16 de noviembre de 2010

Ser mamá de un alérgico

Nuestra amiga Eva desde Salamanca, nos cuenta su experiencia como madre de un precioso peque con alergia y además nos recomienda unas cuantas páginas web de interés sobre las alergias. Muchas gracias a Eva y a su hijo Juan por compartir con nosotras :)

"Cuando estás embarazada siempre piensas que lo único que quieres es que tu hijo venga bien. Cuando vino Juan era el bebé más maravilloso de este mundo y según ha ido creciendo lo sigue siendo pero cuando me preguntan si no tengo más yo digo que ha dado guerra por tres. Juan es bueno y dócil y su guerra la ha dado la alergia.

A los tres meses lo llevamos al dermatólogo por las ronchas que tenía en la piel y ya nos fue orientando sobre lo que podía pasar. “El niño tiene dermatitis atópica, ¿hay antecedentes de asma en su familia? Sí, mi abuela. Bueno pues el niño tiene un doble pliegue en la oreja que es una característica común junto con la DA (dermatitis atópica) de los niños con asma….”

A los cuatro meses y medio estaba ingresado con bronquiolitis y desde entonces hasta los cuatro años los episodios de broncoespasmos, etc se sucedían cada poco. Cuando los dos papás trabajan y no tienen de quién tirar todo se vuelve bastante complicado. Son niños con un absentismo escolar alto y las vacaciones de los padres son escasas…

Ya a los cuatro meses nos dijeron que la proteína que determinaba los niveles de alergia estaba alta que le retrasáramos la introducción de alimentación y así lo hicimos.

Y llegó el huevo. La primera vez que se lo dimos no pasó nada ya que para que una persona desarrolle alergia a un elemento primero debe estar en contacto con él.
La segunda vez ya fue otro cantar, se empezó a llenar de unas ronchas grandes y según íbamos de camino al hospital se iba adormilando como si perdiera la consciencia.

A pesar de que el pediatra de urgencias nos dijese que no tenía por qué ser el huevo el instinto maternal me dijo que no se lo diese más. En cuanto tuvo el cuerpo limpio de la medicación lo llevamos al alergólogo y por desgracia no me equivoqué.
Al principio tienes como sensación de vértigo, de no saber por donde tirar pero gracias a Dios hoy contamos con Internet y navegando, navegando encontramos un montón de información, asociaciones, etc.

Enseguida nos pusimos al día de qué podía comer y qué no y gracias a que ya la mayoría de fabricantes etiquetan sus productos con bastante precisión nos resultó bastante sencillo acomodarnos a las nuevas costumbres dentro de casa.

Un alérgico no es sólo lo que come, eso es lo más visible, sino lo que toca y su entorno. Tener dos estropajos, sartenes y cubiertos separados, batidoras… no olvidarte nunca de leer un envase y si es posible una vez comprado si lo vuelves a leer en casa pues mejor y concienciar a tu entorno de que haga lo posible por tener cuidado. No le puedes pedir a un familiar que tenga dos batidoras, por supuesto, pero si que si le hace un puré y le echa margarina que mire primero la composición. En casa de todos mis familiares directos hay una lista de todas las denominaciones del huevo. Lo normal es que siempre lleve comida de casa pero siempre hay que estar prevenido frente a algún imprevisto.

El colegio tiene copia de todos los informes del alergólogo y medicación por si surge un problema. Un error del comedor o una trastada del niño, todo puede pasar.

Cuando va a un cumple avisar a los padres del homenajeado de que el niño es alérgico y si va a un parque de bolas, por ejemplo, revisar el etiquetado de la merienda y frente a la duda que la lleve de casa. Esto mismo es válido para un día en el campo con el cole o cualquier otra actividad.

Aunque tenemos muy aceptada la situación se complica a medida que se van haciendo mayores. Cuando son pequeños siempre están bajo tu control y en la guardería también suelen estar bien vigilados pero cuando llega el cole se complica. Llega el recreo, que es libre y empieza a ver que otros niños comen cosas que él no conoce ¡y además tienen buena pinta! Cuando empiezas con los cumples es más de lo mismo, la chuches, la tartas… te pide que le hagas magdalenas y tu lo intentas con todo el cariño pero no te quedan igual, si has comido huevo, no le puedes dar un beso hasta que no te has lavado…y así montones de situaciones y lo que más pena te da es ver que, aunque lleva una vida normal, siempre hay algo que lo mantiene limitado.

Ahora estamos en otra fase. Sigue con su alergia al huevo, ya no tiene bronco espasmos tan severos pero lo hemos cambiado por las alergias ambientales y hemos añadido un poquito de pescado, anisakis y trigo. Eso sí, sigue siendo el niño más maravilloso del mundo y no lo cambiaría ni por todos los remedios del planeta.
Te quiero, Juan."

Páginas de interés:


http://aepnaa.superforos.com/



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