Los miedos pueden típicamente agruparse en tres categorías principales:
- miedos medioambientales: animales, truenos, oscuridad.
- imaginarios: monstruos, fantasmas, pero también el miedo a ser tragado por el desagüe o a que sus padres desaparezcan.
- sociales: separación de la madre (real), el colegio, conocer a un nuevo grupo de personas.
La aparición de los diferentes tipos de miedo a las distintas edades, suele seguir un orden cronológico: los bebés pequeños tienen miedo a situaciones reales (ruidos, perdida de soporte) y a la separación de la madre (que en el caso de niños pequeños no se podría considerar un miedo social, sino ambiental, ya que la madre es su mundo).
Los niños a los 2 años ya tienen cierta capacidad de realizar operaciones simbólicas, y pro tanto pueden imaginarse consecuencias de algunas acciones: por ejemplo: si al destapar el desagüe de la ducha, el agua se va por allí, yo también podría irme. Además su imaginación empieza a funcionar de forma acelerada, por lo que aparecen muchos miedos a esta edad. a veces, tienen sensación de miedo, pero no saben a que, y es la sociedad y su entorno (televisión, hermanos…) la que se encarga de hablarles de “monstruos”, “cocos” y demás seres imaginarios. y ellos ponen a su miedo esta etiqueta.
Los miedos imaginarios persisten durante los primeros años escolares, y a ellos se añaden los miedos sociales. Estos últimos pueden persistir hasta la edad adulta. Pocos adultos tienen miedo a la oscuridad, pero muchos temen hablar en público.
Muchas veces los miedos de los niños proceden de experiencias que no pueden entender y que les asustan. Algunas de las situaciones que pueden hacer aparecer miedo en un niños son:
- Las reacciones de otras personas ante cosas o eventos. Por ejemplo el miedo intenso de otro niño ante una araña, o el pánico e una adulto ante una serpiente, pueden despertar en un niño miedo a estas mismas cosas.
- La contemplación de eventos traumáticos: ser testigo de un accidente de trafico o ver un gato atropellado por un coche. Escenas como estas pueden dejar en el niño recuerdos duraderos y muy vividos.
- La escasa autoestima o falta de auto confianza.
- Tensiones familiares duraderas u hostilidad en el seno de la familia: hacen que el miedo y la incertidumbre pasen a formar parte de la vida del niño.
- Separaciones prolongadas de los padres (hospitalización, muerte, divorcio).
- Educación inconsistente: una aproximación diferente por parte de los padres a la educación produce en el niño confusión y puede ser la raíz de algunos miedos, como el miedo a ser rechazado.
- Educar en el miedo: la educación debe ser vista como una guía que permite aprender de los fallos sin avergonzarse de ellos, sin ser ridiculizado ni castigado o dañado por ellos. Los padres deben hacer sugerencias positivas y explicar cuales son sus expectativas, antes que decir simplemente NO. cuando un niño es habitualmente ridiculizado o castigado por sus fallos, puede llegar a tener miedo de la reacción de sus padres a sus acciones. Un niño necesita que se le digan las cosas con frecuencia y necesita que se le de siempre otra oportunidad.
- Sobreprotección: es necesario tomar precauciones e instruir a los niños acerca de situaciones reales de peligro y concernientes a su seguridad. Un niño de 5 años, no debería ser escoltado a casa de su vecino en general (salvo que haya sucedido algún acontecimiento reciente). Los niños a los que se protege con demasiadas precauciones pueden sentirse ansiosos y miedosos a su entorno. Pueden pasar un mal rato intentando desarrollar sentido de independencia y auto confianza. Por ejemplo: un niño de 7 años demasiado coaccionado, puede tener miedo de montar en bicicleta en el vecindario y más adelante sentirse ansioso ante cualquier comportamiento que conlleve cierto riesgo. También es posible que un preescolar al que se advierte mucho sobre no separarse de sus padres en el centro comercial, sin explicarle las razones para ello, luego puede tener miedo a ir a la guardería o a ir solo en autobús.
- Un entorno familiar miedoso puede generar un niño miedoso. Así hay familias en las que se dedica demasiada atención al miedo de los padres al mar, a los accidentes, a los ladrones, a juegos infantiles con cierto riesgo…y en estas familias es mas probable que se generen niños asustadizos.
- En momentos de estrés del propio niño (nacimiento de un hermano, una mudanza, divorcio de los padres), o algún accidente personal (caer al agua, quemarse o ser perseguido por un perro)
- El proceso de quitar el pañal: hay niños que pueden desarrollar miedos durante este proceso. Los niños no entienden el mecanismo de la cisterna, el ruido les puede asustar, el pequeño espacio. Un niño que tiene una experiencia de deslizarse dentro del vater y tocar el agua con el trasero, puede asustarse y volver a las primeras etapas del proceso o incluso necesitar una interrupción del proceso. Algunos niños pueden tener miedo a la hora de ver desaparecer la caca por el desagüe, como si para ellos fuera una parte mas de su cuerpo (como un brazo o una pierna).
- Una pesadilla: ¿nunca se ha despertado de una pesadilla pensando que lo sucedido era real? durante esos primeros momentos de confusión es difícil separar realidad de sueño. Los adultos, en virtud de nuestra experiencia pasada podemos reubicarnos enseguida y darnos cuenta de que solo ha sido un sueño. Pero los niños pequeños carecen de esta experiencia y confunden el sueño con la realidad. Esto puede ser fuente de algunos miedos que nos parecen “irracionales”.
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