Vemos muchas abuelas y abuelos por las calles de los pueblos y ciudades empujando carritos de niños. Abuelos y abuelas que cuidan de sus nietos muchas horas al día, todos los días, mientras los papás y las mamás de esos niños trabajan.
Se ha decidido así en la familia, seguramente porque es la opción más económica y porque las “guarderías” no son como deberían ser. Esta decisión está tomada con el consenso de todos: papá, mamá, abuelo y abuela y está basada en un amor incondicional que sólo desea lo mejor para las criaturas que acaban de llegar y que merecen lo mejor.
Sin embargo, al tomar esta decisión, estamos olvidando algo muy importante: la naturaleza es sabia y no es casualidad que tengamos hijos a la edad en la que tenemos toda la energía que requiere ser padre o madre y que tengamos nietos cuando tenemos la energía que requiere ser abuelo o abuela.
Estos abuelos y abuelas que asumen todas las tareas de padre o madre, que lo hacen con todo el amor, entran en una dinámica que, a veces, no es fácil de llevar para ellos.
Los abuelos y abuelas tienen una labor única que sólo ellos pueden desempeñar, pero no pueden hacerlo cuando tienen que dormir menos de lo que necesitan, cuando tienen que cargar a sus nietos mucho más de lo que pueden, cuando tienen que cocinar 3 veces al día, alimentar a sus nietos todas las comidas del día, cuando tienen que cambiar unos 4 pañales por día, cuando tienen que pasear obligatoriamente todos los días varias veces, cuando han de ocuparse de los hábitos de sueño de sus nietos cada día...
Los abuelos y abuelas son un apoyo fundamental para las familias, son una fuente de sabiduría para sus nietos, son los mejores cuentacuentos, los más divertidos compañeros de juego, los únicos que entienden de verdad el lenguaje de los niños, los que se “saltan algunas reglas” con placer.
Pero sólo pueden ser todo esto cuando no tienen que estar pendientes de todo lo demás, es decir, cuando no tienen que desempeñar las labores de padres y madres o de profesionales de la educación.
Es difícil, con 65 años, dedicar una jornada laboral completa a la crianza de un niño de hasta 3 años y además seguir contando cuentos como si fuera lo único importante de la vida.
Es difícil ser padre o madre y a la vez ser abuelo o abuela.
Afortunadamente, cada vez hay más espacios adecuados para niños de hasta 3 años, lugares donde hay profesionales dedicados por entero a su labor. Lugares donde los niños son felices y se desarrollan con placer y alegría.
Lugares donde, a veces, vienen los abuelos, bien descansados y felices, a recoger a sus nietos para pasar una tarde mágica con ellos.
Dejemos a los abuelos ser abuelos y no permitamos que nuestro trabajo robe a nuestros hijos un bien tan preciado como son sus abuelos.
Fuente: La libélula
Fotografía: Galería de Laurangel3
Si, si yo estoy de acuerdo, pero sabes que falta??? el dinero para pagar estos sitios, no hay dinero, es por lo que los abuelos tienen que cuidar de los nietos, puesto que las guarderias son CARAS extremadamente CARAS y bastante tienen los padres con deslomarse para poder dar de comer y un futuro digno a sus hijos
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