1 de septiembre de 2010

Promil, suplemento para madres lactantes

Hace unos días, una mamá del foro preguntaba la manera de conseguir sacarse más leche para su bebé prematuro. Buscando por internet encontré este artículo que la Asociación Sina tiene en su web. Les he pedido permiso para publicarlo y aquí está, porque me parece conveniente que se difunda y no se engañe a las madres en situaciones delicadas con productos "milagrosos".
Existe en el mercado un producto llamado PROMIL (la caja con 30 sobres vale de 10 a 12 euros) que se anuncia “para el aumento de la producción láctea”. Pero no existe demostración científica del efecto sobre el aumento de la producción de leche de esta sustancia.
En una situación de lactancia bien establecida, la madre produce leche SUFICIENTE para su/s niño/s. El pecho fabricará la leche que el niño necesite (la que demande). No fabricará por tanto POCA leche. Pero, afortunadamente, tampoco va a fabricar más leche (MUCHA leche) lo cual sería leche de sobra. Esto resultaría ineficaz e incluso inconveniente para la madre, pues se le acumularía leche en el pecho, pudiéndole causar problemas.
Queremos llamar la atención sobre este producto y mostrar nuestra preocupación, pues hemos constatado que se está recomendando en las consultas de pediatras, ginecólogos y matronas, e incluso en talleres y grupos de lactancia.

Qué dicen los estudios científicos sobre PROMIL:

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Como podemos leer aquí, no existe demostración científica del efecto sobre el aumento de la producción de leche de esta sustancia. Y los estudios a los que hace referencia el producto en su prospecto y publicidad, carecen de valor:
“Dos trabajos realizados (uno con vacas y otro con mujeres), le atribuyen efecto galactogogo, pero la metodología es defectuosa en ambos casos”.
Por tanto, incluso en el caso indicado de aumentar artificialmente la producción de leche, como podría ser el caso de una relactación, habría que recurrir a otras sustancias, pues el PROMIL no ha demostrado tener este efecto.

Qué dice la publicidad de PROMIL

Podemos leer sobre él la siguiente publicidad:
Ha salido un producto al mercado para el tratamiento de la hipogalactia, o lo que es lo mismo, un déficit en la producción de leche.
La producción de leche materna es un proceso fisiológico complejo, que engloba factores físicos, emocionales y biológicos, incluyendo la interacción de varias hormonas, de las cuales la más importante es la prolactina. Las causas más frecuentes de hipogalactia son:
  1. Alimentación incorrecta o insuficiente de la madre
  2. Técnicas de amamantamiento incorrectas
  3. Estrés y/o tensión mamaria
  4. Procesos inflamatorios del pecho
Este producto, formulado a base de Silimarina, ha demostrado la capacidad de aumentar la producción de la leche materna. Sus ventajas:
  • No altera la calidad de la leche
  • Es seguro para el recién nacido
  • Es bien tolerado por la madre
  • No tiene efectos secudarios en las dosis indicadas
  • Incrementa la cantidad de leche materna
Otra publicidad:
Promil es un complemento alimenticio de disolución instantánea con agradable sabor formulado a base de extractos naturales de elevada calidad de cardo mariano (sylibum marianium), que puede ser de utilidad en situaciones con particulares condiciones físicas, climáticas y/o ambientales.

¿PROMIL perjudica la lactancia materna?

En la publicidad de PROMIL podemos leer entre “sus ventajas”:
  • No altera la calidad de la leche
  • Es seguro para el recién nacido
  • Es bien tolerado por la madre
  • No tiene efectos secudarios en las dosis indicadas
Estas “ventajas” se pueden aplicar a multitud de productos mucho más baratos, accesibles y sanos, como una manzana o caramelos de menta. Queremos destacar que los profesionales suelen alegar que este producto es “inocuo”,  como excusa para recomendarlo, añadiendo comentarios parecidos a estas “ventajas” (siendo aplicables a muchos alimentos).

Estos comentarios lo único que ponen de manifiesto es desconfianza en la lactancia materna, que viene del desconocimiento y de la presión comercial que ejercen los laboratorios.

Además, tomar estos suplementos supondría una molestia y un gasto no justificados para las madres que dan el pecho en comparación con las que eligen biberón y por tanto perjudicial para la lactancia materna. Una incomodidad que, en definitiva, sí iría en detrimento de la lactancia materna, perjudicándola. Y favorece además la inseguridad de las madres en su capacidad de amamantar y en su porpio cuerpo, fomentando la dependencia de sustancias ajenas a ellas para llevar a cabo algo tan natural como una lactancia materna bien establecida. No sería algo “inocuo”.

Cómo funciona el pecho y la producción de leche

Ya hemos comentado en anteriores ocasiones que  la cantidad o composición de la leche apenas depende de lo que coma la madre.
Sólo la desnutrición grave llega a afectar a la cantidad o calidad de la leche. Y en nuestro medio, la falta de alimento o bebida en la madre no es causa de hipogalactia (escasez de leche). Incluso en casos de desnutrición grave de la madre (situación de hambre, desastre humanitario) el niño está afectado por esa misma situación, por lo que la lactancia materna seguirá siendo la mejor opción.
La cantidad de leche que la madre produce depende de cuánto mama el bebé. El pecho es un sistema que se adapta en cada momento a las necesidades del bebé, fabricando más leche si el bebé quiere más y menos leche si el bebé quiere menos.
El pecho fabrica leche mientras el bebé la necesita y mama, y deja de fabricarla cuando deja de mamar. Y lo que hace que el pecho fabrique leche es en realidad el hecho de sacar la leche. Por tanto, cuanta más leche se saca, más leche se fabrica. El funcionamiento del pecho es similar al de una fábrica, y el encargado de la fábrica es el bebé: a más succión, más producción; a menos succión, menos producción.
Actualmente, según los organismos con autoridad en la materia el único suplemento recomendado en periodo de lactancia es el de yodo. Las necesidades de yodo durante el embarazo y la lactancia aumentan, de ahí la recomendación de un suplemento de yodo de entre 100 y 200 microgramos diarios; salvo que en la dieta de la madre se incluya diariamente pescado de mar.
No está justificado por tanto recomendar cualquier otro suplemento a las madres lactantes. La lactancia debe integrarse en la vida normal de la madre, para facilitar una lactancia materna bien establecida (por tanto feliz) para madre y bebé.

¿Cuánta leche debe producir una madre?

La que necesite el niño (o niños) en cada momento. Como hemos explicado antes, esto lo regulará la demanda y succión del niño, que estimula el pecho para producir leche.
En una situación de lactancia bien establecida, en la que se da el pecho a demanda, la madre produce leche SUFICIENTE para su/s niño/s. El concepto de SUFICIENTE es diferente de MUCHA o POCA leche, que nombra este tipo de publicidad.
El pecho fabricará la leche que el niño necesite y por tanto demande. No fabricará por tanto POCA leche. Pero afortunadamente tampoco va a fabricar más leche (MUCHA leche), lo cual sería leche de sobra. Esto sería ineficaz e incluso inconveniente para la madre, pues se le acumularía leche en el pecho, pudiéndole causar problemas.
Una de las mejores maneras de fastidiar la lactancia materna es asustar a la madre, convencerla de que dar el pecho es muy difícil y hace falta que se dé la confluencia de muchos factores (difíciles en esos momentos). Es una estrategia habitual de los fabricantes de leche artificial, cuya publicidad utiliza maneras sutiles, con un lenguaje que sugiere que dar el pecho es difícil.
Como decimos, realizar esfuerzos injustificados perjudicaría el bienestar de la madre y conducirían a empeorar su vivencia personal de la lactancia materna, así como a acortar su duración.

La lactancia materna no es una delicada flor de invernadero, sino una de las funciones más robustas de nuestro organismo. Una función vital (no para la madre, pero sí para su cría). Todos nuestros órganos pueden fallar (de algo hay que morir), pero quedarse sin leche es tan raro como tener un paro cardíaco o una insuficiencia renal.”

Un regalo para toda la vida. Carlos González, Pediatra y escritor.
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Grupo de Trabajo Comunicación y Reivindicación (SINA)

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