- Ésta es una experiencia eufórica y dolorosa a la vez, en la que percibimos sensaciones que no sabemos nombrar. Ser conscientes de que es un momento de cambio es un primer paso.
- Después de convertirte en madre no vuelves a ser la misma. Se producen cambios en nuestras percepciones, estamos más abiertas a las emociones ocultas de los otros.
- Ser conscientes de las dificultades y de los errores que cometemos nos ayuda a mejorar. En ese sentido, dudar es bueno. Y ser sinceros con nosotros mismos, un buen punto de partida.
- Sigue tu instinto. Aunque a veces te sientas insegura piensa que para tu hijo no hay otra madre mejor.
- Toda mujer que acaba de convertirse en madre necesita apoyo, cariño y ayuda. Tu propia madre, tu pareja, una amiga o un grupo de madres en tu situación forman parte de esta red que te sostendrá. Una madre reciente no debería pasar mucho tiempo sola.
- En esta nueva etapa quizás nos resulte útil hablar sinceramente con nuestra madre sobre nuestro nacimiento y el vínculo que establecimos.
- Observemos a nuestros hijos globalmente. Si un niño puede reclamar lo que genuinamente necesita es signo de buena salud y confianza.
- Que los niños no puedan usar el lenguaje verbal no significa que no lo comprendan. Uno de nuestros retos como madres es entender que nuestros hijos necesitan nuestras palabras para comprender el mundo. Explicándoles lo que sentimos, les liberamos, les ayudamos a entender las cosas.
- Las opiniones de los demás muchas veces nos hacen daño. Escuchemos más a nuestro ser interior y menos a las voces que vienen de afuera.
- Ante un conflicto personal (ausencia por trabajo, maternidad en solitario…) es mejor asumir la contradicción y ver qué estamos dispuestas a hacer para compensar al hijo.
- Es prioritario descansar; criar un bebé requiere una disponibilidad física y emocional completa. Es imprescindible delegar tareas.
- No hay que obcecarse en tenerlo todo bajo control. Intentarlo es una fuente de angustia porque esta etapa es nueva, cambiante y desconocida. Organizar algunos aspectos prácticos de la casa puede ser útil, pero no es necesario ir más allá.
- Cuando tengas que decidir quién va a quedarse con tu hijo cuando tú no te puedas ocupar de él piensa en alguien afín a tu manera de pensar y vivir. Alguien en quien puedas confiar, pero que también actúe con tu hijo de una manera parecida a la tuya.
- Es muy importante conocer bien tus derechos. Por ejemplo, en algunas empresas, el permiso de lactancia (una hora durante el horario laboral o acortar la jornada en media hora) puede agruparse, lo que implica unos días más de baja por maternidad.
3 de agosto de 2011
Por fin juntos: maternidad
Publicado por
Sol
Etiquetas:
por fin juntos
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