22 de febrero de 2011

Múltiples famosos: Jean y Gérard de Trazegnies

En la Edad Media se extendió la costumbre de inventar (o adornar) la vida de héroes, creando largos cantares de gesta que eran transmitidos oralmente de uno a otro juglar, que a su vez los relataban para entretenimiento de nobles o plebeyos.

Todos conocemos los ejemplos emblemáticos de este estilo literario: el Cantar del Mio Cid en España y la Chanson de Roland en Francia. Hubo muchos más, algunos alcanzaron una enorme difusión a lo ancho de Europa. Sin embargo, dadas las enormes dificultades para conservar los textos originales, la mayoría no ha llegado a nuestros días.

La "Historia de Gillion de Trazegnies y la Dama Marie" parece haber tenido su origen en uno de estos cantares, que alcanzó tal fama en la Europa medieval, que se conocen distintas versiones, tanto en francés como en alemán, idioma en el que se cambió su nombre por "Herzog von Gleichen", algo así como "Conde de la Igualdad". No se conserva el original en verso, pero sí una traducción novelada en frances antiguo, que data del siglo XV. Esta es la versión que ha sido traducida al castellano y se puede leer gratuitamente en internet (La historia de Gillion de Trazegnies).

Gillion, el protagonista de la novela, es un personaje imaginario. La novela no es una biografía, ni estricta ni adornada, es una creación literaria. Su historia tiene rasgos de la vida de algunos de los caballeros de la casa Trazegnies, y otros completamente inventados. En un resumen muy sucinto, su historia es la siguiente:

La novela comienza cuando el caballero Gillion, a pesar de gozar del favor del conde de Hainaut, el aprecio de su pueblo, y estar felizmente casado con la dama Marie, está entristecido porque pasa el tiempo y no tiene descendencia. Decide entonces hacer una promesa: si su esposa queda embarazada, él irá personalmente a orar a Jerusalén para agradecer tanta dicha. Poco después la dama Marie le da la feliz noticia y él, cumplidor, parte desde la actual Bélgica a Tierra Santa de inmediato.
 
Desgraciadamente, en el viaje de vuelta, su barco es apresado por piratas, quienes le entregan al Sultán de Babilonia. El Sultán, trás torturarlos, les condena a muerte, pero su propia hija, la bella Graciana, le ruega que les perdone la vida, así que quedan presos.

Poco tiempo después, Egipto es acatado por Chipre, y el Sultán es apresado con grave riesgo para su vida. Graciana pide entonces ayuda a Gillion, bajo la promesa de que no aprovechará para escapar. Nuestro caballero salva, junto con sus hombres, al Sultán. Así Gillion se convierte en un prisionero de lujo, asesor militar del Sultán.

Mientras tanto, en Hainaut, la dama Marie ha dado a luz a sus hijos, una pareja de mellizos llamados Jean y Gérard, que crecen sanos y fuertes. Pasan los años y su esposo no vuelve, así que un primo lejano, el caballero Amaury, pretende que se declare muerto a Gillion, casarse con Marie, y de paso quedarse con la heredad. Ella no cree que Gillion haya muerto y pide ayuda a su tio, el conde de Hainaut, quien manda al propio Amaury a buscar el anillo de Gillion como prueba de su muerte.

Amaury llega a Oriente y encuentra con sorpresa a Gillion en muy buena posición social. Le cuenta que su esposa murió al dar a luz a su hijo, quien también murió poco después. Gillion, apenado, no encuentra motivos para volver. Unos años después se acabaría casando con Graciana, que le fue ofrecida por el propio Sultán con la intención de obligarle aún más fuertemente a quedarse en Babilonia y a guardarle lealtad. Este matrimonio ofrecería a Gillion el derecho a heredar el trono del Sultán, quien tenía la esperanza de borrar así del corazón de Gillion cualquier resto de añoranza por su tierra natal. El caballero Amaury, que pensaba completar la jugada contandole a Marie una historia similar, muere en una emboscada a la vuelta y Marie se vuelve a quedar sin noticias.

20 años después de la marcha de Gillion, Jean y Gérard ya son dos jovenes y valientes caballeros que, creyendo en la intuición de su madre, no dan a su padre por muerto. Llegada su madurez, deciden partir en su busca. Ambos son apresados en el camino y vendidos como esclavos pero, dado que era evidente que eran dos grandes guerreros, ambos acaban luchando en diferentes ejércitos. Pasaron algún tiempo así y vivieron fascinantes aventuras hasta que el destino les volvió a unir: se encontraron en el campo de batalla luchando en bandos contrarios pero se reconocieron, a pesar de las mascaras y celadas de guerra, por su forma de luchar. Unieron sus fuerzas y adquirieron fama  de imbatibles en todo Oriente Medio.

A Gillion llegaron noticias de estos dos caballeros a los que nadie se atrevía a enfrentarse y que llevaban al cuello sendas medallas con las armas de Trazegnies y los mandó apresar para interrogarles. Cual no sería su sorpresa cuando descubrió con gran orgullo que eran sus propios hijos. Aclarados los malentendidos,  decidió volver a su hogar junto a su primera esposa y sus hijos. Su segunda esposa le acompañó en su viaje.

Marie, considerando que Graciana había sido durante los últimos años la esposa "legal" de Gillion, y movida por la espontanea simpatía que le inspiraba la joven, decidió retirarse a la vida contemplativa en la abadía de la Oliva. Graciana no quiso consentir ese sacrificio e ingresó ella también en la abadía, donde ambas esposas vivieron hasta el fin de sus dias unidas por una gran amistad.

Gillion repartió sus posesiones entre sus hijos y se retiró a vivir en la abadía de Cambron, donde recibía a menudo a los que querían escuchar las muchas aventuras que había vivido. Pero sucedió que el Sultán volvió a requerir sus servicios con urgencia. Y, habiendo muerto poco tiempo antes sus dos esposas, Gillion decidió partir de nuevo con aquellos que, deseosos de aventuras, le quisieron acompañar.

Luchó denodadamente para defender a su viejo amigo, pero con tan mala suerte que fue herido de gravedad. En su lecho de muerte pidió al Sultán que, ya que no podría morir en su tierra, extrajeran de su cuerpo sin vida su corazón y lo mandara enterrar en la abadía, entre sus dos esposas.

Y aquí termina la historia de Gillion, pero dicen que algún tiempo después Jean y Gérard se pusieron de acuerdo para que uno de ellos se quedara al cargo de sus tierras en Hainaut y el otro pudiera partir a Tierra Santa a cumplir las promesas de su padre y a continuar la aventurera vida de la familia.


Fuente: Existen siete manuscritos con el texto de la novela, todos del S. XV. La traducción en la que se basa este resumen es el texto que perteneció al Príncipe de Cleves y que actualmente se encuentra en la Bilioteca de la Universidad de Leipzig (Alemania). Ese texto fue publicado en 1830 por el Prof.O.L.B. Wolff, catedrático de Francés Antiguo de esa Universidad.

Traducción: El texto ha sido traducido del francés antiguo al castellano por Fernando de Trazegnies.

Imagen: La ilustración pertenece al manuscrito caligrafiado por David Aubert en el S. XV para Louis de Gruuthuse. Actualmente se encuentra en la Chatsworth Foundation.

3 comentarios:

  1. Sí, es la leyenda de la familia, pero los protagonistas no existieron de verdad, están inspirados en algunos de mis antepasados, pero añadiendo mucha literatura, tanta que se considera una obra puramente de ficción

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