21 de septiembre de 2011

El desarrollo del lenguaje en múltiples (5 y última)

Antes de comenzar la lectura de esta entrada, te recomendamos leer las entradas anteriores de este especial sobre el lenguaje en múltiples:

Para poner broche de oro a este especial sobre el desarrollo del lenguaje en múltiples, nos gustaría compartir con vosotros un relato de una de nuestras foreras. P. nos cuenta su experiencia criando a sus múltiples con más de un lenguaje, siendo uno de ellos completamente minoritario (ella es la única que habla con los peques en castellano). P. quería compartir su experiencia (hasta los tres años y medio) ya que no hay casi información disponible sobre cómo afrontar el bilinguismo cuando se tienen múltiples. Gracias P!

Esperamos que este especial os haya resultado interesante y os sirva de ayuda :)


“Desde que me mudé a los nortes de las Europas sin planes de retornar a la madre patria, tuve muy claro que si alguna vez tenía un hijo, le hablaría en castellano. Aunque se puede decir que soy bilingüe y el sueco es como una segunda lengua para mí, no quería hablarles a mis hijos en este idioma. No es que le tenga yo manía al sueco (mi marido ;)jeje), o algo así, es que simplemente a mí, el corazón me habla en castellano y no sabría cómo dar en otro idioma el amor a mis hijos. Además, me rompe el corazón pensar que mis hijos no fueran capaces de comunicarse con sus abuelos. Yo gocé de una excelente relación abuel@s-nieta que marcó mucho mi vida y no me gustaría que mis hijos no pudieran disfrutar de algo así, simplemente porque no son capaces de hablar el idioma de sus abuelos. Lo de que los abuelos aprendan sueco lo hemos dejado por imposible ;) Por último también el lado práctico. Si aprenden castellano de peques, eso que tendrán ganado.


Cuando me enteré de que estaba embarazada y de que iban a ser dos, me asaltaron muchas dudas sobre el bilingüismo. ¿Sería posible criarlos bilingües siendo dos? ¿No tenían los gemelos un idioma propio y muchos problemas para aprender a hablar? ¿No sería demasiado lío enseñarles un idioma que sólo iban a hablar con mamá y un par de semanas en verano? Con todas estas dudas me puse a buscar y a buscar por internet allá por el 2007 y salí con las manos vacías. Muchísima información sobre el bilingüismo pero nada sobre cómo afrontarlo cuando se tienen múltiples. Así que bueno, decidí seguir mi corazón, las pautas para un sólo hijo y unos cuantos consejos sobre cómo ayudar a los múltiples (monolingües) a desarrollar su lenguaje. Después de tres años y medio de “experimentación” ;) me gustaría compartir con vosotros el camino que nosotros hemos recorrido. No creo que nuestro “método” sea la única manera, ni que tenga todas las respuestas pero creo que puede ser interesante para otras personas que se encuentren en la misma situación. Yo hablo exclusivamente castellano con ellos. Mi marido sueco y entre nosotros hablamos también sueco. Yo no trabajo y mi marido, trabaja muchos días en casa por lo que tienen muchos momenos al dia de input en ambos idiomas.

Primero, los “resultados” hasta los tres años y medio. Lars y Hanna comenzaron muy pronto a balbucear y a hacer ruiditos, pero su primera palabra “oso” fue muy tardía (2 años y 4 meses). Entendían perfectamente lo que les pedías (tanto en sueco como en castellano) pero no respondían. No es que tuvieran un lenguaje autónomo pero sí que se pasaban horas “hablándose” el uno al otro con gugus, tatas y demás.

Desde el momento en que dijeron la primera palabra, el desarrollo de ambos lenguajes fue a toda máquina y seis meses más tarde andaban haciendo frases de 5-6 palabras en ambos idiomas, lo que era normal para su edad. Ahora con tres años y medio, tienen un bilingüismo muy equilibrado. Son capaces de cambiar de un idioma a otro con toda naturalidad dependiendo de quien tengan delante y tienen un nivel bueno-alto de ambos idiomas. No mezclan los idiomas en la misma frase y entienden que todo tiene dos nombres; uno de papá y otro de mamá, es decir, son conscientes de su bilingüismo. Me hace mucha gracia que tengan muy claro que algunas personas hablan como papá y otras como mamá y no se equivoquen. Otra cosa que me encanta es el hecho de que usen el castellano como “lenguaje secreto”. Cuando están conmigo hablan entre ellos la mayoría del tiempo castellano mezclado con frases en sueco. Pero por ejemplo cuando están con su padre, sólo hablan castellano porque saben que él no entiende nada. ¡Qué listos!

Desde el nacimiento hemos sido muy estrictos en usar la pauta “un idioma-una persona”. Yo siempre me dirijo a los peques en castellano y su padre siempre en sueco. Entre nosotros hablamos sueco y si hago algún comentario que incluya a su padre, por ejemplo: “¿salimos a dar una vuelta?” lo hago en sueco. Si me dirijo directamente a los peques “Lars, ¿quieres arroz o patatas? , Hanna, ¿y tú? ¿Quieres arroz o patatas?” lo hago siempre en castellano. Nunca me dirijo a ellos en grupo y le doy a cada uno el tiempo y la posibilidad de contestar.

Fuera de casa siempre les hablo a los peques en castellano independientemente de si hay gente alrededor que lo entiende o no. Muchas veces siento las miradas taladrantes de la gente que piensa que soy una extranjera poco adaptada y que estoy haciendo a mis hijos unos marginados por hablarles en un idioma raro. Normalmente la verdad es que me importa bastante poco. Yo sé que estoy todo lo integrada que puedo y que quiero estar y sé que a mis hijos no los hago unos marginados, sino unas personas de mundo. Pero a veces si la gente hace algún comentario o me parece necesario, les explico (en mi mejor sueco;) que hablarles siempre en el mismo idioma es la base para que sean capaces de hablar con sus abuelos cuando los ven y que imagínese (esto lo digo con muuuuuuuuuuuuuucha cara de pena;), cómo se le rompería el corazón a mi madre si no pudiera hablar con ella. Este argumento funciona muy bien y la gente no vuelve a mirar raro, es más, te dan la enhorabuena por seguir hablando tu idioma ;) Creo que el ceñirse a esta pauta es la clave para el éxito del bilingüismo cuando uno de los idiomas es tan minoritario como en nuestro caso. Tengo de cerca un caso de una buena amiga de Guatemala que les habla a sus hijas medio en sueco medio en español. El resultado ha sido que las chicas no han fijado para nada el español en sus cabezas y ahora con cuatro y ocho años son incapaces de tener una conversación sencilla en español. Curiosamente, últimamente la mayor se esta empezando a soltar conmigo porque yo le hablo sólo en español y tenemos bastante contacto. Pero ahora para ella es como aprender un idioma nuevo y no la absorción que he visto en mis hijos.

Mucha gente piensa que para los peques es un gran esfuerzo el que te hablen en más de un idioma, pero yo creo que el mayor esfuerzo es para los padres. Sobre todo el padre/madre que hable el idioma minoritario y el idioma del entorno. La tentación de mezclarlos es muy grande y tienes que ser estricto contigo mismo para no hacerlo. Cuando el idioma del entorno no se domina totalmente por parte del padre/madre, es preferible hablarle el idioma materno que sí que se domina ya que así no se enseñan errores a los hijos.

Desde el principio hemos sido muy conscientes de que el bilingüismo es un camino arduo que requiere su trabajo y que es un proyecto a largo plazo en el que hay que invertir muchas horas y paciencia. Su padre y yo dedicamos muchas horas a leer cuentos, a jugar o simplemente a charlar con ellos. Desde que eran bebés les íbamos nombrando todo lo que hacíamos, de qué color era la ropa, etc, etc cada uno en su idioma. Vemos dibujos animados en ambos idiomas y nos sentamos con ellos a comentarlos para que sea menos pasivo. Tenemos claro que los DVDs, tele... son sólo una herramienta a usar, no es la manera de aprender un idioma. Vamos, que por mucho que un peque vea la tele en Mandarín , si nadie lo habla con él , no lo dominará.

Algo que me gustaría aconsejar a los padres es que tengan paciencia. Aprender dos lenguas a la vez requiere para muchos peques, tiempo. En muchos casos cuando el peque empieza el cole y va m´ss retrasado que sus compis, nos presionan desde el cole para sólo hablarle el lenguaje del entorno. Personalmente creo que es un error y que hay que dar a los peques tiempo a que desarrollen ambos lenguajes ofreciendo ambos. Sobre todo en el caso de múltiples, el retraso podría ser algo m´ss grande. Lo que sí me parece importante es evaluar si los peques entienden el lenguaje aunque no lo hablen. Es decir, cuando les pedimos que nos traigan la pelota, dónde está su cabeza.... que hagan la acción. Si no lo hacen, creo que habría que contactar con el pediatra para poder descartar cualquier problema como una sordera.

Por último me gustaría encarecidamente recomendar la lectura del libro “El desafío del bilinguismo” de B. Abdelilah-Bauber, editorial Morata . Este libro corto pero terriblemente práctico y claro, es para mí, mi faro en el viaje del bilingüismo. La autora , también madre que ha criado a sus hijos de forma bilingüe, explica los diferentes pasos del bilingüismo y cómo es el entrar en contacto con una lengua extra en las diferentes edades. Creo que lo he leído como cuatro o cinco veces y aún hoy de vez en cuando le echo un vistazo. Unos 13€ muy bien invertidos.

A partir de este curso van a empezar a ir a la escuela todos los días, lo que será una nueva etapa para nuestro bilingüismo (sólo han ido a la guardería dos mañanas desde los dos años y nueve meses). Muchos peques cuando comienzan la escuela, rechazan el lenguaje minoritario ya que no quieren ser diferentes a sus amigos que no lo tienen. En esto, creo/confío/espero que los múltiples tenemos una ventaja ya que los peques se tienen el uno al otro para hablarlo. Sobre todo los míos que irán a la misma clase. Pero bueno el tiempo dirá. Una cosa está clara. Para mí no es una carrera, ni un proyecto que debe seguir determinados pasos y alcanzar determinadas objetivos. Para mí es sólo el único lenguaje con el que puedo expresar mi amor de madre."

Foto: http://www.joyfulhealthyliving.com

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