22 de septiembre de 2013

La alegría de dar el pecho a dos niños


Oigo un grito que viene de otra habitación y sé exactamente lo que es. Un mordisco. Una vez más. Cuando llego a la puerta, uno de ellos está de pie allí, con un libro en la mano, unos lagrimones como puños y una marca circular húmeda y reveladora en su manga. La otra, su hermana, se da algo parecido a un paseo por la habitación con una media sonrisa en su cara, sin mirarme de forma directa, pero controlando mis movimientos.

Mellizos. Dos mellizos de un año. La crianza de mellizos tiene sus altibajos, eso es seguro.

Después de una breve discusión sobre lo que pasó (y un poco de severidad exasperada por mi parte) me siento en la "silla grande", y la parte perjudicada se sienta inmediatamente en su posición. ¡Teta! El llanto se detiene inmediatamente, comienza a mamar, da un suspiro, se relaja, y se abraza a mí. Las lágrimas se detienen. Al poco tiempo, su hermana también está trepando a la silla. ¿Teta? Esta es una pregunta capciosa, sé que esto es algo más que una petición de mamar.

Me ablando. Ansiosa sube y se tumba "¡mi sitio!" El mordido se aparta por un momento: "junto a Dee Dee", dice, señalando a su hermana Delia, ahora felizmente también a la teta. Vuelve a mamar, y pronto están jugando con las manos del otro, acariciando los brazos y la cara del otro, parloteando de un lado a otro  en una especie de "conversación". En cuestión de minutos, se ha pasado de la tormenta a la calma. Ahora somos tres cuerpos, abrazados juntos, descansando, relajados, en paz con el mundo, un momento de calma y conexión en medio de un día de acción sin parar.

En estos momentos, a menudo pienso en lo que luché para llegar aquí: problemas crónicos de suministro de leche, grietas en los pezones, extracción de leche y alimentación con jeringa, pociones de hierbas y medicinas, cuidado, obsesión por los suplementos de fórmula, lavado de biberones y control de cantidades y un sin fin (¡realmente infinitas!) de días y noches de lactancia materna sin parar y de malabares con los bebés. Esos días no eran los buenos días de sabiduría en la lactancia, y sé que muchas, muchas madres de múltiples nunca llegan más allá de la parte difícil. Mamás increíbles que nunca serán capaces, por muchas razones, de llegar a lo bueno, lo fácil, la rutina de lactancia cómoda, feliz y sin esfuerzo en la que estamos ahora.

Aunque sé de muchas mujeres que dan el pecho a sus bebés mayores e incluso a niños y unos cuantas que dan el pecho a gemelos, todavía no he conocido a otra mamá que de el pecho a mellizos mayorcitos. ¿Hay alguien ahí fuera, en alguna parte? Estoy muy contenta de tener esta forma de conectarme al instante con mis dos hijos, ser todavía capaz de amamantar en tándem para dormirles cada tarde, para hacerles sentir cómodos, para acabar con la rivalidad entre hermanos y con estados de ánimo cutrecillos todo de golpe. Es verdaderamente una bendición, no una carga. Así que, aunque muchas veces no estaba segura de que lo conseguiríamos, ahora, aquí estamos, y seguramente lo echaré de menos cuando termine.

Qué suerte tengo, qué afortunada soy.

Publicado originalmente en Code name: mama

2 comentarios:

  1. Se me han saltado las lágrimas al leerte, tengo mellizos de cinco meses y aunque los primeros meses fueron difíciles llevábamos unos meses muy bien pero desde hace una semana se está haciéndo cuesta arriba, no paran de mamar día y noche y estoy agotada y empiezo a tener dudas, leerte me ha dado ánimos para tratar de pasar el bache

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  2. Estrusa, pásate por el foro, allí tendrás todo el apoyo que te ayudará a seguir. Pruébalo, de verdad, y si no te gusta, te vas y ya está. Es http://criandomultiples.freeforums.org/

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