7 de noviembre de 2010

Cuando un gemelo es más gordo

Como padres de gemelos ya estamos acostumbrados a las comparaciones que los demás hacen sobre nuestros gemelos. Sabes de lo que estoy hablando. "¿Cuál de los dos es más bueno?" o "¿Quién es el más movido? O mi favorito: "¿cual de los dos es más listo?." A lo largo de los años he aprendido a ignorar a estos entrometidos bienintencionados que creen que simplemente están haciendo una broma. Pero hay una comparación que, como padres, no podemos ignorar: ¿qué pasa si uno de los gemelos es mucho más gordo que el otro?

La obesidad infantil es una epidemia nacional donde casi uno de cada tres niños estadounidenses tienen sobrepeso u obesidad. Esto tiene tantas implicaciones graves para la salud a largo plazo, incluidos un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, que la primera dama Michelle Obama ha puesto en marcha "Vamos a movernos", una iniciativa nacional para ayudar a combatir el problema.

"Con el lanzamiento de la campaña de la Primera Dama, tenemos la oportunidad de cambiar nuestro enfoque: de lo que está mal a lo que realmente necesitamos", dice la Dra. Michelle May, un médico de familia y autor de "Come lo que te gusta, ama lo que come : Cómo romper su ciclo de Comer-Arrepentirse". "Y eso es hacer frente a la relación enfermiza que la mayoría de los niños tienen con los alimentos, tengan sobrepeso o no." La Dra. May cree que los niños pequeños sintonizan naturalmente con su hambre personal y sus señales de estar llenos, pero con el cariño que en los Estados Unidos se tiene a las porciones grandes de comida y la petición de los padres para que se lo coman todo, los niños rápidamente pierden contacto con sus señales internas. Muchos cogen demasiado peso por ello. Para los padres de múltiples, sin embargo, ayudar a un gemelo con sobrepeso a conseguir rápidamente un estilo de vida saludable puede ser doblemente difícil, ¿cómo ayudar a su gemelo a bajar de peso sin que afecte a su relación con su hermano gemelo más delgado?

Para Deb Greenway de Van Nuys, California, una diferencia de siete kilos entre sus dos hijas de trece años supuso una enorme presión en su relación como gemelas. "Lizzy necesitaba adoptar mejores hábitos alimenticios y hacer más ejercicio", dice Greenway. "Pero creo que ella sentía que no podía competir con su gemela Suzanne, que era más delgada y muy deportista, por lo que se dio por vencida." Como resultado, las niñas crecieron distantes con la autoestima de Lizzy por los suelos en el proceso. Sólo recientemente, dice Greenway las chicas poco a poco han vuelto a conectar. "Mi esposo y yo hemos hecho un gran esfuerzo para que todos saliéramos juntos a la calle. Hacemos un montón de senderismo y bicicleta en familia los fines de semana". Con el aumento de ejercicio y una mejor elección de alimentos en la cena, Lizzy está perdiendo peso y se siente mejor consigo misma y con su relación con su hermana gemela. "El otro día estaba tiradas en el sofá, juntas, riéndose. Hacía tiempo que no veía una cosa así".

LA FAMILIA TIENE UN PAPEL EN LA GANANCIA DE PESO

Aunque los gemelos nacen el mismo día y se crían juntos, a menudo reciben mensajes diferentes de sus padres cuando se trata de comida. La dinámica familiar y las experiencias de la primera infancia con la comida y la imagen del propio cuerpo dan forma a nuestra futura relación con lo que está sobre la mesa. "Incluso los gemelos pueden recibir diferentes mensajes verbales y no verbales del mismo padre", dice la Dra. Marilyn Ann Migliore, de la Universidad de Michigan, Psicoterapeuta, experta en obesidad, y autora de, "Dentro del Hambre: Un viaje de doce semanas desde comer compulsivamente hasta la recuperación". "Si uno de los gemelos es visto como gordo y lo percibe por tener la comida más controlada o restringida que el otro gemelo, este gemelo pueden comenzar a sentirse resentido o sentir que se le "hace de menos", y podrá retraerse o rebelarse". Por otra parte, algunos empiezan a anhelar y a comer comida que se considera "fuera de límites." Este patrón o "guión de vida", dice Migliore, puede continuar hasta la edad adulta.

"Lo ideal sería que las familias no traten a sus gemelos de manera diferente porque todos en la familia se benefician si existe una alimentación saludable y actividad física", añade la Dra. May. "Por otra parte, comparar a los gemelos, restringir los alimentos, obligar a hacer ejercicio, o avergonzar a un gemelo con sobrepeso será contraproducente y puede dejar cicatrices emocionales duraderas".

CUANDO ELOGIAR TIENE CONSECUENCIAS INESPERADAS.

Cada gemelo es único, tanto física como emocionalmente. Como resultado, educamos a cada gemelo forma diferente dependiendo de su temperamento. Y cuando se trata de comida, a veces nos centramos demasiado en la elección de alimentos de cada gemelo o en la forma de comer. "Los padres pueden alentar o recompensar a un mal comedor. Irónicamente esto puede conducir a que se resista aún más o, eventualmente, a comer en exceso para complacer a los padres, "dice la Dra. May. "Por otra parte, un gemelo que disfruta de los alimentos y tiene un apetito mayor puede escuchar y absorber pasivamente estos mensajes de los padres y comenzar a comer más."

Es un dilema que la mamá Delia Bechert conoce de primera mano."Cuando mis hijas de siete años, Abby y Ally, tenían cinco años eran muy delgadas", recuerda. "Abby era de buen comer y se preocupaba por complacer a la gente. Ally, por el contrario, era mala comedora, más desafiante y no se preocupaba tanto por complacer a la gente. "En el momento de la cena, cuando Ally puso mala cara a lo que había en el plato, esta madre de Carmel, Indiana hizo lo que cualquier padre hace, se centró en Abby. "Queríamos elogiar a Abby por comer toda su comida", dice Bechert. Debido a que gozaba de atención positiva, Abby seguía hasta limpiar su plato en cada comida y muchas veces le pedía a su madre para limpiar el otro. Finalmente Bechert se dio cuenta de que Abby estaba cogiendo peso más deprisa de lo que consideraba apropiado y comenzó a repensar los mensajes que enviaba a su hija acerca de los alimentos. "Empezamos a enseñarle a dejar que su estómago "hablara" antes de que preguntara cuánto había tardado" dice Bechert. Recientemente la ganancia de peso de Abby se ha ralentizado. Bechert también tiene cuidado de no comparar el peso de su gemelas ni de impedir que Abby tome postre. "No le doy algo rico a Ally sin dárselo también a Abby", dice. "Sólo me aseguro de que lo coman con moderación."

HACER DE COMER SANO UN ASUNTO FAMILIAR

Las familias deben trabajar juntas para crear un estilo de vida saludable. Cuando se trata de la cena, por ejemplo, deja que tus gemelos tenga voz en la planificación del menú semanal, compras, e incluso la preparación de comidas. Mete a los niños en la cocina contigo y cocinad juntos. "Esta es una gran oportunidad para enseñarles acerca de la nutrición", dice la Dra. May. "Y están más dispuestos a probar los nuevos alimentos que se utilizan." Haz de la hora de la comida una experiencia agradable, donde los miembros de la familia se reúnan y compartan los sucesos del día, no un campo de batalla donde los alimentos se convierten en el enemigo. Por otra parte, hay que evitar normas estrictas sobre la comida tales como insistir en que se lo coman todo para poder comer postre y evitar etiquetar la comida como buena o mala, o utilizarla para premiar o incluso castigar incluso a los hijos. Esto, dicen los expertos, podría conducir a comer de forma desordenada. En su lugar, hay que predicar con el ejemplo con modos de alimentación saludable y proporcionar a sus hijos una variedad de buena comida entre la que elegir.

"Nosotros no usamos las palabras "gordo" o "pesado"en nuestra casa", dice Elena Gaither. Esta madre de dos gemelos de Stockton, California, elige sus palabras con mucho cuidado desde que supo hace aproximadamente un año que su hija Bella era considerada obesa según su índice de masa corporal (IMC). "En la revisión de los cuatro años me sorprendió saber que pesaba 45 kilos", dice Gaither. "Y resultó que tenía el colesterol alto. A los cuatro años su nivel ya era 233, superior a la mayoría de los adultos".

Gaither no quería que su hija sintiera que estaba haciendo diferencias entre hermanas por lo que las alentó a ambas a comer más sano. "He comprado toneladas de manzanas y les animo a comer por lo menos una al día", dice. "También empecé a cocinar menos carne roja y más pollo y pescado." Pero lo que realmente funcionó, dice, fue aumentar su nivel de actividad. Matriculó a Bella y a Cole en fútbol y gimnasia. "Les apunté a un gimnasio para niños con una cama elástica. Íbamos dos o tres veces a la semana y quemábamos bastante energía".

Recientemente Bella ha pegado un estirón y Gaither se ha dado cuenta de que está adelgazando. "Hace poco se ha hecho análisis y tiene la glucosa y el colesterol normalizados", dice Gaither, "pero es definitivamente algo que tenemos que tener bajo vigilancia".

EMPIEZA HOY

Hacer pequeños cambios sutiles en la dieta familiar (olvidarse de las bebidas con gas y la comida preparada es un buen comienzo), así como conseguir que todos se levanten del sofá y pasen un tiempo al aire libre será una gran diferencia.

Recuerde que debe predicar con el ejemplo, porque al final, todos los niños buscan en sus padres orientación y ayuda. "Enseñar y dar mensajes del modelo a seguir para aprender a comer para vivir", agrega el Dr. Migliore, "no vivir para comer".

Y eso es un buen consejo para todas las familias.
Publicado en Twins Magazine. Artículo de Christina Baglivi Tinglov.
Traducido por Marisol

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