7 de mayo de 2011

Mimar no es malcriar



Es bueno que los niños duerman en la misma cama que los padres.
Eso es lo que vino a decir el miércoles al CC Sant Oleguer el pediatra barcelonés, partidario del colecho y autor de «Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor»,

El País acaba de publicaba el martes un artículo muy documentado sobre la inconveniencia de que los niños duerman en la misma cama que los padres.
Lo sé. Está lleno de errores.

Cuáles.
Habla de los pediatras Ferber y Lozoff y puedo asegurarle que Ferber nunca ha estudiado el co-sleeping o colecho.

¿Y Lozoff?
Lozoff sí lo ha investigado y no está en absoluto en contra.

Dicen que el colecho es norma cultural en algunas civilizaciones
En Japón por ejemplo. Lo vemos cada día en la serie televisiva Shin Chan.

¿Y duermen mejor los niños japoneses?
Duermen cuatro veces mejor que los niños americanos de raza blanca.

¿Cómo se soluciona un problema de sueño infantil?
Es que el problema de sueño no existe. Si te lo metes en tu cama el niño duerme como un bendito. El problema sólo existe cuando los padres dicen que existe.

Pero luego el niño sigue viniendo a la cama de los mayores.
¿Y qué? ¿Por qué ha de ser eso un problema?

Dicen que crea falta de autonomía en el niño.
El 40% de los niños suecos duermen en la cama de sus padres y te aseguro que el40% de los suecos adultos no sufren falta de autonomía personal. Pero si hasta dicen que condiciona la talla.

¿Y no?
¡Por el amor de Dios! Yo no creo que los suecos sean bajitos.

La responsable del sueño del hospital Gregorio Marañón, Rosa Peraita, hace otra acusación más grave: «el colecho puede provocar abusos sexuales».
Otra tontería.

O sea que no.
Es como si dijeran que las madres no bañen a sus hijos porque pueden abusar de ellos. Es absurdo.

¿Sus hijos durmieron con usted?
El mayor poquito pobre porque como éramos jóvenes e ignorantes lo pusimos a dormir por separado y, por supuesto, fue un desastre.

¿Tiene más?
Con las dos pequeñas ya no caímos en la trampa, las pusimos en la cama desde el principio, durmieron la mar de bien y ahora duermen solas. Pero no me gusta hablar de mi caso personal.

¿Hasta que edad deben dormir con los padres?
Hasta que el niño acaba yéndose por sí solo o se deja convencer. Eso pasa a los 3 años, 4, 5...

¿Le convences con nanas y cuentos?
Pues sí, pero eso no dura más allá de los 7 años aproximadamente.

¿El colecho dificulta las relaciones sexuales entre la pareja?
No porque aunque nuestra cultura asocie mucho cama con sexo, esas dos cosas no tiene por qué ir juntas. El sexo se puede practicar en otros lugares y a otras horas.

O no.
Pero es que colecho tampoco significa necesariamente que el niño esté dentro de la cama, sino también en una cunita al lado o en un colchón al suelo al pie de los padres.

¿La norma es no dejarles llorar nunca?
La idea es que los niños nunca lloran para fastidiar. Lloran porque sufren. Y tú, si puedes, debes aliviar ese sufrimiento.

Parece lógico.
Es como si tú llegas a casa y te encuentras a tu mujer llorando desconsoladamente. Será que le ha pasado algo gordo, ¿no? Intentarás consolarla.

«Llorar ensancha los pulmones».
Un tópico extendidísimo. Pero yo jamás he oído a ningún neumólogo recetar el llanto. A los fumadores les iría muy bien.

«Este niño sabe arameo».
Sí y latín. ¿Pero cómo va a fingir el llanto una criatura de seis meses, hombre?

¿De dónde salen pues esos tópicos?
Vivimos en una cultura que nos prohíbe coger a los niños en brazos, dormirlos en brazos, meterlos en la cama, acariciarles demasiado, mecerlo, cantarles en la cuna. Nos prohibimos todo
lo agradable.

Para educarles.
Pero es que mimar no es malcriar. Son conceptos totalmente distintos.

O sea que si le da la pataleta histérica en el súper, hemos de comprarle los diez paquetes de donetes.
Por supuesto que no. Hay que negarle ciertas cosas, pero se puede hacer con inteligencia, cariño y distrayendo su atención a otra cosa. Para eso somos mayores que él.

A veces no lo parece

Los pediatras parece que jueguen a ver quién publica el libro de más éxito. El de González es exactamente la antítesis del método Estivill y su «Duérmete niño», tan en boga hace pocos años.
«Nuestras contradicciones son normales, dice González, porque ni él ni yo hablamos en nombre de la ciencia. Sólo damos nuestra opinión».
Reconoce que sólo conoce a Estivill de vista y añade que «no creo que tengamos que llevarnos mal. Florentino y Laporta también comen juntos y no pasa nada».
Entrevista a Carlos González, el 12/03/2004

1 comentario:

  1. Jeje llevamos 3,5 años de colecho con el mayor y esperamos a los mellis pronto, a ver como colechamos los 5. Eso de la talla no lo habia oido, mi hijo es mezcla noruego-chilena y tiene la talla ( acorde al pediatra noruego) de un niño de 5 años, vamos que por ser yo "bajita" de acuerdo a los estandares de aca, el peque deberia ser mas bajo.

    Lo demas lo he oido todo (y cosas peores)

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