Casi desde que Natalia abrió su fantástico blog http://reflexionesmadrepsicologa.blogspot.com, se ha convertido en una de mis lecturas favoritas. Un blog de una madre de trillizos, por supuesto madre de trillizos, pero ante todo madre, que os hara pensar, cavilar, sonreir y llorar, vamos como la vida misma. Os lo recomiendo encarecidamente.
Natalia ha sido tan amable de permitirnos reproducir algunos de sus post en nuestro blog. Gracias Natalia :)
Este post me gusta especialmente y queria compartirlo con vosotros.
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La Importancia de la Reciprocidad en el Vínculo
Cuando se habla de apego siempre se habla de un vínculo. Es algo que ocurre entre dos, algo recíproco. El bebé busca a la madre y ella está disponible para que su hijo encuentre en ella lo que el hijo requiere y así poder satisfacer sus necesidades.
Sin embargo, a pesar que se entiende que hay dos seres activos en esta relación, casi siempre aparece la mamá como la que entrega y el hijo el que recibe invariablemente. Y claro, el niño es frágil, necesita protección, contención, alimentos y cuidados básicos. Sin embargo, a veces nos olvidamos de lo importante que es aprender a recibir lo que nuestros niños quieren entregarnos.
Muchas veces estamos tan ocupados de cuidar que pasamos por alto pequeños gestos de retribución, de "protección" o de entrega que nuestros hijos tienen para con nosotros. Quién no ha vivido la preciosa experiencia de ver llegar a su hijito con una pequeñísima flor que ha cortado por ahí y que es "para la mamá", quién no ha recibido un dibujito, una caricia, una sonrisa, un ruidito como un pequeño-gran regalo que nuestro niño nos hace.
Algunas madres reciben estos regalos con algo de indiferencia. Se empeñan en creer que el vínculo seguro consiste exclusivamente en hacer sentir protegido al hijo. Y olvidan que parte de amarlo es hacerle sentir que él también es capaz de entregar y que lo que regala vale muchísimo simplemente porque proviene de su amor y de su esfuerzo.
Personalmente me gusta que mi madre reciba con alegría los regalos que le hago. No me haría sentir bien que dijera, como otras mamás lo hacen, que no era necesario, que para qué gasté mi dinero en ella, que ella no necesita nada mío. No. Amar es saber recibir tambien, y aunque parezca extraño, a veces es mucho más difícil recibir que entregar amor a nuestros retoños.
Toda esta reflexión viene a causa del día tormentoso que tuvimos ayer. Finalmente, logré apaciguar un poco los ánimos cuando encontré unas telas y unos óleos y puse a mis hijos a pintar "cuadros" para regalar en Navidad. Luego busqué papel de regalo, cintas, tijeras y todo lo necesario para que ellos mismos envolvieran los regalos que ya habían puesto a secar al sol.
Ver las caritas de tres niños pequeños planeando a quién dedicarán una pintura, cómo la envolverán e imaginando la expresión de sorpresa del destinatario es una experiencia conmovedora. Ellos no necesitan recibir y recibir regalos y llenar la casa de juguetes el día más mágico del año. Requieren sentir que participan de una dinámica en la que todos nos hacemos un poco más felices los unos a los otros y nos entregamos regalos mutuamente porque dentro del papel viene envuelto un puñado de amor.
Me gusta ser consciente de esto. Me gusta saber que uno de los regalo que recibirán mis niños este año será verme colgar orgullosa los cuadros que pintaron con sus propias manos en alguna de las paredes de mi pieza. En eso consiste un vínculo sano. Quiero que sepan que lo que ellos hacen por los demás tiene un valor incalculable.
Texto y foto: http://reflexionesmadrepsicologa.blogspot.com/2011/12/la-importancia-de-la-reciprocidad-en-el.html
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Muchas gracias a ti por compartirlo!
ResponderEliminarUn abrazo!