Hoy en "Cacareando" os traemos el relato del parto de nuestra forera Montse. Montse estuvo desde la semana 29 con medicación debido a riesgo de parto prematuro. Debido a los efectos secundarios de las pastillas, tuvo taquicardias y, como dice ella, tembleques por lo que estas ocho semanas se le hicieron muy largas. Montse es mamá de Nil de 3 años y Anna y Lluc de 1 año, cuya llegada al mundo está plasmada en nuestro relato de hoy (je, je me ha salido la presentación como un serial de radio ;). Gracias Montse por compartirlo con nosotras :) Aviso: este relato puede provocar carcajadas :)
"Después de semanas agobiada con las pastillas pre-par (para las contracciones), dejé de tomármelas el viernes 28 de agosto por la noche, convencida de que sería cuestión de horas ponerme de parto.
Pero no, pasaron cinco días hasta que me puse... Estos cinco días me sirvieron para reconciliarme con mi embarazo: ¡por fin podía dejar de comerme el coco y preocuparme por cada contracción, cada movimiento forzado, cada estornudo! Hasta podía volver a coger en brazos a Nil (un poquiiiito)... Relajarme y esperar tranquilamente, era justo lo que necesitaba.
Y cada día pensaba: a ver si hoy... Por un lado, me había mentalizado tanto que sería inmediato, que ya estaba impaciente (aparte de cada día más patosa, más agarrotada, más hinchada, etc.) Por otro lado, sabía que cada día más en la barriga era bueno para mis niños. Si llego a la semana 37, pensaba, ya estará, ya estará, ya estará, ya estará...
¡Y el 2 de septiembre cumplí las 37 semanas! El mismo miércoles 2 de septiembre, hacia las 21:30, tuve la primera contracción ligeramente dolorosa. Y esta vez no eran los gases que me habían estado dando la lata últimamente, no no no, era un dolorcillo diferente... La siguiente contracción ya fue un poco más dolorosa. Y la siguiente, también. Venían irregulares: 5 minutos, 9, 7,... pero avisé a Jordi, que como aún no había cenado (yo sí) se fue a la cocina a cenar algo rápido de un mordisco, mientras yo seguía comprobando que sí, que la cosa ya estaba en marcha! Nil ya dormía. Llamamos a mis suegros para que vinieran YA, a pasar la noche en nuestra casa haciendo compañía a Nil, y a la ginecóloga para avisar que nos íbamos YA para la clínica.
Llegamos a la clínica a las diez y poco. Las contracciones ya eran potentes de verdad... Las enfermeras me preguntaron con qué frecuencia tenía contracciones (irregulares, cada 4-8 minutos) y desde cuándo (mmm, media horita) y me hicieron pasar a una sala de espera. Seguramente pensarían que la cosa iba para largo, claro... Y cuando llegó la comadrona, avisada por mi ginecóloga, me preguntó:
-¿Eres la que espera mellizos?, ¿la que se visita con la dra. H.?
-Sssíiiii...
Miró a las enfermeras y les dijo
-DADLE UNA HABITACIÓN ¡YA!, Y QUE SE CAMBIE ¡YA!!!
Me hace un tacto: dilatada de 7cm!!! Cuando me lo dijo, sólo se me ocurrió preguntarle:
-Estamos a tiempo de poner epidural, ¿¿¿NO???
-Sí sí, tranquila!, ahora mismo bajamos al paritorio y te la pondremos.
-Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Dolores.
-Anda, qué adecuado... ;)
Pues hala, para abajo. Mientras, ya había llegado mi ginecóloga, a Jordi lo estaban vistiendo de verde, y yo entraba al paritorio aguantando contracciones y haciendo cachondeo para distraerme ayváaaaa qué paritorio más grande y más chulooooo...
Entra un señor de verde:
-Hola, soy el anestesista. Tu debes ser la partera, ¿no?
-Sí señor. Y no sabes cómo me alegro de verte por aquí...
Me tuvieron que sujetar entre la gine y la comadrona para que me pusieran la epidural. Eso de curvarse hacia adelante me era complicadísimo, porque la barriga me lo impedía, físicamente no podía tirarme más hacia adelante de lo que ya estaba... Encima, con la cabecita del niño en la ingle izquierda, no estaba recta, me inclinaba hacia la derecha. No se lo estaba poniendo nada fácil al anestesista... Y ya empezaba a empalmar contracciones. Y ya empezaba a gritar. ¡Y ya empezaba a tener ganas de empujar! Pensé: si lo digo, quizás dicen "pues ya no vale la pena poner epidural, ¡venga chica,empieza a empujar! pero me dolía tanto que pensé "Y UNA IÉEEE!!!", y me lo callé... ;)
Reitero mi más profunda admiración a todas las mujeres que han parido sin epidural. Y reitero mi admiración y mi agradecimiento a la persona que inventó la epidural... ;)
Todo continuó yendo rápido. La gine dice bueno, ya podríamos romper la bolsa de las aguas... y noto un chofffffff, y le digo mira, ¡ya no es necesario! Jordi ya estaba a mi lado, no sé ni cuándo llegó... ¡Tanta gente de verde!
Me pusieron dos sensores en la barriga, uno por cada niño. La comadrona comentó que iban tan bien sincronizados... :D :D :D :D
El anestesista se quita los guantes (o algo) y desde la otra punta del paritorio (pero no por encima mío) los lanza hacia una bolsa que una enfermera le mantiene abierta.
-¡¿PERO VOSOTROS CREÉIS QUE AHORA ES UN BUEN MOMENTO PARA JUGAR A BALONCESTO?! Hoooombreeee, qué poca seriedaaaad, por favoooor, ¡que estoy pariendooo...! La verdad es que todo iba tan bien, que el ambiente era muy bueno.
Llega el momento de la verdad. Una pierna aquí, la otra p'allá, ya se ve la cabecita de Anna, ya puedo empezar a empujar... El anestesista-cachondo-jugador de baloncesto me ha acertado la dosis exacta de epidural, ¡y mira que se lo he puesto difícil!, porque no siento dolor, pero noto cada contracción, noto perfectamente como la cabecita de Anna va avanzando... Y noto los niños moviéndose! Entre contracción y contracción, la ginecóloga me comenta sorprendida que los niños se están moviendo mucho, incluso puede ver la cabeza de Anna oscilando, y le digo ¡qué me vas a contar, si llevan meses así! Jordi dice que están arreglando asuntillos antes de salir, rollo patada y "¡te espero afuera!"
Unas pocas contracciones, muy gratificantes porque puedo percibir como avanza todo, puedo empujar cuando toca sin que me lo tengan que indicar (a diferencia del parto de Nil, que no me enteraba de nada), puedo sentir que mis esfuerzos están trayendo mi niña al mundo...
¡Y nace Anna! Oscurita y pringosilla, mi pequeñita, ay qué pequeñita, ay qué bonita, ay qué bien hecha, aaaaayyyy qué lloreraaaaa, buáaaaaaaaa...
Me la enseñan, la abrigan con una mantita y me la dejan encima un momento... pero sólo un momento, porque tengo que volver a empujar en seguida! La ginecóloga dice que Lluc se ha colocado bien inmediatamente, ¡que ya le ve la cabeza! No sé si me rompe la bolsa ella o si se rompe sola, pero sale un chorro a presión que la ducha de arriba a abajo!
Ya viene la siguiente contracción. Empuja, empuja, empuja, venga que ya está...
¡Y nace Lluc! Mmmm, com una vuelta de cordón... :? pero ha ido tan rápido que no pasa nada. Comprueban un momento que está bien.Y me ponen a mis dos niños delante... ¡¡¡BUÁAAAAAAAAAAAAA!!!! Qué diferentes, Anna moradita y pringosita y con el pelo oscuro, Lluc limpio y blanquito y con cuatro pelitos rubios... ¡Qué bonitos, qué bien hechos, qué preciosos! :D
Bueno, mientras a mí me acaban de limpiar y coser (sí sí, poquitos puntos pero me han hecho corte), se los llevan al pediatra para que les haga la primera revisión, los limpian y los visten. Nos veremos arriba, en la habitación.
Primero llego yo. Jordi me dice que al niño le han oído un ruidito cuando respira, que se lo mirarán un rato a ver si sigue haciéndolo... Si es así, se lo quedaran en observación quizás toda la noche :( , en una incubadora, para controlarlo de cerca. Si deja de hacer ese ruido, en un ratito lo tendré conmigo.
Y en un ratito (que a mí se me hace eterrrrrno) me los traen, ¡A LOS DOS! El ruidito ha desaparecido, todo está perfecto: puntuación apgar 9/10, los dos :)
Me dicen unas horas de nacimiento y unos pesos y unas tallas pero me hago un lío. Al final, entre Jordi que iba controlando la hora, y la cartilla del bebé, lo aclaro:
-Anna, nacida a las 23:46, con 2.580, 48cm, perímetro craneal 33.
-Lluc, nacido a las 23:49, con 2.600, 49cm, perímetro craneal 35.
Qué porquería de cartilla del bebé, se han olvidado de hacer constar que son las dos cositas más bonitas que han nacido esta noche en toooooodo el universo...:)"
jajajaja que lindo relato jajajajajaja momentos inolvidables y que suerte que hayas podido tener parto vaginal, yo siempre quise eso pero no se pudo porque mis niñas estaban sentadas.
ResponderEliminarQue lindo relato! me mate de la risa! Muy bello todo lo que contás, aunque medio feito en la parte que te separan de los bebés, si bien es un proceso "normal" en los hospitales creo que es importante que el bebé no se separe de la mamá en los primeros momentos, eso les ayuda mucho y ayuda a reducir el trauma del nacimiento (soy más de la idea del parto respetado). Pero que bueno que todo salio bien :)
ResponderEliminarVicky, me alegro de que te gustase :)
ResponderEliminarAmordemama, estamos completamente de acuerdo contigo. Desafortunadamente queda mucho camino que andar en los hospitales del mundo :(