7 de mayo de 2010

El manejo de la ira

EL MANEJO DE LA IRA. POR ELIZABETH BRUCE.

Es un pequeño y sucio secreto. Las buenas madres se enojan. Algunas veces llegan a enojarse muchísimo. Las amas de casa se enojan, las mamás que trabajan se enojan, todas las mamás lo hacen. Te lo digo yo. Soy madre de 4 niños pequeños, dos de ellos con mucho carácter, es por eso que se una o dos cosas sobre enfadarse. Los niños serán niños, se meten en problemas, pelean, descomponen cosas y discuten contigo.

Como adulto, frecuentemente es difícil comprender a niños con comportamiento irracional, destructivo, desordenado y escandaloso.

Enojarte no significa que no ames profundamente a tus hijos. De hecho, es verdaderamente lo opuesto. Si no nos importara, nunca nos enojaríamos. El enojo es una reacción natural de cuando llegan a tu límite. Hasta el respetable Dr.Spock admitió haber gritado "¡¡Cállate!!"; a su bebé cuando no dejaba de llorar a media noche. Entonces, ¿por qué nos da tanta vergüenza de admitir que compartimos una emoción tan humana?

Desafortunadamente, como madres nos ponemos estándares tan altos e imposibles para nosotras mismas. De hecho, es ilusorio esperar que pasemos las horas del dia con niños y nunca nos enojaremos. Así que lo importante es cómo elegimos manejar el enojo.

Aquí hay algunos trucos de ayuda que he aprendido en mis once años como un muy imperfecto padre de familia.

EVITA TUS "DISPARADORES"

Así como en mucha de la disciplina moderna incluye que mantengas a tu hijo fuera de situaciones que lo molesten, igualmente el manejo del enojo conlleva mantenerte fuera de situaciones potencialmente explosivas. Si sabes que perderás la calma cada vez que tu hijo invita a cierto amiguito a la casa; en su lugar, invita a un amiguito mas tranquilo.

Si sabes que dos de tus hijos siempre pelean en el coche, siéntalos lo más alejados posible y quizás hasta podrías ofrecerles alguna distracción. Actividades que se suponen que son para los niños (por ejemplo: piano, futbol, beisbol) pueden ser una distracción o pasatiempo para toda la familia. Si llevar a tu hijo a cierta actividad es abrumador, trata de encontrar alguien del mismo grupo que le pueda llevar o simplemente dejad de ir a la actividad por una temporada. Algunas veces es mejor alejarse de una actividad que tener que estarle gritando a los hijos cada semana en el camino.

Recuerda, los niños necesitan tiempo para desenvolverse con juegos nuevos y sin estructura más de lo que necesitarían con las actividades diarias y bien conocidas.

Recientemente deje de llevar a mi hijo de tres años a cierta panadería, porque la tienda de al lado tenía libros de "Tomas-El Tren" en el escaparate. Mi hijo se agarraba un berrinche cada vez que pasábamos por ahí, así que ahora voy sola mientras él está en sus clases. Sé de otras mamás con niños pequeños que hacen todas sus compras del supermercado por las noches o los sábados, para evitarse tener que llevar a los niños a la tienda. Tú conoces tus propios disparadores, simplemente evítalos llevando a los niños hasta que tengan más edad.

La prevención puede llevarte a salvaguardar tu salud mental.

NO SUFRAS POR COSAS PEQUEÑAS

Toma este sabio consejo de la abuela de mi marido. Su actitud era, "Si para cuando cumpla 30 años, todavía no va al baño solo, deja que su esposa sea la que se preocupe por eso". ¡Escúchalo bien!. Y lo mismo va para el destete, el mojar la cama y otros comportamientos de inmadurez que el niño tendrá que pasar algún día.

Aunque la situación es frustrante, trata de recordar que él no lo esta haciendo a propósito para molestarte; solamente no está listo para crecer. Es mejor cambiar las sabanas, amamantar al niño que camina o hacer lo que sea, para mantener la paz.

Obviamente, ciertas acciones siempre requieren de una acción veloz, como correr hacia la calle o lastimar a otro niño. El enojo en estas situaciones es normal, natural y probablemente ayude al niño a que entienda la gravedad de sus acciones. En contraste, ¿realmente quieres enfadarte cada vez que tu niño no se decide que ropa se va a poner?. Admitamoslo, la mayoría de las cosas con los niños, son cosas pequeñas.

Antes de perder la cordura, pregúntate a ti mismo si es algo que podrías simplemente ignorar. Una vez que el niño deja de recibir atención negativa, podría dejar de comportarse de manera molesta.


PIENSA COMO LO HARIA UN MAESTRO

Los buenos maestros saben que la ira no es una manera efectiva de manejar la conducta de los niños. El mejor de los maestros tiene una gran confianza en sí mismo y dice "Yo controlo esta situación". Los niños saben claramente las consecuencias de no comportarse como está establecido, lo que hace que los niños tiendan a actuar mejor. Los niños encuentran los límites como algo tranquilizante, y esa es la razón por la que los maestros tienen menos problemas de disciplina de los que tiene un padre promedio.

Con seguridad, un maestro no tiene el apego emocional con el niño que tienes tú. Esto también está a favor del maestro. Igual que en el colegio, es una buena idea tener en casa algunas reglas que no son negociables. Tu como padre de familia, puedes decidir cuales serán estas, pero también es una buena idea que la lista sea corta. Cuantas menos cosas hay por discutir, será mejor.

DIVORCIATE EMOCIONALMENTE DE TUS HIJOS

Hay que admitir que éste es el consejo mas difícil de seguir. Cuando los niños no se comportan, es tentador enredarte emocionalmente con sus malos comportamientos. Por ejemplo, como yo soy la primogénita de la familia, frecuentemente de manera irreal tenía más expectativas puestas en mi hijo mayor que en los mas pequeños. Algunas veces tuve que recordarme a mí misma que él es solamente un niño como los otros.

Mi hijo y yo hemos peleado sobre cada uno de los pantalones que debe usar o qué lleva de merienda al cole. Hasta que un día decidí que él era lo suficientemente mayor como para tomar sus propias decisiones acerca de qué ropa usar y qué comer. Sorprendentemente, las peleas terminaron. Ya no fue un problema, él empezó a tomar mejores decisiones (no siempre bajo mis estándares).

Nosotros, los padres de familia, nos tomamos los comportamientos de nuestros hijos como algo personal porque queremos de manera desesperada que triunfen en la vida. Si los dejamos "salirse con la suya" tememos que desagraden a otras personas. Cuando estos temores son razonables, la mayoría de los hijos bien amados actúan mejor con otros adultos a su alrededor, que cuando lo hacen con sus propios padres. Si ellos saben cómo nos sentimos acerca de un asunto, no se podrán hacer los desentendidos cuando desobedezcan. Las pequeñas conciencias de los niños trabajan mucho, y ningún niño quiere ir en contra de los deseos de sus padres. Mientras que un niño tenga sentido del poder que tiene para ponerte en una lucha de vida o muerte, ese falso poder lo hará sentir inseguro.

Él sabe que eres tú y no él el que debe ser el padre. Otro problema es que nosotros de manera consiente o inconsciente reaccionamos de la misma manera que nuestros padres reaccionaron a un comportamiento similar. Si nuestros propios padres se sorprendieron ante lo que creyeron era una falta de respeto, nosotros también lo hacemos. De pronto, cuanto tu hijo te dice "no" te llenas de una rabia desmesurada. Haz un recuento de las reacciones de tus padres ante las malas conductas, así no tendrás el piloto-automático con tus propios hijos.

TOMALO CON SENTIDO DEL HUMOR

Compartimos la cama con nuestros dos hijos más pequeños, lo que lleva a ciertas cosas absurdas propias a la situación, como por ejemplo tratar de dormir en unos centímetros de colchón. El invierno pasado, una noche mi hija vomitó encima de nosotros en plena media noche. El virus ya había pasado por los niños mayores, así que ya habíamos estado lavando ropa y limpiando alfombras todo ese día. Estábamos cansados, pero nos arrastramos para salirnos de la cama y cambiar todas las sabanas, le dimos un baño a mi hija y nos felicitamos a nosotros mismos por el hecho de que nuestro hijo de dos años aún dormía profundamente a pesar de que lo habíamos movido. Tan pronto como volvimos a apagar la luz y los cuatro nos habíamos acurrucado de regreso en nuestra cama limpia, el niño vomitó de forma espectacular. Mi marido y yo nos miramos y empezamos a carcajearnos hasta llorar. Tengo un agradable recuerdo de aquella olorosa escena porque los dos fuimos capaces de mantener nuestro sentido del humor. El enojo, aunque habría sido una reacción entendible, no habría cambiado el hecho de que había que limpiar. Estoy segura que si tienes niños pequeños, hay un buen número de cosas por hacer en la casa. Solo imagina que fue tu amiga la que se tragó el cordón del zapato con la aspiradora. Entonces podrás ver el sentido del humor a la situación.

PIDE AYUDA

No tiene nada de vergonzoso pedir ayuda cuando la necesitas. Mejor aun, pídela antes de que la necesites. Vivimos en una sociedad artificialmente autónoma, donde las madres están casi solas en la responsabilidad del cuidado de los niños pequeños.

Históricamente las sociedades humanas tienen por entendido que las madres necesitan ayuda ¡y mucha!. Si estás sola en una ciudad nueva sin amigas o familiares cerca, encuentra a otras madres para formar un grupo donde se cuiden los niños mutuamente. Todas las mamás necesitan ayuda, así que no será difícil encontrarlas. Puedes conocer madres en cualquier lugar donde se congreguen padres de familia (escuelas, parques, clases de natación). Localízalas y te sentirás agradecida por ello.

TOMATE TIEMPO PARA TI MISMA

El enojo es de hecho, una pista de ayuda de que nos sentimos usados y/con resentimientos, una reacción natural por dar el 100% de nosotros mismos hacia los demás.

Las madres necesitamos de compañía adulta, abrigo y tiempo a solas. En algunas ocasiones hasta necesitamos ir al baño ¡con la puerta cerrada!. Hay una vieja analogía con una cuenta bancaria, en la cual debes hacer depósitos para poder sacar dinero después. Una vez que tu cuenta bancaria está en números rojos, es demasiado tarde. El mejor tiempo para hacer tus propias cosas es antes de que explotes. En lugar de limpiar mientras el beb duerme, llama a una amiga o tómate una taza de te. Asígnate un tiempo cada día para hacer ejercicio, estirarte o meditar. Cualquier actividad que te relaje te ayudará a ser mejor padre de familia, lo que es bueno para todos.

PERDONATE A TI MISMA

La próxima vez que pierdas la cordura, da un paso atrás. Imagina a una buena amiga confesándote sus acciones. ¿No serías empática en lugar de juzgar?. Trata de tener la misma compasión para ti misma que la que tendrías para tu amiga. Como madre, estás haciendo todo lo mejor que puedes, No, no eres perfecta y nunca lo serás. Recuerda, mañana será otro día. Si te ayuda, pide disculpas a tus hijos después de haber perdido la cordura. Estarás dándoles un buen ejemplo a seguir.

El enojo es una emoción humana que ocurre de manera natural y, por eso, no es ni buena ni mala, sólo es lo que es. Uno de los mejores regalos que podemos darle a nuestros hijos es mostrarles maneras constructivas de manejar la ira. Entonces algún día podrás felicitarte por la grandiosa manera en que tus nietos han sido criados.

Elizabeth Bruce, es educadora de partos certificada con BirthWorks y madre de 4 hijos. También es autora del libro "Como pasar por un parto y salir entera!: cómo prevenir episiotomías y llantos".

TIPS PARA UN BUEN MANEJO DE LA IRA

NO uses sarcasmo o critiques a tu niño.
SI expresa el sentimiento de enojo, honestamente en una manera respetuosa.

NO contengas tu enojo, hasta que vayas a explotar.
SI expresa tu enojo, tan pronto como lo estés sintiendo.

NO te avergüences de tu enojo o de el enojo de tu niño.
SI acepta el enojo como una parte natural de la vida, como comer, ser feliz.

NO te sientas culpable de ser humano.
SI perdona y olvida, cuando todo haya terminado.

NO enseñes a tu niño, a guardar sus sentimientos.
SI se, un modelo saludable, en ventilar TODOS los sentimientos.

Recuerda: siempre que no abuses, el enojo muestra que te preocupas. Tu niño se sentirá, seguro, si le enseñas un sentimiento genuino, en vez de reprimir tus emociones.

Traducción: Alicia González y Natalia Eckmann

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