29 de enero de 2012

Las madres que amamantan duermen mejor.


En nuestro país, la mayoría de mujeres (un 80% aproximadamente) inicia la lactancia materna tras el parto. Existe la percepción de que la lactancia materna es más cansada, especialmente por las noches, de manera que ante una mujer con depresión en el postparto el consejo general es que abandone la lactancia para descansar mejor, ya que se ha visto que la fatiga incide en el estado de ánimo.

Gracias a un estudio publicado recientemente en Clinical Lactation por Kathleen Kendal-Tackett, Doctora en Psicología e IBCLC (Consultora Internacional Certificada en Lactancia Materna), se demuestra que estos consejos no se basan en la evidencia.

En su estudio, en el que participaron más de 6000 mujeres de 59 países, Kendall-Tackett y colaboradores se planteaban si el método de alimentación (lactancia materna exclusiva, lactancia donde se combinaba materna y artificial, o artificial) tenía algún impacto en las horas de sueño, la fatiga materna, el bienestar o la depresión.

Sus resultados son contundentes: las madres que amamantan de forma exclusiva notificaron mayor tiempo de sueño total, mayor energía durante el día, mejor salud física y menores tasas de depresión que las madres que utilizaban fórmula y lactancia mixta. No habían diferencias significativas entre las madres de lactancia mixta y artificial exclusiva. Según los autores, esto concuerda con estudios previos. El utilizar alguna toma de lactancia artificial no mejora el sueño. Llama la atención el no utilizar suplementación o el consejo de destetar como manera de disminuir el riesgo de depresión, ya que más bien podrían incrementar la extrema fatiga y la depresión.

El estudio se realizó teniendo en cuenta a bebés menores de 12 meses, y de entre las madres que amamantaban no se discriminó si practicaban colecho (si dormían con sus bebés) o no.

Las madres tienen derecho a decidir cómo alimentar a sus hijos y cuándo destetarles, pero debería ser una decisión informada en base a la evidencia científica si uno de los factores que inciden en la decisión es el descanso de la madre.

Ante una madre cansada se deberían evaluar otras condiciones físicas, como el hipotiroidismo, la anemia, una enfermedad autoinmune, una infección o la falta de vitamina d, por citar algunas causas de fatiga en general. Podría ser necesario, quizá, un estudio de sueño para detectar apnea o alteraciones en los ciclos.

Algunas propuestas para mejorar el cansancio serían, por un lado, hacer una lluvia de ideas junto con el profesional o consultora o asesora de lactancia sobre estrategias para hacerle frente: desde aceptar la ayuda de otros, dormir con el bebé, aprovechar los momentos de descanso del bebé para dormir también, etc. Por otro, técnicas de mejora cognitivo-conductuales para el sueño y, por último, tratar la depresión o la historia de trauma si los hubiera. El uso de medicación en casos graves podría ayudar, teniendo en cuenta que la mayoría son compatibles con la lactancia, pero para las medicaciones específicas para dormir se aconseja no practicar el colecho.

*Cristina Silvente. Psicóloga especializada en el ámbito perinatal y socia de El parto es nuestro. www.cristinasilvente.com Es coatura del libro sobre pérdidas gestacionales tempranas Las voces olvidadas, de próxima publicación.

Publicado en www.elconfidencial.com
La imagen es un cuadro de Dolores Palomino

1 comentario:

  1. Yo añadiría: las madres que amamantan y colechan.
    Gracias por contarnos.

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