10 de agosto de 2013

Juntos o separados: la opinión de un padre de múltiples maestro rural


Hola a todo el mundo
Me llamo Frank Alcón. Soy maestro rural y afortunado padre de unas hermosas gemelas de dos años. En el sitio en el que vivimos, la escolarización en Educación Infantil comienza a los dos años, un logro educativo que esperemos que no destrocen los recortes que estamos sufriendo. Ahora nos encontramos en la época de plantearnos a qué centro vamos a llevar a nuestras pequeñas, pues tenemos dos centros públicos en la zona. Uno de los aspectos que nos van a hacer decantarnos por uno u otro de esos centros, o por ninguno, es la moda de separar a los gemelos o mellizos. Ya de antemano aclararé que estoy totalmente en contra. He discutido el tema con varios compañeros y la única explicación que me pueden dar es que así se evitan la dominancia de uno de los gemelos frente al otro. No me parece justo este argumento. Es como si por la mañana se presentara en nuestra casa un agente de la Guardia Civil a multarnos por si durante el día sobrepasamos el límite de velocidad, o si el médico decidiera amputarnos una pierna por si tenemos un accidente y se nos gangrena. Sería ridículo, ¿verdad? Pues entonces ¿por qué tenemos que admitir que se ponga la venda antes de tener la herida? ¿Por qué no se espera a ver si existe tal dependencia antes de tomar las medidas para corregirla?
El proceso de incorporación al mundo escolar es traumático en sí, pero necesario. Supone para el niño/a abrirse, pasar de un mundo controlado, con personas de confianza y rutinas establecidas, el mundo familiar, a un mundo nuevo, con multitud de iguales y adultos desconocidos, en un entorno diferente al habitual y con unas rutinas nuevas a las que adaptarse, el mundo escolar. Pasan de ser el centro de atención a ser uno más dentro del microclima social que es un aula, a tener que establecer relaciones tanto con adultos como con sus iguales, a convivir.
A nuestros hijos e hijas gemelos o mellizos, además, se les está pidiendo que rompan con alguien que les ha acompañado durante cada minuto de su corta vida, en un momento en el que el yo, como ser independiente de su hermano, aún no está formado plenamente. Curiosamente, durante las primeras fases de su escolarización permitiremos que los niños traigan a clase objetos para dulcificar el cambio entre ambos mundos, como peluches, juguetes, mantitas… pero no se les permitirá que acompañen a su propio hermano, a su todavía otro yo, que irá a la clase de al lado.
No entiendo ni acepto el hacer más traumático, de modo gratuito, el momento de la integración en el mundo escolar, basándose en hipotéticos problemas que puedan surgir. Si, una vez escolarizados, se detecta el problema de la dependencia, será el momento de actuar en consecuencia, pero no a priori, no por si acaso. No quiero que me multen antes de coger el coche por si me paso de velocidad o si me salto un semáforo. Si lo hago, aceptaré la multa, pero no a priori.
Personalmente nunca he tenido en mi clase a gemelos o mellizos, pero sí que he coincidido en colegios en los que los había, en los que no se separaban y que no había ningún problema.
También conozco el caso de gemelas separadas en el aula de dos años y que se pasaron semanas colgadas de la puerta mirando a través del cristal hacia la clase en la que se encontraba su hermana. Al final se adaptaron, pero ¿por qué hacerlas sufrir innecesariamente?
Evidentemente, también he conocido casos en los que, tras un par de años juntos, hubo que separar a los hermanos por la dependencia de uno respecto al otro. En concreto, recuerdo ahora un caso de unos trillizos en los que uno era sobreprotector de sus hermanos, estaba demasiado pendiente de ellos y eso impedía su correcta socialización.
Cada caso es un mundo, y hay que actuar ante los problemas que surjan, si es que los hay, pero no por sistema.
Una última sugerencia: en el caso de que en vuestro colegio os digan lo de separarlos y no estéis de acuerdo, como es mi caso, no os resignéis, luchad, insistid ante la dirección del centro y si es necesario y siempre después de esta conversación con la dirección, acudid a la inspección educativa de vuestra respectiva Comunidad Autónoma.
Un saludo

La imagen es de las chicas de Frank

1 comentario:

  1. Creo que hay casos y casos... algunos positivos u otros negativos cuando se separan gemelos o mellis. Mis mellis cuando vayan a la escuela pensamos en ponerlos en salones distintos. Se va bien ok, si va malo, se cambia. La vida es así, de probar, etc Nosotros, padres en general, estamos probando también y aprendiendo. Debemos evitar los traumas, peor no veo eso como un trauma, pero eso es una decisión de los progenitores. Slds PD: mi español no es bueno, ojala no sea mal comprendido.

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