CLASES DISTINTAS ¿O NO?
Seguro que te preguntarás si tus gemelos, mellizos o trillizos deben ir a clases separadas o no. Vamos a ver en qué factores hay que pensar para tomar una decisión acertada.
Empezar juntos.
Cuando tus hijos todavía son pequeños y empiezan la guardería, es mejor que vayan juntos. A los dos años aún no conocen muy bien el concepto del ‘yo y del ‘otro'; se sienten una unidad con el hermano y no pocas veces dicen el nombre de los dos, cuando se les llama por su nombre. Además, separarles a una edad tan temprana, dificultaría la adaptación a la nueva situación; separarse de la madre ya es suficiente reto como para también separarles del hermano gemelo. Al empezar juntos, se apoyan mutuamente el uno en el otro, lo cual es toda una ventaja.
A partir de los 3 ó 4 años.
Ahora la situación es distinta: a esta edad los niños saben quién es cada uno y ya no se equivocan con su nombre. Tienen el concepto del ‘yo' bien establecido.
Si se llevan bien, no hay motivos para separarles. No obstante, si uno es muy dominante y arrastra al otro, puede ser una ventaja separarles.
Así cada uno puede desarrollar su propia fuerza y ser sí mismo. En caso de mellizos (tanto en parejas de niña-niño como en las del mismo sexo) lo he aconsejado algunas veces. Siempre fueron casos en los que uno llevaba la batuta sobre el otro y se daban muchas peleas y rivalidad entre ellos. Hasta ahora no lo he aconsejado nunca en caso de gemelos (de esta edad). Como bien es sabido, los mellizos (también llamados bivitelinos) son fruto de dos óvulos distintos y los niños se parecen en un 50% del material genético. Son, en realidad, como dos hermanos, pero nacidos en el mismo parto. Los gemelos son fruto de un óvulo, que tras su fecundación se dividió en dos partes.
Son genéticamente iguales y los niños se parecen mucho. Entre los gemelos existe una relación muy íntima. Por lo tanto separarles a una edad tan temprana en general les cuesta y les causa tanto dolor que es mejor esperar. En otras palabras, conviene hacer una distinción entre el tipo de gemelos sobre los que estamos hablando.
Muchos colegios últimamente mantienen una sola norma: ¡separar a los gemelos! No hacen ninguna distinción entre mellizos y gemelos y no valoran la relación que existe entre los niños. No estoy a favor de una norma dogmática y rígida. ¡Es necesario valorar la relación que existe entre los niños y a base de ella optar por una u otra elección!
Si tú te encuentras en tal situación, explica al colegio tu punto de vista o llévales material (artículos, libros) para que se informen sobre el mundo de los gemelos. Hay que tener en cuenta que muchos profesores no disponen de conocimientos profundos sobre el mundo de los niños que nacen en el mismo parto.
Si tienes trillizos, la situación suele ser más complicada. Muchas veces sólo existen dos clases. No obstante, en este caso puedes optar por poner a uno de tus trillizos en una clase y los otros dos juntos. Esto es conveniente, cuando uno de los hijos domina a los otros dos y hay mucha rivalidad entre ellos. Una madre de mi grupo de estudio lo hizo así y le funcionó bien. La relación entre sus trillizos mejoró. No obstante, lo más frecuente es que los niños vayan juntos. Pero si hay tres grupos, puedes optar por poner a cada uno en una clase distinta.
A partir de 6 años.
Ahora conviene valorar la situación de nuevo. Quizás tus hijos han ido juntos hasta ahora, pero en este momento sopesas la posibilidad de separarlos. Los razones suelen ser los siguientes: uno domina al otro, uno se responsabiliza para los dos, uno lo cuenta todo en casa y el otro no puede añadir nada suyo, uno critica continuamente al otro o son muy dependientes el uno del otro.
La separación puede ser costosa (sobre todo en los idénticos) y por lo tanto conviene prepararles ante este cambio. Ponles al tanto con antelación y explícales que no es un castigo, sino una ayuda para que el día de mañana cada uno sepa desenvolverse sin el otro.
Procura que conozcan el aula del hermano y permíteles que se lleven algún objeto del otro al colegio (un juguete, una mascota). Pide también a sus respectivos profesores que les echen una mano y se muestren comprensivos (conozco a una maestra que permitía que dos niñas idénticas pudieran verse entre horas durante el primer medio año tras la separación).
Puede que tú prefieras que tus hijos vayan separados, pero que emocionalmente no estén preparados para ello, ya que dependen mucho el uno del otro. En esta caso conviene hacer un plan, junto con la maestra: ella les pone en grupos de trabajo distintos y tú en casa creas momentos en los que estén separados; por ejemplo, uno se va a jugar a casa de un amigo, mientras otro está en casa, o uno se va un fin de semana a casa de los abuelos sin el otro, etc. Así aprenden a estar el uno sin el otro, antes de llevar a cabo la separación de clases, por lo que ésta, cuando ocurra, les resulte menos difícil. Y si tus hijos ya iban separados en los años anteriores, normalmente esta situación continúa así.
Sea cuál sea tu caso, te aconsejo que cada año de nuevo sopeses la situación escolar de tus hijos. Esto es necesario, mucho más que en el caso de hijos de diferentes edades. Los niños cambian y lo que parecía una decisión acertada, puede no serlo en otro año; por ejemplo, los niños iban juntos, pero de repente hay muchos roces entre ellos. O quizás uno resulte ser más inteligente, lo cual causa celos en el otro; uno es muy sociable y el otro no logra entablar amistades, o uno sólo tiene amigos en la otra clase, etc. etc. Todos pueden ser motivos para separarles en el curso próximo.
A modo de conclusión.
No existe una regla general que sirva para todos los gemelos, mellizos o más. Tampoco existen estudios que confirmen que la separación de gemelos en sí conduzca a una mayor individualidad. Conozco a unos gemelos que compartieron durante toda su vida escolar el pupitre e incluso los libros por falta de recursos económicos. A, ahora a sus 36 años, llevan una vida satisfactoria e independiente del hermano gemelo. Y también conozco a otros, que se molestaban tanto que los padres mandaron a cada uno a un colegio distinto. En dos mundos aparte, donde nadie les trataba como gemelos, pudieron, por fin, desenvolverse con éxito. Son dos extremos que demuestran la importancia de valorar la situación de cada pareja de gemelos individualmente.
Consejos para cuando los gemelos compartan el aula:
· Cuando tienes un cita con la maestra, procura hablar de cada hijo por separado durante el tiempo que corresponda a cada niño.
· Controla si el maestro/ maestra es capaz de tratarlos como dos individuos y no como una unidad. Es importante que el profesor tenga una relación individual con cada hijo. Si son idénticos, dale pistas sobre cómo distinguirlos (una peca, una cicatriz) o vístales con un distintivo, como lazos en el pelo de distinto color, etc. Sólo así puede haber una relación satisfactoria entre profesor y alumno. A los gemelos les gusta que les conozcan por su nombre y que no les confundan.
· No compares los trabajos de tus hijos y menos delante de ellos. Esto aumenta la rivalidad. Es mejor destacar los puntos fuertes de cada uno (‘sí, tú pintas muy bien y tú sabes sumar de maravilla').
· Pide al profesor que, en caso de trabajo en grupos, no les ponga juntos. Así aprenden a valerse por sí mismos.
· Explícale también las características de cada hijo: a veces el profesor no conoce las experiencias que viven los gemelos ni está al tanto de este mundo único. Tu información sobre tus hijos (sus dependencias, sus peleas, sus rivalidades y su compañerismo) es importante para él.
Coks Feenstra. Psicóloga Infantil.
Seguro que te preguntarás si tus gemelos, mellizos o trillizos deben ir a clases separadas o no. Vamos a ver en qué factores hay que pensar para tomar una decisión acertada.
Empezar juntos.
Cuando tus hijos todavía son pequeños y empiezan la guardería, es mejor que vayan juntos. A los dos años aún no conocen muy bien el concepto del ‘yo y del ‘otro'; se sienten una unidad con el hermano y no pocas veces dicen el nombre de los dos, cuando se les llama por su nombre. Además, separarles a una edad tan temprana, dificultaría la adaptación a la nueva situación; separarse de la madre ya es suficiente reto como para también separarles del hermano gemelo. Al empezar juntos, se apoyan mutuamente el uno en el otro, lo cual es toda una ventaja.
A partir de los 3 ó 4 años.
Ahora la situación es distinta: a esta edad los niños saben quién es cada uno y ya no se equivocan con su nombre. Tienen el concepto del ‘yo' bien establecido.
Si se llevan bien, no hay motivos para separarles. No obstante, si uno es muy dominante y arrastra al otro, puede ser una ventaja separarles.
Así cada uno puede desarrollar su propia fuerza y ser sí mismo. En caso de mellizos (tanto en parejas de niña-niño como en las del mismo sexo) lo he aconsejado algunas veces. Siempre fueron casos en los que uno llevaba la batuta sobre el otro y se daban muchas peleas y rivalidad entre ellos. Hasta ahora no lo he aconsejado nunca en caso de gemelos (de esta edad). Como bien es sabido, los mellizos (también llamados bivitelinos) son fruto de dos óvulos distintos y los niños se parecen en un 50% del material genético. Son, en realidad, como dos hermanos, pero nacidos en el mismo parto. Los gemelos son fruto de un óvulo, que tras su fecundación se dividió en dos partes.
Son genéticamente iguales y los niños se parecen mucho. Entre los gemelos existe una relación muy íntima. Por lo tanto separarles a una edad tan temprana en general les cuesta y les causa tanto dolor que es mejor esperar. En otras palabras, conviene hacer una distinción entre el tipo de gemelos sobre los que estamos hablando.
Muchos colegios últimamente mantienen una sola norma: ¡separar a los gemelos! No hacen ninguna distinción entre mellizos y gemelos y no valoran la relación que existe entre los niños. No estoy a favor de una norma dogmática y rígida. ¡Es necesario valorar la relación que existe entre los niños y a base de ella optar por una u otra elección!
Si tú te encuentras en tal situación, explica al colegio tu punto de vista o llévales material (artículos, libros) para que se informen sobre el mundo de los gemelos. Hay que tener en cuenta que muchos profesores no disponen de conocimientos profundos sobre el mundo de los niños que nacen en el mismo parto.
Si tienes trillizos, la situación suele ser más complicada. Muchas veces sólo existen dos clases. No obstante, en este caso puedes optar por poner a uno de tus trillizos en una clase y los otros dos juntos. Esto es conveniente, cuando uno de los hijos domina a los otros dos y hay mucha rivalidad entre ellos. Una madre de mi grupo de estudio lo hizo así y le funcionó bien. La relación entre sus trillizos mejoró. No obstante, lo más frecuente es que los niños vayan juntos. Pero si hay tres grupos, puedes optar por poner a cada uno en una clase distinta.
A partir de 6 años.
Ahora conviene valorar la situación de nuevo. Quizás tus hijos han ido juntos hasta ahora, pero en este momento sopesas la posibilidad de separarlos. Los razones suelen ser los siguientes: uno domina al otro, uno se responsabiliza para los dos, uno lo cuenta todo en casa y el otro no puede añadir nada suyo, uno critica continuamente al otro o son muy dependientes el uno del otro.
La separación puede ser costosa (sobre todo en los idénticos) y por lo tanto conviene prepararles ante este cambio. Ponles al tanto con antelación y explícales que no es un castigo, sino una ayuda para que el día de mañana cada uno sepa desenvolverse sin el otro.
Procura que conozcan el aula del hermano y permíteles que se lleven algún objeto del otro al colegio (un juguete, una mascota). Pide también a sus respectivos profesores que les echen una mano y se muestren comprensivos (conozco a una maestra que permitía que dos niñas idénticas pudieran verse entre horas durante el primer medio año tras la separación).
Puede que tú prefieras que tus hijos vayan separados, pero que emocionalmente no estén preparados para ello, ya que dependen mucho el uno del otro. En esta caso conviene hacer un plan, junto con la maestra: ella les pone en grupos de trabajo distintos y tú en casa creas momentos en los que estén separados; por ejemplo, uno se va a jugar a casa de un amigo, mientras otro está en casa, o uno se va un fin de semana a casa de los abuelos sin el otro, etc. Así aprenden a estar el uno sin el otro, antes de llevar a cabo la separación de clases, por lo que ésta, cuando ocurra, les resulte menos difícil. Y si tus hijos ya iban separados en los años anteriores, normalmente esta situación continúa así.
Sea cuál sea tu caso, te aconsejo que cada año de nuevo sopeses la situación escolar de tus hijos. Esto es necesario, mucho más que en el caso de hijos de diferentes edades. Los niños cambian y lo que parecía una decisión acertada, puede no serlo en otro año; por ejemplo, los niños iban juntos, pero de repente hay muchos roces entre ellos. O quizás uno resulte ser más inteligente, lo cual causa celos en el otro; uno es muy sociable y el otro no logra entablar amistades, o uno sólo tiene amigos en la otra clase, etc. etc. Todos pueden ser motivos para separarles en el curso próximo.
A modo de conclusión.
No existe una regla general que sirva para todos los gemelos, mellizos o más. Tampoco existen estudios que confirmen que la separación de gemelos en sí conduzca a una mayor individualidad. Conozco a unos gemelos que compartieron durante toda su vida escolar el pupitre e incluso los libros por falta de recursos económicos. A, ahora a sus 36 años, llevan una vida satisfactoria e independiente del hermano gemelo. Y también conozco a otros, que se molestaban tanto que los padres mandaron a cada uno a un colegio distinto. En dos mundos aparte, donde nadie les trataba como gemelos, pudieron, por fin, desenvolverse con éxito. Son dos extremos que demuestran la importancia de valorar la situación de cada pareja de gemelos individualmente.
Consejos para cuando los gemelos compartan el aula:
· Cuando tienes un cita con la maestra, procura hablar de cada hijo por separado durante el tiempo que corresponda a cada niño.
· Controla si el maestro/ maestra es capaz de tratarlos como dos individuos y no como una unidad. Es importante que el profesor tenga una relación individual con cada hijo. Si son idénticos, dale pistas sobre cómo distinguirlos (una peca, una cicatriz) o vístales con un distintivo, como lazos en el pelo de distinto color, etc. Sólo así puede haber una relación satisfactoria entre profesor y alumno. A los gemelos les gusta que les conozcan por su nombre y que no les confundan.
· No compares los trabajos de tus hijos y menos delante de ellos. Esto aumenta la rivalidad. Es mejor destacar los puntos fuertes de cada uno (‘sí, tú pintas muy bien y tú sabes sumar de maravilla').
· Pide al profesor que, en caso de trabajo en grupos, no les ponga juntos. Así aprenden a valerse por sí mismos.
· Explícale también las características de cada hijo: a veces el profesor no conoce las experiencias que viven los gemelos ni está al tanto de este mundo único. Tu información sobre tus hijos (sus dependencias, sus peleas, sus rivalidades y su compañerismo) es importante para él.
Coks Feenstra. Psicóloga Infantil.
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