Muchos padres me escriben sobre el desarrollo del lenguaje de su hijo. ¿Habla bien? ¿No debería saber pronunciar mejor? O: de repente tartamudea ¿debo llevarle a un logopeda? En este artículo explicaré cuándo hay que preocuparse y cuándo no.
El desarrollo del habla ya empieza en el útero cuando en torno a los seis meses el feto empieza a oír la voz materna. No solo la oye, sino también la memoriza. Cuando nace, la voz de su mamá ya le resulta familiar y se calma al oírla. También va escuchando otras voces, como la de papá y más sonidos. Por ello a los 2 meses aparecen los primeros gorjeos, sonidos parecidos al ‘co co’ y ‘go go’. El bebé los produce dejando escapar aire desde entre de sus labios. Ya da el primer paso para aprender a hablar. A esta edad los bebés en todo el mundo producen los mismos sonidos, pero a los 4 meses ya empiezan a ser selectivos: sólo reproducen los sonidos que oyen en su entorno. Y a partir de allí un bebé chino no balbucea del mismo modo que un bebé español. El bebé se entusiasma cuando vosotros imitáis sus sonidos y se esforzará más en producirlos. A los 5 meses aparecen los balbuceos, una sucesión de vocales y consonantes; para ello el bebé utiliza la lengua y los labios. Con ello el bebé entrena la motricidad necesaria para el lenguaje y por ello es una fase importante. También un bebé sordo balbucea, pero como no oye ni a sí mismo ni a sus papás, deja de hacerlo al cabo de unos meses (por ello hay que llevarle a un otorrino en cuanto un bebé deja de balbucear o no produce ningún sonido). En torno a los 7 meses el bebé empieza a utilizar gestos para expresarse, como estirar sus brazos para ser cogido. A los 8 meses hace sonidos como ba…ba, ma…ma, pa….pa. Como las últimas sílabas son más corrientes en nuestro idioma, lo más probable es que diga antes ‘papá’ que mamá. ¡Pero esto no dice nada sobre su vínculo con la mamá! Con 12 meses ya señala algo que quiere tener y es ahora cuando aparece la primera palabra, normalmente relacionada con las personas queridas (papá, mamá, yaya) u objetos o cosas de la vida cotidiana (pan, bibe, gato, chupete, etc.).
Como veis, cuando surge la primera palabra, el niño ya ha estado sumergido en un baño de lenguaje durante todo un año, lo cual es la condición necesaria para el desarrollo correcto del lenguaje. Por este motivo los niños que crecen en orfanatos, que son dejados a su suerte con muy poco contacto con los cuidadores, sufren un retraso irrecuperable en su desarrollo lingüístico. Y los niños salvajes (los que son criados por animales en sus primeros años de vida) nunca recuperan el lenguaje humano.
No todos los niños empiezan a decir su primera palabra a los 12 meses. La variación es grande, pero lo más frecuente es que aparezca entre los 12 y 18 meses. Y a continuación le siguen muchas más, a veces en un tiempo vertiginoso.
Al segundo cumpleaños el niño ya tiene un vocabulario de 50 a 200 palabras. Ahora el niño utiliza el nombre para referirse a una categoría; por ejemplo ‘papá’ para todos los hombres, ‘coche’ para todos los vehículos. Más adelante aprenderá a distinguir las diferencias entre una categoría (papá, abuelo, etc.). También utiliza la palabra como frase: ‘agua’ quiere decir ‘quiero agua’ o ‘mira….allí hay agua’. Utiliza un estilo telegráfico.
A los 2 años aparecen ya las frases de dos palabras. Por ejemplo ‘yo coche’ lo cual puede significar: ‘quiero ir en coche’ o ‘he visto un coche’. Algunas combinaciones de letras y consonantes, como las s, z, r, y f son difíciles a esta edad, lo cual es normal. Le encanta nombrar y poner etiquetas a las cosas, como a las partes del cuerpo, a los coches, animales, etc. O mirar libros con imágenes de lo cotidiano. Su frase favorita es: ¿Qué eso? El niño que con 2 años ya habla extraordinariamente bien, formula frases y tiene un gran vocabulario, suele ser un niño inteligente o superdotado.
A los 3 años formula frases de 3 a 5 palabras. Sabe ya tantas palabras de oído (‘lenguaje pasivo’) que al hablar se encalla (‘lenguaje activo’). Quiere ir más deprisa de lo que puede y a causa de ello tartamudea. Es un problema pasajero sin importancia. Habladle tranquilamente (lo imitará), dadle tiempo y no terminéis las frases por él. Es posible que se sienta a veces tan frustrado que tenga una rabieta. Pero éstas desaparecen en cuanto supera el problema del lenguaje. La pronunciación de muchas palabras no suele ser todavía perfecta: los sonidos p, b, m, f y g suelen ser difíciles y es frecuente que el niño sustituya unos consonantes por otros (agüela por abuela, abuja por aguja), algo que se soluciona con el tiempo.
A los cuatro años articula frases de más de 5 vocablos. La estructura de las frases y el uso de la gramática son más precisos, utilizando ya el pasado, presente y futuro. Utiliza bien las terminaciones de los verbos en presente (yo ando, tú andas). Aprende a pronunciar los sonidos más difíciles como la l, r, s, t, ch, g y j, pero no es raro que hasta los 6 a 7 años no los domine bien. Lógicamente dice a veces mal las conjugaciones, como ‘no cabo’. Es suficiente repetirle la frase de forma correcta. ‘Si, cariño, es verdad, no quepas’. Todavía es posible que vuestro hijo tartamudee al querer hablar a prisa. También puede ser ocasionado por un problema emocional. Si el niño empieza a tartamudear durante un cambio familiar (un divorcio, un nuevo bebé), la causa es emocional. Ayudadle a sobrellevar la situación y prestadle por un tiempo atención extra. Cuando el problema no remite, conviene acudir a un psicólogo infantil.
A los 5 años el niño pronuncia frases en su orden habitual con más de 6 vocablos. Demuestra tener una lógica interna en el lenguaje, utilizando estructuras gramaticales básicas, como plurales, conjunciones y tiempos verbales. Ya sabe contar una historia corta sin perder el hilo conductor. Algunos fonemas como la r, p, ll y, z, x y j pueden resultarle difíciles, lo cual hasta los 6 a 7 años es normal. Si observáis dificultades en la pronunciación (se come letras, confunde consonantes, sesea o cecea y es difícil para personas fuera de la familia entenderle) no dudéis en buscar ayuda. Los problemas del lenguaje pueden acarrear dificultades en la escritura y lectura y por lo tanto deben ser tratados antes de que el niño inicie la etapa de Primaria.
A los 6 y 7 años el lenguaje ya está adquirido, tanto a nivel comprensivo como expresivo. Ahora es capaz de relatar acontecimientos cotidianos y sucesos de una manera organizada y utilizando diferentes tipos de frases, en cuanto a longitud y entonación, con una estructura correcta y sin errores de pronunciación.
RESUMEN DE LOS HITOS MÁS IMPORTANTES A CADA EDAD
1 A 2 MESES:
Empieza el gorgojeo.
Consejo: imitadle y habladle mucho, por ejemplo contándole lo que estáis haciendo durante el baño, el cambio de pañal, etc.
5 A 6 MESES:
Comienza el balbuceo con la cadencia (los ritmos, las inflexiones) de la lengua materna.
Consejo: si el gorgojeo o el parloteo desaparecen, hay que hacerle una revisión de audición.
8 A 12 MESES:
El niño empieza a entender ciertas frases como por ejemplo ¿dónde está mamá? (empieza a buscarla con la mirada) y empieza a decir su primera palabra.
Consejo: si no responde al lenguaje u otros sonidos, raramente balbucea y no parece entender una instrucción verbal, hay que consultar un otorrino.
Si aún no articula palabra, pero parece entenderte, no hay que preocuparse. Hay gran variación en el momento de la primera palabra.
12 A 18 MESES:
Ya aparecen las primeras (o siguientes) palabras con un total de 25, de las que pronuncia unas 8 bien. También entiende órdenes sencillas como ‘traeme tu biberón’.
Consejo: Ni no responde a su nombre ni a llamadas, hay que revisar su audición.
Si aún no habla, pero entiende, lo más frecuente es que esté ocupado en aprender otra habilidad, como la de andar.
18 A 24 MESES:
Aparecen las palabras-frase: con una sola palabra ya dice toda una frase (¡bibe! cuando quiere leche). Ahora su vocabulario se amplia de unas 50 a 200 palabras, entendibles para vosotros.
Consejo: si todavía habla poco, pero entiende bien lo que le decís, cada día un poco más y si responde a órdenes sencillas, no hay motivo para alarmarse. Pero sí conviene leerle mucho y nombrarle objetos.
2 AÑOS:
Ahora el niño amplía mucho su vocabulario (de 200 a 250 palabras) y dice sus primeras frases de 2 palabras. También empieza a decir ‘yo’.
Consejo: si cada vez habla menos y pierde vocabulario, debéis acudir a un psicólogo infantil para descartar el trastorno del aspectro autismo.
3 AÑOS:
El niño ya dice frases cortas uniendo 3 a 5 palabras y es capaz de comunicar un mensaje sencillo. También utiliza el tiempo del pasado. Está en la fase del ¿Por qué? Y esto hace aumentar su vocabulario de 250 hasta 1000 palabras. Ahora puede darse un tartamudeo en su afán por hablar deprisa, es algo normal y pasajero.
Consejo: Si utiliza menos de 20 palabras, no aumenta su vocabulario y no une 2 o más palabras, hay que buscar ayuda. Y cuando el tartamudeo perdura más de medio año, también hay que acudir a un especialista, bien un psicólogo infantil o un logopeda. Omitir letras y dificultad para pronunciar aún es normal a esta edad.
4 AÑOS:
El niño ya forma frases bien conyugadas de más de 5 palabras y utiliza el pasado, presente y futuro. Tiene un vocabulario de 1500 palabras o más y es entendido por su entorno en un 90%.
Consejo: si su vocabulario es pobre, el niño pronuncia mal y se hace entender aún con gestos y mímica, hay que acudir a un especialista (psicólogo, logopeda u otorrino).
5 AÑOS:
El niño forma frases en el orden correcto con 6 ó más palabras y tiene un vocabulario de 2500 o más palabras. Entiende conceptos como encima, detrás, debajo, etc.
Consejo: si habla con una dicción peculiar o es difícil de entender, debéis llevarlo a un otorrino (puede haber un cierto grado de sordera).
¿PUEDE APRENDER DOS IDIOMAS A LA VEZ?
Hoy en día es cada vez más frecuente que un niño crezca en un ambiente bilingüe (muy estimulante para el cerebro). Por ejemplo cada padre habla un idioma distinto o bien en casa se habla un idioma y fuera de ella, otro. Es importante que el niño pueda oír los dos idiomas por separado y no juntos en una conversación. Así aprende desde pequeña a mantener separados ambos lenguajes. Por ejemplo el papá le habla –siempre- en inglés y la mamá lo hace en castellano (o en casa se habla valenciano y fuera de ella el castellano). Al principio el niño confundirá los sistemas y los mezclará, pero a los 4 ó 5 años sabe exactamente qué palabras pertenecen a cada idioma y con qué personas utilizarlas. Solo tardará algo más en hablar que otro niño, ya que debe procesar dos sistemas diferentes.
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Para más información, lee también el artículo de la revista Crecer feliz, el número de mayo 2008, con el título: ¿Habla bien por su edad?
Fuente: http://www.coksfeenstra.info
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