Siempre tuve claro que quería dar el pecho. Desde pequeña. Entre las múltiples ideas (la mayoría fantasiosas, por supuesto) que tenía debido a mi desarrollado instinto maternal, estaba ésa. Cuando nos comunicaron la noticia de que venían trillizos la idea no se esfumó, no, más bien todo lo contrario: esa noticia hizo que yo me motivara aún más para darles el pecho.
No fue fácil, y eso lo sabía. Yo por aquel entonces no estaba en foros, ni casi en internet, ¿qué hacía cuando el 90% de las personas a las que se lo había contado me decían que no iba a ser capaz?. Busqué información de lactancia en caso de gemelos y trillizos, al fin y al cabo no sería tan difícil el procedimiento en sí, lo más complicado sería que coincidieran sus horarios..Y también una enorme y probable pega: ¿qué pasaría si tenían que pasar tiempo en las incubadoras? Era lo más probable. Aunque nacieran en una semana de gestación avanzada, los pesos todavía serían bajos... y efectivamente así fue.
Mis hijos nacieron de 33 semanas de gestación. Fue cesárea, una pega más, porque la leche tardó cerca de 5 días en subirme. Hugo pesó 2 kilos, Laia 1,750 y Daniela 1,800. No fueron unos pesos malos, pero perdieron los primeros días, luego tuvieron que recuperar..y necesitaron un suplemento de biberón. Yo sabía que tarde o temprano terminarían tomándolo, o por una cosa o por otra, y yo me conformaba con una lactancia mixta..¡Eran trillizos! ¡Una lactancia mixta ya era todo un logro!. Yo empecé a sacarme leche en cuanto pude. Tengo que decir que el trato en eso fue excelente, porque me dejaban cogerles y después directa a sacarme leche, además de que les dieron mi calostro, que es oro líquido. Los niños estuvieron ingresados más de 20 días. Hugo se vino a casa con 23 días de edad, Daniela con 25 y Laia llegó con 29. Eso fue una gran ayuda. Mi madre estaba con nosotros, y como previamente había hablado con ella y con mi marido, si intentaba rendirme no me dejaban (¡Y menos mal!). Ellos han sido unos muros muy importantes en mi lactancia.
Mi madre siempre insistía en que tenía que descansar. Ella no dio el pecho, y parecía toda una experta. Siempre que podía me obligaba a dormir. Mi mayor preocupación fue si tendría suficiente cantidad de leche, seguro que eso lo pensamos todas. Pero ellos no parecían quedarse con hambre, se soltaban cuando querían. Siempre les amamanté a demanda. Había veces que me notaba los pechos muy llenos y me tenía que sacar esa leche. Por supuesto todo lo que conseguía sacarme lo usaba en los posibles biberones que les tenía que dar. Yo era una experta con el saca leches, lo había estado usando muchas semanas, y los profesionales del centro donde nacieron mis hijos me habían dado consejos (cómo por ejemplo que me sacara la leche en intervalos cortos y frecuentes, cómo si fuera un bebé).
La lactancia en casa era más complicada. Normalmente sus tomas no coincidían, pero al ser a demanda ocurrió alguna que otra vez. No recuerdo ninguna vez que pidieran los 3 a la vez, pero hubo muchas ocasiones en que dos de ellos querían mamar. Nunca conseguía ponérmelos yo sola, así que yo me colocaba a un bebé y después mi marido o mi madre me ayudaban con el otro. Además teníamos que controlar muchísimo cuando había comido cada niño, y si les habíamos dado el biberón, también cuanto.
Con el paso del tiempo las tomas se espaciaban, y a los 6 meses se fueron sustituyendo por purés y papillas. Ellos seguían mamando para desayunar, después de comer, antes de dormir..pero cada vez era más fácil. Yo ni me planteaba destetarles, me sentía muy feliz cada vez que mamaban, por no hablar sus caritas de satisfacción. Me sentía muy orgullosa de mí misma. Estaba dándoles el pecho a los tres, a mis hijos. Era increíble y maravilloso.
Cuando cumplieron 10 meses empezaron a remolonear. A veces se despertaban por las noches y buscaban el pecho, otras veces desayunaban y después me pedían teta y otras veces no los dormíamos sin ponérmelos al pecho. Hugo siempre ha sido el más enganchado. Laia y Daniela enseguida lo dejaron en una toma única: la de antes de dormir. Hugo seguía haciendo 3 tomas.
Cuando cumplieron 11 Laia y Daniela dejaron de mamar. Lo dejaron un día y luego pasados 2 ó 3 me pidió Laia, y por consiguiente ya Daniela que lo vio, pero nada, porque lo volvían a dejar. Hugo tardó 1 semana en dejarlo. No ha sido traumático para ninguno de los 3, y ha sido relativamente fácil (aunque sí que fue duro despedirme de algo tan bonito cómo es la lactancia materna) porque lo han decidido ellos, yo no he tomado partido.
Un año después puedo decir que esa ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi maternidad, e incluso en toda mi vida. Ellos han sido felices, yo he sido feliz, he cumplido mi sueño y he conseguido mantener una lactancia múltiple.
Los consejos para ello son fáciles de seguir, y me imagino que los mismos que con cualquier otra lactancia. En mi caso iba a ser necesario porque eran 3, pero si podéis contratar a alguien para que ayude en casa mejor que mejor. Yo tengo una chica que viene 2 días a la semana a limpiar (los primeros meses venía todos los días menos sábados y domingos) y es de gran ayuda. Cómo también comenté las primeras semanas mi madre estaba en casa conmigo, y ella hacía la comida, por lo que si podéis contar con un poquito de ayuda con las tareas de la casa mejor. Así en los ratos libres en los que nosotras limpiaríamos, se podrían aprovechar para descansar, que es MUY importante. Hay que descansar todo lo posible. Cada vez que ellos se duerman nosotras también, ya habrá tiempo para todo lo demás. También tenéis que comer y beber. Recuerdo que mi madre después de cada toma (incluso en plena noche) me ponía algo de comer y un vaso de leche. Sobra decir que nada de tabaco ni de alcohol, y con los medicamentos yo siempre lo consultaba con mi médico para ver si era compatible con la lactancia (También hay una web para consultarlo). De lo que opine la gente pasando. ¿Acaso porque ellos digan que nuestra leche no es suficiente y que pesan muy poco ya tenemos que creerlo? ¿Desde cuándo saben ellos más que el pediatra que me comunica mes a mes que crecen genial con mi leche? ¿Desde cuándo ellos son los que están criando a nuestros trillizos?.
Y sobretodo, contad con el apoyo de vuestras parejas y familiares. Yo convencí a mi marido y a mi madre y ellos fueron los que no me permitieron dejarlo cuando quería tirar la toalla. Hay muchos impedimentos, porque además de lo que yo he contado ocurren cosas cotidianas que también pasan en la lactancia de un solo bebé (Por ejemplo las grietas en los pechos), pero de todo se sale, y os aseguro que cuando vemos a nuestros bebés mamando es una gran satisfacción y una suficiente recompensa para todos los esfuerzos que debamos superar.
Experiencia de Bea, mamá de Daniela, Hugo y Laia.
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