Aviso: Este mensaje está escrito a modo de sarcasmo, es mi manera de escribir y con la que más disfruto cuando quiero hacer llegar un mensaje, para entenderlo completamente (y por tanto entender mi visión de lo que estoy hablando) hay que leerlo completo.
La paternidad, ese maravilloso suceso, ese sentimiento de tener a alguien que es parte de ti, que nace del amor con tu pareja, que...bien, no hace falta seguir, todos somos padres, madres o hijos, así que sabemos de que hablo. Tener hijos es algo muy bonito, pero es muy duro...Nosotros tenemos dos hijos. Un niño y una niña (qué bien, la parejita!!!).
El niño es el mayor, tiene 6 años y es lo que se suele decir, un diablillo. La verdad es que lo estamos pasando mal con él, ya desde pequeño lloraba mucho en la cuna para que lo cogiéramos y hasta que no lo hacíamos no se calmaba. Se dormía, lo poníamos de nuevo en la cuna y al rato volvía a llorar para que lo cogiéramos de nuevo. Esto era un continuo (para que luego digan que los niños no son listos!), siempre era así, nos tomaba el pelo a todas horas, si mi mujer le daba el pecho se dormía y teníamos que despertarle, porque todo el mundo sabe que cuando se tiene que comer, se tiene que comer y no dormir. El momento de dormir es en la cuna, cuando toque, no cuando se come. Yo creo que por eso se despertaba en la cuna llorando, porque como se dormía mamando, luego no tenía sueño y aguantaba muy poco. Le dijimos a la pediatra que no podía ser, que le daba de mamar cada tres horas, pero el niño se quejaba de hambre antes de llegar a las tres horas, por lo que seguro que tenía poca leche, o que no alimentaba suficiente. Menos mal que se lo dijimos. Nos dio unas muestras de leche artificial para probar, y BINGO!! El niño mamaba y después le dábamos biberón y así aguantaba nuestras preciadas tres horas.
En fin, a lo que iba, con 5 meses empezamos a darle fruta, el tío no la quería, sólo quería biberón (ya no le dábamos leche materna porque ya no le alimentaba) y nosotros que no...que necesitas vitaminas, venga, come...se la dábamos como podíamos. Muchas veces vomitaba para hacernos sentir mal, menos mal que no nos dejábamos engañar y seguíamos dándole. Esto mismo pasaba por la noche, el problema de dormir no se solucionaba, todo lo contrario, ahora se despertaba todavía más, con ganas de juerga y todo...El mamón (lo digo cariñosamente) hacía siestas de día y luego por la noche no tenía sueño y se dormía tarde y luego se despertaba cada dos por tres. Hambre no podía ser, porque le dábamos muchos cereales para dormir, como nos dijo la pediatra así que era pura marranería. Suerte que su habitación queda un poco alejada de la nuestra y casi no le oíamos. Cualquiera duerme con esos berridos. Sé que puede sonar mal dicho así, pero claro, imagínate que vamos y le cogemos: pues la has cagao bacalao!!! Se ha salido con la suya, ahora siempre que llore esperará que le cojas y llorará aún más si no lo haces. Nosotros no bajamos la guardia en ningún momento, y poco a poco la situación fue a mejor, pasados unos días no lloraba tanto y empezó a dormir bien. Papás:1 Bebé: 0.
Así fue pasando el tiempo, cumplió un año y empezó a andar. Lo tocaba todo, abría mis cajones, me los desordenaba y yo: NO, NO y NO!!! Eso no se toca!!! Fijáos lo malo que era, que me miraba, se reía y seguía tocándolo. Llegaba un momento que hasta que no le daba un cachete en el culo (en el pañal, que no hace daño) no entendía (o no quería entender) y eso que ya llevaba 6 meses en la guardería, que de ahí salen muy preparados. A veces le reñíamos y como no le gustaba lo que le decíamos nos pegaba (veis como es un diablo?). Suerte que teníamos las cosas claras y que decidimos que eso era una falta de respeto. Eso de pegar en esta casa no. A los papás no se les pega.
Tiene que saber quienes son sus padres, así que cuando nos soltaba la mano le dábamos un cachete a él para que viera lo que es y le castigábamos en una habitación en la que no hay juguetes durante un par de minutos. A veces salía muy calmado, pero otras veces lloraba como un poseso, así que lo dejábamos un rato más.
Os explico todo esto para que veáis lo duro que es ser padre, pero si seguís un poco estos consejos veréis que al final te respetan, porque todo esto lo hicimos porque le queremos, por su propio bien.
Sigo...Llegaron los dos años, las rabietas, se tiraba en el suelo llorando y moviéndose como un loco. Si lo hacía en medio de la calle caminábamos unos metros más y lo dejábamos ahí, en el suelo, hasta que se le pasaba y venía. La gente nos miraba y le miraban a él, a ver cómo acababa la cosa. Por suerte siempre bien. No dejábamos que se saliera con la suya. Imagínate que se echa al suelo por la razón que sea y lo coges. Pues te ha ganado, se ha salido con la suya. Cada vez que quiera algo, al suelo a llorar. Con la comida otro tanto. En la guardería nos decían que comía bastante bien, pero en casa un suplicio!!! No quiero, no me gusta, cerraba la boca con todo. Peleas todos los días para comer, nada le gustaba. No sé porqué les cuesta tanto entender a los niños que lo haces por su bien. Pues nada, le poníamos la verdura para comer, si no la quería otra vez para merendar, para cenar. Al final se la comía, con malas caras, pero se las comía. Gracias Estivill por esos sabios consejos...
Qué vergüenza pasaba yo cuando venían las visitas a casa. El niño corriendo por todas partes, molestando, haciendo ruido: Portate bien!!! No podemos ni hablar!!! y el tío seguía. En serio, se portaba muy mal. Yo le decía a mi mujer que donde leches había aprendido el niño a ser así, si venía de su familia o qué...o que si en esa guardería no lo estaban educando bien quizá habría que cambiarlo a otra. Mis padres, por supuesto, me daban la razón: el niño se portaba muy mal. Esos días se solía ganar algún castigo. Parecía que esperaba a que hubiera gente para sacar sus juguetes al salón, desordenarlo todo y molestar. Llegó un punto que mi mujer y yo estábamos tan cansados del tema, que decidimos hacer un viaje, a ver si así se arreglaban un poco las cosas y al menos cargábamos las pilas. Nos fuimos una semana a París, es precioso, si no habéis estado os lo recomiendo. Lo pasamos genial... La pena es que al volver todo seguía igual o peor...Sí, volvimos como nuevos, pero nuestro niño se tiró una semana o más casi sin hablarnos por haberle dejado con la abuela. Con lo que la abuela le quiere!!! Además tiene que entender que lo hicimos porque lo necesitábamos. Estando tan saturados no puedes cuidar bien de un niño.
Así entró en el cole, peleas con sus amigos, peleas en casa para hacer los deberes, peleas con la comida, peleas para ir a dormir y discusiones continuamente. Menos mal que nos recomendaron que el niño hiciera actividades con las que se desfogara, que liberara toda esa tensión acumulada (yo pienso que hasta debe tener un principio de hiperactividad) y lo apuntamos a natación y a fútbol, así puede quemar todas esas calorías que necesita quemar y luego en casa se porta mejor. A veces está tan cansado que es cenar y el pobre cae rendido en la cama. Mano de santo!!!!!
Viendo que las cosas iban mejor, mi mujer y yo lo hablamos y fuimos a por la niña. No nos costó mucho. Vino rápido. Con ella todo ha sido diferente. Siempre ha comido de buen grado lo que le hemos dado, siempre ha dicho que está bueno. Se puede decir que nos pedía ir a dormir. La poníamos, cerraba los ojos y se dormía, ni lloros, ni pedir brazos, sólo la cogíamos algún ratillo durante el día y se puede decir que lo hacíamos más porque la echábamos de menos que porque ella nos lo pidiera. No hace ruido, no molesta, se porta fenomenal. Vienen las visitas y no se percatan de que está, porque es supereducada. No se queja si le cambias de ropa, de pañal (si hasta hace una caca superfácil de limpiar), si la bañas. De verdad, una auténtica maravilla de niña que nos ha hecho ser totalmente felices. Se puede decir que todo lo que aprendimos y todo lo mal que lo pasamos con el primero ha hecho que nos veamos recompensados con esta segunda hija. Con ella es todo tan fácil....
No hemos ido nunca al pediatra con ella, y eso que siempre le hemos dado biberones, pero es que no se pone mala nunca. Nos vamos a trabajar y la dejamos en casa (el niño en el cole), volvemos y nunca tiene malas palabras para nosotros. Imagino que ha entendido rápido que nosotros somos los papás, que nosotros somos los que mandamos en casa y que todo se hace por el bien de ella, del niño y de la familia. Este año tenemos pensado viajar de nuevo. Hemos decidido llevarnos a uno de los dos, el que se porte mejor...La verdad es que esto lo hemos dicho para no hacer sentir mal al niño, pero está de sobra decidido que será la niña a la que nos llevaremos. Se lo ha ganado con creces.
¿El niño? Pues con sus 6 años sigue a la suya, desafiándonos a todas horas, superceloso de su hermana, tanto que un día le sacó un brazo de la pelea que tuvieron. Ese día le tuve que pegar ya en serio. Me dolió a mi más que a él, pero fue la única manera de hacerle ver que eso no se hace.
Nos cuesta mucho educarlo, pero sé que al final del camino, cuando sea adulto, nos dará las gracias por todo lo que estamos haciendo por él. Ahora ya no hace natación, pero sigue con el fútbol y le hemos apuntado a clases de repaso, porque la maestra dice que va bastante flojo (quizá tenga un déficit de atención...).
Sobre la niña, somos tan felices con ella que casi estamos pensando ir a por otra. A todos nuestros amigos les recomendamos también que vayan a buscar una.
Sobretodo ahora, en esta época, después de las Navidades, que las tienen a mitad de precio.
Pulsad aquí para ver una foto de nuestra niña.
Conclusión: Si quieres un niño que se porte bien, que no llore, que no haga ruido, que no moleste, que no...cómprate un muñeco. Los niños viven, comen, lloran, juegan, aman, saltan, corren, exploran, rompen, y todo eso lo hacen porque están aprendiendo a vivir y a conocer el mundo en que viven y a sus propios padres. Lo hacen porque son niños.
No hacen las cosas para molestar. No hacen las cosas para probar hasta donde puede llegar tu paciencia. Todo lo que hacen es porque están aprendiendo y para ello necesitan el apoyo de sus papás, para sentirse seguros en cada nuevo aprendizaje. Saben que solos estarían indefensos, por eso te llaman, por eso piden insistentemente si es preciso que estés con ellos, porque tú, papá o mamá, eres su alimento, eres sus pies, sus piernas, sus ojos, sus manos, eres su abrigo y eres su protector. Necesitan de ti para aprender qué es lo que le rodea hasta que crezca y lo pueda investigar por si mism@. No lloran por la noche para engañarte, llora porque te necesita, porque tiene miedo y se siente inseguro, porque está enfermo y necesita atención, porque tiene hambre y necesita alimento.
Si un niño llora porque tiene hambre, no tardas en darle su alimento.
Si un niño llora porque tiene el pañal sucio, no tardas en cambiarlo.
Si un niño llora porque tiene sueño, lo duermes.
Si un niño llora porque está enfermo, lo cuidas.
Si un niño llora porque necesita cariño y compañía, te está tomando el pelo.
No me cuesta entender el porqué de que se hayan multiplicado las consultas a los servicios de Salud Mental. En pleno s.XXI, cuando más importancia se le está dando a los factores psicológicos en la vida de los personas, cuando la Depresión, el Estrés y la Ansiedad son habituales compañeras de viaje en nuestras vidas o en las de algún familiar o amigo, me cuesta entender que se siga sin entender (valga la redundancia) que las necesidades de amor, de respeto y de cariño de un niño no sean subsanadas. Al contrario de lo que muchos piensan (y nos quieren hacer creer) hacer pasar a un niño por situaciones de sufrimiento es contraproducente. La mente humana no es como un callo, que si sigues frotando se hace duro. La mente humana necesita unas bases adecuadas para poder afrontar en el futuro reacciones adversas. Si ya de pequeños basamos su crecimiento en sufrimientos (para que se acostumbre y se endurezca como persona) lo que estamos haciendo es permitir sufrimiento a una persona que no sabe gestionarlo, que no sabe huir de él y que piensa que eso es lo normal, sufrir, es decir: ha venido al mundo a sufrir. Todos hemos leído alguna vez los casos del orfanato en el que no se procuraba ningún tipo de contacto a los niños, ni caricias, ni brazos, lo mínimo para que se alimentaran y tuvieran cubiertas sus necesidades básicas (comer, dormir, mear, cagar). Sorprendió ver que lejos de convertirse en niños más independientes, más duros y con una mente a prueba de bombas, los niños morían, sí, sí, lo he dicho bien, morían. Los niños se mueren si nadie les muestra afecto, si nadie les da cariño, si nadie considera el alimentar la mente como una necesidad básica.
Referente a que los niños buenos son aquellos bien educados, de padres autoritarios, que se sientan cuando le dices que lo hagan, que se quedan sentados y callados para no molestar a las visitas y que no hacen ruido, es necesario comentar lo siguiente: Antiguamente los niños se pasaban las horas jugando con sus amigos en el parque, en la calle, en mil y un sitios en los que desarrollaban sus facultades físicas y psíquicas. Ahora los niños no pueden estar en la calle, el temor a un atropello, a un secuestro, a un accidente es demasiado fuerte para dejarlos a sus anchas. Entonces sólo hay dos posibles soluciones. O los padres juegan con ellos en la calle o los niños juegan en casa. Si elegimos la segunda, tenemos que entender que los niños necesitan jugar, pues es su manera de aprender.
Sobre la alimentación comentada en el artículo, es otro cantar. Los pediatras dan a menudo indicaciones "pasadas de moda". Dar el pecho o el biberón cada tres horas es una bonita manera de estropear la alimentación de los niños. Sobretodo si es leche materna que se digiere mejor y por tanto necesitan de más tomas (es lo ideal). Tener a un niño pasando hambre "porque todavía no te toca" es como no cenar nosotros cuando tenemos hambre sino a las 22 en punto, aunque nos estemos muriendo de hambre.
He dejado abiertos muchos temas a los que no he dado respuesta:
...los niños salen muy preparados de las guarderías...
...le di un cachete en el culo...en esta casa no se pega...
...las rabietas...
...le castigamos en un cuarto sin juguetes hasta que se calmaba...
Supongo que imaginaréis que no estoy de acuerdo con ellos (o con la visión que se tiene de ellos), pero por no extenderme más, serán temas que trataré en otro momento.
Del blog de Armandillo
La paternidad, ese maravilloso suceso, ese sentimiento de tener a alguien que es parte de ti, que nace del amor con tu pareja, que...bien, no hace falta seguir, todos somos padres, madres o hijos, así que sabemos de que hablo. Tener hijos es algo muy bonito, pero es muy duro...Nosotros tenemos dos hijos. Un niño y una niña (qué bien, la parejita!!!).
El niño es el mayor, tiene 6 años y es lo que se suele decir, un diablillo. La verdad es que lo estamos pasando mal con él, ya desde pequeño lloraba mucho en la cuna para que lo cogiéramos y hasta que no lo hacíamos no se calmaba. Se dormía, lo poníamos de nuevo en la cuna y al rato volvía a llorar para que lo cogiéramos de nuevo. Esto era un continuo (para que luego digan que los niños no son listos!), siempre era así, nos tomaba el pelo a todas horas, si mi mujer le daba el pecho se dormía y teníamos que despertarle, porque todo el mundo sabe que cuando se tiene que comer, se tiene que comer y no dormir. El momento de dormir es en la cuna, cuando toque, no cuando se come. Yo creo que por eso se despertaba en la cuna llorando, porque como se dormía mamando, luego no tenía sueño y aguantaba muy poco. Le dijimos a la pediatra que no podía ser, que le daba de mamar cada tres horas, pero el niño se quejaba de hambre antes de llegar a las tres horas, por lo que seguro que tenía poca leche, o que no alimentaba suficiente. Menos mal que se lo dijimos. Nos dio unas muestras de leche artificial para probar, y BINGO!! El niño mamaba y después le dábamos biberón y así aguantaba nuestras preciadas tres horas.
En fin, a lo que iba, con 5 meses empezamos a darle fruta, el tío no la quería, sólo quería biberón (ya no le dábamos leche materna porque ya no le alimentaba) y nosotros que no...que necesitas vitaminas, venga, come...se la dábamos como podíamos. Muchas veces vomitaba para hacernos sentir mal, menos mal que no nos dejábamos engañar y seguíamos dándole. Esto mismo pasaba por la noche, el problema de dormir no se solucionaba, todo lo contrario, ahora se despertaba todavía más, con ganas de juerga y todo...El mamón (lo digo cariñosamente) hacía siestas de día y luego por la noche no tenía sueño y se dormía tarde y luego se despertaba cada dos por tres. Hambre no podía ser, porque le dábamos muchos cereales para dormir, como nos dijo la pediatra así que era pura marranería. Suerte que su habitación queda un poco alejada de la nuestra y casi no le oíamos. Cualquiera duerme con esos berridos. Sé que puede sonar mal dicho así, pero claro, imagínate que vamos y le cogemos: pues la has cagao bacalao!!! Se ha salido con la suya, ahora siempre que llore esperará que le cojas y llorará aún más si no lo haces. Nosotros no bajamos la guardia en ningún momento, y poco a poco la situación fue a mejor, pasados unos días no lloraba tanto y empezó a dormir bien. Papás:1 Bebé: 0.
Así fue pasando el tiempo, cumplió un año y empezó a andar. Lo tocaba todo, abría mis cajones, me los desordenaba y yo: NO, NO y NO!!! Eso no se toca!!! Fijáos lo malo que era, que me miraba, se reía y seguía tocándolo. Llegaba un momento que hasta que no le daba un cachete en el culo (en el pañal, que no hace daño) no entendía (o no quería entender) y eso que ya llevaba 6 meses en la guardería, que de ahí salen muy preparados. A veces le reñíamos y como no le gustaba lo que le decíamos nos pegaba (veis como es un diablo?). Suerte que teníamos las cosas claras y que decidimos que eso era una falta de respeto. Eso de pegar en esta casa no. A los papás no se les pega.
Tiene que saber quienes son sus padres, así que cuando nos soltaba la mano le dábamos un cachete a él para que viera lo que es y le castigábamos en una habitación en la que no hay juguetes durante un par de minutos. A veces salía muy calmado, pero otras veces lloraba como un poseso, así que lo dejábamos un rato más.
Os explico todo esto para que veáis lo duro que es ser padre, pero si seguís un poco estos consejos veréis que al final te respetan, porque todo esto lo hicimos porque le queremos, por su propio bien.
Sigo...Llegaron los dos años, las rabietas, se tiraba en el suelo llorando y moviéndose como un loco. Si lo hacía en medio de la calle caminábamos unos metros más y lo dejábamos ahí, en el suelo, hasta que se le pasaba y venía. La gente nos miraba y le miraban a él, a ver cómo acababa la cosa. Por suerte siempre bien. No dejábamos que se saliera con la suya. Imagínate que se echa al suelo por la razón que sea y lo coges. Pues te ha ganado, se ha salido con la suya. Cada vez que quiera algo, al suelo a llorar. Con la comida otro tanto. En la guardería nos decían que comía bastante bien, pero en casa un suplicio!!! No quiero, no me gusta, cerraba la boca con todo. Peleas todos los días para comer, nada le gustaba. No sé porqué les cuesta tanto entender a los niños que lo haces por su bien. Pues nada, le poníamos la verdura para comer, si no la quería otra vez para merendar, para cenar. Al final se la comía, con malas caras, pero se las comía. Gracias Estivill por esos sabios consejos...
Qué vergüenza pasaba yo cuando venían las visitas a casa. El niño corriendo por todas partes, molestando, haciendo ruido: Portate bien!!! No podemos ni hablar!!! y el tío seguía. En serio, se portaba muy mal. Yo le decía a mi mujer que donde leches había aprendido el niño a ser así, si venía de su familia o qué...o que si en esa guardería no lo estaban educando bien quizá habría que cambiarlo a otra. Mis padres, por supuesto, me daban la razón: el niño se portaba muy mal. Esos días se solía ganar algún castigo. Parecía que esperaba a que hubiera gente para sacar sus juguetes al salón, desordenarlo todo y molestar. Llegó un punto que mi mujer y yo estábamos tan cansados del tema, que decidimos hacer un viaje, a ver si así se arreglaban un poco las cosas y al menos cargábamos las pilas. Nos fuimos una semana a París, es precioso, si no habéis estado os lo recomiendo. Lo pasamos genial... La pena es que al volver todo seguía igual o peor...Sí, volvimos como nuevos, pero nuestro niño se tiró una semana o más casi sin hablarnos por haberle dejado con la abuela. Con lo que la abuela le quiere!!! Además tiene que entender que lo hicimos porque lo necesitábamos. Estando tan saturados no puedes cuidar bien de un niño.
Así entró en el cole, peleas con sus amigos, peleas en casa para hacer los deberes, peleas con la comida, peleas para ir a dormir y discusiones continuamente. Menos mal que nos recomendaron que el niño hiciera actividades con las que se desfogara, que liberara toda esa tensión acumulada (yo pienso que hasta debe tener un principio de hiperactividad) y lo apuntamos a natación y a fútbol, así puede quemar todas esas calorías que necesita quemar y luego en casa se porta mejor. A veces está tan cansado que es cenar y el pobre cae rendido en la cama. Mano de santo!!!!!
Viendo que las cosas iban mejor, mi mujer y yo lo hablamos y fuimos a por la niña. No nos costó mucho. Vino rápido. Con ella todo ha sido diferente. Siempre ha comido de buen grado lo que le hemos dado, siempre ha dicho que está bueno. Se puede decir que nos pedía ir a dormir. La poníamos, cerraba los ojos y se dormía, ni lloros, ni pedir brazos, sólo la cogíamos algún ratillo durante el día y se puede decir que lo hacíamos más porque la echábamos de menos que porque ella nos lo pidiera. No hace ruido, no molesta, se porta fenomenal. Vienen las visitas y no se percatan de que está, porque es supereducada. No se queja si le cambias de ropa, de pañal (si hasta hace una caca superfácil de limpiar), si la bañas. De verdad, una auténtica maravilla de niña que nos ha hecho ser totalmente felices. Se puede decir que todo lo que aprendimos y todo lo mal que lo pasamos con el primero ha hecho que nos veamos recompensados con esta segunda hija. Con ella es todo tan fácil....
No hemos ido nunca al pediatra con ella, y eso que siempre le hemos dado biberones, pero es que no se pone mala nunca. Nos vamos a trabajar y la dejamos en casa (el niño en el cole), volvemos y nunca tiene malas palabras para nosotros. Imagino que ha entendido rápido que nosotros somos los papás, que nosotros somos los que mandamos en casa y que todo se hace por el bien de ella, del niño y de la familia. Este año tenemos pensado viajar de nuevo. Hemos decidido llevarnos a uno de los dos, el que se porte mejor...La verdad es que esto lo hemos dicho para no hacer sentir mal al niño, pero está de sobra decidido que será la niña a la que nos llevaremos. Se lo ha ganado con creces.
¿El niño? Pues con sus 6 años sigue a la suya, desafiándonos a todas horas, superceloso de su hermana, tanto que un día le sacó un brazo de la pelea que tuvieron. Ese día le tuve que pegar ya en serio. Me dolió a mi más que a él, pero fue la única manera de hacerle ver que eso no se hace.
Nos cuesta mucho educarlo, pero sé que al final del camino, cuando sea adulto, nos dará las gracias por todo lo que estamos haciendo por él. Ahora ya no hace natación, pero sigue con el fútbol y le hemos apuntado a clases de repaso, porque la maestra dice que va bastante flojo (quizá tenga un déficit de atención...).
Sobre la niña, somos tan felices con ella que casi estamos pensando ir a por otra. A todos nuestros amigos les recomendamos también que vayan a buscar una.
Sobretodo ahora, en esta época, después de las Navidades, que las tienen a mitad de precio.
Pulsad aquí para ver una foto de nuestra niña.
Conclusión: Si quieres un niño que se porte bien, que no llore, que no haga ruido, que no moleste, que no...cómprate un muñeco. Los niños viven, comen, lloran, juegan, aman, saltan, corren, exploran, rompen, y todo eso lo hacen porque están aprendiendo a vivir y a conocer el mundo en que viven y a sus propios padres. Lo hacen porque son niños.
No hacen las cosas para molestar. No hacen las cosas para probar hasta donde puede llegar tu paciencia. Todo lo que hacen es porque están aprendiendo y para ello necesitan el apoyo de sus papás, para sentirse seguros en cada nuevo aprendizaje. Saben que solos estarían indefensos, por eso te llaman, por eso piden insistentemente si es preciso que estés con ellos, porque tú, papá o mamá, eres su alimento, eres sus pies, sus piernas, sus ojos, sus manos, eres su abrigo y eres su protector. Necesitan de ti para aprender qué es lo que le rodea hasta que crezca y lo pueda investigar por si mism@. No lloran por la noche para engañarte, llora porque te necesita, porque tiene miedo y se siente inseguro, porque está enfermo y necesita atención, porque tiene hambre y necesita alimento.
Si un niño llora porque tiene hambre, no tardas en darle su alimento.
Si un niño llora porque tiene el pañal sucio, no tardas en cambiarlo.
Si un niño llora porque tiene sueño, lo duermes.
Si un niño llora porque está enfermo, lo cuidas.
Si un niño llora porque necesita cariño y compañía, te está tomando el pelo.
No me cuesta entender el porqué de que se hayan multiplicado las consultas a los servicios de Salud Mental. En pleno s.XXI, cuando más importancia se le está dando a los factores psicológicos en la vida de los personas, cuando la Depresión, el Estrés y la Ansiedad son habituales compañeras de viaje en nuestras vidas o en las de algún familiar o amigo, me cuesta entender que se siga sin entender (valga la redundancia) que las necesidades de amor, de respeto y de cariño de un niño no sean subsanadas. Al contrario de lo que muchos piensan (y nos quieren hacer creer) hacer pasar a un niño por situaciones de sufrimiento es contraproducente. La mente humana no es como un callo, que si sigues frotando se hace duro. La mente humana necesita unas bases adecuadas para poder afrontar en el futuro reacciones adversas. Si ya de pequeños basamos su crecimiento en sufrimientos (para que se acostumbre y se endurezca como persona) lo que estamos haciendo es permitir sufrimiento a una persona que no sabe gestionarlo, que no sabe huir de él y que piensa que eso es lo normal, sufrir, es decir: ha venido al mundo a sufrir. Todos hemos leído alguna vez los casos del orfanato en el que no se procuraba ningún tipo de contacto a los niños, ni caricias, ni brazos, lo mínimo para que se alimentaran y tuvieran cubiertas sus necesidades básicas (comer, dormir, mear, cagar). Sorprendió ver que lejos de convertirse en niños más independientes, más duros y con una mente a prueba de bombas, los niños morían, sí, sí, lo he dicho bien, morían. Los niños se mueren si nadie les muestra afecto, si nadie les da cariño, si nadie considera el alimentar la mente como una necesidad básica.
Referente a que los niños buenos son aquellos bien educados, de padres autoritarios, que se sientan cuando le dices que lo hagan, que se quedan sentados y callados para no molestar a las visitas y que no hacen ruido, es necesario comentar lo siguiente: Antiguamente los niños se pasaban las horas jugando con sus amigos en el parque, en la calle, en mil y un sitios en los que desarrollaban sus facultades físicas y psíquicas. Ahora los niños no pueden estar en la calle, el temor a un atropello, a un secuestro, a un accidente es demasiado fuerte para dejarlos a sus anchas. Entonces sólo hay dos posibles soluciones. O los padres juegan con ellos en la calle o los niños juegan en casa. Si elegimos la segunda, tenemos que entender que los niños necesitan jugar, pues es su manera de aprender.
Sobre la alimentación comentada en el artículo, es otro cantar. Los pediatras dan a menudo indicaciones "pasadas de moda". Dar el pecho o el biberón cada tres horas es una bonita manera de estropear la alimentación de los niños. Sobretodo si es leche materna que se digiere mejor y por tanto necesitan de más tomas (es lo ideal). Tener a un niño pasando hambre "porque todavía no te toca" es como no cenar nosotros cuando tenemos hambre sino a las 22 en punto, aunque nos estemos muriendo de hambre.
He dejado abiertos muchos temas a los que no he dado respuesta:
...los niños salen muy preparados de las guarderías...
...le di un cachete en el culo...en esta casa no se pega...
...las rabietas...
...le castigamos en un cuarto sin juguetes hasta que se calmaba...
Supongo que imaginaréis que no estoy de acuerdo con ellos (o con la visión que se tiene de ellos), pero por no extenderme más, serán temas que trataré en otro momento.
Del blog de Armandillo
A mí lo que me toca un poco las narices es que en todos los artículos se habla de "maternidad", y justo en el que explicáis lo mal que se pueden hacer las cosas, lo tituláis "La paternidad", y lo escribís desde el punto de vista del padre.
ResponderEliminar¿Qué pasa, que los padres no saben criar niños? ¿No hay madres con malas prácticas o mal asesoradas?
Bueno, Jesús, el mismo Armandillo especifica que lo escribe en tono sarcástico. De todos modos, en este mismo Blog, bajo la etiqueta "padres" tienes otros doce artículos sobre la paternidad en que se habla de ese vínculo sin coñas. Y claro que hay malas prácticas entre madres, de todo hay, como en botica.
ResponderEliminarTe invita a que nos escribas tu punto de vista de la paternidad, y te lo publicamos incluso aunque no seas el padre perfecto ;-)
Buf, vale, tienes razón en muchas cosas, soy madre de mellizos, no me vi con fuerzas para darles el pecho, hice lo posible para que tuvieran un horario de comidas y de sueño a partir de cierta edad porque mi salud iba en ello (dormían de día y estaban marchosos de noche durante muuchos meses y les respeté ese horario)pero llegó un momento que no pude más (al empezar a trabajar fuera de casa despues de la baja maternal) y tuve que girarles el horario, no costó mucho y funcionó, yo fui más feliz y juraría que ellos también, si te hubiera leido antes me hubiera sentido la peor madre del mundo. Siempre han comido mucho y bien, así que ningún problema, si algún día no les apetece comer no comen, pero para mi es fácil decirlo porque comen muy bien.
ResponderEliminarHe colechado hasta que empezaron a moverse como dos aspas de molino, el descanso era imposible y una vez me partieron el labio y mi marido con un ojo morado de una patada, así que se acaabó el colecho, costó dos noches. Ahora sólo colechamos a la hora de la siesta.
Tienen 3 años y he pasado (y estoy pasando todavía aunque menos) una época terrible de rabietas en plena calle, se me tiran al suelo y no quieren avanzar pq quieren brazos, si voy sola me es imposible cargarlos en brazos a los dos (el niño con 3 añitos y medio pesa 21 kilos la criatura), si avanzo ignorándoles vienen detrás de mi, en cuanto me giro se tiran al suelo de nuevo y pataleta, si intento cogerlos a los dos tampoco les gusta, quieren transporte individual. No sé que haría con uno, probablemente atendería a mi único hijo como tu sugieres que se debe hacer pero con dos hay cosas imposibles de dominar y los paseos con momento rabieta son una de ellas.
Vamos al parque a la salida del cole (que les encanta, desde que empezaron con 20 meses) y seguimos jugando en casa con puzles, contrucciones o pintando, mi casa es un gallinero desde que llegan del cole hasta que los acuesto y si es fin de semana, mi casa da miedo desde que se levantan hasta que se acuestan porque entiendo que son niños y no se puede evitar.
Quiero decir que nadie es tan radical ni tan mal padre como tu lo pintas por no seguir esas pautas digamos de "crianza con amor o apego" porque hay veces que sencillamente no se puede, y no puedes proclamar que tu o yo lo hacemos muy bien y que el de al lado que por poner un ejemplo no colecha está haciendo infeliz a su hijo o un futuro serial killer porque le ha faltado el amor de sus padres por la noche... y eso en el fondo es lo que das a entender con este artículo. Y lo mismo le diría al que predica mano dura, al que parece que le molestan sus propios hijos y al que no los atiende, puestos a elegir me quedo con tu postura pero que quieres que te diga, a mi los radicales de un extremo y del otro me dais un poquito de no sé qué.
Nuria