Entrevista a Fabrice Bak, psicólogo especializado en múltiples, publicada en el Magazine des parents en marzo de 2005
- ¿Los mellizos tienen que "pasar" por un retraso en su aprendizaje?
- Hemos establecido hace algunos años un protocolo de búsqueda sobre el funcionamiento cognitivo de los múltiples es decir, sobre el desarrollo lógico de su pensamiento. Los resultados han mostrado que los múltiples tienen una etapa de más en su desarrollo cognitivo en comparación con los hijos "simples". Hemos llamado a esta etapa "periodo de identidad gemelar", y aparece durante los dos primeros años de vida de los niños, generando un retraso en su desarrollo. Pero ese retraso no es inquietante en ningún caso, puesto que se supera naturalmente alrededor de los seis-siete años.
- ¿Cómo se explica esta etapa suplementaria?
- Desde el nacimiento, las necesidades que surgen se satisfacen no a cada niño en tanto que individuo en sí mismo, sino como pareja en general. Los padres tienen muchas dificultades para considerar cada niño en particular como demandante de una necesidad concreta. Por ejemplo, cuando uno de los múltiples llora, los padres tienen la tendencia a alimentar a los dos niños y no solamente al que ha expresado su necesidad. Es la respuesta globalizante la que genera una pequeña dificultad en el desarrollo de los gemelos. Pero de nuevo hay que señalar que no hay que preocuparse.
- ¿Individualizar desde muy pequeños permitiría evitar esta etapa?
- Se piensa que sí, en efecto, pero no se puede verificar. Ocuparse de dos lactantes de la misma edad requiere de tal capacidad de organización que es materialmente imposible disociarles durante los primeros meses. Se sabe, sin embargo, que el retraso del que hablamos es mucho más marcado en los mellizos del mismo sexo que en los de sexo diferente. Esto se explica por el hecho de que no se habla de la misma manera a un niño que a una niña. Para niños de diferente sexo, la toma en cuenta de las demandas individuales se hace alrededor del año. Es más tardío en los del mismo sexo, hacia los dos años.
- ¿A partir de qué edad un retraso se convierte en algo preocupante?
- Hay que tomarse en serio los retrasos que no hayan sido superados hacia los siete-ocho años, y habrá que consultar a un profesional de la condición gemelar. Éste intentará determinar cómo se organizan las relaciones entre los dos niños y se interesará por las relaciones establecidas entre ellos y la estructura familiar. No se trata, evidentemente, de decir a los padres lo que han hecho mal. A partir de ese estudio el profesional determinará lo que puede ayudar al buen desarrollo de cada niño, preservando la relación gemelar, que es, por supuesto, algo precioso.
- ¿Qué aconseja a los padres en lo que concierne a la escuela?
- Sobre todo, no es necesario poner a los niños en clases separadas desde infantil, puesto que la fase de autonomía no aparece hasta los seis años. A continuación, no hay nada preocupante en dejar que trabajen codo con codo. Esto incluso puede resultar muy estimulante para los múltiples si el adulto sabe jugar con esa relación y hace de mediador. Tomemos por ejemplo los deberes en casa. Si uno de los niños acaba su ejercicio de matemáticas antes que el otro, se le debe indicar que no le de el resultado al hermano antes de que haya acabado. Si uno de los niños se equivoca, se le puede pedir al que lo ha hecho bien que explique al otro su razonamiento. La situación será la inversa en otro ejercicio. Pero yo aconsejo sobre todo a los padres que no escuchen los mil consejos que la gente de su entorno no dejará de hacer. En caso de duda, las asociaciones están ahí para ayudar.
- ¿Aprenden lo mismo a la misma vez?
- Las primeras adquisiciones en cuanto a aprendizaje que permiten una cierta autonomía (andar y hablar) se hacen prácticamente en paralelo, porque los niños se estimulan el uno al otro. Cuando uno comienza a andar el otro tiene a su lado un modelo de lo que debería poder hacer. Así mismo, cuando uno empieza a balbucear, el otro retoma sus balbuceos. Por contra, habrá diferencias en lo que concierne a otros tipos de aprendizajes (a nivel grafomotor, psicomotor o incluso en el plano espacial) en los que un hermano sobresaldrá sobre el otro. En general, los roles se invierten regularmente.
Bak sostiene que las cuatro etapas del desarrollo gemelar son:
- La fusión gemelar (0 a 2 años): las necesidades son satisfechas a los dos niños al mismo tiempo. En este momento son muy similares.
- La complementariedad (a partir de los dos años): cada uno comienza a desarrollar sus propios potenciales.
- La primera fase de autonomía (hacia los seis años): el contexto escolar permite posicionar a cada niño en tanto que individuo completo.
- La segunda fase de autonomía: la adolescencia.
Por el momento atiendo a los mellizos de una forma conjunta, en equipo, como una unidad, me es más fácil establecer rutinas y fijar horarios, comen, duermen y se bañan a la vez. Sé que es positivo ayudarles a que se vean independientes y ahí estoy intentando empezar a modificar alguna cosa como pasar ratos a solas con cada uno de ellos o dejarlos jugar en espacios diferentes, siempre voluntariamente, por supuesto.
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