La muerte de algún gemelo o
múltiple, es desgraciadamente un trance por el que pasan muchos
padres y hermanos de múltiples. Es un duelo doloroso, como el de
cualquiera que pierde a un hijo o un hermano, pero con un componente
que lo hace mas complejo, todavía hay uno/s bebe/s nacidos el mismo
día que están vivos y reclaman la atención. Para los hermanos,
teniendo los múltiples la relación que tienen, es como perder una
parte de si mismos. Desafortunadamente, no hay mucha información
sobre este tema en Internet. Desde este blog queremos hacer, tal y
como hemos hecho con otros temas interesantes para la comunidad de
los múltiples, por ejemplo juntos o separados, un esfuerzo para
recopilar, traducir y publicar toda la información que caiga en
nuestras manos. Puedes encontrar todas las entradas en la sección "Muerte y duelo en múltiples" y bajo la etiqueta del mismo nombre. Esperamos que os resulte intersante y sobre todo útil a todos aquellos que esten pasando por esta situación. Un abrazo muy grande.
También desde aquí queremos hacer un
llamamiento a todos los padres o hermanos que pasaron por una pérdida
y quisieran compartir su experiencia con nosotros. Esta claro que un
duelo hay que pasarlo en propias carnes, pero se por propia
experiencia, que en este tipo de situaciones, el saber como otras
personas han sabido dar un sitio en sus corazones a ese dolor, nos
puede ayudar mucho. Puedes contactarnos en criarmultiples arroba
gmail punto com. Muchas gracias.
Empezamos esta recopilación con un
articulo que escribió nuestra amiga Gema Cárcamo de Multilacta en
su blog Gemelos al cuadrado.
Un blog muy recomendable :)
Dicen que la gestación de gemelos o
más múltiples es de alto riesgo. No conviene olvidar que aunque el
embarazo no es una enfermedad, siempre requiere un seguimiento. A pesar
de la atención especial a los que los embarazos múltiples se someten,
algunas veces las cosas no salen como se esperaban.
El momento en el que
los padres reciben la noticia de que esperan un bebé siempre es motivo
de felicidad. La llegada de los siguientes datos sobre su estado
confirmando que son más de un bebé los que están de camino supone para
ellos una situación ambivalente de alegría y temor. No solo van a ser
padres, sino de más de un niño a la vez.
Es normal esta confusión inicial. Un embarazo de más de un bebé
siempre supone un mayor riesgo y requiere mayor atención profesional.
Solemos decir que hay que buscar no sólo el mejor ginecólogo, sino que
sepa más de gemelos o más múltiples. El acontecimiento de la muerte de
alguno de los bebés antes de nacer o después del parto sume a los padres
en una gran tristeza difícil de superar. ¿Qué ocurre cuando sobreviene
este fatal desenlace?
Incidencia de la muerte perinatal y neonatal en partos múltiples
La amenaza de la muerte espontánea de
alguno de los bebés está presente durante toda la gestación de
múltiples. Sobre todo los gemelos que proceden de un solo óvulo,
llamados univitelinos, monocigóticos o idénticos. La probabilidad de no
llevar el embarazo a término con vida es 5 o 6 veces mayor que en los
embarazos de un sólo bebé. A mayor número de fetos, mayor riesgo de
muerte perinatal y neonatal.
En España se conoce como muerte
perinatal a la acontecida desde la semana 28 de gestación hasta los
primeros siete días de vida extrauterina. En otros países se considera
que es desde la semana 22 de gestación o con bebés de más de 500
gramos, hasta la primera semana de vida. Muerte neonatal es la que
abarcaría desde el nacimiento hasta el primer mes de vida.
Se estima que en España, durante el
año 2009, se produjeron 2266 muertes perinatales de las que 166 fueron
derivadas de un parto múltiple, con implicación de uno o más bebés,
según el INE.
Gemelos evanescentes y en espejo
No queremos olvidar un hecho que
ofrece un dilema moral, la alternativa terapéutica ofertada por algunas
clínicas de reproducción asistida llamada reducción de embriones, que
enfrenta a los padres en el disyuntiva de sacrificar a uno o más bebés
para la supervivencia de los otros hermanos de forma artificial y
voluntaria. Para evitar esto la legislación pone límites en la
implantación de embriones por FIV, ya que siempre hay riesgos para los
que gemelos supervivientes y superar las consecuencias emocionales de
tal decisión sería cruel.
Gemelos evanescentes y en espejo
Son muchas las mujeres que desconocen
que están embarazadas de gemelos en el primer trimestre de embarazo.
Durante los primeros tres meses uno de los gemelos se puede perder. De
todas las gestaciones múltiples parece que las monocoriónicas
tienen 3 veces más riesgo de acabar con la pérdida de uno de los bebés.
A estos gemelos perdidos o desaparecidos se les ha llamado gemelos
evanescentes, y en algunas ocasiones pueden dejar huellas de su
existencia más allá de la simple protuberancia en la placenta o una
bolsa amniótica sin feto.
Esto sucede, por ejemplo,
cuando se produce la división del óvulo de origen de los gemelos más
tarde de los 9 días, justo cuando ya estaba determinado el hemisferio
cerebral predominante. Los gemelos en este caso habrían sido un reflejo
el uno del otro, lo que se conoce como gemelos en espejo. Esto
explicaría que algunas personas que son zurdas pueden ser gemelas de un
bebé desaparecido o evanescente en una gestación múltiple en el primer
trimestre.
No parece haber consenso entre
los investigadores sobre la incidencia de esta particular selección
natural. En 1976 Levi.S hablaba de que un 71% de los partos que se
diagnosticaban antes de las 10 semanas como gemelos acababan siendo
embarazos sencillos. En 1986 Landy y colaboradores concluía en otro
estudio que sólo el 20% de los múltiples se convertía en un embarazo
sencillo durante el primer trimestre. Podemos estar hablando de 1 de
cada 8 embarazos podría haber sido en algún momento gemelar.
¿Por qué hay más riesgos con los embarazados múltiples?
Reacciones frente a la pérdida
No todos los partos múltiples tienen
los mismos riesgos. Un 12 % de los gemelos idénticos presentan mayor
riesgo de aborto antes de las 24 semanas, frente a un 2% de los gemelos
no idénticos. Mientras un 3% de los idénticos tienen más riesgo de morir
en el vientre materno entre la semana 24 y el momento del parto, sólo
un 1.6% de los mellizos corren este riesgo.
Uno de los motivos por el que
los riesgos son mayores en los gemelos idénticos, o univitelinos, es por
el hecho de compartir la misma placenta. En estos casos los riesgos de
síndrome de transfusión feto fetal
(un 10% de las muertes fetales), el crecimiento intrauterino retardado o
las malformaciones son más evidentes, como la inserción velamentosa del
cordón, un 15 % mas frecuente en gemelos monocoriales y muy común entre
los trillizos.
Una vez un gemelo ha muerto por este problema, el bebé sobreviviente
puede seguir estando en peligro debido a los cambios hemodinámicos
producidos en el útero. Se estima que existe un 38% de riesgos de perder
a ese bebé también. Por eso, se maneja para el control del bebé
superviviente la espera con control de aspectos como la anemia o
acidosis del bebé o la inducción del parto, si es viable. A este bebé se
le realizarán exámenes especiales, ya que también pueden haberse dados
daños de tipo neurológico.
La prematuridad y el bajo peso
asociada al número de bebés, más elevada en embarazados de más de dos
bebés, supone un factor que eleva los riesgos de muerte neonatal.
También se ha correlacionado el riesgo con el sexo, siendo más
habituales entre los bebés varones y entre madres la edad y la paridad.
Es más común entre los 15 y 20 años de edad y después de los 30 años y
entre las nulíparas y a partir de cinco hijos.
Compartir bolsa amniótica supone
además elevar los riesgos de muerte durante el parto y durante el
embarazo, ya que los cordones se pueden entralazar y llegar a provocar
la asfixia de algún bebé durante el parto. Los gemelos siameses tienen
riesgos añadidos a los que ya se mencionan como habituales en los
gemelos idénticos.
Cuestiones maternas relacionadas
con el embarazo también pueden originar mayores riesgos de muerte
fetal, como la hipertensión materna, que se agrava durante el embarazo
de gemelos.
Pérdidas y duelos multiplicados
Parece inexplicable que el
cuerpo pueda obrar de forma tan macabra con un mecanismo de selección
natural por el que es capaz de sacrificar la vida de uno de los bebés
del embarazo múltiple para garantizar la supervivencia de sus
hermanos/as gemelo/as. Esto ocurre cuando existe una sobrecarga de la
placenta que impediría el desarrollo correcto de los dos bebés. Es
difícil aceptar nuestra naturaleza en este sentido.
Mientras algunas mujeres pueden
perder un gemelo sin apenas percatarse de lo sucedido, otras se dan
cuenta de ello porque han accedido a la ecografía desde el momento del
conocimiento de la gestación. Recordemos que un 70% de los embarazos
múltiples son artificiales y conocidos mucho antes que los naturales.
Esto puede agravar el sentimiento de pérdida de los padres.
La pérdida del gemelo puede
ocurrir en cualquier momento del embarazo, y todas las madres le
sienten con un gran dolor si ya conocían previamente que iban a ser
madres de más de un bebé, independientemente de la edad gestacional o el
peso del bebé perdido.
El cuerpo puede deshacerse del
bebé muerto de diferentes formas, o bien reabsorbiéndolo a través del
útero o de la placenta, con una hemorragia inusual, o reteniendo al bebé
hasta el momento del parto, con el consiguiente deterioro (feto
papiráceo), lo cual hace más difícil el duelo a los padres, que deben
mantener el embarazo hasta el final para que el bebé que queda sobreviva
si aun no es viable.
El mantenimiento del embarazo no
está exento de posibles afectaciones para el bebé superviviente, como
las secuelas neurológicas y otros problemas relacionados con el
embarazo, por lo que a la madre se la somete a mayor control hasta el
momento del parto, no sólo por el embarazo, sino por su delicada
situación emocional.
En el momento que los padres
pierden un bebé gemelo, pierden además la ilusión de ser padres de
gemelos o trillizos. Cuanto más tarde se produce la pérdida, mayor es la
intensidad de la misma, se vive multiplicada y muchas veces deja el
recuerdo vivo interminable de aquel niño muerto. Las familias que tienen
un gemelo superviviente viven un nuevo duelo en cada uno de los
cumpleaños y otros eventos especiales relacionados con el gemelo vivo.
Las primeras veces de los
gemelos que han sobrevivido recuerdan constantemente lo que pudo haber
sido, la primera puesta al pecho, la llegada al hogar, el primer diente o
la primera sonrisa. ¡Qué difícil para unos papás de gemelos con sólo un
bebé! Pero ellos tuvieron gemelos y tienen el derecho a ser
considerados como tal: papás de gemelos.
El duelo de los padres con sus
hijos perdidos es la única oportunidad que tienen para cuidar realmente a
su/s bebé/s y sentirse padres, comentaba Suu Steen, enfermera
especialista en el acompañamiento a los padres en estas difíciles
situaciones. Es especialmente duro para los padres que viven al mismo
tiempo la muerte y el nacimiento, el duelo y el establecimiento del
vínculo con el bebé vivo.
La expresión y duración del
duelo de los padres puede variar mucho dependiendo de su cultura y de
sus creencias o ideologías. La adaptación psicológica ante la pérdida
puede durar años y los padres necesitarán para siguientes maternidades
mayor apoyo y seguimiento. En el caso de que los padres tengan más
hijos, supervivientes o no del embarazo en curso, existen riesgos para
el desarrollo de perturbaciones del vínculo madre - padre - hijo. Los
padres necesitan recursos donde poder asirse en momentos duros, gente
profesional que sepa escuchar, empatizar y sostener a la familia, y por
supuesto grupos de apoyo mutuo.
En Umamanita puedes encontrar información sobre este doloroso proceso vital |
El crecimiento de partos múltiples
registrado desde hace décadas está motivado fundamentalmente por el
aumento de las técnicas de reproducción asistida. A muchos de los papás
de múltiples ya les ha costado mucho conseguir un embarazo. Ya han
pasado por pérdidas anteriores, que pueden incentivar el dolor frente a
una pérdida así. Existen formas muy variables de responder frente a un
dolor de este tipo.
El apego que los padres crean
con sus bebés es cada día más precoz debido a los avances tecnológicos
que permiten ver a los bebés muy pronto, verlos y escucharlos. También
este hecho facilita el diagnóstico precoz del riesgo perinatal y
neonatal, y obliga en muchas ocasiones a tomar decisiones cuando alguno
de los bebés sigue con vida dentro de la madre y es necesario llevar el
embarazo hasta el final, para salvar al hermano.
La madre se siente madre desde
el momento que se sabe embarazada. Los padres entienden el valor de la
vida de sus hijos no por su edad o por su peso, sino porque son, por
amor, porque los desean y les aman. Por lo tanto reconocer su maternidad
gemelar es un derecho, así como nombrar al bebé por su nombre.
Los especialistas
en acompañamiento al duelo perinatal hablan de la importancia de crear
memorias, de tal forma que los padres y hermanos puedan mantener un
recuerdo de su bebé y hermano. Un mechón de pelo, una huella de la mano o
del pie, una ecografía, una fotografía, los brazaletes que llevaron al
nacer, la mantita que los cubrió o la ropita que llevaron puesta.
Como cualquier otro duelo merece
ser reconocido y que los padres se sientan autorizados para vivirlo,
incluso en la ambivalencia del nacimiento del hermano. Es normal que la
madre se sienta extraña y a veces tenga sentimientos de ira y de rabia
con el bebé que permanece. Los profesionales también informan a los
padres sobre la posibilidad de hacer un funeral al bebé o una ceremonia
de despedida. Así mismo existen grupos de apoyo especiales y documentación de apoyo para que los padres puedan consultar y sentirse mejor.
Las reacciones siempre suelen
necesitar de apoyo psicológico, ya que los padres pueden sufrir
depresiones y ansiedad por mucho tiempo, y si alguno de los bebes ha
sobrevivido, la presencia del hermano puede ocasionar dificultades de
vinculación. El cuidado en la atención debe continuar en otros
embarazos, donde se recomienda ser llevado por un equipo diferente
Se ha hablado mucho del impacto
que tiene para los padres ver, tocar o sentir a su bebé antes de
despedirse de él. Es una decisión que debe ofrecerse a los padres para
considerarlo por lo menos en una ocasión. Algunos padres querrán ver a
su bebé gemelo, otros no. Existen varios estudios al respecto del
beneficio o desventaja de esta práctica.
Los padres se sienten extraños,
porque desearían poder llorar a su bebé muerto, pero no tienen ocasión
porque tienen que cuidar de otro bebé que les necesita. Pueden mostrar
sentimientos de ira y de rabia y abandonar el cuidado del bebé,
impidiendo una buena vinculación. Otros padres sienten la necesidad de
suplantar cuanto antes la pérdida, con la posible carga extra de hacerlo
de forma prematura para sentirse mejor.
Al mismo tiempo nadie les
entiende. Es muy difícil saber qué decir cuando ocurre esto a los
padres. Decir algo puede no ser lo más acertado, tal es el caso de los
que comentan intentando aliviar a los padres, que aun les queda un bebé,
pero casi no nombran a su hermano, como si no existiera. Muchas veces
ciertos comentarios pueden ser desafortunados en esos momentos, y es
mejor callar y escuchar, estar ahí para apoyar a los padres desde el
silencio. El lenguaje es algo que siempre hay que cuidar.
El nacimiento y la muerte son
dos de los procesos más importantes de la vida, y vivirlos juntos es una
situación nada familiar. Los cuidados de los profesionales deben ir
encaminados por un lado a posibilitar el vínculo y el duelo de la
familias.
¿Qué pasa con los hermanos
supervivientes? Se cree que también los gemelos supervivientes pueden
tener algún recuerdo de su hermano gemelos, pero hay se sabe bien poco
sobre esta cuestión.
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