Creo que alguna vez he contado que hace
años
tuve un accidente de coche donde había un peque sin silla que iba
sentado en el regazo de su madre. Gracias a Dios, su madre sacó una
fuerza sobrehumana para agarrarle y no pasó nada pero desde entonces
me he convertido en una fanática del uso de la silla del coche para
los peques. Ni que sea un momentito, ni que lloren, ni que sea un
amigo que la mami se olvidó la silla...en mi coche todos los peques
llevan silla o no van en mi coche. Mucha gente me trata de exagerada
pero quizás tras leer la entrada de hoy, comprenderán mejor mi
preocupación. Desde el blog Re-tensión infantil, os traemos hoy una
entrada sobre el peligro que supone el llevar a los peques en brazos
en el coche...aunque sea un segundo. Por cierto, que si no conocéis
el blog de Re-tensión infantil, os lo recomiendo encarecidamente!
Los bebés nacen diseñados para estar en brazos: los brazos de su madre, de su padre, los brazos cuidadosos y amorosos de un
adulto, son sin duda, el entorno natural del bebé.
Bien sostenido la postura es perfecta: el calor del adulto regula la temperatura de su cuerpo; el ritmo respiratorio de quien lo sostiene ayuda al bebé a regular el suyo propio. En definitiva, arroparle en nuestros brazos permite que todos los sistemas vitales del pequeño reciban las señales que esperan recibir.
En palabras del profesor Nils Bergman, "El hábitat natural del bebé es el cuerpo de su madre".
Bien sostenido la postura es perfecta: el calor del adulto regula la temperatura de su cuerpo; el ritmo respiratorio de quien lo sostiene ayuda al bebé a regular el suyo propio. En definitiva, arroparle en nuestros brazos permite que todos los sistemas vitales del pequeño reciban las señales que esperan recibir.
En palabras del profesor Nils Bergman, "El hábitat natural del bebé es el cuerpo de su madre".
El
bebé espera ser sostenido, ser llevado en brazos no un rato ni dos,
sino todo el tiempo. Y no lo hace porque sea el más listo del barrio, ni
porque se haya "malacostrumbrado", ni porque nos esté "tomando la
medida". Lo hace porque es lo que está escrito en su herencia ancestral:
la supervivencia está ligada al contacto constante con su madre.
Numerosos estudios hoy día nos muestran la importancia de ese comportamiento, sin dejar ningún resquicio a la duda:
Los bebés prematuros alcanzan mejor desarrollo cuanto más tiempo pasan en brazos de sus padres (Método Madre Canguro); el contacto piel con piel, nada más nacer, repercute en un mejor establecimiento de la lactancia materna; los bebés que pasan la mayor parte del día llevados a "upa" tienden a llorar menos y a hacer tomas de pecho más frecuentes... y así todo un largo etcétera. No existe cochecito o cunita en el mundo capaz de acercarse ni remotamente a lo que para un bebé, para cualquier bebé, supone ser llevado, o porteado, por sus padres.
Sin embargo, por duro que pueda parecer, solo hay una situación en la que sostenerle en brazos es, de todas, la peor opción para nuestro hijo: cuando nos subimos al coche y ponemos el motor en marcha. Desde el mismo momento en el que nuestro vehículo comienza la marcha, este precioso niño deja de ser "nuestro bebé" para convertirse en un proyectil susceptible de lesionar y ser lesionado.
Numerosos estudios hoy día nos muestran la importancia de ese comportamiento, sin dejar ningún resquicio a la duda:
Los bebés prematuros alcanzan mejor desarrollo cuanto más tiempo pasan en brazos de sus padres (Método Madre Canguro); el contacto piel con piel, nada más nacer, repercute en un mejor establecimiento de la lactancia materna; los bebés que pasan la mayor parte del día llevados a "upa" tienden a llorar menos y a hacer tomas de pecho más frecuentes... y así todo un largo etcétera. No existe cochecito o cunita en el mundo capaz de acercarse ni remotamente a lo que para un bebé, para cualquier bebé, supone ser llevado, o porteado, por sus padres.
Sin embargo, por duro que pueda parecer, solo hay una situación en la que sostenerle en brazos es, de todas, la peor opción para nuestro hijo: cuando nos subimos al coche y ponemos el motor en marcha. Desde el mismo momento en el que nuestro vehículo comienza la marcha, este precioso niño deja de ser "nuestro bebé" para convertirse en un proyectil susceptible de lesionar y ser lesionado.
Por encima de los 5 km/h, ni el amor de una madre, ni los brazos fornidos y firmes de un padre, podrán sujetar al pequeño. No lo harán. El niño siempre saldrá perdiendo:
a.- Sostener a un bebé sin llevar cinturón de seguridad desencadenará lo siguiente:
b.- Sostener al niño llevando sólo el adulto el cinturón de seguridad ocasionará esto otro:
c.- Sostener al niño llevando niño y adulto el cinturón de seguridad sobre ambos, podrá suponer esto otro:
d.-
Incluso tratar de sujetar al bebé usando un sistema tipo mochila,
estando el adulto asegurado por el cinturón de seguridad del coche,
igualmente resultará en:
y confundirlas nos llevará seguro a un fatal desenlace.
Recordad que el interior de un coche está repleto de elementos rígidos contra los que golpear. Cualquiera de ellos puede acabar con la vida de lo que más queréis en apenas un instante.
Por favor: nunca y bajo ningún concepto, llevéis al niño sobre vuestro regazo dentro del coche.
5
km/h es toda la velocidad que necesita alcanzar un coche para que, esos
brazos que hoy le sujetan amorosos y seguros, no vuelvan a sostenerlo
mas.
Fuente: retensioninfantil.blogspot.com
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