6 de mayo de 2011

40 pasos hacia la disciplina positiva (1)

Hace tiempo encontré en uno de mis viajes por la red un artículo sobre el libro de Jane Nelsen  "Disciplina Positiva" (Editorial Oniro, Barcelona 2002) donde había una lista con las herramientas de actitud y de acción que Jane Nelsen recomienda para usar con nuestros hijos. Nada más y nada menos que 40 puntos.

Para una pobre alma como yo que se crió con castigos, una larga lista para interiorizar. Entonces me acordé de una profesora que tuve en el cole que, cuando nos explicaba algo que no entendíamos, decía "divide y vencerás, vamos a estudiarlo por partes". Así que me he propuesto cada viernes ponerme de "deberes" de fin de semana el leer, interiorizar y sobre todo intentar practicar cinco de los consejos de Jane Nelsen. ¿Queréis acompañarme en mi viaje? Por supuesto, comentarios contando vuestras experiencias con las herramientas son muy bienvenidos :)

Disciplina positiva
En contraposición a la disciplina punitiva que está basada en el castigo por lo que puede provocar efectos negativos (resentimiento, deseos de venganza y rebelión, reducción de la autoestima) se propone la disciplina positiva, con la que se pretende animar a los niños y enseñarles autocontrol y autodisciplina. Las Técnicas de la Disciplina Positiva se basan en la amabilidad y en el respeto, intentando la implicación de los niños en los procesos disciplinarios.

1- Los niños que se portan mal son niños desanimados.
En muchos casos el mal comportamiento se debe a que el niño no se considera aceptado ni importante. Los castigos aplicados por los adultos le humillan y provocan más desaliento y, como consecuencia, mal comportamiento en el futuro.

2- Los niños hacen las cosas mejor cuando se sienten mejor.
No tiene sentido pensar que para que un niño se porte mejor primero hemos de hacer que con el castigo se sienta peor.

3- Los errores constituyen excelentes oportunidades para aprender.
Hay que ver el error o el mal comportamiento como una manera de aprender para la próxima vez.

4- Trabaja para mejorar, no para alcanzar la perfección.
En lugar de castigar por los errores es mejor centrarse en los pequeños avances y animar así al niño.

5- Utiliza la firmeza y la amabilidad a la vez.
No se trata tampoco de ser demasiado permisivos con los niños, sino que hay que ser amables y firmes a la vez ("Te quiero y la respuesta es no").

Foto: http://www.communicateinstitute.com 

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