La prestigiosa Academia Estadounidense de Pediatras
(AAP) ha publicado recientemente un informe sobre los efectos de la
televisión en los niños. Según la organización, los niños menores de dos
años no deberían bajo ningún concepto ver la televisión. El informe
“Media Use by Children Younger Than Two Years” fue publicado en la
edición de noviembre 2011 de la revista especializada Pediatrics.
Hoy en día, es muy
tentador confiar en el televisor para entretener a los niños, en
especial en nuestra sociedad, en la que las pantallas se hacen
omnipresentes tanto en el hogar como en el automóvil e incluso en el
supermercado.
Además, la oferta de programas dirigidos a los más pequeños no es precisamente escasa. Sin embargo, un nuevo informe de la American Academy of Pediatrics (AAP) afirma que hay formas mucho mejores de ayudar a los niños a aprender en estas etapas cruciales para la vida.
Según una reciente encuesta, el 90% de los padres afirma que sus hijos menores de 2 años están expuestos a algún tipo de medio audiovisual. Como media, estos niños están frente al televisor una media de una a dos horas al día. A la edad de 3 años, casi un tercio de los niños tienen un televisor en su cuarto. Aquellos padres que opinan que la televisión educativa es “muy importante para el desarrollo saludable” suelen mantener el televisor encendido todo el día o la mayor parte de él.
La primera vez que la AAP hizo recomendaciones sobre el uso de los medios de comunicación para niños menores de 2 años fue en 1999. Ya entonces se formuló una recomendación para que los padres evitaran que sus hijos de estas edades vieran la televisión. Por aquel entonces, existían pocos datos sobre el tema, pero la AAP ya creía que la exposición de los pequeños a los medios podría conllevar más efectos negativos que positivos. Ahora, con la aportación de nuevos datos, la AAP mantiene su recomendación de mantener a los niños menores de 2 años lo más alejados posible del televisor. Hoy se sabe más sobre el desarrollo temprano del cerebro de los niños, sobre las mejores formas de aprender y sobre los efectos que diversos tipos de estímulo y actividades tienen sobre este proceso.
“Las preocupaciones que se planteaban en el informe original son ahora incluso más relevantes, lo que nos ha llevado a elaborar una guía más completa sobre los niños de esta edad”, afirma el Dr. Brown, miembro del Consejo de la AAP sobre Medios de Comunicación.
El informe pretendía responder a dos preguntas clave:
¿Tienen los productos audiovisuales algún valor educativo para los niños menores de 2 años?
¿Existe algún peligro para los niños de esta edad que ven dichos programas?
Las conclusiones más importantes revelan que:
- Muchos programas de vídeo para niños se venden como “educativos” a pesar de que, una vez analizados, no se confirma esta característica. Los programas de calidad son educativos para los niños solamente si estos comprenden el contenido y el contexto del vídeo, lo que solamente ocurre a a partir de los dos años.
- El tiempo de juego desestructurado es más valioso para un cerebro en desarrollo que los medios electrónicos. Los niños aprenden a pensar de forma creativa, a resolver problemas y desarrollar el razonamiento y las habilidades motrices en edades tempranas mediante el juego desestructurado, sin electrónica. El juego libre también les enseña a entretenerse.
- Para los niños, la mejor forma de aprender (y la más necesaria) es la interactividad con los seres humanos, no con las pantallas.
- Los padres que ven la televisión o vídeos con sus hijos pueden ayudar a que el niño los comprenda, pero los niños aprenden más con explicaciones en vivo que mediante la televisión.
- Cuando los padres están viendo sus propios programas, los niños están siendo expuestos de forma pasiva a los medios. La televisión distrae al padre y disminuye la interacción entre padres e hijos. Su presencia también puede interferir con el aprendizaje del niño mediante el juego y la actividad.
- Ver la televisión antes de irse a la cama puede provocar problemas de sueño y alteración de los horarios, lo que puede afectar de forma adversa al carácter, comportamiento y aprendizaje del niño.
- Los niños pequeños que ven mucho la televisión corren el riesgo de quedarse atrás en el desarrollo del lenguaje una vez comienzan el colegio, aunque se deben llevar a cabo más estudios para determinar las causas de este efecto.
Recomendaciones del informe a padres y cuidadores:
- Imponer a los niños menores de 2 años límites de exposición a los medios, teniendo en cuenta que la AAP recomienda evitar su uso para estas edades. Para quienes de todas formas quieren que sus niños vean la televisión, adoptar con una estrategia de gestión de medios electrónicos.
- Durante el tiempo en que los padres no pueden sentarse y participar de forma activa en el juego con el niño, en lugar de pantallas, optar por el juego independiente supervisado. Por ejemplo, hacer que el niño juegue con cacharros en el suelo mientras el padre prepara la cena.
- Evitar colocar un televisor en la habitación del niño.
- Reconocer que la propia utilización de los medios puede causar un efecto negativo sobre el niño.
El informe también recomienda más investigación sobre el efecto a largo plazo de la exposición a los medios sobre la futura salud física, mental y social de los niños.
Además, la oferta de programas dirigidos a los más pequeños no es precisamente escasa. Sin embargo, un nuevo informe de la American Academy of Pediatrics (AAP) afirma que hay formas mucho mejores de ayudar a los niños a aprender en estas etapas cruciales para la vida.
Según una reciente encuesta, el 90% de los padres afirma que sus hijos menores de 2 años están expuestos a algún tipo de medio audiovisual. Como media, estos niños están frente al televisor una media de una a dos horas al día. A la edad de 3 años, casi un tercio de los niños tienen un televisor en su cuarto. Aquellos padres que opinan que la televisión educativa es “muy importante para el desarrollo saludable” suelen mantener el televisor encendido todo el día o la mayor parte de él.
La primera vez que la AAP hizo recomendaciones sobre el uso de los medios de comunicación para niños menores de 2 años fue en 1999. Ya entonces se formuló una recomendación para que los padres evitaran que sus hijos de estas edades vieran la televisión. Por aquel entonces, existían pocos datos sobre el tema, pero la AAP ya creía que la exposición de los pequeños a los medios podría conllevar más efectos negativos que positivos. Ahora, con la aportación de nuevos datos, la AAP mantiene su recomendación de mantener a los niños menores de 2 años lo más alejados posible del televisor. Hoy se sabe más sobre el desarrollo temprano del cerebro de los niños, sobre las mejores formas de aprender y sobre los efectos que diversos tipos de estímulo y actividades tienen sobre este proceso.
“Las preocupaciones que se planteaban en el informe original son ahora incluso más relevantes, lo que nos ha llevado a elaborar una guía más completa sobre los niños de esta edad”, afirma el Dr. Brown, miembro del Consejo de la AAP sobre Medios de Comunicación.
El informe pretendía responder a dos preguntas clave:
¿Tienen los productos audiovisuales algún valor educativo para los niños menores de 2 años?
¿Existe algún peligro para los niños de esta edad que ven dichos programas?
Las conclusiones más importantes revelan que:
- Muchos programas de vídeo para niños se venden como “educativos” a pesar de que, una vez analizados, no se confirma esta característica. Los programas de calidad son educativos para los niños solamente si estos comprenden el contenido y el contexto del vídeo, lo que solamente ocurre a a partir de los dos años.
- El tiempo de juego desestructurado es más valioso para un cerebro en desarrollo que los medios electrónicos. Los niños aprenden a pensar de forma creativa, a resolver problemas y desarrollar el razonamiento y las habilidades motrices en edades tempranas mediante el juego desestructurado, sin electrónica. El juego libre también les enseña a entretenerse.
- Para los niños, la mejor forma de aprender (y la más necesaria) es la interactividad con los seres humanos, no con las pantallas.
- Los padres que ven la televisión o vídeos con sus hijos pueden ayudar a que el niño los comprenda, pero los niños aprenden más con explicaciones en vivo que mediante la televisión.
- Cuando los padres están viendo sus propios programas, los niños están siendo expuestos de forma pasiva a los medios. La televisión distrae al padre y disminuye la interacción entre padres e hijos. Su presencia también puede interferir con el aprendizaje del niño mediante el juego y la actividad.
- Ver la televisión antes de irse a la cama puede provocar problemas de sueño y alteración de los horarios, lo que puede afectar de forma adversa al carácter, comportamiento y aprendizaje del niño.
- Los niños pequeños que ven mucho la televisión corren el riesgo de quedarse atrás en el desarrollo del lenguaje una vez comienzan el colegio, aunque se deben llevar a cabo más estudios para determinar las causas de este efecto.
Recomendaciones del informe a padres y cuidadores:
- Imponer a los niños menores de 2 años límites de exposición a los medios, teniendo en cuenta que la AAP recomienda evitar su uso para estas edades. Para quienes de todas formas quieren que sus niños vean la televisión, adoptar con una estrategia de gestión de medios electrónicos.
- Durante el tiempo en que los padres no pueden sentarse y participar de forma activa en el juego con el niño, en lugar de pantallas, optar por el juego independiente supervisado. Por ejemplo, hacer que el niño juegue con cacharros en el suelo mientras el padre prepara la cena.
- Evitar colocar un televisor en la habitación del niño.
- Reconocer que la propia utilización de los medios puede causar un efecto negativo sobre el niño.
El informe también recomienda más investigación sobre el efecto a largo plazo de la exposición a los medios sobre la futura salud física, mental y social de los niños.
Según el Dr. Brown, “en nuestra actual “cultura del éxito”, lo mejor que puedes hacer por tu hijo es darle la posibilidad de jugar de forma desorganizada, tanto contigo como independientemente. Los niños lo necesitan para averiguar cómo funciona el mundo”.
Fuente: http://www.ladyverd.com
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