comienzan a socializar, a relacionarse con sus coetáneos, pero aún no poseen un lenguaje ni tienen las habilidades suficientes para comunicarse. Morder es una manera de conseguir un juguete o llamar la atención. También lo hacen cuando están nerviosos o se sienten frustrados: ante situaciones nuevas, la llegada de un hermanito, el ingreso al jardín de infancia… Otros niños sencillamente muerden por imitación.

En edad preescolar la conducta de morder suele desaparecer. A estas edades los niños ya comienzan a tener habilidades de comunicación que permiten la convivencia con sus compañeros. Un niño que muerde frecuentemente en esta etapa puede estar presentando problemas emocionales.

Lo primero que hay que hacer es observar cuando y porque está conducta aparece. Cuando un niño muerde siempre debemos transmitirle que la agresión no es aceptada. Debemos intervenir con rapidez, pero con calma y mostrarle nuestra desaprobación. Hay que explicarle que “no se puede hacer daño” mirándole a los ojos. Si el niño esta jugando debe separarse de la actividad (dos minutos son suficientes), si quiere continuar jugando con los demás tendrá que parar de morder. También es aconsejable que tenga una conducta reparadora: ayudarle a curar al amigo, darle un beso, pedirle disculpas…

Prohibir una conducta no significa que el pequeño entienda cual es la conducta acertada. A los niños hay que servirles ejemplos a seguir; por ejemplo mostrarles nuevas formas de relación, utilizar el lenguaje, esperar turnos, pedir prestado, acariciar a sus amigos…

Cuando el niño exhiba conductas positivas (pedir permiso para coger el juguete de otro niño, por ejemplo) debemos elogiarle, valorarles cuando estén jugando de manera “pacífica” con otros pequeños.

Nunca debemos responder con la misma acción: morder a un niño que muerde es un gran error. Cuando son muy pequeños no pueden relacionar el dolor que sienten con el que causan cuando muerden a los demás. No utilices la violencia ni la humillación para erradicar el comportamiento. Dialoga, háblale con firmeza y coherencia manteniendo siempre la calidad del vínculo afectivo.

Fuente: http://www.bebepedia.net

Foto: http://www.bobthepharmacist.com