El escuchar a los niños correr, reír y gritar en el parque es algo que a todos nos agrada y llena de alegría porque demuestran que son felices y lo manifiestan de esa manera, pero que ocurre cuando esto misma forma de comunicarse se repite en casa, en ese espacio donde buscamos calma para descansar y relajarnos de las largas jornadas de trabajo, entonces ya no nos parece tan agradable ¿verdad?
Es normal que esto suceda si hablamos de niños menores de 2 años ya que a esta edad aún no son capaces de comunicar sus deseos y necesidades haciendo uso de la palabra de forma clara, pero pasada esta etapa debe ir dándose cuenta que puede conseguir las cosas sin necesidad de gritar o llorar, para entonces ya será capaz de usar algunas palabras o sonidos para llamar a las cosas.
A los dos años, los niños pasan por una fase en la que quieren llamar la atención y como han descubierto que gritando o llorando pueden conseguir lo que quieren, pues es natural que sigan usando estas formas después del año. Sin embargo, el niño no ha descubierto esa estrategia porque sea así como debe de ser sino porque los padres o personas a su cuidado han hecho que sea de esa manera.
Los niños actúan de acuerdo a nuestras reacciones, por lo tanto, si cada vez que lloran o gritan les damos lo que quieren pues tenga por seguro que seguirá haciéndolo, pero si en vez de ello les decimos que así no les entendemos y esperamos a que se calmen o bajen el tono de la voz para que nos lo pidan, ellos sabrán que sólo así le tomarán atención y no será necesario que grite.
Ahora, los niños también aprenden por imitación, entonces tenemos que si en casa todos hablan con tonos de voz elevados no será novedad que el niño también lo haga porque para él será algo normal, pero si por el contrario tratamos de usar un tono de voz suave sobretodo nos encontramos frente a ellos, seremos mejores modelos y los niños repetirán esta conducta.
También es importante, cuando se observa que esta conducta continúa en los niños, realizarles una evaluación auditiva (audiometría) ya que puede deberse a que sus niveles de audición están bajos, como ellos no se escuchan piensan que los demás tampoco los escuchan y levantan el tono de la voz. Cuanto antes este problema sea detectado será más sencillo tratarlo.
Acciones a tener en cuenta:
Juvitza Panez Salazar
Especialista en Evaluación y Tratamiento de los Problemas de Lenguaje
Es normal que esto suceda si hablamos de niños menores de 2 años ya que a esta edad aún no son capaces de comunicar sus deseos y necesidades haciendo uso de la palabra de forma clara, pero pasada esta etapa debe ir dándose cuenta que puede conseguir las cosas sin necesidad de gritar o llorar, para entonces ya será capaz de usar algunas palabras o sonidos para llamar a las cosas.
A los dos años, los niños pasan por una fase en la que quieren llamar la atención y como han descubierto que gritando o llorando pueden conseguir lo que quieren, pues es natural que sigan usando estas formas después del año. Sin embargo, el niño no ha descubierto esa estrategia porque sea así como debe de ser sino porque los padres o personas a su cuidado han hecho que sea de esa manera.
Los niños actúan de acuerdo a nuestras reacciones, por lo tanto, si cada vez que lloran o gritan les damos lo que quieren pues tenga por seguro que seguirá haciéndolo, pero si en vez de ello les decimos que así no les entendemos y esperamos a que se calmen o bajen el tono de la voz para que nos lo pidan, ellos sabrán que sólo así le tomarán atención y no será necesario que grite.
Ahora, los niños también aprenden por imitación, entonces tenemos que si en casa todos hablan con tonos de voz elevados no será novedad que el niño también lo haga porque para él será algo normal, pero si por el contrario tratamos de usar un tono de voz suave sobretodo nos encontramos frente a ellos, seremos mejores modelos y los niños repetirán esta conducta.
También es importante, cuando se observa que esta conducta continúa en los niños, realizarles una evaluación auditiva (audiometría) ya que puede deberse a que sus niveles de audición están bajos, como ellos no se escuchan piensan que los demás tampoco los escuchan y levantan el tono de la voz. Cuanto antes este problema sea detectado será más sencillo tratarlo.
Acciones a tener en cuenta:
- Aunque el niño grite, tú no debes hacerlo.
- Mantener un tono de voz suave, esto le servirá de modelo a imitar.
- Evitar hablarles a cada rato del tema, esto sólo logrará reforzar la conducta y continuará haciéndolo.
- Dar forma a sus gritos diciéndole lo que debe decir, ejemplo: “di dame”.
- Cuando grite no molestarse, de esa forma no se logra nada.
- Decirle que cuando grita no le entiende y estar atentos para cuando cambia su tono de voz para escucharlo.
- Evitar decirle cosas como “eres un gritón”, “estoy harto de tus gritos”, etc.
Juvitza Panez Salazar
Especialista en Evaluación y Tratamiento de los Problemas de Lenguaje
No hay comentarios:
Publicar un comentario